Se puede hablar principalmente de dos tradiciones de tiro con arco, vinculadas una a Asia y Medio Oriente, y otra a Europa Occidental, basadas en dos tecnologías muy diferentes en cuanto a la fabricación, y en dos tipos distintos de estrategias en cuanto al uso militar:

Arco compuesto y recurvado asiático

Usado casi siempre para tirar a caballo hostigando a las tropas enenmigas por medio de continuas y rápidas acometidas en las se buscaba disparar con velocidad, precisión y a corta distancia, razón ésta por la que está tan ligado al uso del caballo. La vinculación entre caballería y tiro con arco en estas civilizaciones es tal, que para encontrar un uso distinto de este animal (para cargar contra las lineas enemigas, en lugar de aproximarse a ellas para arrojar o disparar proyectiles), debemos retrotraernos a los carros de guerra en la edad de antigua, los cuales se utilizaban en el cuerpo a cuerpo sólo de forma residual (colocando objetos cortantes en las ruedas, por ejemplo). Este tipo de arco también podía utilizarse a pie, aunque para evitar la pérdida de eficacia se fabricaron en ocasiones versiones sobredimensionadas, diseñadas para disparar tumbado tensando con piernas y brazos. El arco compuesto se fabricaba del mismo modo en toda Asia, Oriente Medio y Europa del Este con cuerno de búfalo o similar, madera, tendón de animal, y cola natural (de vejiga natatoria de pez), si bien actualmente se utilizan materiales menos perecederos. Actualmente, esta tradición (cuyo origen se encuentre probablemente en India), se mantiene viva en Hungría, Turquía y Corea fundamentalmente, y en menor medida en China y la propia India. Otra particularidad de esta forma de tiro con arco es que salvo en Hungría (influida probalemente por la tradición europea) y en China (donde la caballería tenía menor importancia) no se utilizan los dedos índice, corazón y anular para tensar y soltar la cuerda, sino que con la ayuda de un anillo especial de pulgar, se emplea éste dedo para ello formando una "pinza" con el índice (doblado éste sobre sí mismo). De esta forma, a acaballo era más fácil mantener la flecha en su posición.

Arco largo de tejo, fresno o boj

Más simple en su construcción, de menor eficiencia, si bien al contrario que el anterior su potencia no estaba limitada por las dimensiones de los cuernos de los animales utilizados. El máximo exponente de esta tradición se alcanzó en Reino Unido con el longbow o warbow inglés (o galés, según denominaciones) que se utilizaba de forma completamente distinta al arco compuesto. Debido a su enorme tamaño, desarrollaba una tremenda potencia, que sin embargo, debido a la dificultad para mantenerlo tensado, era prácticamente imposible su uso como arma de precisión (al no ser recurvado, y tener menor flexibilidad). Debido a ello, y al hecho de que por su tamaño tenía que ser utilizado necesariamente por arqueros infantes, se disparaba a larga distancia en tiro parabólico y colectivo, de forma que se incrementaba enormemente el alcance (por el tiro parabólico y la mayor potencia), y aunque perdía la poca precisión que pudiera conseguir y gran parte de la velocidad de impacto, seguía siendo eficaz gracias a que el disparo coordinado de todos los arqueros saturaba de proyectiles toda una zona ocupada por el enemigo, llegando a hacer estragos, tal y como relatan crónicas de batallas como la Batalla de Crécy. Existen en Reino Unido todavía hoy pequeños grupos y asociaciones que mantienen viva la tradición de tiro colectivo, y de manufactura del longbow tradicional.

Arco asimétrico japonés

Se trata de una tradición con menos proyección hacia otros países, pero con suficiente grado de sofisticación como para ser tenida en cuenta. Por estar hecho de bambú, este arco necesitaba de una gran longitud para poder lograr la potencia y alcance necesarios, lo cual impedía un diseño simétrico que sobre todo pudiera ser utilizado a caballo por la clase samurái. Su uso militar fue a caballo (yabusame) y a pie (kyujitsu). Gran parte de la tecnología desarrollada para esta arma se centraba más en el proyectil que en el propio arco, diseñando distintos tipos de puntas de flecha con propósitos específicos. Dentro de la corriente de modernización de las artes marciales de Japón, el arte del kyujitsu se ha transformado en el kyudo, fuertemente vinculado a la doctrina zen, que se ha convertido en la última manifestación viva de esta tradición de tiro con arco, a salvo de localizadísimos festivales rurales en los que aún se practica yabusame.