Los Guardias Rojos (chino simplificado: 红卫兵; chino tradicional: 紅衛兵; pinyin: Hóng Wèi Bīng) fueron un movimiento de masas formados por civiles, sobre todo estudiantes y jóvenes en la República Popular China, quienes fueron movilizados por Mao Zedong entre 1966 y 1968 como encargados de ejecutar los proyectos de la Revolución Cultural.

Los inicios

Los primeros estudiantes en denominarse a sí mismo como "Guardias Rojos" eran alumnos de la escuela secundaria de Tsighua, quienes firmaron con la denominación "guardias rojos" dos carteles presentados el 29 de mayo y el 2 de junio de 1966, declarando que la obra teatral del dramaturgo Wu Han titulada Han Rui expulsado de su puesto era una grave cuestión política contra Mao Zedong. Este grupo de alumnos, dirigido por Nie Yaunzi y Zhang Chengzhi redactaron su protesta como una crítica contra la administración de la Universidad de Tsinghua, acusándola de "burguesa" y de favorecer el "elitismo cultural". Pese a esto la jefatura universitaria y el resto de estudiantes acusó a estos alumnos de "contrarrevolucionarios" y "radicales", obligándolos a reunirse secretamente en las ruinas del Antiguo Palacio de Verano en Beijing, y siendo imitados por otros estudiantes a lo largo de China.

Conforme más grupos de alumnos imitaban al grupo original de Tsinghua, las autoridades suprimieron sus actividades mediante "grupos de trabajo" o "equipos de trabajo", dirigidos por Zhang Chunquioa, jefe del Departamento de Propaganda gubernamental para investigar a las autoridades universitarias y prohibir nuevas manifestaciones ideológicas de los alumnos, lo cual creó un fuerte resentimiento entre éstos.

El 16 de mayo de 1966, casi dos semanas antes de publicarse el primer cartel de Tsinghua, Mao Zedong había lanzado la Revolución Cultural, y comprendió rápidamente que en el fervor juvenil de los Guardias Rojos podía hallarse una útil herramienta para sus proyectos. Con tal motivo se envió a líderes como Chen Boda, Jiang Qing, Kang Sheng, y otros para unirse a los grupos que intentaban resistir los esfuerzos de Zhang Cunquioa y restablecer elmovimiento de los Guardias Rojos. Tras este apoyo del mismo Mao, grupos de Guardias Rojos empezaron a colocar en las calles de Beijing cada vez más carteles exigiendo una revolución radical y completa, lo cual fue apoyado por el Diario del Pueblo. Pronto, numerosos estudiantes de Beijing empezaron a asumir el nombre de Guardias Rojos, creando incluso facciones rivales debido a la ausencia de una directiva central.

Rol en la Revolución Cultural

Siguiendo con el llamado de Mao Zedong a tornar en una realidad la Revolución Cultural, grupos de jóvenes Guardias Rojos empezaron a viajar por toda China, visitando escuelas, universidades, e instituciones de todo tipo, difundiendo las ideas de Mao mediante cualquier medio, incluyendo la violencia más extrema contra quienes expresaban dudas sobre tales temas o eran sospechosos de "volver al capitalismo".

Las actividades de los Guardias Rojos, por orden de Mao Zedong, eran atacar los "cuatro antiguos" de la sociedad china: las ideas antiguas, los hábitos antiguos, el pensamiento antiguo y la cultura antigua, manteniendo una considerable autonomía para definir qué era lo "antiguo" en cada distrito o región. Contando con el apoyo expreso de Mao y el Politburó en pocas semanas, los Guardias Rojos realizaban manifestaciones diarias en las ciudades, publicaban carteles gigantes (los dazibao), pronunciaban discursos públicos atacando a líderes del Partido Comunista de China que se oponían a Mao Zedong o eran sospechosos de ello, y realizaban masivos actos de destrucción violenta en nombre de la Revolución Cultural.

Mao reunió una manifestación gigante de un millón de Guardias Rojos en la Plaza Tiananmen en Beijing el 18 de agosto de 1966, otorgando su apoyo y protección oficial a estos grupos. Como consecuencia de ello, numerosos personajes del medio académico, político, y cultural fueron atacadas físicamente por grandes grupos de Guardias Rojos, quienes los condenaban como "contrarrevolucionarios" o "burgueses capitalistas" en base a sus simples sospechas que muchas veces ni siquiera eran comprobadas, castigando a sus víctimas mediante feroces golpizas que podían causar la muerte, y en medio de humillaciones públicas.

Los Guardias Rojos, en medio de su campaña para suprimir los "cuatro antiguos", atacaban también museos y palacios históricos, destruyeron libros de toda clase, pinturas y monumentos, así como obras de arte a lo largo de China, generando una pérdida cultural irreparable. En lugar de las "ideas antiguas" se propagó el estudio de las ideas políticas de Mao Zedong mediante el libro Citas del Presidente Mao en universidades y escuelas (eliminando los "antiguos" cursos de ciencias y humanidades) pero también en fábricas, granjas, oficinas y talleres, bajo amenaza de ser considerados como "contrarrevolucionarios" (con el consiguiente brutal castigo)los ciudadanos que prefiriesen continuar con sus actividades usuales en lugar de acudir a las sesiones de adoctrinamiento.

En vano algunos líderes locales del Partido Comunista de China pidieron a sus jefes máximos en Beijing realizar acciones contra los Guardias Rojos, pero el 22 de agosto Mao Zedong se limitó a apoyar la violencia de sus jóvenes seguidores, ordenando a las autoridades locales de la policía y el ejército que de ninguna manera detuvieran a los Guardias Rojos, ni siquiera en caso de destrucciones o asesinatos, considerando que tales prácticas eran lógicas y necesarias para un buen revolucionario. En su apogeo, el gobierno cerró inclusive las universidades y escuelas para que los jóvenes alumnos participasen en las actividades de los Guardias Rojos, lo cual trajo serias consecuencias en la educación años después.

Durante el año 1967 los Guardias Rojos extendieron sus actividades a realizar "autocríticas" de miles de miembros del Partido de nivel medio que eran consideradas poco afectas a Mao, en sesiones públicas que concluían con el arresto, humillación y golpiza del acusado, mientras que Lin Biao, jefe de las fuerzas armadas, y Jiang Qing, la esposa de Mao, exigían a los Guardias Rojos ocupar todas las posiciones de poder. Líderes que alguna vez habían discrepado con Mao como Deng Xiaoping y Liu Shaoqi fueron también víctimas de los Guardias Rojos, siendo que propio hijo de Deng quedó parapléjico tras ser arrojado desde un ventanal por una columna de Guardias Rojos acusado de apoyar las "actividades contrarrevolucionarias" de su padre.

En febrero de 1967 los Guardias Rojos fueron instrumento de Jiang Qing y Lin Biao, quienes con apoyo de Mao empezaron a "purgar" las fuerzas armadas de "elementos contrarrevolucionarios", extendiendo también sus actos de ataque a este grupo. No obstante, en el mes de junio empezaron discordias entre grupos rivales de Guardias Rojos, lo cual resultaba previsible debido a la falta de dirección central y al hecho que cada facción competía por mostrarse ante las demás como la más "consagrada" a seguir las palabras de Mao Zedong. El 22 de julio Jiang Qing dio un paso decisivo: instó a que los Guardias Rojos tomaran para sí las armas de los arsenales militares, prohibiendo a los jefes del ejército impedir esto, en tanto los Guardias Rojos debía prepararse para reemplazar a las fuerzas armadas en caso necesario. Gracias al apoyo expreso de Mao y de los líderes que le apoyaban dentro del Partido, la autoridad de los Guardias Rojos sobrepasaba la de cualquier otro grupo en el país, en tanto sólo eran responsables de sus actos ante Mao.

A pesar que en gran medida los Guardias Rojos habían actuado lealmente como una fuerza de choque totalmente leal a Mao Zedong, éste era consciente que sus actividades generaban un caos social generalizado que amenazaba la existencia misma del Estado. En todo caso, el propósito práctico de los Guardias Rojos ya había sido cumplido, pues Mao había conseguido aumentar su poder dentro del Partido Comunista de China y había suprimido toda posible oposición o cuestionamiento dentro de éste, por lo cual los Guardias Rojos ya no tenían razón de existir a mediados de 1968.

En julio de 1968 Mao ordenó a los Guardias Rojos cesar sus purgas sobre las fuerzas armadas y luego en el mes de diciembre del mismo año se lanzó el movimiento de "volver al campo" con la frase, "subir a las montañas y bajar a los poblados", con lo cual los jóvenes Guardias Rojos debieron cesar sus actividades y fueron remitidos a las provincias más apartadas para "aprender con el ejemplo" de los campesinos y obreros de estas zonas, con lo cual los Guardias Rojos se extinguieron inevitablemente.