Virreinato del Río de la Plata

Virreinato del Río de la Plata
Virreynato de las Provincias del Río de la Plata
Virreinato del Río de la Plata

Virreinato de España

Bandera de España 1760-1785.svg
Bandera de España 1760-1785.svg
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1776–1811

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Primera bandera de Paraguay (1811).PNG
Flag of Spain (1785-1873 and 1875-1931).svg
Flag of Spain (1785-1873 and 1875-1931).svg

Bandera de España

Bandera

Ubicación de Virreinato del Río de la Plata
Capital Buenos Aires, Montevideo[1] (provisionalmente, desde el 19 de enero de 1811)
Idioma principal Castellano
Religión Católica
Gobierno Virreinato indiano
Rey
 • 1776 - 1788 Carlos III
 • 1808 - 1814 Fernando VII (de jure)
Virrey
 • 1777 - 1778 Pedro de Cevallos
 • 1810 - 1811 Francisco Javier de Elío (sólo reconocido en la Banda Oriental y Paraguay)
Período histórico Imperio español
 • Creación por Real Cédula 1 de agosto de 1776
 • Primera invasión inglesa a Buenos Aires 2 de enero de 1806
 • Invasión inglesa a la Banda Oriental 16 de enero de 1807
 • Segunda invasión inglesa a Buenos Aires 28 de junio de 1807
 • Revolución de Mayo 25 de mayo de 1810
 • el virreinato fue abolido por las Cortes de Cádiz 1810-1814
 • No fue nombrado un nuevo virrey, el gobernador de Montevideo quedó como capitán general.[2] 18 de noviembre de 1811
Moneda Peso (moneda)
En 1816 el Congreso de Tucumán declaró la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata o Sud América.

El Virreinato del Río de la Plata, Virreinato de las Provincias del Río de la Plata o Virreinato de Buenos Aires, fue una entidad territorial, integrante de España, establecida en la última fase de su periodo de España en América. Fue creado provisionalmente el 1 de agosto de 1776, y en forma definitiva el 27 de octubre de 1777, por orden del rey Carlos III a propuesta de su ministro de Indias José de Gálvez y Gallardo.

El Virreinato del Río de la Plata integró los territorios de las gobernaciones de Buenos Aires, Paraguay, Tucumán y Santa Cruz de la Sierra, el Corregimiento de Cuyo y los corregimientos de la Provincia de Charcas. Esos territorios integran en la actualidad las repúblicas de Argentina, Bolivia, parte sur de Brasil, parte norte de Chile,[3] Paraguay, partes meridionales de Perú y todo Uruguay, así como también las disputadas islas Malvinas (reclamadas por Argentina). Además incluyó nominalmente las islas africanas de Fernando Poo (hoy Bioko) y Annobón en la actual Guinea Ecuatorial,[4] cedidas por Portugal en 1777, aunque el intento por colonizarlas fracasó. La Revolución de Mayo en 1810 en la capital del virreinato, la ciudad de Buenos Aires, precedida por las de Chuquisaca y La Paz en 1809 en la Audiencia de Charcas, puso fin a su unidad y desató la Guerra de Independencia de la Argentina que culminó con la completa segregación de los territorios del virreinato respecto del poder español. El 18 de noviembre de 1811 abandona el cargo Francisco Javier de Elío el último virrey nombrado que ejerció en el virreinato. El gobernador de Montevideo Gaspar de Vigodet asume su defensa como jefe y capitán general de las Provincias del Río de la Plata. El virreinato fue abolido por las cortes de Cádiz.[5]

Contenido

Motivos de su creación

La enorme superficie que abarcaba el Virreinato del Perú dificultaba las tareas de gobierno, lo cual fue un poderoso motivo para la división del territorio. Otros motivos que influyeron en la decisión de efectuar esa separación fueron: la presión portuguesa sobre la Colonia del Sacramento y toda la Banda Oriental, así como todos los otros territorios limítrofes entre hispanos y luso-brasileños; la creciente importancia que iba cobrando Buenos Aires como centro comercial; la importancia del estuario del Río de la Plata como entrada al continente y la defensa de los puertos de Buenos Aires y Montevideo, y las sucesivas expediciones británicas y francesas sobre las costas patagónicas.

La Ruta del Galeón

La ruta monopólica oficial española desde 1573, llamada "Ruta del Galeón", era utilizada para el intercambio comercial entre España y las Indias en dos flotas anuales destinadas a los puertos de Veracruz (Flota de Nueva España) en Nueva España y Portobelo en Panamá (Flota de Tierra Firme). Las remesas de plata, oro, esmeraldas, etc., que salían desde el Virreinato del Perú iban regularmente desde el Callao hasta la ciudad de Panamá. Desde allí los cargamentos de riquezas eran llevados por tierra a Portobelo y desde ese puerto las armadas de galeones surcaban el mar Caribe hacia Cartagena de Indias y Santa Marta y luego hasta Santo Domingo, para luego cruzar el océano Atlántico hasta el puerto de Sevilla (que fue puerto único de embarque y desembarque hasta 1765). En el sentido inverso los productos de España llegaban al Callao y de allí se los llevaba a lomo de mula a Potosí, desde donde llegaban a Buenos Aires. Portobelo era, con Cartagena de Indias y La Habana, uno de los baluartes principales para la protección de la Ruta del Galeón y en punto en donde se realizaban las ferias de intercambio comercial. El 21 de noviembre de 1739 los británicos capturaron, saquearon y destruyeron Portobelo, lo que demostró paulatinamente a las autoridades españolas que convenía oficializar una ruta más segura y hasta entonces usada para el "contrabando ejemplar": la que desde el Alto Perú transportaba clandestinamente las riquezas por el "Camino Real", pasando por Salta y Córdoba hasta llegar al puerto de Buenos Aires, puerto que había crecido precisamente con el "contrabando ejemplar". El Río de la Plata era la principal alternativa a la Ruta del Galeón, lo que lo convertía en vulnerable a ataques enemigos y hacía necesario un fortalecimiento de la presencia española en él. Desde 1662 existía la Aduana Seca de Córdoba que aplicaba impuestos del 50% a los productos que del Río de la Plata pasaban al Perú, sin distinguir si su origen era legal o del contrabando.

En 1778 Carlos III promulgó el "Reglamento para el Comercio Libre de España e Indias" que puso fin a la ruta monopólica abriendo al comercio 24 puertos americanos, entre ellos Buenos Aires.

Historia

Proyecto de virreinato austral

El 8 de octubre de 1773 el rey pidió informes al virrey del Perú, a la Audiencia de Lima, y al gobernador de Buenos Aires, respecto de la posible creación de la Real Audiencia del Tucumán. El virrey del Perú, Manuel de Amat y Juniet, le respondió el 22 de enero de 1775 expresando los motivos por los que creía debía reinstalarse una audiencia en Buenos Aires y crearse un virreinato con capital en Chile que abarcara el Río de la Plata.[6] El 18 de noviembre de 1775 fueron repedidos los pedidos de informes a la Audiencia de Lima y al gobernador de Buenos Aires, que no los habían remitido. Cuando el proyecto aún estaba en estudio, el 1 de abril de 1776 el comandante general portugués de São José do Norte, el alemán Johann Heinrich Bohm, atacó los fuertes de Santa Bárbara y Trindade y recuperó la villa de Río Grande, que había sido conquistada por Pedro de Cevallos el 12 de mayo de 1763 (cuando era gobernador de Buenos Aires).[7] Este conflicto con Portugal precipitó la decisión del rey de crear un virreinato basado en el Río de la Plata y no en Chile.

El virreinato personal

Pedro de Cevallos, primer virrey del Río de la Plata.

El 27 de julio de 1776 el gobernador de Madrid, teniente general Pedro de Cevallos, recibió una nota con el nombramiento de comandante de la expedición a la América meridional que se alistaba en Cádiz, junto con el mando de las provincias de la Audiencia de Charcas y el Corregimiento de Cuyo, en carácter de virrey y capitán general. Una vez concluida la expedición, Cevallos retornaría a su cargo en Madrid, «dejando entónces el mando militar i político de las provincias del Rio de la Plata en los términos en que han estado hasta ahora.»

El 1 de agosto de 1776 el rey Carlos III formalizó el nombramiento mediante una Real Cédula, nombrando a Cevallos:

(...) mi Virrey, Gobernador y Capitán General de las de Buenos Ayres, Paraguay y Tucumán, Potosí, Santa Cruz de la Çierra, Charcas, y de todos los Corregimientos, pueblos y territorios á que se extienden la jurisdicción de aquella Audiencia, la qual podréis presidir, en el caso de ir á ella, con las propias facultades y autoridad que gozan los demás Virreyes de mis dominios de las Indias, según las Leyes de ellas; comprehendiéndose asimismo vajo de vuestro mando y jurisdición los territorios de las ciudades de Mendoza y San Juan del Pico, que oi se hallan dependientes de la Governación de Chile; con absoluta independencia de mi Virrey de los Reynos del Perú, durante permanescáis en aquellos paízes, así en todo lo respectibo al Govierno militar, como al político y Superintendencia General de Real Hazienda, en todos los ramos y productos della.[8]

La Real Cédula de 1776 creó un virreinato personal en favor de Cevallos,[9] mientras durara su permanencia en el territorio, dispensado de todas las formalidades y exigencias a las que estaban sometidos los virreyes de acuerdo a las Leyes de Indias. El objetivo era poner en manos del comandante de la expedición todos los recursos disponibles en los territorios del Alto Perú, las gobernaciones del Paraguay, Tucumán y del Río de la Plata y el Corregimiento de Cuyo, que hasta entonces era parte de la Capitanía General de Chile. La Real Cédula expresaba «que luego que estéis navegando, á la salida de Cádiz, os deis á rreconocer por tal Virrey, Governador y Capitán General en todos los buques de guerra y de trasporte, para que se hallen en esta inteligencia y estén á vuestras órdenes quantos ban embarcados en ellos.» La flota partió de Cádiz el 13 de noviembre de 1776.

Expedición de Cevallos

Río de la Plata, mapa de 1600.

El rey enviaba la expedición «dirijida á tomar satisfacción á los portugueses por los insultos cometidos en mis provincias del Rio de la Plata», de modo que su administración sobre el territorio platense y las ciudades de Cuyo incorporadas tendrían en principio un fuerte carácter militar. En ese momento inaugural el Virreinato del Río de la Plata incluyó a todo el territorio que actualmente son los estados brasileños de Río Grande del Sur (llamado por los españoles Río Grande de San Pedro), Santa Catarina y amplias zonas que hoy son parte de Paraná y Mato Grosso del Sur así como pequeños sectores que actualmente corresponden al oeste del Mato Grosso. Cevallos inició su campaña intentando llevar el límite de los territorios portugueses al Este de la línea de Tordesillas y para ello los desalojó de las plazas de Colonia del Sacramento, Río Grande y la población de Nuestra Señora del Destierro en la isla de Santa Catalina.

El 20 de febrero de 1777 la expedición de 116 barcos desembarcó tropas en la isla de Santa Catalina, que se rindió el 5 de marzo, quedando el teniente coronel Juan Roca como gobernador. Luego Cevallos se dirigió al sur de la Banda Oriental, llegando a Montevideo el 20 de abril de 1777. El 4 de junio se rindió el gobernador portugués de Colonia del Sacramento, que fue arrasada por orden de Cevallos. Luego continuó la ofensiva en el Este del territorio y tomó la Fortaleza de Santa Teresa y el Fuerte de San Miguel, avanzando sobre la población de Río Grande, pero la ofensiva fue detenida el 4 de septiembre de 1777, al conocerse la firma de la paz entre España y Portugal.

El 1 de octubre de 1777 fue firmado el Tratado de San Ildefonso entre España y Portugal, que acordó la soberanía española sobre la Colonia del Sacramento y la isla San Gabriel, pero obligó a España a renunciar definitivamente a la isla de Santa Catalina y al territorio de Río Grande, al Este de la Banda Oriental, que había ido siendo ocupado paulatinamente por Portugal y cuya posesión se había consolidado con el Tratado de Madrid (1750). España recibió también la cesión de las islas de Annobón y Fernando Poo en el golfo de Guinea.

Creación permanente del virreinato

Finalizadas las hostilidades con Portugal, Cevallos entró en Buenos Aires el 15 de octubre y el 6 de noviembre dictó el "Auto de libre internación" con lo cual quedó autorizado el comercio de Buenos Aires con Perú y Chile.

El rey emitió el 27 de octubre de 1777 en San Lorenzo otra Real Cédula, por la que dio por definitivamente constituido el virreinato, terminando con su carácter excepcional y personal:

(...) Don Juan José de Vertiz, Teniente General de mis Reales Ejércitos: Por mi cédula de 1º de agosto del año próximo pasado, tuve por conveniente nombrar para Virey, Gobernador y Capitan General de las Provincias del Rio de la Plata, y distrito de la Audiencia de Charcas con los territorios de las ciudades de Mendoza y San Juan de la Frontera ó del Pico de la Gobernacion de Chile, al Capitan General de mis Reales Ejércitos don Pedro de Cevallos, mediante las circunstancias que entónces concurrian para ello, y durante se mantuviese este Capitan General en la comision á que fue destinado en esa América meridional. Y comprendiendo ya lo muy importante que es á mi Real servicio y bien de mis vasallos en esa parte de mis dominios la permanencia de esta dignidad, porque desde Lima á distancia de mil leguas no es posible atender al Gobierno de las espresadas Provincias tan remotas, ni cuidar á que el Virey de ellas dé la fuerza y conservacion de ellas en tiempo de guerra: He venido en resolver la continuacion del citado empleo de Virey, Gobernador y Capitan General de las Provincias de Buenos Aires, Paraguay, Tucuman, Potosi, Santa Cruz de la Sierra, Charcas, y de todos los corregimientos, pueblos y territorios á que se estiende la jurisdiccion de aquella Audiencia, comprendiéndose assi mismo bajo del propio mando y jurisdiccion, los territorios de las ciudades de Mendoza y San Juan del Pico, que estaban a cargo de la gobernacion de Chile, con absoluta independencia del Virey de Perú y del presidente de Chile (...)

Al arribar a Buenos Aires el nuevo virrey, el teniente general Juan José de Vértiz y Salcedo, Cevallos le entregó el mando el 28 de junio de 1778, retornando a España con la mayor parte de las tropas con las que había expedicionado, muriendo el 26 de diciembre de ese año.[10]

Desarrollo histórico

El 25 de octubre de 1778 el rey nombró a Manuel Ignacio Fernández como «intendente de todos los ramos de la Real Hacienda», para ocuparse del cobro, custodia y empleo de la renta de todo el virreinato.

En 1781 el virrey Vértiz envió al Alto Perú una fuerza militar para colaborar en la sofocación de la rebelión de Túpac Amaru II. La fuerza fue comandada por el coronel Ignacio Flores, nombrado presidente de Charcas.

Para su mejor administración, la Real Ordenanza de Intendentes de Ejército y Provincia del 28 de enero de 1782 dividió el Virreinato del Río de la Plata en ocho intendencias. Se suprimieron los corregimientos y gobiernos políticos militares a excepción de los de Montevideo y Misiones. Cada intendencia quedó encabezada por un gobernador intendente, disponiendo la ordenanza: «Art. 6: Mando que los intendentes tengan a su cargo los cuatro ramos, de Justicia, Policía, Hacienda y Guerra, dándoles para ello, como lo hago, toda la jurisdicción y facultades necesarias, con respectiva subordinación y dependencia al virrey y Audiencias de aquel virreinato.»

El 14 de abril de 1783 fue dictada la Real Cédula que restableció la Real Audiencia de Buenos Aires, la cual tenga por distrito la provincia de este nombre y las tres del Paraguay, Tucumán y Cuyo. La instalación solemne de la Real Audiencia tuvo lugar el 8 de agosto de 1785.

El 5 de agosto de 1783 el rey hizo en San Ildefonso 17 modificaciones a la Real Ordenanza de 1782. Restaurando los gobiernos político militares de Moxos y Chiquitos y modificando las intendencias.

El 8 de agosto de 1801, un grupo de irregulares portugueses aliados con algunos guaraníes descontentos, en el contexto de la Guerra de las Naranjas, ocuparon el pueblo de San Miguel Arcángel y pocos días después conquistaron el resto de las Misiones Orientales y el pueblo de San Francisco de Borja. Otras fuerzas portuguesas se apoderaron de las guardias entre los ríos Piratiní y el Yaguarón, Batoví, el Fuerte de Santa Tecla, la Guardia de San Martín y el área costera hasta el arroyo Chuy. En enero de 1802 arrasaron el Fuerte de San José ubicado en la margen sur del río Apa en el Paraguay. Aunque el rey portugués aceptó devolver las conquistas, nunca lo hizo.

En 1806 y 1807 se produjeron las Invasiones Inglesas al Río de la Plata. Debido a la toma de Buenos Aires por los británicos, el virrey Rafael de Sobremonte se trasladó a Córdoba, ciudad a la que declaró capital interina del virreinato el 14 de julio de 1806.

Para sofocar las revueltas de Chuquisaca y La Paz, el virrey Cisneros envió desde Buenos Aires un contingente de 500 hombres al mando de Vicente Nieto y del coronel de marina José Córdova, que partió el 4 de octubre de 1809.

Rechazo al dominio francés

Napoleón Bonaparte y José I enviaron al marqués de Sassenay al Río de la Plata con el fin de hacer jurar lealtad al nuevo monarca impuesto en España por la ocupación francesa y dar a conocer la abdicación de los reyes españoles. El marqués de Sassenay llegó a Buenos Aires en julio de 1808, el virrey Santiago de Liniers realizó consultas con la Real Audiencia y con el Cabildo de Buenos Aires para decidir que posición tomar, pero tanto el Cabildo como la Audiencia rechazaron las exigencias francesas y quemaron los pliegos que les había presentado el enviado de Napoleón, a quien otorgaron un breve plazo para abandonar la ciudad. El marqués de Sassenay se dirigió a Montevideo pero allí fue apresado por el gobernador Elío. El 21 de agosto se realizó en Buenos Aires la proclamación y jura de Fernando VII como soberano español. En septiembre de 1808 Liniers declaró la guerra a Napoleón y a José I y reconoció la Junta Central de Sevilla. Ésta envió a José Manuel de Goyeneche como delegado para hacer jurar en el Perú y el Río de la Plata lealtad a la Junta de Sevilla y posteriormente envió a Baltasar Hidalgo de Cisneros como nuevo virrey en reemplazo de Liniers.[11]

Guerra de independencia y final del virreinato

El 25 de mayo de 1810 se produjo la Revolución de Mayo en Buenos Aires, durante la cual fue depuesto el virrey Cisneros y asumió una junta de gobierno que se negó a reconocer a la Junta de Sevilla y a su sucesor el Consejo de Regencia de España e Indias.

Retrato de Fernando VII de Borbón realizado por Francisco de Goya. Museo Municipal de Bellas Artes, Santander, (España).[12]

El gobernador intendente realista de Asunción del Paraguay, Bernardo de Velasco remitió a Buenos Aires una nota comunicando que la Provincia del Paraguay no reconocía a la Junta de Buenos Aires. El 24 de junio de 1810 un congreso paraguayo reiteró su fidelidad a la monarquía española de Fernando VII y al Consejo de Regencia. El 17 de junio de 1811 un congreso nombró una junta gubernativa presidida por Fulgencio Yegros, siendo depuesto Velasco y luego acordada la paz con Buenos Aires.

El 13 de julio de 1810, el virrey del Perú proclamó la reincorporación provisoria del territorio de la Audiencia de Charcas al Virreinato del Perú, hasta el final de la guerra. Lo hizo a pedido del presidente de Charcas y del gobernador de Potosí.

El 19 de enero de 1811, Francisco Javier de Elío declaró a Montevideo capital del virreinato y asumió como virrey del Río de la Plata (cargo para el que fue nombrado por el Consejo de Regencia el 31 de agosto de 1810), pero la población rural de la Banda Oriental rechazó la autoridad del nuevo virrey en febrero de 1811, hecho conocido como "el Grito de Asencio". El 11 de mayo de ese año, José Gervasio Artigas derrotó en el paraje Las Piedras al jefe realista José Posadas, quedando Elío sólo con el control de la Colonia del Sacramento y la sitiada ciudad de Montevideo, mientras que las tropas revolucionarias de Artigas controlaban el resto de la Banda Oriental.

El 20 de octubre de 1811, Elío y el Gobierno de Buenos Aires firmaron un armisticio que devolvía al control realista la Banda Oriental y las villas entrerrianas de Gualeguaychú, Gualeguay y Concepción del Uruguay. Por orden del Consejo de Regencia, Elío dejó el cargo de virrey el 18 de noviembre de 1811, asumiendo el mariscal de campo Gaspar de Vigodet como Gobernador y Capitán General de las Provincias del Río de la Plata y Presidente de la Real Audiencia de Buenos Aires. A mediados de diciembre Elío se embarcó para España.

La ciudad de Salta volvió al control realista el 29 de enero de 1812, permaneciendo en su poder hasta febrero de 1813.

El 23 de junio de 1814 Vigodet se rindió a las tropas revolucionarias comandadas por Carlos de Alvear, quedando la Banda Oriental libre del dominio español.

El 6 de diciembre de 1822, el coronel español Pedro Antonio de Olañeta se retiró del territorio jujeño que había invadido, hecho que marca el final de la presencia española en lo que fuera el territorio del Virreinato del Río de la Plata (sin considerar el territorio de la Audiencia de Charcas que había vuelto provisionalmente al Virreinato del Perú el 13 de julio de 1810).

Organización territorial del virreinato

El territorio del Virreinato del Río de la Plata poseyó dos sucesivas organizaciones territoriales:

El Virreinato del Río de la Plata en 1783.[13]
  • La primera que va de 1776 a 1782 implicaba la existencia de una sola audiencia y la conservación de las gobernaciones, gobiernos y corregimientos con los que se había constituido el virreinato: 4 gobernaciones y 3 corregimientos, quedando bajo su dependencia 5 gobiernos político militares (o "provincias subordinadas"), 20 corregimientos indígenas, dos corregimientos de españoles subordinados y una comandancia político militar. El Corregimiento de Cuyo fue transferido desde la Real Audiencia de Chile a la de Charcas. Se agregaron en 1778 la Superintendencia de los Establecimientos Patagónicos (1778-1785) y la efímera Gobernación de Fernando Poo y Annobón (1778-1780), no pudiendo conservarse la gobernación creada en la isla de Santa Catalina luego de la paz con Portugal.
  • A partir de 1782 se aplicó el régimen de gobernaciones intendencias, creándose 8 de ellas a las que se le dio el nombre de provincias y los corregimientos pasaron a ser partidos, ordenándose suprimir los gobiernos político militares. Pero en 1783 se efectuó un reordenamiento, suprimiendose tres intendencias y creándose otras tres y restableciéndose la Real Audiencia de Buenos Aires, los gobiernos político militares fueron mantenidos a excepción del de Chucuito. La Superintendencia de los Establecimientos Patagónicos subsistió hasta 1785, cuando fue transformada en la Comandancia de Patagones. En 1784 fue creada la Intendencia de Puno con parte de la de La Paz, pero fue transferida al Virreinato del Perú en 1796. Desde 1787 tres partidos de esta intendencia pasaron a integrar la nueva Real Audiencia del Cuzco, a la que se integraron los demás desde 1796. Al momento de la Revolución de Mayo en 1810, las 8 intendencias tenían bajo su dependencia a 40 partidos, 4 gobiernos político militares y dos tenencias de gobierno. Existían además varias comandancias político militares ubicadas en zonas de frontera con el Brasil portugués, y por esto particularmente militarizadas, y otras ubicadas en puntos estratégicos y vulnerables, las cuales estaban bajo la dependencia directa del virrey.

Eclesiásticamente todo el virreinato formaba una provincia, la de Charcas, de cuyo arzobispo eran sufragáneos 6 obispos diocesanos, siendo el de Salta creado en 1806. Al pasar al Virreinato del Perú la intendencia de Puno en 1796, los partidos de Chucuito y Paucarcolla continuaron dependiendo del obispado de La Paz.

Economía

El nombre mismo del virreinato sugiere cuál fue el producto económico que resultó basal para la economía de éste, la plata, obtenida principalmente de las minas ubicadas en el Alto Perú (de todas las minas, la más célebre fue la del cerro Rico de Potosí), la misma región altoperuana era gran productora de otros minerales: cobre, estaño, oro. Esta base económica significó el desarrollo de un tránsito carretero que generalmente "bajaba" desde el Alto Perú hasta el puerto de Buenos Aires siguiendo el Camino Real, tal tránsito supuso por su parte la cría de mulas (es decir, también de caballos y asnos) la cual se realizaba principalmente en las ciudades del Tucumán. Este tránsito promovió una industria cuasi artesanal de carretas (en San Miguel de Tucumán y en la ciudad de Mendoza), las carretas muy lentas eran casi siempre tiradas por bueyes y sus marchas por extensos itinerarios se reducían a unas pocas leguas por día. El tráfico de plata fue de este modo el principal rubro de exportaciones desde el virreinato hacia Europa. Tal tráfico frecuentemente estaba asociado con el contrabando y un intercambio de plata por gente esclavizada llevada desde el África hasta el puerto de Buenos Aires para luego ser "distribuida" en diversas zonas.

La mayoría de la población se concentraba en las zonas altoperuanas, pobres en producciones agrícolas y ganaderas; esto significó el desarrollo de nuevos centros y circuitos productivos y comerciales dentro del virreinato: la región pampeana y las Vaquerías del Mar pobladas por inmensas greyes de vacunos proveyó de carne barata no solo a las poblaciones del Alto Perú sino a las del Brasil portugués, en el segundo de los casos se efectuaba contrabando masivo desde la Banda Oriental y las Misiones Orientales siguiendo luego la Ruta del ganado hasta Curitiba y de allí hasta la "feria" de Sorocaba; los rodeos de ganados realengos (es decir ganados que al carecer de dueños precisos nominalmente eran pertenecientes a la corona española aunque en los hechos, al ser cimarrones, solían resultar de usufructo público) requirieron un tipo especial de trabajador libre: los gauchos, muchas veces arrieros que transportaban los ganados en pie por pistas o huellas durante cientos de kilómetros. La zona de las Misiones y el Paraguay fue sede de cultivos de yerba mate, cultivos iniciados por los jesuitas. El mate abastecía a casi todo el virreinato e incluso a la Capitanía General de Chile. Otros cultivos alimenticios surgieron merced a la demanda altoperuana: vinos (en Salta, Tarija, Cuyo, Córdoba), aguardientes y singanis; e incluso plantaciones de olivo, principalmente en La Rioja y Catamarca pero las plantaciones oliveras fueron en gran medida taladas para evitar que compitieran con el monopolio español.

Del mismo modo el Alto Perú no lograba autoabastecerse con sus producciones de lanas de auquénidos y resultó un cliente que facilitó la plantación de algodón en Santiago del Estero y el establecimiento de una incipiente industria textil, en la cual se elaboraba el algodón junto con la lana de caprinos, ovinos y auqénidos en Santiago del Estero, Catamarca, Salta, La Rioja así como de talabartería en Tucumán. Por otra parte la ciudad de Córdoba se encontraba beneficiada al ser la encrucijada de las rutas que unían el oeste con el este y el norte con el sureste del virreinato, tal encrucijada hacía que fuera común designar como "El Arriba" a todo el territorio ubicado al norte y oeste de la ciudad de Córdoba y como "El Abajo" a todo el territorio ubicado al sur y al este de la misma ciudad.

Por lo demás la agricultura para alimentar a las poblaciones dispersas se encontraba reducida a una agricultura de subsistencia, en muchas ocasiones solo horticultura.

Siempre que se plantea el análisis de una economía corresponde considerar entre uno de los factores básicos el transporte, en particular la velocidad del mismo, en tal sentido en los terrenos más fácilmente transitables que eran (como aún hoy) los de la planísima región pampeana, las velocidades a caballo promedio eran de unas 8 a 10 leguas diarias; las carreras a "revientacaballos" (con chasquis que cambiaban de caballos en cada posta) hacían recorrer (en la región pampeana) 800 kilómetros en diez días, la distancia entre la ciudad de Mendoza y la ciudad de Buenos Aires era cubierta a galope (por el sistema de chasquis) en 22 días recorriéndose para ello unos 1.100 km que alternaban relieves llanos y escarpados. El sistema oficial de correos en el territorio que luego sería del virreinato comenzó a establecerse en 1748 y se mejoró y reorganizó con postas en 1771. En 1767 fue establecido el Correo Ultramarino La Coruña - Montevideo y en 1786 se estableció el correo de encomiendas entre Buenos Aires y Potosí. El transporte de cargas por tierra insumía tiempos inverosímiles para la gente de la actualidad: una carreta de ruedas macizas tirada por cuatro bueyes sanos y fuertes tardaba 3 meses en recorrer 1.000 kilómetros.

La navegación fluvial era relativamente rápida "bajando" los ríos: Desde Asunción a la ciudad de Buenos Aires se tardaba aproximadamente 15 días pero la "subida" o el navegar el río Paraná en contracorriente aguas arriba (con la tecnología de entonces se lograba una velocidad de tan solo tres millas por hora) demandaba casi tres meses, y más frecuentemente unos 112 días. En 1739 la Real Audiencia de Charcas dispuso que Santa Fe fuera un puerto preciso de la navegación del Paraguay, lo que fue confirmado por la Real Cédula del 1 de abril de 1743. Todos los barcos procedentes del Paraguay debían desembarcar sus cargas en Santa Fe para seguir por tierra hacia Buenos Aires, lo que provocó disputas entre los cabildos y gobernadores de las tres ciudades. El 13 de abril de 1780 el virrey Pedro Melo de Portugal abolió provisoriamente los privilegios del puerto preciso de Santa Fe, lo que fue confirmado por el Consejo de Indias el 14 de febrero de 1781.[14]

Los puertos

La ciudad de la Trinidad y puerto de Santa María del Buen Ayre fue elegida como capital del virreinato porque su puerto abastecía un amplio mercado. Con el Reglamento de Libre Comercio de 1778, el Puerto de Buenos Aires tuvo vinculaciones con España y con casi toda América. Sin embargo, por su fondo lodoso, en sus muelles no podían amarrarse buques de gran calado. Por esto, el puerto de Montevideo, con fondo de piedras y mayor profundidad daba ventajas naturales que le permitieron ganar una importancia comparable al de Buenos Aires o aún mayor. Esto le granjeó en varias oportunidades enfrentamientos con la capital del virreinato.

También Montevideo en poco tiempo se transformó en un gran centro comercial. Su estratégica posición le permitía un gran movimiento de buques mercantes. La ciudad creció rápidamente, en especial el sector social vinculado al comercio, principalmente ganadero. Para la ciudad, el negocio que más prosperó fue el llamado comercio de tránsito: las mercaderías que pasaban por el puerto de Montevideo pagaban un impuesto por los días de permanencia en el mismo. Todo este desarrollo económico y social que experimentó la zona, no venía acompañado de reformas administrativas que se acomodaran a ese crecimiento económico.

Para luchar contra el contrabando en 1779 fue creado el Resguardo del Puerto de Buenos Aires, que era un cuerpo militar integrado por oficiales y tropa al mando de un comandante que fiscalizaba el puerto, las costas del Río de la Plata y las salidas terrestres. Otro Resguardo fue creado en el Puerto de Montevideo en 1780 y utros en ciudades como Corrientes, Salta, Córdoba y Oruro.

Instituciones virreinales

En 1793 la Real Imprenta de Niños Expósitos publicó la Guía de forasteros en la ciudad y Virreynato de Buenos-Aires, en ella se contiene un listado de instituciones del virreinato residentes en Buenos Aires:

  • Secretaría del Virreinato
  • Superintendencia General de Real Hacienda (existió entre 1778 y 1788, cuando sus funciones pasaron al virrey)
  • Real Audiencia Pretorial
  • Tribunal Mayor y Real Audiencia de Cuentas (o Contaduría Mayor, fue creado en 1767). Lo integraban 3 contadores mayores y varios menores y otros funcionarios. Su presidente era el virrey como superintendente de Real Hacienda.
  • Junta Superior de Real Hacienda (creada en 1784 para fiscalizar financieramente a la intendencia y los cabildos). La integraban: el virrey, el regente y el fiscal en lo civil de la Audiencia, el contador decano del Tribunal de Cuentas, el contador de ejército, un relator y un escribano. Estaba encargada de la Superintendencia general de Real Hacienda, de lo económico de la Guerra y de los ramos de propios y arbitrios y bienes de comunidad de los pueblos, con absoluta inhibición de todos los Tribunales y sola dependencia de la real persona, por la vía reservada del despacho universal de Indias. Funcionaba también como Junta Superior de Apelaciones de Real Hacienda respecto de las decisiones de la Audiencia.
  • Junta Superior de Propios y Arbitrios
  • Junta Superior de Aplicaciones
  • Junta Provincial de Temporalidades
  • Junta de Diezmos
  • Junta de Almonedas
  • Santa Cruzada
  • Comisaría de la Santa Inquisición
  • Junta Real de Montepío
  • Tesorería General de Ejército y Real Hacienda: la integraban un factor, un contador y un tesorero, junto a otros funcionarios. Se encargaban de la Caja Real de Buenos Aires, de la que dependían las cajas reales de las capitales de cada intendencia. Subordinadas a estas últimas había cajas reales en: Santa Fe, Chucuito, Carabaya, Mendoza, Oruro, Carangas, San Miguel de Tucumán, Santa Cruz de la Sierra.
  • Almacenes de Real Hacienda, Artillería de Marina
  • Real Aduana: integrada por un administrador, un contador, un tesorero, dos vistas, un alcaide y otros funcionarios.
  • Dirección General de la Real Renta de Tabaco y Naipes: con un director general.
  • Subdelegación General y Administración Principal de la Real Renta de Correos: el subdelegado era el virrey, asistido por un asesor, un escribano, un administrador, un contador principal y otros funcionarios.
  • Contaduría General de Propios y Arbitrios del Virreinato.

El Real Tribunal del Consulado fue creado mediante la real cédula del 30 de enero de 1794. Lo integraban: un prior, 2 cónsules, 8 consiliarios, un asesor, un síndico, un secretario, un contador, un tesorero, un escribano, porteros y alguaciles. tenía diputados en todas las intendencias y plazas comerciales y desde 1799 creó bajo su jurisdicción una Academia de Náutica.

Fue creado también el Real Tribunal del Protomedicato.

Bibliografía

  • Abad de Santillán, Diego (1965). Historia Argentina. Buenos Aires: TEA (Tipográfica Editora Argentina). 
  • Luna, Félix (1994). Breve historia de los argentinos. Buenos Aires: Planeta / Espejo de la Argentina. 950-742-415-6. 

Notas y referencias

  1. última capital del virreinato
  2. Historia de la dominación española en el Uruguay, Volumen 3. pp. 215-216. Autor: Francisco Bauzá. Edición 2. Editor: A. Barreiro y Ramos, 1897
  3. Se disputa si una franja de la costa tropical de Chile integró también el virreinato, lo cual es afirmado por la historigrafía tradicional argentina y boliviana, pero rechazada por la chilena.
  4. Consulado Honorario de Guinea Ecuatorial en Rumania
  5. El cargo de virrey fue sustituido por el más limitado de Jefe Político Superior y los virreinatos del antiguo régimen divididos en provicias y diputaciones constitucionales. La constitución de Cádiz fue reprimida por Fernando VII durante los periodos absolutistas de 1815-1820 y 1823-1830. Izaskun Álvarez Cuartero. 2007. Visiones y revisiones de la independencia americanaBoletín mexicano de derecho comparado, Volumen 13. Universidad Nacional Autónoma de México. Instituto de Investigaciones Jurídicas, 1980
  6. Juicio de límites entre el Perú y Bolivia: Virreinato de Buenos Aires. Noticia general de las provincias del Perú, Tierra Firme y Chile. Pág. 1-15. Autor: Víctor Manuel Maúrtua. Editor: Impr. de Henrich y comp., 1906
  7. Río Grande - Página do Gaúcho
  8. Audibert, Alejandro (1892). «Capítulo IX». Los límites de la antigua provincia del Paraguay. Buenos Aires: La Economía de Iustoni Hnos. y Cia. [1]. 
  9. La cuestion de límites entre Chile i la República Arjentina, Volumen 1. Pág. 279-280. Autor: Miguel Luis Amunátegui. Editor: Imprenta Nacional, 1880
  10. Diccionario histórico y biográfico de la República Argentina, Volúmenes 1-2. Pág. 133. Autor: Julio A. Muzzio. Editor: J. Roldan, 1920
  11. La Revolución según Mariano Moreno
  12. Nótese que la banda sobre su pecho se corresponde con la bandera de Provincias Unidas del Río de la Plata, que posteriormente se convertiría en la actual República Argentina.
  13. La jurisdicción sobre la Patagonia oriental hasta el estrecho de Magallanes y el litoral de Atacama en el Pacífico, son considerados por la historiografía tradicional chilena como pertenecientes a la Capitanía General de Chile.
  14. EL PUERTO PRECISO DE SANTA FE Y LA DIRECCIÓN DE LOS FLUJOS DEL COMERCIO INTERNO RIOPLATENSE (SIGLOS XVII Y XVIII). Por Alejandro A. Damianovich

Véase también

Enlaces externos


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