Historia de Portugal (1834-1910)

Historia de Portugal (1834-1910)

La Historia de Portugal entre 1834 y 1910 fue un perido de grandes cambios tanto en la esfera política como económica. Tras la derrota de los absolutistas, la política portuguesa del siglo XIX estuvo marcada por las ideas liberales, aunque tampoco se logró la tranquilidad deseada. Los liberales eran un grupo heterogéneo que se había unido para luchar contra los absolutistas pero que en común poseían muchas discrepancias. Por este motivo se dividieron en primer lugar entre los moderados y los progresistas. El primer punto de desencuentro fue la nueva constitución política del país. Mientras que los progresistas, denominados Septembristas, querían volver a implantar la Constitución de 1821, los moderados, denominados Cartistas, querían imponer la Constitución de 1826.

Contenido

María II

João Carlos Gregório Domingos Vicente Francisco de Saldanha Oliveira y Daun.

Gobierno de los Cartistas

La reina María II era partidaria de los Cartistas. Entre 1834 y 1836 nombró gobiernos conservadores. Los primeros ministros de esa época fueron héroes de las Guerras Liberales entre ellos, el Marqués de Saldanha, el de Terceira y Pedro de Sousa Holstein, marqués de Palmela. Estos políticos intentaron llevar a cabo reformas para terminar con la legislación absolutista que aún se mantenía en vigor. La administración y la justicia se reorganizó siguiendo el modelo napoleónico, los monopolios mercantiles y las grandes corporaciones fueron abolidas. Las órdenes religiosas fueron disueltas, y el patrimonio de la Iglesia se nacionalizó con el objetivo de mejorar la situación económica del Estado a través de su venta. De esta forma se crearon grandes patrimonios a manos de una nueva clase social. Los obispos partidarios de Miguel fueron cesados, y se puso una gran resistencia a la Iglesia Católica. Los gobiernos cambiaron rápidamente debido a los escándalos internos así como a la resistencia de los Septembristas.

Marqués de Sá da Bandeira.

Septembristas en el poder

En 1836 unas elecciones amañadas que dan la victoria a los Cartistas provoca el estallido de la Revolución Septembrina, que dio el poder a los progresistas. Muy en contra de sus deseos, la reina tuvo que entregarles el poder. Siendo los políticos más destacados del nuevo gobierno Manuel da Silva Passos y el Marqués de Sá da Bandeira.

Contra el gobierno de los septembristas hubo una resistencia conservadora que, a veces de forma pública y a veces clandestina, estaba apoyada por la reina. Esta resistencia se vio especialmente en los alzamientos de 1836, 1837 y 1838.

No obstante, los septembristas llevaron a cabo una importante serie de reformas. La educación fe reformada, y se crearon instituciones que se mantienen hasta hoy en día como la Academia de Bellas Artes y el Teatro Nacional Doña María II. La base del sistema fiscal que se mantiene en la actualidad fue obra de estos reformistas. La esclavitud, que ya había sido abolida en la metrópolis, fue abolida también en las colonias.

En 1837 se eligen nuevas cortes constituyentes que dieron al país una nueva constitución de corte extremadamente democrático.

A partir de 1840 cayó la influencia de los septembristas. La reina pudo cumplir con sus deseos y nombró a António Bernardo da Costa Cabral como ministro de justicia para tener a una de sus personas de confianza dentro del gabinete conservador.

El Cabralismo

António Bernardo da Costa Cabral, Marqués de Tomar.

La escena política de los años 1842 hasta 1846 está vinculada a la figura de António Bernardo da Costa Cabral, el que luego sería convertido en Marqués de Tomar. Por este motivo al periodo se le suele denominar comúnmente cabralismo. Costa Cabral, que en aquella época era ministro de justicia, terminó en 1842 con un golpe de estado con el último gobierno septembrista. La reina lo nombró ministro de justicia, con lo que dejó sin fuerza legal a la Constitución progresista y se instauró de nuevo la antigua Constitución. Gobernó el país con cortes autoritarios hasta 1846 eliminando muchas de las reformas de los gobiernos previos. La valoración de la gestión de Cabral en el gobierno aún es motivo de disputas entre los historiadores portugueses.

Guerra Civil y Restauración

El descontento general con la dictadura de Costa Cabral provocó en 1846 un el levantamiento que terminó con el mandato del dictador. La reina, con sumo pesar, tuvo que destituirlo y poco después nombró otro gobierno conservador encabezado por el Duque de Saldaña. Los septembristas crearon en su principal centro de apoyo, Oporto un gobierno paralelo. Esto provocó una guerra civil. En un principio el gobierno no pudo sofocar las revueltas en el norte del país, por lo que tuvo que solicitar ayuda a Reino Unido y España para poder poner fin a la guerra en 1847.

Tras la guerra civil, la política portuguesa entró en una fase de tranquilidad. De los Cartistas y los Septembristas surgieron partidos políticos, El Partido Regeneracionista (conservador) y el Partido Histórico (progresista). Las discrepancias entre ambos partidos serían solventadas cada vez más a través de medios políticos, rehusándose el uso de la fuerza militar. Los gobiernos conservadores se sucedieron hasta 1856, especialmente bajo la dirección del Duque de Saldaña, que fue primer ministro durante varias legislaturas. Costa Cabral volvería a ser jefe de gobierno entre 1849 y 1851.

Casa Sajonia-Coburgo-Gotha, los últimos reyes portugueses

Fernando II, de la familia noble alemana Sajonia-Coburgo-Gotha.

En 1853 murió María II dando a luz a su undécimo hijo con 34 años. Con el reinado de María II terminó en portugual la Casa de Braganza. La reina se había casado en 1836 con Fernando II de la Casa Sajonia-Coburgo-Gotha. A través de ese matrimonio, la casa alemana pasó a reinar en Portugal.

El sucesor de María II sería su hijo Pedro V, que cuando murío su madre aún era menor de edad, así que su padre Fernando II tuvo que asumir la regencia. En 1855 llegó a la mayoría de edad y tomó las riendas del reino.

Rotativismo

En Portugal se instauró una monarquía parlamentaria, que devino oligárquica. Los políticos, tanto del Partido Regeneracionista como del Partido Histórico, estaban apoyados en la alta burguesía. Como se trataba de grupos cerrados de personas, que tenían el mismo pasado, se creó un sistema de turnismo en el gobierno, denominado en Portugal como Rotativismo. Cuando un partido no tenía apoyos suficientes para seguir gobernando, le daba el poder al monarca y éste nombraba jefe de gobierno al líder de la oposición. Una vez formado el nuevo gobierno, el monarca disolvía el Parlamento, para que asegure que el nuevo gobierno tuviese respaldo parlamentario, amañando las elecciones, algo que era bastante fácil dado el carácter censitario de las mismas. Con este sistema, los grandes partidos se fueron sucediendo en el gobierno, intentándose siempre que estuvieran cada uno el mismo tiempo.

Duque de Loulé.

El turnismo comenzó cuando el nuevo rey, Pedro VI, nombró primer ministro al Duque de Saldaña y, tras él, al Duque de Loulé el presidente del Partido Histórico. Por primera vez desde la dictadura de Costa Cabral llegaban los Septembristas al poder. El gobierno del Duque de Loulé duró hasta 1859, cambiando al Partido Regeneracionista (con el gobierno del Marqués de Terceira, y el de Joaquim António de Aguiar), pasando de nuevo al partido Progresista.

El reinado de Pedro V terminó trágicamente en 1858. Se había casado con Estefanía de Hohenzoller, que había muerto un año antes. El rey cayó en una profunda depresión, y en 1861 murió el rey más amado del pueblo, con sólo 24 años, como consecuenciade una epidemia de fiebres. Junto con él murieron también dos de sus hermanos, por lo que Luis I, el último hijo vivo de la Reina María II, subió al trono.

Entre 1865 y 1868 gobernó una gran coalición de los dos partidos, bajo el mandato de Joaquim António de Aguiar. Debido al aumento de los impuestos, a principios del año 1868 hubo varias revueltas en Lisboa. El gobierno pasó al Partido Regeneracionista, primero bajo Antonio José de Ávila y luego bajo el Marqués de Sá da Bandeira, que había creado su propio partido, el Partido Reformista. Finalmente. el gobierno pasó a manos del Marqués de Loulé, que fue derrocado por un golpe del octogenario Duque de Saldaña. Sá da Bandeira terminó con el último gobierno de Saldanha y convocó elecciones.

Fontismo

de Fontes Pereira de Melo.

Tras las nuevas elecciones se eligió un nuevo gobierno comandado por Fontes Pereira de Melo del partido Regeneracionista. Fontes Pereira de Melo debía estar en el poder hasta 1877, siendo este el gobierno más duradero de este período. Durante este tiempo fallecieron varios de los políticos que habían llevado las riendas del destino de Portugal, en falleció 1874 Joaquim António de Aguiar, en 1875 el Conde de Loulé y en 1876 el Marqués de Sá da Bandeira. En estos años se fundó también el Partido Republicano. El gobierno de Fontes de Melo fue uno de los grandes impulsores de la industrialización.

El Partido Republicano pronto comenzó con las revueltas, debido a la influencia de la declaración en España de la república en 1873.

Con la muerte de Sa da Bandeira desapareció el partido que él mismo había fundado el Partido Reformista, una escisión del partido Histórico, del que era la base de su existencia. El partido Reformista se unió al Histórico para formar el Partido Progresista. Anselmo José Braamcamp se convertiría en el portavoz del nuevo partido. Los progresistas llevaron a cabo grandes reformas entre ellas la reforma de la Constitución, la descentralización y el impulso de un nuevo sistema electoral, así como reformas en materia fiscal. Entre 1877 y 1878 Fontes de Melo tuvo que entregar el gobierno a António José da Ávila (oficialmente debido a una enfermedad, aunque los historiadores apuntan que fue debido a las grandes críticas a su gobierno). La vuelta de Fontes Pereira de Melo, en enero de 1878 aumentó las protestas de los progresistas, que no sólo protestaban por el primer ministro sino también contra el propio Luis I. En las elecciones de noviembre de 1878 fue elegido el partido progresista. Con estas elecciones se eligieron por primera vez a diputados republicanos en la Asamblea Portuguesa.

Tras un escándalo, provocado por las relaciones entre el ministro de finanzas y el banco de Ultramar, el gobierno de Fontes de Melo cayó el 29 de mayo de 1879. Los progresistas subieron por primera vez al poder, siguiendo el sistema de turnismo, pero ahora entre el partido Regeneracionista y el Partido Progresista.

El partido Regeneracionista se encuentra en una oposición sin compromiso ante el nuevo gobierno, Fontes Pereira de Melo llevó a cabo una moción de censura en 1881 para volver a convertirse en jefe del gobierno. El 16 de septiembre de 1885 falleció el jefe del partido Progresista, Baamcamp, su sucesor fue José Luciano de Castro. Cuando el gobierno de Fontes Pereira de Melo tuvo que retirarse en febrero de 1886 debido a un escándalo sobre fiscalidad, José Luciano de Castro asumió el poder.

En 1887 murió Fontes Pereira de MElo. En las elecciones parlamentarias que tuvieron lugar ese mismo año, los republicanos lograron dos diputados. António Serpa se convirtió en el sucesor de Pereira de Melo. En las elecciones de 1888, se elige diputado al que sería el primer presidente de la repúblioca portuguesa Teófilo Braga.

En 1889 murió el rey y su hijo Carlos I ascendió al trono.

Crisis colonial

Durante el siguiente periodo de la historia portuguesa, crece de nuevo el interés por las posesiones de ultramar, especialmente las colonias africanas. En la Conferencia de Berlín de 1884, e dispuso que el ejercicio del control real y la soberanía sobre las posesiones en África se basaría en la decisión que tomaran las potencias coloniales.

Portugal acudió a la Conferencia en 1887 con un plan (el denominado Plan de la Rosa) que pretendía unir sus dos colonias del África meridional (Mozambique y Angola bajo un corredor, lo que chocaba con los intereses británicos, que pretendían un corredor desde Egipto hasta Sudáfrica. El ejército portugués comenzó a ocupar territorios fuera de sus colonias para cumplir con el plan de la metrópolis, ocupando zonas actuales de Malawi. Gran Bretaña protestó enérgicamente contra estas ocupaciones.

A principios de 1890, el gobierno británico envió un ultimátum a Portugal, en el cual se exigía que los soldados que se encontraban entre ambas colonias se retiraran. En esta situación, Carlos I, nombra a António Serpa Pimentel, del Partido Regeneracionista, como jefe del gobierno.

El plan de la Rosa había creado una ola de nacionalismo portugués, que impregnaba la política colonial. El enfado de la población se hizo visible tras el ultimátum británico, que lo hirió. La culpa de la derrota política no se achacó sólo al gobierno, sino también a la monarquía, de tal forma que el rey tuvo que intervenir directamente en la política nacional.

En consecuencia, la oposición republicana se hizo más fuerte. El estudiante António José de Almeida, que luego se convertiría en presidente de la república, publicó un artículo contra la monarquía titulado “Braganza, la última“. En el libro "Finis Patriae" de Guerra Junqueiro se hacen mofas sobre el rey.

Las elecciones parlamentarias de marzo de 1890 tienen un resultado sangriento. Diez personas mueren y 40 resultan heridas. Los republicanos obtuvieron tres escaños, todos por Lisboa. En 1890 se celebra por primera vez el día del Trabajo en Portugal.

La cuestión de las colonias africanas llevó a una crisis política. Tras largas negociaciones, se firmó el Tratado de Londres, en el que se fijaron las fronteras de Mozambique y Angola con las posesiones británicas. Cuando el gobierno sometió el tratado al Parlamento a ratificación, éste entiendió que Portugal se rendía al ultimátum británico. Entonces, se sucedieron varias protestas logrando la oposición que no salga ninguna propuesta del Parlamento . Serpa Pimentel se retira y el rey nombra un nuevo gobierno, que apenas dura. Entre 1890 y 1893 se sucederán varios gobiernos inestables.

A principios de 1891 tiene lugar un levantamiento republicano en Oporto. Se proclama la república, pero pudo ser sofocado.

Problemas económicos

Mientras tanto, los problemas económicos cada vez eran más grandes. Portugal vio aumentada su dependencia frente a potencias extranjeras. La moneda se devauló fuertemente mientras que la hacienda real cada vez caía más. Esto provocó un aumento de las corrientes republicanas y socialistas. La situación financiera del país cada vez era más delicada. Tras la independencia de Brasil, se había perdido la principal fuente de ingresos del país ya que las colonias africanas no podían suplir la falta de ingresos. Portugal, pese a que había habido intentos de industrialización, seguía siendo un país eminentemente rural. El 7 de mayo de 1891 se produjo la bancarrota del estado. El valor de los billetes portugueses cayó un 10 %. La bancarrota del estado implicó que la popularidad del rey y del estado portugués cayera entre la población. La soberanía portuguesa se vio limitada (en 1901 el rey impuso un poder de veto para (Inglaterra, Francia y Alemania) a cambio de dinero para mantener la hacienda). Se propusieron varios planes para recuperar la economía del país. El rey rechazó hasta el 20 % de sus ingresos y en el parlamento se debatió la posibilidad de vender las colonias.

Con el nombramiento de Ernesto Rodolfo Hintze Ribeiro del Partido Regeneracionista como primer ministro en 1893 termina la fase de gobiernos elegidos por el parlamento, el país vuelve al sistema de turnismo entre los dos grandes partidos. Tras Hintze gobernó José Luciano de Castro del partido progresista.

En la política gobernaba el caos, cuantas más elecciones más diputados lograban los republicanos, aunque aún seguían siendo una pequeña minoría en el parlamento. Se intentaron reformas en la ley electoral, para debilitar a los republicanos. A través de una reforma constitucional, que se hizo a través de un real decreto sin contar con la participación del parlamento, el rey quitó poder al parlamento.

Solución de la crisis colonia, problemas con la Iglesia

En 1899 se firma el Tratado de Windsor, que terminará con la crisis colonial entre Reino Unido y Portugal. Ambos se reconocen sus posesiones, obligándose Gran Bretaña a respetar las colonias portuguesas, pero ganando el derecho a que sus ejércitos atravesasen el territorio portugués en África. Antes de que se hubiera firmado, había habido contactos entre Alemania y el Reino Unido, en los que se disponía la delimitación de las colonias alemanas y británicas en el sur de África. En esos acuerdos se tenía en cuenta que, dada la situación financiera de Portugal, éste se vería obligado a vender sus colonias, y comenzaron a repartirse las posesiones portuguesas. Los Estados Unidos, que en aquella época se encontraban en guerra contra España, también pensaron en ocupar, a parte de Cuba, Puerto Rico y Filipinas las Azores. El Tratado de Windsor terminó con ese peligro, y la soberanía portuguesa sobre Mozambique y Angola se hizo reafirmó.

Otro tema que afectaba sobremanera a la política interna de Portugal eran las relaciones con la Iglesia Católica. El proceso de Calmon, en el que una joven de 32 años, hija del cónsul brasileño en Oporto, se enfrentó a su padre, que la quería obligar a ingresar en un convento, provocó revueltas anticlericales en Lisboa. El Partido Regeneracionista, que era anticlerical, reaccionó con una serie de decretos contra la Iglesia: se permitían las órdenes religiosas que se dedicaban evangelizar en las colonias, pero en Portugal se cierran varias instituciones religiosas, entre las que se encontraba un periódico católico. El rey apoyó estas reformas, con lo que se ganó un poco de afecto entre sus súbditos.

El Francismo

En Oporto, los republicanos vencieron en las elecciones municipales. Esas elecciones fueron declaradas nulas y se repitieron, aunque el resultado no varió. El representante del Partido Regeneracionista y jefe de la oposición, Antonio Serpa Pimentel, murió en 1900, Hintze Ribeiro asumió el liderazgo del partido y el gobierno.

Dentro del Partido Regeneracionista comenzó a haber discrepancias, las cuales se complicaban conforme se complicaba la situación política. Al lado de Hintze Ribeiro se encontraba João Franco el político más prestigioso del partido. En contra de Hintze Ribeiro y sus seguidores, en 1901 João Franco fundó el Partido Regeneracionista Liberal.

Entre 1905 y 1906 la política interior del país volvió a resentirse. El gobierno prohibió unas publicaciones republicanas y como reacción hubo protestas callejeras y alzamientos. Cuando el presidente francés visitó el país, fue recibido por una gran manifestación de republicanos. Los progresistas y los regeneracionistas firmaron un acuerdo de paz, para poder terminar, junto con el rey, con los alzamientos republicanos. Tanto Luciano de Castro del partido progresista como Hintze Ribeiro del regeneracionista fueron presidentes del gobierno durante ese año pero no fueron capaces de controlar los alzamientos.

En 1906 el rey llamó a João Franco para ser presidente del gobierno. Franco fue el último primer ministro de la monarquía portuguesa que tuvo algo de importancia. Su gobierno se denominó "Francismo" en el contexto de la historia de Portugal.

João Franco, uno de los últimos jefes de gobierno de la monarquía portuguesa.


El nuevo primer ministro intentó desde el gobierno acercar al rey al pueblo. Su divisa de gobierno sería “Tolerancia y Libertad, eso es lo que debe asumir el pueblo a través del gobierno del rey”. Una de las primeras acciones del nuevo gobierno fue una gran amnistía, de la que resultaron beneficiados muchos republicanos encarcelados por publicaciones contra del rey. El jefe de los republicanos, Bernardino Machado, pudo dar un discurso en público, sin que la policía se lo impidiera. El rey intentó mejorar su imagen trabajando en el gobierno y comenzó a asistir a los consejos de ministros. En las elecciones de 1906 el gobierno logró una mayoría, aunque no se logró integrar a los republicanos en la política del país. Mientras, desde un escaño, un diputado republicano, Afonso Costa dijo: “Por menos de lo que nos ha hecho el rey Carlos, en Francia perdió la cabeza Luis XVI”. Con esto se rompieron las relaciones entre los republicanos y el gobierno. Los republicanos son expulsados tres meses del parlamento. En las manifestaciones, en las cuales se apoyaba a Afonso Costa, se apresa a 63 personas. En Oporto se reúnen 12 mil personas en un gran congreso republicano. 45 mil personas firman una petición, en la que se solicitaba la vuelta de los republicanos al parlamento, lo que tuvo lugar el 21 de diciembre de 1906. En 1907 se dictó una nueva ley de prensa que instauraba la censura. El 8 de mayo de 1907 Franco comienza a gobernar de forma dictatorial, también a través de un decreto en el que no participó el parlamento. Los disidentes dentro del Partido Regeneracionista se unen a los republicanos. A principios de enero de 1908, se detiene y juzga a muchos dirigentes republicanos y disidentes regeneracionistas. Franco solicita y obtiene del rey un decreto, en el que se dicta la deportación de los republicanos a las colonias de ultramar.

Archivo:Carlos I Portugal.jpg
Carlos I de Portugal muere de un tiro en Lisboa en 1908.

El 1 de febrero de 1908 mueren el rey y su heredero en un atentado en la Praça do Comércio de Lisboa.

El fin de la monarquía

Manuel II, el hijo pequeño del rey asesinado, asciende al trono con 18 años. Sería el último rey de Portugal. El rey no pudo mantener la monarquía en Portugal. La primera medida que tomó fue destituir a João Franco, ya que le acuso de haber tenido que ver en el asesinato de su padre y de su hermano. Nombró al almirante Ferreira do Amaral como primer ministro, que intentó, con una serie de medidas liberales, calmar la situación. A esta política se la llamó en Portugal la "Politica de Acalmação". Con ello se repitieron muchos de los procesos que habían tenido lugar bajo el mandato de Franco y se abrieron periódicos prohibidos. También se dictó una amnistía general. Las cortes se disolvieron y se convocaron elecciones. Los republicanos lograron vencer en las elecciones municipales de Lisboa.

Manuel II el último rey de Portugal.

La monarquía portuguesa tendría otros 6 primeros ministros en los últimos 2 años de existencia. Los monárquicos están totalmente divididos, el Partido Regeneracionista se divide en dos facciones a finales de 1909.

El mismo año, en un congreso general republicano se impuso el área radical imponiendo la revolución armada como objetivo del partido. En 1910 Miguel Bombarda, un psiquiatra y cabecilla del movimiento republicano es asesinado por un paciente. Aunque el suceso no tuvo connotaciones políticas, se produjeron levantamientos en Lisboa y en las grades ciudades del país. Dos días más tarde se instauró un gobierno provisional a nombre del republicano Teófilo Braga. El 6 de octubre de 1910 se instaura la república Portuguesa en Oporto. Un día antes, el rey había marchado al exilio en Inglaterra. La monarquía portuguesa, que había comenzado en 1139 cuando Afonso Henriques tomó el título de rey, terminaba 771 años después.


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