- Instituto Argentino de Promoción del Intercambio
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El Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI) fue un ente público argentino creado por decreto-ley 15.350[1] el 28 de mayo de 1946, que si bien fue firmado por el Presidente Edelmiro Farrell, formaba parte del conjunto de medidas que el coronel Juan Domingo Perón y su equipo de asesores habían proyectado,[2] funcionó bajo la órbita del Banco Central, con el fin de centralizar el comercio exterior y transferir recursos entre los diferentes sectores de la economía. Su director fue el economista Miguel Miranda, también presidente del Banco Central.
Contenido
Objetivos
El objetivo que guio la creación del organismo fue la necesidad de contar con un ente especializado en cuestiones comerciales y lograr una mejor inserción externa mediante la conquista de nuevos mercados y la consolidación de la presencia argentina en los ya obtenidos. Asimismo, pretendió promocionar la calidad y diversidad de los productos locales y generar estrategias de defensa de los precios de los mismos en el mercado internacional, ante el eventual deterioro de los términos de intercambio, protegiendo a los productores locales frente a los cambios en los precios internacionales y la acción de los monopolios internacionales y de los países importadores de productos argentinos.
Funciones
El organismo contaba con diversas funciones. En el plano comercial, se encargaba de comprar los cereales, carnes y derivados a los productores, para luego exportarlos. También cumplía funciones financieras, asignando fondos a ciertas reparticiones públicas, gobiernos provinciales e incluso al sector privado para la adquisición de bienes de capital. El IAPI regulaba de hecho el mercado interno en la medida en que sus decisiones afectaban diversos aspectos del sistema económico.
Cuando el Instituto compraba productos elaborados que no lograban colocación, establecía el margen de beneficio al sector industrial, creaba comisiones mixtas especiales para resolver la crisis de ciertos sectores productivos, adquiría materia prima para entregarla a los industriales a fin de que la procesaran por cuenta y orden del Instituto, etc. Asimismo, desarrollaba funciones de promoción y fomento en tanto determinaba qué actividades productivas eran prioritarias y, en consecuencia, debían recibir un tratamiento especial como, por ejemplo, el otorgamiento de créditos sin obligación de devolución. Por otra parte, también subsidiaba la producción de ciertos bienes de consumo masivo con el fin de mantener el nivel del salario real.
Resultados
El IAPI ejerció un rol monopólico en la comercialización de productos agrícolas —principalmente trigo—, comprando en el mercado interno y vendiendo en el internacional, mientras que en el caso de los productos ganaderos asumió un papel menos activo, de intermediación y recaudación de ingresos. Esto se corresponde con la importancia relativa que estos bienes tuvieron por esos años, medida tanto por volumen como por precios; es decir, se comercializaron principalmente cereales, seguidos por productos ganaderos y, en menor medida, forestales y mineros.
El IAPI contó con un doble monopolio: fue el único comprador de la producción agrícola local y el único vendedor de la misma, con lo cual se supuso que podría obtener un mejor precio en el mercado internacional. Sin embargo, aún con toda la producción nacional en su poder, no logró fijar los precios en el mercado internacional de granos, que se manifestó lo suficientemente grande como para evolucionar al margen de la oferta argentina.
En consecuencia, el margen se obtuvo fijando un menor precio a los productores locales, recurriendo a la fuerza del monopolio de compra o monopsonio. En particular, desde 1946 a 1949 el IAPI pagó a los productores de granos y carnes un precio que resultó, en promedio, 50% inferior al que obtuvo en el mercado internacional.
Se lograron convenios comerciales con diversos países; entre 1947 y 1949 se alcanzaron acuerdos comerciales con Suiza, Hungría, Italia, los Países Bajos, Noruega, Finlandia, Dinamarca, Brasil y Suecia. De todos modos y a pesar de los esfuerzos realizados por el organismo para ampliar la cartera de compradores de los productos argentinos, el Reino Unido siguió ocupando el primer lugar como importador, seguido de Estados Unidos.
En lo que respecta a importaciones, la importancia del IAPI fue sensiblemente menor. Las mayores compras se registran en los rubros metalúrgico, de materiales de construcción, maquinarias y textiles, destacándose como vendedores Estados Unidos y Gran Bretaña, mientras que el comercio con la Unión Soviética registró un incremento significativo recién a partir de 1953.
Decadencia
La caída internacional de los precios agrícolas que siguió a la recuperación europea de postguerra, cercenó en gran medida la fuente de ingresos genuinos del IAPI.
Comenzó así una etapa deficitaria, durante la cual el Banco Central (ente del cual el organismo dependía) se vio obligado a financiarlo. Para esto, el Banco Nación y el Banco de Crédito Industrial pedían redescuentos (préstamos) al Banco Central y luego prestaban esos recursos al IAPI.
A partir de 1949 las actividades del Instituto mermaron, dando lugar a que el sector privado se hiciera cargo de gran parte del intercambio. En sus relaciones con el sector privado, el IAPI otorgó importantes subsidios: entre 1947 y 1954 los subsidios al sector agrícola totalizaron 5.063.011 pesos, mientras que el sector ganadero recibió 4.567.590 pesos.
Finalmente, el déficit terminó siendo lo suficientemente importante como para motivar el replanteo de su conveniencia (en su último balance el déficit operativo del organismo ascendió a 20.000 millones de pesos o 3% del PBI corriente de ese entonces).
Referencias
Wikimedia foundation. 2010.