José María Cid Ruiz-Zorrilla

José María Cid Ruiz-Zorrilla
Ministro de Comunicaciones de España
16 de diciembre de 1933 – 4 de octubre de 1934
Presidente	Alejandro Lerroux García Ricardo Samper Ibáñez
Predecesor	Emilio Palomo Aguado
Sucesor	César Jalón Aragón
Ministro de Obras Públicas de España
4 de octubre de 1934 – 3 de abril de 1935
Presidente	Alejandro Lerroux García
Predecesor	Rafael Guerra del Río
Sucesor	Rafael Guerra del Río
Diputado en Cortes Generales por Zamora
10 de julio de 1931 – 2 de febrero de 1939
Datos personales
Nacimiento	1882 Zamora España
Fallecimiento	1956
Partido	Partido Provincial Agrario Partido Agrario Español
Profesión	Abogado y político

José María Cid Ruiz-Zorrilla (1882 - 1956) fue un abogado y político español de ideología derechista, miembro del Partido Agrario Español, diputado en las Cortes Españolas y ministro durante la II República.

Biografía

Hijo de Fabriciano Cid Santiago, el histórico lider de la izquierda albista (seguidores de Santiago Alba) en la provincia de Zamora, José María Cid era Abogado del Estado por oposición. Ya en la dictadura de Primo de Rivera mostró su oposición al régimen, y se declaró republicano antes incluso de la proclamación de la II República Española.

La candidatura Republicana Independiente, formada por dos figuras de la “vieja política”: Santiago Alba Bonifaz, antiguo líder de la Izquierda Liberal, y José María Cid, que había sido su correligionario suyo en la provincia de Zamora. Después de los comicios, ingresó en la Minoría Agraria y se erigió en dirigente destacado del Partido Provincial Agrario, pieza clave de la política zamorana durante aquellos años.

Diputado

Impulsor del Partido Provincial Agrario, que más tarde se incorporaría al Partido Agrario Español, Cid fue elegido diputado a Cortes por la circunscripción de Zamora en las elecciones de 1931, 1933.

En las Cortes Constituyentes se hicieron notar, por su actuación en el seno de la Minoría Agraria, quienes habrían de ser sus principales dirigentes: Antonio Royo Villanova, célebre por su cerrada oposición al Estatuto de autonomía de Cataluña de 1932; José María Cid, tenaz opositor a la ley de Reforma Agraria; y José Martínez de Velasco, presidente, a la sazón, de dicha minoría, convertida en baluarte combativo de las diversas derechas no republicanas.

En las elecciones de 1936 fue elegido por la circunscripción de Zamora con 69 250 votos de un total de 118 163 votantes, de 175 800 electores, resultando el segundo candidato mas votado tras Antonio Rodriguez Cid.

Ministerio

Ocupa la cartera de ministro de Comunicaciones entre el 16 de diciembre de 1933 y el 4 de octubre de 1934, fecha en que pasaría a ocupar la de ministro de Obras Públicas en la que permanecería hasta el 3 de abril de 1935.

Durante las negociaciones electorales mantenidas por el PAE con el resto de partidos derechistas, cabe destacar el protagonismo desempeñado por José María Cid, quien, nombrado presidente del Comité Electoral, actuó como auténtico “hombre fuerte” de su partido. Su designación pudo deberse al comentado rechazo que Martínez de Velasco suscitaba en la CEDA y los monárquicos por su reiterada coincidencia con Alcalá-Zamora.

Uno de los veintidós juristas adictos a la sublevación quienes desigandos por el Ministerio de Gobernación el 21 de diciembre de 1938 elaboraron el “dictamen sobre la ilegitimidad de los poderes actuantes el 18 de julio de 1936”.

Bibliografía

• Gil Cuadrado, Luis Teofilo (2006). El Partido Agrario Español (1934-1936): Una alternativa conservadora y republicana. Madrid: Universidad Complutense de Madrid. ISBN 978-84-669-2932-5. http://www.ucm.es/BUCM/tesis/ghi/ucm-t%2029208.pdf. 

En el Archivo General de la Guerra Civil de Salamanca, sección Político Social, en sendas carpetas correspondientes a Madrid y Barcelona, se ha encontrado un importante volumen de documentación perteneciente al dirigente del Partido Agrario Español José María Cid. Se trata, en su mayor parte, de cartas dirigidas a él por simpatizantes, militantes y mandatarios provinciales y locales del partido y relativas a asuntos muy diversos, desde electorales hasta peticiones de favores personales, pasando por la denuncia del desorden público por el que atravesaba España en la primavera de 1936.