- Iglesias de Cristo
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Se conoce como Iglesias de Cristo a las Iglesias independientes que se identifican con un movimiento religioso que tiene por objeto restaurar la Iglesia tal como se muestra en el Nuevo Testamento de la Biblia; hacen parte de sucesivos esfuerzos históricos que con esa tendencia han surgido a través del tiempo. El término Iglesias de Cristo es usado también por la Iglesia de Cristo (Iglesia Cristiana); no es claro el porqué de la confusión, pero esto se puede deber a que los primeros misioneros que evangelizaron en América Latina prefirieron el nombre Iglesia de Cristo (Church of Christ) al de Iglesia Cristiana (Christian Church), ya que ambas tienen su origen común en el llamado Movimiento de Restauración. Cabe mencionar que las Iglesias Cristianas comparten las raíces históricas y doctrinales con las de las Iglesias de Cristo, excepto que sí usan instrumentos musicales en la adoración.
En las Iglesias de Cristo no están interesados en los credos de manufactura humana, sino simplemente en el patrón trazado en el Nuevo Testamento. No se consideran una denominación - ni católicos, ni protestantes, ni judíos -, sino sencillamente miembros de la Iglesia que nuestro Señor Jesucristo estableció y por la cual se entregó. A propósito, esa es la razón por la cual hacen uso de su nombre: la frase «Iglesia de Cristo» no es usada como una designación denominacional, sino más bien como descriptiva, para indicar que la Iglesia pertenece a Cristo.
Reconocen sus faltas y flaquezas individuales, y es por esta causa que con mayor razón quieren seguir cuidadosamente el plan perfecto de Dios para su Iglesia.
Contenido
Origen
La expresión «iglesias de Cristo» es mencionada en Romanos 16:16 en versiones como la Reina-Valera o La Biblia de Las Américas; en la Reina Valera de 1960 se lee así: “Os saludan todas las iglesias de Cristo”. Esta expresión es una de las tantas usadas en el Nuevo Testamento para referirse a la iglesia. La expresión es reconocida genéricamente en términos de identificación, a diferencia de la derivación de «denominación», y aunque algunos equivocadamente la emplean como nombre distintivo no se emplea con este sentido en el Nuevo Testamento. Cabe señalar que el identificativo «iglesia de Cristo», por genérico, puede apuntar a una congregación que no sea de esta hermandad, por ello el «nombre» por sí solo no apunta a una necesariamente.
Varias comunidades de creyentes a lo largo de los siglos se han autodenominado «iglesias de Cristo», y el término es usado ampliamente tanto por los llamados padres de la Iglesia como por escritores primitivos y en una amplia literaura religiosa. Autores como Keith Sisman han documentado vestigios de comunidades cristianas con esta designación en Francia e Inglaterra tan temprano como en el S.VI y con profundas raíces en Escocia e Irlanda.
La iglesia de Cristo nació en el día de Pentecostés del año 30 ó 33 d. C. (Hechos 2); la determinación del año exacto es irrelevante, sólo que ocurrió cincuenta días después de la ascensión de Jesús. Siendo que la membresía entendida en los términos del Nuevo Testamento es para aquellos que han creído, se han arrepentido y se han bautizado para perdón de sus pecados (Marcos 16:16; Hechos 2:38-42), dondequiera que alguien cumpla con estos requisitos, llega a formar parte de la iglesia de la Biblia, de modo que trazar la historia de la iglesia desde Pentecostés hasta la actualidad es una empresa que implica que cada creyente verdadero, cosa que a última instancia sólo Dios conoce, ha quedado registrado en alguna fuente histórica fidedigna.
Creencias
Entienden que el mandado de contender “por la fe dada una vez a los santos” (Judas 3) implica el estudio diligente y la perseverancia “en la doctrina de los apóstoles” (Hechos 2:42), pues a los apóstoles les fue revelada “toda la verdad” en Cristo por medio del Espíritu (Juan 16:13). Aunque no tienen un credo, sí se aceptan como verdades las siguientes:
- La inspiración verbal-plenaria de la Biblia, es decir, que los autógrafos fueron inspirados por Dios no sólo en su contenido sino también en su forma (2 Timoteo 3:16,17).
- La Biblia como autoridad final y única en materia de fe, especialmente el Nuevo Testamento como norma para los cristianos y la iglesia, pues la Ley de Moisés estuvo vigente hasta la muerte de Jesús.
- El evangelio entendido como la muerte, sepultura y resurrección de Cristo (1Corintios 15:1-4) que debe ser creído y obedecido en el bautismo por todo hombre para salvación (Romanos 6:3,4).
- La iglesia no como parte de una denominación ni abarcando a una denominación o grupo de denominaciones sino como las asambleas locales de cristianos y todas las congregaciones locales juntas, pero sin estructuras jerárquicas por encima de la asambleas local. Por consiguiente, rechazan todo nombre distintivo para la iglesia o los creyentes.
- La necesidad del bautismo para la salvación (Marcos 16:16; Juan 3:3-5; Hechos 2:38; 22:16; Romanos 6:3,4; 1 Corintios 12:13; Gálatas 3:27; Colosenses 2:11,12; 1 Pedro 3:21).
- La creación directa y especial de Dios en seis días de 24 horas.
- La adoración dominical comprendiendo los siguientes actos: canto vocal sin el uso de instrumentos musicales, cena del Señor con fruto de la vid (vino o jugo de uvas) y pan sin levadura, la lectura y predicación de la Biblia, la ofrenda voluntaria y la oración. (Hechos 2:42; 20:7; 1 Corintios 11:23-26; 16:1,2; Efesios 5:19).
- Cada congregación está gobernada por una pluralidad de ancianos/obispos/pastores de acuerdo al plan del Nuevo Testamento (Hechos 14:23; Filipenses 1:1; 1 Timoteo 3:1-7) y servida por diáconos (Filipenses 1:1; 1 Timoteo 3:8-13). De no haber hombres que cubran estos requisitos, uno o varios evangelistas/ministros/predicadores fungen como obreros/líderes de la hermandad local.
- Las hermanas no enseñan públicamente en las congregaciones (1 Corintios 14:33-37; 1 Timoteo 2:11-15).
- Así mismo, niegan la teología sistemática calvinista del pecado heredado, la depravación total, la gracia irresistible, la elección incondicional y la perseverancia de los santos.
Estas, por supuesto, no son todas las creencias, pero sí ilustran de un modo más o menos aproximado la doctrina y práctica de estas congregaciones.
Se han definido diferentes tipos de organización: presbiteriana (gobierno de los ancianos, del gr. presbýteros); episcopal (gobierno de los obispos; del gr. epískopos) y congregacional. Las iglesias de Cristo reconocen que los términos anciano, obispo y pastor constituyen un solo ministerio en la Biblia (Hechos 20:17,28; Tito 1:5-9; 1 Pedro 5:1-3), por lo tanto, no entienden como bíblica ninguna organización que haga distinción entre un anciano, un pastor y un obispo. Entienden que a los tales se les encarga el gobierno de la iglesia local (1 Timoteo 3:4,5; 5:17; 1 Pedro 5:1-3).
Aunque se ha dicho que el gobierno de las iglesias de Cristo es congregacional, siendo que el gobierno congregacional es democrático, es decir, toda la asamblea gobierna los asuntos de la iglesia, y siendo que en las iglesias de Cristo los obispos o ancianos son los que gobiernan la iglesia, sería más propio señalar que se trata de un gobierno episcopal o presbiteriano (no en el sentido denominacional). Como se ha señalado, en ausencia de ancianos, el predicador o evangelista y los varones fieles guían los asuntos de la iglesia, pues siendo que a las hermanas no se les encarga el gobierno de la iglesia (1 Timoteo 3:2; 1 Corintios 14:33-37; 1 Timoteo 2:11-15), no participan de este. Pero ni siquiera en este caso puede hablarse de un gobierno congregacional en el sentido estricto del término.
El uso del calificativo congregacionalista generalmente apunta hacia la autonomía congregacional que se practica en esta hermandad, en el que se asocian para efectos de comunión, misiones o servicio social. Ninguna junta, conferencia o gabinete gobierna sobre las iglesias locales en ningún nivel regional, nacional o internacional.
Iglesias de Cristo en la actualidad
Las Iglesias de Cristo actuales se derivan principalmente del llamado Movimiento de Restauración, que surgió en los Estados Unidos a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, y cuyos principales representantes fueron Alexander Campbell y Barton Stone, los cuales revivieron en su época la antigua aspiración de restaurar la Iglesia del Nuevo Testamento. Este grupo es una de las tres ramas principales del Movimiento de Restauración, del cual forman parte las Iglesias de Cristo, los Discípulos de Cristo y la Iglesia Cristiana Independiente.
Históricamente el Movimiento de Restauración ha sido alimentado de cinco fuentes principales: Las «Iglesias Cristianas», de Barton Warren Stone; los «Discípulos», de Alexander y Thomas Campbell; las «Iglesias de Cristo», del movimiento de los hermanos Haldane; las «Iglesias de Cristo» escocesas; y otras iglesias independientes.
A través de los años se han desarrollado movimientos más o menos afines al ideal de la restauración de la Iglesia primitiva. En el mundo religioso se piensa en las Iglesias de Cristo y el Movimiento de Restauración como una institución originada en los Estados Unidos, aunque se han reconocido esfuerzos similares mucho menores (no muy debidamente documentados), de diversas épocas, en Inglaterra, Alemania, Australia, Rusia, Nigeria, España y Chile.
Actualmente cuentan con unas 13.000 congregaciones tan solo en los Estados Unidos, con unos 3 millones de miembros. Tienen presencia en los 5 continentes, siendo Nigeria donde está la Iglesia de Cristo más grande fuera de los Estados Unidos. En Latinoamérica son particularmente más numerosas que en otros lugares, aunque han surgido más congregaciones en el este europeo. Las Iglesias de Cristo han fundado instituciones educativas de primer orden en los Estados Unidos, tales como la Universidad Cristiana de Abilene, en Abilene, Texas, Pepperdine University, en Malibú, California, y Harding University, en Searcy, Arkansas. También publican un periódico mensual en inglés llamado The Christian Cronicle, con un tiraje de más de 400.000 ejemplares.
Dentro de las Iglesias de Cristo hay diferentes tendencias, que van desde la aceptación de otros grupos religiosos como parte del cristianismo verdadero hasta el extremo de considerarse ellos mismos como los únicos salvos. En los últimos años ha existido un acercamiento entre las Iglesias de Cristo “a capela” y las Iglesias Cristianas, en busca de una más amplia cooperación y unidad. La cooperación se ha llevado a cabo en África, donde algunos misioneros de Iglesias de Cristo son patrocinados por Iglesias Cristianas.
Iglesias de Cristo en Latinoamérica
Desde finales del S. XIX muchas Iglesias y organizaciones asociadas al Movimiento de Restauración se interesaron por abrir el campo de misión en México y América Latina. Lamentablemente, las discrepancias y divisiones entre las distintas corrientes en los Estados Unidos han marcado su influencia en los diversos campos de misión, especialmente en cuanto a la constitución de Sociedades Misioneras, la introducción de instrumentos musicales en la adoración y el cooperativismo en obras de caridad.
Los primeros esfuerzos fueron hechos en Tampico, México (1897), con McNemar, así como en Chihuahua. La Familia Westrup llegó a México para instalar un molino de harina y fueron convertidos por la influencia de un ministro estadounidense. Thomas Martin Westrup es reconocido como el primer predicador de una Iglesia evangélica en Latinoamérica, constituida en Monterrey, México. La comunión de las Iglesias de Cristo (“a capela”) hizo esfuerzos que fueron cristalizados por la influencia de Howard Lesher Schug, maestro de español del entonces Abilene Christian College [1]. El Dr. Schug fue predicador de la Iglesia de Cristo que se reunía en el campus del Abilene Christian College, en 1912. Las congregaciones más antiguas de México se concentran en Coahuila y Tamaulipas. Centroamérica fue alcanzada gracias a la influencia de familias de militares o diplomáticos que llegaron a establecerse en la región. Un importante logro misionero han sido las Iglesias de Cristo en Brasil.
Véase también
Enlaces externos
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