- Mito de Er
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El mito de Er es una leyenda escatológica que finaliza La República de Platón. La historia incluye el sistema del cosmos y la vida del más allá y durante muchos siglos tuvo una gran influencia en el pensamiento religioso, filosófico y científico.
El mito de Er, guerrero de Panfilia, no es más que una invención de Platón. El filósofo toma prestados elementos clave de las tradiciones órficas y pitagóricas, pero como es su costumbre, las implementa muy libremente. Es posible que el nombre de Er (en idioma griego: Ἤρ, gen.: Ἠρός; hijo de Ἀρμένιος - Armenios de Panfilia) lo tomase de alguna vieja leyenda ya que se ha encontrado el mismo nombre en un consejo de Zoroastro.
La historia comienza cuando Er muere en batalla. Cuando los cuerpos de aquéllos que han muerto en la batalla son recogidos, diez días después de su muerte, el cuerpo de Er permanece sin descomponer. Dos días más tarde, revive cuando estaba en la pira funeraria. Habla entonces de su viaje al más allá, da cuenta de la reencarnación y de las esferas celestes del plano astral. El cuento introduce la idea de que las personas morales son recompensados y las inmorales son castigadas después de su muerte.
Cuenta cómo su alma había salido de su cuerpo y viajó con otras muchas hasta llegar a un lugar maravilloso donde se veían dos abismos en la tierra, próximas una a la otra, y dos pasillos que conducían al cielo enfrente de aquéllas.
Habla de que había llegado a la «Llanura del río Lete», que es cruzada por el río Ameles (‘descuidado’). Y aunque Er no había tenido quer beber del Lete, desconocía cómo su alma había regresado a su cuerpo y cuando se despertó, se encontró vivo, sobre la pira funeraria.
El huso de la Necesidad
El mito habla de "El huso de la Necesidad". El cosmos está representado por el Huso acompañado por sirenas y las tres hijas de la diosa Necesidad, conocidas colectivamente como Las Moiras. Su tarea es mantener el giro del huso. Las Moiras, las Sirenas y el Huso son utilizados en La República, en parte, para ayudar a explicar cómo los cuerpos celestes giraban alrededor de la Tierra de acuerdo con el entendimiento de Platón de la cosmología y la astronomía.
Colocados en la espira de su huso celeste había 8 "órbitas". Cada una de estas órbitas creaban un círculo perfecto. Platón describe cada "órbita", que, sin duda, representan a los cuerpos conocidos de nuestro sistema solar. En función de las descripciones de Platón, estas órbitas pueden ser identificadas como las de los planetas clásicos, que se corresponden con las esferas planetarias aristotelianas:
- Órbita 1 - Estrellas
- Órbita 2 - Saturno
- Órbita 3 - Júpiter
- Órbita 4 - Marte
- Órbita 5 - Mercurio
- Órbita 6 - Venus
- Órbita 7 - Sol
- Órbita 8 - Luna
Bibliografía
- Mitología Clásica. Madrid: M. E. Editores, S. L.. 1995. ISBN 84-495-0148-2.
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