- Luces de Buenos Aires
-
Las luces de Buenos Aires Título Las luces de Buenos Aires Ficha técnica Dirección Adelqui Millar Guion Luis Bayón Herrera
Manuel RomeroMúsica Gerardo Matos Rodríguez Fotografía Ted Pahle Reparto Carlos Gardel
Sofía Bozán
Pedro Quartucci
Gloria Guzmán
Manuel KuindósVer todos los créditos (IMDb) Datos y cifras País(es) Argentina Año 1931 Duración 85 minutos Idioma(s) español Compañías Distribución Les Studios Paramount Sucesión de películas Las luces de Buenos Aires Melodía de arrabal Ficha en IMDb
Las luces de Buenos Aires fue la primera película (1931) que Carlos Gardel filmó para Les Studios Paramount, en los estudios de Joinville-le-pont, Val-de-Marne de Francia. En ella, Carlos Gardel interpretó el famoso tango "Tomo y obligo", que comenzaría a asentar su fama como intérprete internacional.Fuente: Julián y Osvaldo Barsky (2004), Gardel la biografía, Editorial Taurus.
Argumento
En Las luces de Buenos Aires Gardel es Anselmo, patrón de una estancia a la que llega por accidente un empresario teatral de la capital en el preciso momento en que tiene lugar una alegre fiesta.
Al oír cantar a Elvira (Bozán), la novia de Anselmo, el empresario decide contratarla; aunque la chica está muy enamorada del estanciero, las "luces de Buenos Aires" la deslumbran y parte hacia una incierta gloria, dejando desconsolado a su pretendiente.
Como era de prever, la inocente pueblerina va a caer rápidamente en el punto de mira de un vicioso capitalista llamado Villamil (Kuindós), dueño del teatro donde va a hacer su debut y que parece ejercer una especie de "derecho de pernada" sobre sus artistas.
Tras una serie de diplomáticas insinuaciones, Villamil invita a Elvira a una fiesta privada después de su exitosa actuación. En el camerino, cuando está a punto de partir, aparece su novio gaucho a felicitarla; Elvira se siente algo avergonzada de los modales campesinos de Anselmo y se lo saca de encima.
El estanciero, deshecho por el frío recibimento de su enamorada, no puede resistir la tentación y se presenta en casa de Villamil. La fiesta estaba ya adquiriendo ribetes orgiásticos a costa de la pobre Elvira: Villamil la ha hecho beber hasta perder el sentido de la dignidad; se ha dejado sacar el vestido y ser regada con champagne, y en el momento en que aparece Anselmo se halla en paños menores recibiendo las babosas atenciones de Villamil.
Con esa innata dignidad que el teatro y el cine suele adjudicar a la gente del campo en contraposición a las de ciudad, Anselmo le afea su conducta y propina un sonoro cachete a Villamil. Los sicarios del villano se aprestan a vengar a su jefe, pero Anselmo cuenta con la inesperada ayuda de Pablo (Quartucci), ex boxeador metido a cantante y bailarín que actúa en el mismo espectáculo que Elvira y que se ha hecho novio de su amiga.
Toda esa escena, de iconografía relativamente atrevida para la época en lo referente a la degradación moral de la muchacha, tiene ahora su justificación en la inmediatamente posterior donde Gardel, "entre dos copas de aguardiente sobre el manchado mostrador", le canta a Pablo Tomo y obligo con su inimitable estilo, sin olvidar los desgarradores sollozos en aquello de que "los hombres machos no deben llorar".
A partir de aquí el guion vuelve a perder el norte haciendo desaparecer al protagonista masculino y dejando el desenlace en manos de unos personajes que hasta ahora no había demostrado la menor relevancia: dos gauchos de la estancia de Anselmo rescatan a la descarriada Elvira y se la devuelven al patrón.
Comentario
Por lo que llevamos comentado, el guion de Las luces de Buenos Aires no ofrece grandes posibilidades de salvación, ya que tal como está estructurado ni siquiera parece que pueda satisfacer a los admiradores de Gardel. Su personaje no tiene la menor entidad, y en el apartado lírico puede decirse que los co-protagonistas Bozán y Quartucci le roban bastantes metros de celuloide. Un guion tan poco operativo era hueso duro de roer para cualquier director, y sobre todo para el chileno Adelqui Millar.
Tras haber desarrollado en los años veinte una aceptable carrera como actor y director en Europa, al llegar el sonoro se pasó decididamente al otro lado de la cámara, dirigiendo unos cuantos films en español en Francia y uno en Italia, hablado en italiano, antes de incorporarse definitivamente a la naciente industria cinematográfica argentina. En el momento de dirigir Las luces de Buenos Aires, Millar no era nuevo en estas lides, pues ya tenía en su haber seis títulos "hispanos" rodados en Francia, pero lo cierto es que el que nos ocupa no permite formarse un concepto muy elevado de sus méritos como cineasta.
Es evidente que no contaba con grandes recursos económicos (los insípidos decorados, de autor anónimo, pueden estar aprovechados de otra producción), pero tampoco demuestra la menor inventiva visual ni en la edición ni en la selección de planos.
Enlaces externos
- Las Luces de Buenos Aires. Vea la película gratuitamente. Largometraje en blanco y negro.
- Síntesis de la vida de Carlos Gardel.
Categorías:- Películas de Argentina
- Películas de 1931
- Películas en español
Wikimedia foundation. 2010.