- José Ignacio París Ricaurte
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José Ignacio París Ricaurte (n. 1780 - † 1848) Prócer de la independencia y empresario colombiano, familiarmente conocido como "Don Pepe". Nació en Bogotá el 3 de enero de 1780 y falleció en la misma ciudad el 31 de octubre de 1848.
José Ignacio París Ricaurte
Datos personalesNacimiento 3 de enero de 1780
SantaféProfesión Militar, empresario, político Contenido
Familia
Fue el tercer hijo del capitán español José Martín París Alvarez y de la antioqueña Genoveva Ricaurte Mauris. Contrajo matrimonio en Bogotá en 1812 con su prima Juana María Prieto Ricaurte, hija de Joaquín Prieto Dávila y Rosa Ricaurte Torrijos, con quien solo mantuvo siete años de matrimonio, al fallecer ella en 1819. Fueron padres de 2 hijos: Manuela París Prieto y José Henrique París Prieto. Con Gregoria Ortega Páramo fue padre también de Esteban París Ortega.
Antepasados
16. Tomás París Torres 8. Francisco París Martínez 17. María Martínez 4. Francisco Vicente París Marín 9. Inés Marín Barbero 2. Joseph Martín París Alvarez 10. Juan Alvarez Siruelo 5. Vicenta Alvarez Siruelo 11. Isabel Martínez Vollero 1. Jose Ignacio París Ricaurte 24. José Ricaurte Verdugo 12. José Salvador Ricaurte León 25. Ana León Castellanos 6. Rafael Ricaurte Terreros 26. Agustín Terreros Villarreal 13. Francisca Terreros Villarreal 27. Mariana Villarreal Arizeta 3. María Andrea Genoveva Ricaurte Mauris de Posada 28. Domingo Mauris 14. Manuel Mauris López 29. Dominga López Llanes 7. María Ingacia Mauris de Posada Berdalles 30. Manuel Posada Berdalles 15. Liberata Ignacia Berdalles Posada 31. Jerónima Alvarez del Pino García de Ordás Primeros años
Fue colegial del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. Le fue encomendada la organización del evento de bienvenida al virrey Antonio Amar y Borbón. Viajó a Europa en plan de estudios en 1803. Se dice que en Cádiz ingresó a la logia masónica de dicha ciudad y que allí conoció a Simón Bolívar, de quien fue íntimo amigo.
Carrera Militar
A partir del grito de independencia, se alistó en el ejército granadino. Cayó prisionero en la batalla de Bogotá de 1813. Con la reconquista española, salió de Bogotá como ayudante de campo del general José María Cabal, con quien marchó hasta Buga para buscar un lugar seguro desde el cual pudieran combatir a las tropas españolas. Cayó preso junto a su comandante y conducido a Popayán para su fusilamiento. Sin embargo, fue conmutada la pena y reducido a prisión, de la que salió con la victoria del ejército libertador sobre el realista en 1819. Terminó su carrera con el grado de capitán.
Empresario persistente
En su intensión de recuperar la fortuna de su familia, perdida por la guerra de independencia, inició la empresa de desagüe de la laguna de Guatavita, de la que se creía que poseía en su fondo grandes tesoros de los nativos muiscas. Fracasada esa iniciativa, obtuvo del gobierno la propiedad de la laguna de Fúquene para explotarla con el mismo propósito, pero nunca inició la empresa. Recuperó para sí la explotación de las minas de esmeraldas de Muzo, que había sido de propiedad de su bisabuelo Salvador Ricaurte León. Tras fracasar en continuas oportunidades, modificó el método de explotación de minas gracias a las innovaciones introducidas al país por el inglés Ricardo Niniano Cheyne, lo que hizo descubrir las vetas suficientes para convertirlo en millonario.
Sobre la empresa de esmeraldas escribio el francés Jean Baptiste Boussingault "El gobierno republicano entregó a contrato las dichas minas a uno de nuestros amigos, el señor Joseph París, quien allí se arruinó. Durante 10 o 12 años las búsquedas no muy activas no dieron ningún resultado, cuando un día se encontró un “tope” de una riqueza excepcional. De la miseria, el señor París pasó súbitamente a la riqueza y aun cuando tuvo la imprudencia de ofrecer simultáneamente en el mercado muchas esmeraldas de magnífica agua, logró sumas importantes. Entre sus manos vi un cristal irreprochable que había ofrecido al museo de San Petersburgo por 20.000 francos. La venta no tuvo lugar, pero París siguió el consejo que le había dado un hábil joyero: dividió la magnífica piedra en varios pedazos, vendidos por un total de 25.000 francos. Añadiré que París, después de haber ganado millones murió pobre, cosa que generalmente sucede a quienes se enriquecen con los “topes”; todos los mineros que he conocido eran jugadores incorregibles y siempre ha sido así en el Nuevo Mundo, desde la conquista. He visto en el Chocó a propietarios de lavaderos que van a una sola carta una apuesta de algunos kilogramos de polvo de oro".[1]
Además de las labores de explotación minera, París fundó en 1839 una empresa que tenía privilegio exclusivo otorgado por el Estado para fabricar papel, la cual retuvo hasta su muerte. Los derechos de la misma fueron vendidos en su totalidad por los herederos a don Luis Convers, quien a su vez la cedió a don Camilo Sarmiento.Filántropo
Fue el primer gran maestro masón de Colombia. Como tal, fundó en compañía del general Santander la primera logia que operaba bajo el título del Taller de los Corazones Tristes. Practicando los principios de la francmasonería, de su fortuna destinó un importante caudal para el desarrollo del país. Cabe rescatar las palabras de una mujer al mayordomo de la hacienda El Granate, José Antonio Sarmiento, sobre don José Ignacio, cuando le informaba que sus patrones ingleses habían comprado una finca para trillar: "Son varias ruedas y varios enredos que yo no entiendo, y la gracia es que don Pacho no tiene la hacienda sino por tres años; y la dichosa máquina o indormia, se la compraron a un señor París, que les ha hecho muchos bienes a las gentes de la sabana, trayendo cosas muy buenas, porque él no ha traído fusiles ni pólvora como otros señores". Trajo el pasto tipo king grass para el desarrollo de la ganadería. Recogió los dineros para construir el mausoleo para los restos del general Antonio Nariño, y donó un busto en memoria del prócer Camilo Torres y los monumentos para la sepultura de José María Del Castillo y del general Juan José Neira.
El amigo intimo de Bolívar
Fue reconocido en su tiempo como el amigo íntimo del general Simón Bolívar, como lo describe el francés Boussingalt en el siguiente párrafo: "Un día llegué a Ibagué para entregar un pliego al Libertador, quien regresaba del Perú bastante descontento. Me invitó a cenar y aun cuando yo era el de menor graduación, me hizo sentar junto a él. Estábamos en la casa cural; Pepe París, el amigo íntimo del general que asistía a la comida de Bolívar, mientras servía la sopa dijo en francés, idioma que hablaba muy correctamente: —“¡Señores, al rancho!” La conversación fue muy alegre y con deseo de hacerle la corte, le dije: “general, recibí de Francia un diario, Le Globe, en donde hay un artículo muy elogioso para Vuestra Excelencia” y a continuación pensé para mí: —“Va a quedar encantado el general”. ¡Cómo no! Tomó un rostro amenazante y me apostrofó con cólera: —“¿Pero cómo encuentra Ud. un artículo que me es favorable en un diario y no lo ha traducido? Sin duda que si me hubiera atacado, si hubiera criticado mis actos, la traducción no se habría hecho esperar...” y continuó con ese mismo tono. Entonces me dije a mí mismo: —“¡Bien hecho!, ¡esto te enseñará a hacerte el cortesano!”. Felizmente, Pepe París intervino para sacarme de problemas al decir: —“General, se traducirá el artículo”. Esto fue un calmante que surtió efecto instantáneamente".
Se dice que lo conoció en Europa, tal vez en la logia masónica de Cádiz. Luego de la guerra de independencia, Bolívar lo nombró Jefe del Tribunal de Cuentas de la República. Mientras salía de la pobreza en que vivía, Bolívar le permitió vivir en la casa quinta que la sociedad de Bogotá le obsequió como gratitud a su trabajo por la independencia. En el año de su muerte, y antes de partir al exilio, Bolívar le obsequió la quinta a su gran amigo, con la condición de heredársela a su muerte a su hija Manuela París. De las vivencias en la quinta el inglés Holton escribió en sus memorias: Cuentan que cierto día en que Bolívar, don Pepe y otros amigos estaban en una fiesta en la quinta, uno de los presentes tuvo la audacia de brindar para que Bolívar se convirtiera en rey de Colombia. Pepe brindó luego y dijo: “Bolívar, si llegas a ser rey, que corra tu sangre como este vino”. Y arrojó la copa al suelo. Hubo un gran silencio hasta que Bolívar se levantó y abrazó calurosamente a París.
Quince años después de la muerte del Libertador, José Ignacio París le encomendó al escultor italiano Pietro Tenerani, la elaboración de una estatua de bronce que perpetuara el recuerdo del Libertador. Esta obra se erige en la plaza mayor de Bogotá desde 1848. Ese mismo año, como consecuencia de la metástasis de un cáncer que le mereció la amputación de su brazo izquierdo, falleció. La ciudad de Bogotá le rindió un destacado funeral de dos días, que finalizó con el depósito de sus restos en un mausoleo que aun existe en el Cementerio Central de Bogotá.
Referencias
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- Empresarios de Colombia
- Bogotanos
- Masones de Colombia
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