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Alto Perú
Alto Perú es la denominación que las primeras expediciones españolas de 1538, en tierra de Charcas, utilizaron para designar las ricas tierras que en el periodo incaico conformaban la región del Collasuyo. La riqueza de Potosí, la instauración de la Audiencia de Charcas, el Arzobispado de La Plata y la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca dieron consistencia a lo que sería conocido como Alto Perú (hoy, parte de Bolivia).
Inicialmente Charcas se encontraba bajo la administración del Virreinato del Perú con sede en Lima, hasta 1776, fecha en que se creó el Virreinato del Río de la Plata con sede en Buenos Aires.
Tras el primer grito libertario (Chuquisaca, 25 de mayo de 1809), la creación de la Junta de Buenos Aires en 1810, las facciones realistas de Charcas y Potosí decidieron pedir auxilio al virrey del Perú, poniendo a la Audiencia de Charcas bajo su tutela. Con la llegada del primer ejército de auxilio de Buenos Aires y los levantamientos de Cochabamba, Oruro y Charcas, la Audiencia de Charcas fue nuevamente reincorporada a Buenos Aires. Posteriormente, la región será disputada en repetidas batallas hasta 1824, en que cayó el último ejército realista del Perú y Charcas decidió constituirse en república independiente el 6 de agosto de 1825.
El Alto Perú como parte del Virreinato del Río de la Plata estaba integrado por las intendencias de:
- Intendencia de Potosí
- Intendencia de Cochabamba
- Intendencia de Chuquisaca o también llamada Charcas
- Intendencia de La Paz
Corresponden al Altiplano andino o Puna, poblado por las etnias colla, aimara (principalmente en La Paz), uru (en la cuenca del Lago Titicaca), y otras etnias andinas que, en lugar del aimara hablaban o fueron forzadas a adoptar el quechua como idioma al producirse las conquistas incas en las zonas de Cochabamba, Chuquisaca y Potosí.
Por razones históricas, de fisiografía y de cultura étnica el Alto Perú se encuentra muy relacionado con el Perú andino y costero, en tanto que los gobiernos subordinados o militares de Moxos (pronunciar: Mojos), esto es, aproximadamente los territorios de El Beni, El Acre (o Aquirí), y de los Chiquitos -en gran medida Santa Cruz- resultaban y resultan diversos del Alto Perú, ya que el Alto Perú se corresponde actualmente casi absolutamente con el Altiplano boliviano.
Todos estos territorios, al separarse de las Provincias Unidas del Río de la Plata se constituyeron en la República de Bolivia.
En 1561 se instaló en la ciudad de La Plata (actual Sucre) la Real Audiencia de Charcas, suprema autoridad judicial del Alto Perú. Atendiendo la necesidad de crear un nuevo centro administrativo regional desde donde se pudiera controlar con el debido cuidado y atención la zona de mayor producción de plata.
El papa Julio III, erigió el obispado de La Plata en junio de 1552, con jurisdicción sobre el Alto Perú, parte de Chile, el Tucumán y el Río de la Plata. Su primer obispo fue fray Tomás de San Martín. De este obispado se separarían luego el obispado de Santiago de Chile en 1563 y el del Tucumán en 1571.
En 1605 el papa Paulo V creó los obispados de Nuestra Señora de La Paz con sede en la villa de Chuquiabo (La Paz) y el de San Lorenzo de la Barranca o Mizque con jurisdicción sobre lo que posteriormente se llamó Moxos y Chiquitos, trasladado poco después a Santa Cruz de la Sierra.
En 1609 el obispado de La Plata fue elevado a arzobispado, siendo sus sufragáneos los obispados de La Paz, Santa Cruz de la Sierra, Tucumán, Paraguay y Buenos Aires.
En 1810, tras la expulsión del virrey del Río de la Plata los patriotas tomaron el control de Charcas, adhiriendo a las Provincias Unidas del Río de la Plata. El 3 de agosto el virrey del Perú José Fernando de Abascal y Sousa anexó el territorio de la Audiencia de Charcas a su virreinato.
Luego de la batalla de Yavi (15 de noviembre de 1816) las tropas españolas recuperaron el control territorial del Alto Perú, reestableciéndose la Audiencia de Charcas, que pasó entonces a depender del Virreinato del Perú, al frente del cual se encontraba el virrey José Fernando de Abascal y Sousa, Marqués de la Concordia (1806-1816). El mando de Juan Martín de Pueyrredón, Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, fue sustituido por el del virrey del Perú.
El 22 de febrero de 1818, el general en jefe del ejército del Perú nombró al general Maroto gobernador e intendente interino de la ciudad y provincia de La Plata además de presidente de la Real Audiencia de Charcas donde combatió a los caudillos rebeldes y patriotas, manteniendo el territorio bajo control hasta 1823, cuando el General Andrés de Santa Cruz reconquistó La Paz para los patriotas.
En plena lucha contra los independentistas, el último presidente de la Audiencia fue Antonio Vigil en 1824 nombrado por Olañeta. La creación por Simón Bolívar del Tribunal de Justicia del Alto Perú constituyó, de facto, el final de la Audiencia de Charcas.
Gobierno durante el Virreinato del Río de la Plata
Las cuatro provincias eran gobernadas por gobernadores intendentes nombrados por el rey y los partidos por subdelegados elegidos por el virrey por el término de cinco años y a propuesta de los intendentes. Los gobiernos de Moxos y Chiquitos se hallaban sujetos a reglamentos especiales, con dependencia inmediata de la Real Audiencia de Charcas en materia de Real Hacienda.
Existían también instancias municipales con Cabildos, Ayuntamientos o Consejos formados de alcaldes y regidores a cuyo cargo estaban la seguridad pública, el ornato, la comodidad y la moral.
En lo judicial, en las capitales de provincia eran jueces de primera instancia el teniente gobernador y dos alcaldes elegidos anualmente por los Cabildos y en los partidos los subdelegados. Los pleitos seguidos en las cuatro provincias podían ser llevados en apelación o súplica ante la Audiencia de Charcas: también podía apelarse ante ella de las resoluciones de los intendentes en puntos contenciosos de policia y gobierno.
El gobernador intendente de Charcas tenia además el título de presidente de la Real Audiencia, que era la suprema autoridad en materias contenciosas. La Real Audiencia de Charcas se componía de cierto número de oidores nombrados por el rey y que duraban en su empleo según la voluntad del monarca, lo mismo que los intendentes gobernadores.
Los asuntos eclesiásticos seguían subordinados a la autoridad de los obispos, sometidos a su vez, en grado de apelación, a la del arzobispo de Charcas. Los de hacienda y guerra estaban bajo la inmediata inspección de los respectivos intendentes.
Véase también
Categorías: Historia de Bolivia | Virreinato del Perú | Historia de Argentina
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