Mozárabe

Mozárabe
Para el conjunto de lenguas romances habladas en Al-Andalus, véase Idioma mozárabe.

Mozárabes (del árabe musta'rab, 'arabizado'), es el nombre con el que se conocía a los cristianos que vivían en el reino musulmán de Al-Ándalus.

Contenido

Información general

Concepto de mozarabía

Los mozárabes tenían en la sociedad árabe el estatus legal de dimmíes —que compartían con los judíos—, como "no creyentes" en el Islam. A efectos prácticos su cultura, organización política y práctica religiosa eran tolerados, y contaban con cierta cobertura legal. Sin embargo, también se veían obligados a tributar impuestos de los que los musulmanes se veían eximidos, además de contar con otro tipo de restricciones, pues no se destruían las iglesias ya edificadas pero no se permitía construir otras ni arreglar las ya existentes. A medida que la cultura islámico-oriental arraigó en los territorios peninsulares dominados por los musulmanes, los mozárabes se fueron arabizando y muchos de ellos, por diversos motivos, se convirtieron al islam. Los motivos eran tanto religiosos como fiscales, dejando de ser mozárabes y pasando a ser designados muladíes. Como algunos autores señalan, la legislación islámica protegía a los grupos "ajenos", pero favorecía su integración en el Islam con medidas de orden muy diverso.[1]

Ante esa situación los más intransigentes promovieron revueltas militares contra los invasores musulmanes y en su mayoría emigraron a los núcleos cristianos. Hasta el siglo XI la comunidad mozárabe vivió un periodo de relativa tranquilidad, pero a partir de ese momento, con la llegada de los Almorávides primero, y de los Almohades después, la tolerancia fue disminuyendo y acabaron por ser masacrados, esclavizados y expulsados por estos últimos. La actividad mozárabe en sus contactos con los reinos cristianos, y más aún con su definitiva deportación, contribuyó a la difusión de los conocimientos científicos y artísticos orientales por los territorios.

Los árabes iniciaron la invasión de la Península el año 711, encontrando al pueblo hispano-romano-visigodo que había heredado, reformándolos, los principios sociales y legales de la época romana, combinados con el cristianismo. Los hispano-romanos e hispano-godos defendieron con las armas su identidad como pueblo y como comunidad cristiana[cita requerida], aunque se sabe de numerosos casos en que los nobles cristianos cooperaron en colaboracionismo contra los mismos cristianos de otros reinos.[2]

El carácter inestable de las fronteras y la prolongada presencia árabe en la Península Ibérica favorecieron la integración entre culturas muy diversas entre sí. Dado el carácter eminentemente religioso de la sociedad islámica, con la progresiva integración (no sólo lingüística y legal, sino también religiosa y cultural) se facilitó que con el paso del tiempo los herederos de la sociedad preislámica pasasen a adquirir la consideración de musulmanes. La conversión, por tanto, representaba mucho más que un gesto de índole religiosa. De cualquier modo, se han documentado igualmente casos de "falsas conversiones",[3] aunque en su mayoría -y motivados por razones socioeconómicas y culturales, o por simple olvido de la antigua religión- los cristianos fueron asimilándose progresivamente al Islam, si bien por la superioridad cultural que en aquellos siglos adquirieron los árabes, los cristianos dominados por los musulmanes, se arabizaron culturalmente por lo que fueron llamados mozárabes (arabizados), aunque siguieron siendo cristianos.

Este proceso fue, por lo general, pacífico,[4] aunque las reclamaciones de la comunidad cristiana solían verse desdeñadas por los juristas islámicos y en alguna ocasión la parcialidad legal provocó revueltas, motines y martirios voluntarios.[5] Del mismo modo, la autoridad árabe presionaba a los cristianos para facilitar su asimilación: La persecución del Islam contra los cristianos fue a veces violenta, como sucedió especialmente en el Sur del país, o en Toledo, donde fueron asesinados en el martirio unos 5.000 cristianos mozárabes en el famoso «día de la Hoya»[cita requerida].

Los mozárabes de hoy, como comunidad litúrgica

Muchos españoles del Norte, Centro y Sur llevan en sus venas sangre hispano-romana o hispano-goda, como descendientes de los mozárabes de la Alta Edad Media. Tradicionalmente, se ha dado una gran concentración de familias mozárabes en Toledo.

La Iglesia española de principios del siglo VIII poseía una notable organización y una liturgia riquísima de contenido doctrinal y pastoral, que comenzó a elaborarse independientemente de la antigua romana en la segunda mitad del siglo V. Esta liturgia hispánica fue abolida por Roma en la segunda mitad del siglo XI. Pero la ciudad de Toledo, al ser reconquistada por Alfonso VI en mayo de 1085, se opuso enérgicamente a este cambio. Después de prolongada resistencia, el rey y Roma hubieron de acceder a que se conservara este rito por lo menos en las seis parroquias mozárabes, donde, con la anuencia de las autoridades musulmanas, los cristianos de la ciudad habían mantenido el culto, con esa liturgia, desde el año 711 al 1085.

Dichas parroquias fueron las de San Torcuato, San Sebastían, Santas Justa y Rufina, San Marcos, Santa Eulalia y San Lucas. En el siglo XVI no había feligreses en la parroquia de San Sebastián y San Torcuato, arruinándose más tarde esta última que había sido fundada en el año 700 ó 701, y de la que solamente se conserva la calle con su nombre y una portada de principios del siglo XVII con la imagen del santo titular. La iglesía originaria de San Marcos, que se hallaba situada al final de la calle del mismo nombre, y que se erigió por la princesa Vlesia en el año 634, reinando Sisenando, se derrumbó a comienzos del siglo XIX, y la torre, que subsistía en 1841, fue demolida poco después, por lo que la parroquia mozárabe se trasladó primero a la iglesía del Salvador y luego al espacioso templo de los trinitarios calzados edificado en el año 1630, en el que actualmente se halla. Conservan gran parte de su originario trazado visigótico o mozárabe las iglesias de Santa Eulalia, fundada en el año 559 por el rey Atanagildo; San Sebastían, que lo fue en el 601 o 602, reinando Liuva II; y San Lucas, erigida por el conde Evancio entre 625 y 641, reinando Chindasvinto, y en cuyo recinto se hallan sepultados multitud de mártires mozárabes y el príncipe Esteban, hijo de Atanagildo, con su esposa Lucía, padres de San Ildefonso. Por último, también aparecen restos visibles de su origen visigótico mozárabe, la parroquia de las Santas Justa y Rufina, fundada por el rey Atanagildo en el año 554 o 555, y que después de Santa María de Alficén o del Carmen, es considerada como la principal de todas la parroquias mozárabes en Toledo.

Estas seis viejas parroquias subsisten hoy canónicamente, aunque de los templos originarios solamente cuatro se conservan en pie, más o menos transformados arquitectónicamente.

A partir del Arreglo de Parroquia realizado a finales del siglo XIX, dos de dichas parroquias son matrices (Santas Justa y Rufina y Santa Eulalía y San Marcos) y las cuatro restantes filiales, teniendo sus párrocos jurisdicción personal, no territorial, sobre sus feligreses, donde quiera que se hallen éstos.

Entre los siglos XII y XV se mantuvo invariable el rito hispánico en estas parroquias, con el nombre de rito mozárabe, y en las mismas se agrupaba la comunidad de familias descendientes de los antiguos mozárabes. A finales del siglo XV había decaído la vida de esta comunidad y la celebración de esta liturgia, con riesgo de extinción. Intervino entonces el cardenal Cisneros revitalizando la comunidad y creando una comisión técnica, que, utilizando con cierto sentido crítico los muchos manuscritos, pudo editar en 1500 y en 1502 el «Missale Gothicum mixtum» y el «Breviarium gothicum», que recogían gran parte de los textos eucológicos manuscritos. Creó además la Capilla Mozárabe de la Catedral para vigorizar esta restauración.

Desde el siglo XVI se han conservado los libros parroquiales que registran bautismos, matrimonios y defunciones; así como las "tazmías" o censos de familias mozárabes, que se hacían periódicamente. Por estas circunstancias resulta posible hoy la identificación de las familias, residentes en Toledo o fuera, que descienden de los mozárabes primitivos.

Misa y oficio se celebran diariamente en latín en la Capilla del Corpus Christi de la Catedral Primada de Toledo; la misa en Rito Hispano Mozárabe se celebra en español semanalmente (cada martes, a las 19 h.) en el monasterio de las Hermanas Clarisas de Madrid -junto a Cibeles-; mensualmente en el Monasterio Cisterciense de Valdedios (Asturias); según calendario en la Catedral Vieja de Salamanca y, esporádicamente, en muchos lugares de España.

Los mozárabes de hoy como comunidad cívica

La comunidad mozárabe actual comprende aproximadamente unas dos mil familias, de las que unas ochocientas residen en Toledo y el resto en diversos lugares de España y del extranjero. Se encuentran perfectamente integradas, en la comunidad nacional y eclesial. Pero en la Edad Media sus antepasados toledanos constituyeron una comunidad cívica, que gozaba de cierta autonomía con sus «alcaldes» y otros jefes administrativos propios, tanto en el reino musulmán como en el cristiano de Toledo.

Alfonso VI había convivido durante cierto tiempo con mozárabes de la ciudad antes de tomarla, pactando con el último rey moro Yahia-al-Cadir. Oulso entonces el joven rey titularse «Imperator toletanus» y ser llamado «Emperador de las dos religiones». No sorprende que otorgase privilegios a los mozárabes de la ciudad, que le ayudaron a conquistarla para Castilla, «vos omnes -escribe- quos In hac urbe semper amavi et dilexi». El Real Privilegio de Alfonso VI, otorgado el 20 de marzo de 1101 -cuyo original se guarda en el Archivo secreto del Ayuntamiento toledano- inicia la serie de unas 26 concesiones o confirmaciones reales de privilegios, hechas a las nobles familias mozárabes de Toledo hasta principios del siglo XIX.

Sin embargo, esta comunidad es la única comunidad nobiliaria del Occidente cristiano que tiene un arte y una cultura propias, una liturgia propia, y una música propia; que cuenta en su historia con mártires como Eulogio de Córdoba, Pelayo, Flora y María, Alodia y Nunilo.... con héroes como Omar ibn Hafsún (s. X), con caudillos como Esteban Illán (s. XII), historiadores como Ben al Kutiya (hijo de la Goda), descendiente de Witiza, con notables prelados como Ildefonso de Toledo o Isidoro de Sevilla, y artistas, y, sobre todo, con una ejemplar fidelidad al Evangelio de Cristo. Su verdadera divisa a lo largo de su historia ha sido LABORIOSITAS ET FIDELITAS.

IX Centenario del «Fuero Mozárabe» de Alfonso VI. El 20 de marzo del año 2001 se conmemoraron en Toledo los 900 años de la concesión, por Alfonso VI, Rey de Castilla y León, del Fuero, Privilegio o "Charta Firmitatis", en XIII kalendas de abril de la Era 1130 (20 de marzo del año 1101), favoreciendo "ad totos Mozárabes de Toleto, tam Cavalleros quam Pedones", por el que, en traducción del medieval "LIBRO DE LOS PRIVILEGIOS DE TOLEDO", "los absuelvo de toda Lex de subjectión antigua et dó vos prescripta libertad", facultándoles a seguir rigiéndose por el "Libro del Fuero Judgo antiguo" y -principalmente- "doles libertad que si alguno fuere de entrellos de pie e quisiere e oviere poder, que sea Cavallero", que fue los mismo que declararles nobles, pues en ese tiempo la milicia era puramente militar. Es el más antiguo Fuero Gentilicio conservado, transcrito literalmente del original "escrito en letra gótica, en pergamino de cuero", en la confirmación de Pedro I, dada en las Cortes de Valladolid, a 25 de octubre de 1351, procediendo de él la calidad y denominación honorífica, hasta hoy vigente, de "Caballero" o "Dama Mozárabe de Toledo". Nace también de este Fuero, donde se declara, entre otras cosas la hidalguía de los mozárabes, confirmado por la mayoría de los reyes de Castilla y de España, la Comunidad Mozárabe de Toledo, integrada hoy por cerca de 2.000 familias. Es la única comunidad histórico-litúrgica, de base genealógica, del Occidente Cristiano.

Es sabido que se llamó "mozárabes", que parece significar "arabizados", a los cristianos españoles, de origen hispano-godo que sometidos a los árabes pactaron la conservación de su fe, de sus iglesias , de su ley propia y al arabizarse culturalmente conservaron un importante legado cultural y litúrgico, fermento de lo que fue luego la "Escuela de Traductores de Toledo", que transmitió al resto de Europa, en los siglos XII y XIII, los conocimientos de la antigüedad, conservados en parte por los árabes.

En el año 2001 se ha celebrado una Exposición Bibliográfica y Documental de los viejos pergaminos, de las ediciones de 1598 y 1700 de estos Privilegios, de las genealogías familiares, Pleitos y Sentencias, "Tazmías" de diezmos, arreglos parroquiales, Bula de S.S. Julio III de 1553, fundación de la Capilla Mozárabe en la S.I.C.P., publicaciones diversas y artículos de prensa referidos a esta realidad toledana.

Ejemplos de como los mozárabes han hecho probanza de su nobleza ante las cancillerías

La Real Chancillería de Granada, a mediados del siglo XVII reconoció en documento público, la calidad de noble de una familia mozárabe toledana, por el hecho de ser mozárabe. Y el historiador toledano, archivero de la Catedral, Gonzálvez Ruiz, acaba de detectar en una Crónica del Canciller de Castilla, López de Ayala, escrita poco antes del 1400 una referencia explícita a los mozárabes de Toledo como «fijosdalgo», trabajo que está adicionado a las Actas del 1 Congreso Internacional de Estudios Mozárabes.

En la revista "Crónica Mozárabe" n°. 6, de enero de 1982, Balbino Gómez-Chacón y Díaz-Alejo, publicó un artículo sobre una familia mozárabe del siglo XVII, los López de la Cruz Ahedo, genealogía de uno de los hijos, el Dr. Sebastián. En 1703 al fallecer Diego de Nájera capellán de la Real Capilla de Reyes Nuevos, quedó esta capellanía vacante, siendo provisto y presentado por el rey Felipe V, el citado Dr. D. Sebastián para ocuparla. Con el nombramiento el Dr. Sebastián que era cura propio de las iglesias parroquiales de los dos Carabancheles, Calificador del Santo Oficio y examinador sinodal del Arzobispado de Toledo, dio su carta de poder ante Francisco Chico, escribano del número y del Ayuntamiento del lugar de Carabanchel de Abajo, jurisdicción de la villa de Madrid, el día 28 de diciembre de 1703 "para que la Rl. Cap. pueda hacerla información de su linaje y limpieza de sangre".

La Real Capilla el día 15 de enero de 1704 nombró a D. Agustín de Larrea, uno de sus capellanes, para que hice dicha información según los Estatutos y ante notario o escribano público y testigos, facilitándole las preguntas del interrogatorio, por las cuales se debían de examinar a los testigos, eran generalmente ocho las preguntas. Aceptado el nombramiento con los requisitos exigidos, el comisario nombró para que le acompañase a Francisco Costero, notario apostólico y agente de la Real Capilla, jurando ambos hacerlo fielmente y guardar el secreto de todo lo actuado.

Empezó la información este mismo día en Toledo, saliendo el Comisario de su casa en compañía del notario y fueron a la morada del primer testigo, D. Juan Antonio de Zárate, Caballero de Santiago, secretario del Santo Oficio de la Inquisición y Regidor de Toledo y, previo juramento, declaró ser natural de Orduña, en el señorío de Vizcaya y vecino de Toledo desde el año 1669, siendo de 54 años.

Declara que conoce de vista, trato y comunicación al Dr. D. Sebastián, que sabe que es natural de esta ciudad, que está bautizado en la parroquia mozárabe de Santa Justa y que ha sido cura en los Carabancheles, junto a la villa de Madrid y, le conoce desde que él vino a Toledo.

Que trató muchos años hasta que fallecieron a sus padres, que se llamaban Sebastián López de la Cruz Ahedo secretario de Secuestro de la Santa Inquisición de Toledo, y a Dª. Isabel López de Contreras y Castellano, enterrada en Santa Justa, matrimonio legítimo, casados y velados según lo manda la santa Iglesia; que vivían en la calle que baja al Santo Cristo de la Luz y, que entre otros hijos, procrearon al dicho Sebastián. A otra de las preguntas respondió que no conoció a los abuelos maternos que se llamaban Luis López de Contreras y Dª. María Castellanos, naturales y vecinos de Toledo.

Sigue declarando que tanto el pretendiente, sus padres y abuelos por ambas líneas a los que a unos trató y comunicó y a los que no conoció, pero por haberlo oído decir y visto en los papeles y otros instrumentos, que son y han sido por todas sus líneas y apellidos, cristianos viejos, limpios de limpia sangre y generación, sin raza, mácula, ni descendencia de judíos, moros, herejes, ni de otra secta reprobada, ni conversos, que ninguno de ellos ha sido preso castigado, ni penitenciado en público, ni en secreto por el Santo Oficio de la Inquisición, ni otro tribunal de juez eclesiástico ni secular, etc.

Sabe que el pretendiente es Calificador del Santo Oficio y que para ello se le hicieron pruebas, que el padre fue Secretario del Secuestro del Santo Oficio y haciéndoles pruebas a él y a su esposa por el oficio del marido; que D. Luis López de la Cruz Ahedo hermano entero del pretendiente, se le hicieron pruebas para oficial del Santo Oficio y que en la actualidad es Secretario del Secreto; que Dª. Isabel y Dª. Catalina López de la Cruz Ahedo hermanas del pretendiente, también se le hicieron pruebas para entrar en el Colegio de Doncellas de Toledo; que D. Felipe otro de los hermanos es Secretario de S. Majestad en la Embajada de Roma y es Caballero de Santiago, y que para ello se le hicieron pruebas.

Declarando por último que sabe que el pretendiente es "clérigo presbítero, de ejemplar vida y loables costumbres y que le parece muy a propósito para vivir en comunidad de eclesiásticos graves y doctos como lo es la de la Real Capilla de los señores Reyes Nuevos de esta ciudad".

El segundo testigo es D. Antonio de las Infantas, de 65 años, Caballero de Santiago, natural de Córdoba y residente en Toledo durante 53 años.

Declara prácticamente lo mismo que el anterior y que los conoció viviendo en la calle Jardines y después se pasaron a vivir a la bajada de la ermita del Cristo de la Luz, y lo sabe porque él vivió contiguo a ellas en la calle Jardines, y sabe que el padre murió en compañía del pretendiente en los Carabancheles.

De los abuelos paternos confirma lo dicho y que vivían enfrente de la parroquia de Santa Justa, y de los maternos a los que no conoció, pero que sabe de ellos por diversas personas, como fueron su suegro Marcos Pérez Cruzado, Jurado de Toledo, que falleció a los 61 años y hacia 23; Cristóbal de Chaves, Alcalde que fue de las cárceles secretas de la Inquisición.

D. José de Yepes, Regidor de Toledo, de 51 años, declara que son "feligreses mozárabe de Santa Justa, que aunque vivían en sus casas en la colación de San Nicolás, los padres del pretendiente fueron parroquianos mozárabes de Santa Justa".

D. Eugenio de Herrera, de 75 años, declara que conoció al pretendiente y a sus padres y abuelos maternos que vivían "a donde llaman el peso del carbón" en la parroquia de Santo Tomé (plaza de Valdecaleros) y lo sabe "por que siendo de poca edad iba a sus casas de los susodichos a los entretenimientos que suelen tener los muchachos", añade que D. Manuel López de la Cruz Ahedo otro de los hermanos, es del Consejo Real de Hacienda y Gobernador de Llerena, Caballero de Santiago, y que una de las hermanas está casada con D. Simón López de Umara, Caballero de Santiago y oficial de la Secretaría de Guerra.

D. Juan de Villarroel, clérigo presbítero, cura propio de la parroquia mozárabe de San Marcos, Comisario del Santo Oficio y Capellán Mayor de la Capilla Mozárabe, de 70 años. Declara conocer a toda la familia y a la abuela paterna viviendo enfrente de la iglesia de Santa Justa, donde estuvo en la cama impedida durante muchos años, cuidándola con gran caridad su hijo, el padre del pretendiente, hasta que falleció. Que confirma todos los actos positivos declarados por los testigos anteriores.

Otros testigos declarantes fueron:

El Maestro Gregorio del Castillo, cura propio de la iglesia mozárabe de Santa Justa, capellán de S. Majestad en la Real Capilla de la Reina Dª. Catalina, natural de la villa de Provencio (Cuenca), declara como los anteriores, y amplía su declaración diciendo que fray Juan de la Cruz, de la Orden de San Francisco, que fue primo hermano del padre del pretendiente y, que fue obispo de Trebento, que fue consagrado en Roma donde falleció antes de tomar posesión del obispado, fue colegial de San Pedro y San Pablo en Alcalá de Henares; que sabe por haberlo oído decir a María de San Francisco, beata de la misma orden, que le dijo al obispo al tiempo de despedirse que no tomaría posesión del obispado y que así fue, después murió la beata en opinión de santa.

Francisco de la Cruz Maestro, Jurado de la ciudad, de 75 años. Tomás de Herrera, presbítero beneficiado de la iglesia mozárabe de Santa Justa, natural de Toledo, de 64 años. Luis Laso de la Vega, Regidor de Toledo, natural de Toledo, de 70 años. José de la Torre y Uceda, Caballero de Santiago, Regidor de Toledo, de 63 años. Gaspar Ignacio Zorilla de Loaisa, natural de Toledo de 72 años, hijo de Francisco Zorrilla, Jurado de Toledo, que, nació en 1593 y falleció en 1661; nieto de Pedro de Loaisa, Regidor de Toledo, que nació en 1567 y falleció en 1657. Alonso José Fernández de Madrid, Caballero de Santiago, del Consejo de S. Majestad en la Contaduría de Cuentas y Regidor de Toledo, natural de Toledo de 53 años. Todas las declaraciones de estos testigos son coincidentes y se realizaron en sus casas.

Se continuaron con una serie de testigos para tomarles sus declaraciones "in voce" y para ello el Sr. Comisario en compañía del Notario fueron por las calles y plazas públicas de Toledo y en ellas examinaron a los siguientes testigos:

Pedro Moreno, Licenciado, racionero de la catedral. Sebastián Sánchez, Licenciado, capellán de la Reina Dª. Catalina y Comisario del Santo Oficio. Cristóbal Ramírez de Perales, Escribano del número de Toledo. Gregorio Serrano. Alfonso Martín de Almagro, Contador del Ayuntamiento de Toledo. Manuel Ruiz y Machaca, Escribano. Bernardino Beizana, caballerizo de S. Majestad y Regidor de Toledo. Tomás Melgar, Notario de la Audiencia Arzobispal. Alonso Díaz de Arellano, familiar del Santo Oficio. Gregorio López, Procurador del Número.

Todos declaran lo ya referido, unos por propio conocimiento y otros porque lo habían oído a otras personas de crédito, dando con estas declaraciones finalizada la información el día 18 de enero de 1704, al día siguiente se vieron las pruebas por la Real capilla en Cabildo siendo aprobadas "nemine discrepante".

Tomó posesión el día 1 de febrero de 1704, falleció en Toledo el 18 de marzo de 1707 está enterrado en su parroquia mozárabe de Santas Justa y Rufina.

Partida de bautismo

Diligencia. D. Gregorio del Castillo, cura propio de la iglesia parroquial mozárabe de Santas Justa y Rufina y capellán de S. Majestad en la real Capilla de la reina Dª. Catalina, al solicitarle la partida de Bautismo del pretendiente, entró en su casa contigua a la iglesia y sacó un libro mediano empergaminado, bien tratado y encima del pergamino tiene un rótulo que dice "Baptismos de la parroquial Muzarabe de Stas. Justa y Rufina de esta ciudad de Toledo desde el año de 1600", el cual está escrito hasta el folio 97 y, la primera partida empieza el lunes 21 de febrero de 1600, al folio 53 está escrita la partida siguiente. "Sábado ocho días del mes de noviembre de mil seiscientos cincuenta y tres. Yo, el licenciado Francisco de Mesa, cura propio de esta parroquia mozárabe de Santa Justa y Rufina, Baptice a Sebastián, hixo del Jurado Sebastián López de la Cruz Ahedo de Dª. Isabel de Contreras su muxer, parroquianos mozárabes de esta iglesia, fueron sus padrinos Sebastián de Contreras, familiar del Santo Oficio y Dª. María de Paredes su muxer, advertiles el parentesco Spiritual; siendo testigos el Ldo. Diego de Escobar y Bernardo López de Contreras y Mathias Gómez, vecinos de Toledo". Ldo. Francisco de Mesa.

Es importante destacar que todos los testigos presentan como acto positivo de limpieza de sangre el ser mozárabe y descender de familia mozárabe.

Caballeros mozárabes

Estos son los caballeros pertenecientes a la Ilustre y Antiquísima Hermandad de Caballeros Mozárabes de Nuestra Señora de la Esperanza de San Lucas de la Imperial Ciudad de Toledo. Estos caballeros son descendientes directos de aquellos cristianos que vivieron bajo dominación musulmana en la ciudad de Toledo y que ayudaron al Rey Alfonso VI a conquistar la ciudad. Alfonso VI Reconoció la cristiandad de estos caballeros otorgándoles el "Fuero Mozarabus" y concediéndoles en el año 1085 el privilegio, entre otros, de poder ser armados caballeros, que en ese tiempo era concederles ha hidalguía, pues únicamente los nobles tenían acceso al estamento militar. IX Centenario del «Fuero Mozárabe» de Alfonso VI. El 20 de marzo del año 2001, se conmemoró en Toledo, (de acuerdo con el Programa de actos y ponencias preparado ), los 900 años de la concesión, por Alfonso VI, Rey de Castilla y León, del Fuero, Privilegio o "Charta Firmitatis", en XIII kalendas de abril de la Era 1130 (20 de marzo del año 1101), favoreciendo "ad totos Mozárabes de Toleto, tam Cavalleros quam Pedones", por el que, en traducción del medieval "LIBRO DE LOS PRIVILEGIOS DE TOLEDO", "los absuelvo de toda Lex de subjectión antigua et dó vos prescripta libertad", facultándoles a seguir rigiéndose por el "Libro del Fuero Judgo antiguo" y -principalmente- "doles libertad que si alguno fuere de entrellos de pie e quisiere e oviere poder, que sea Cavallero", que fue los mismo que declararles nobles, pues en ese tiempo la milicia era puramente militar. Es el más antiguo Fuero Gentilicio conservado, transcrito literalmente del original "escrito en letra gótica, en pergamino de cuero", en la confirmación de Pedro I, dada en las Cortes de Valladolid, a 25 de octubre de 1351, procediendo de él la calidad y denominación honorífica, hasta hoy vigente, de "Caballero" o "Dama Mozárabe de Toledo". Nace también de este Fuero, donde se declara, entre otras cosas la hidalguía de los mozárabes, confirmado por la mayoría de los Reyes de Castilla y de España , la Ilustre Comunidad Mozárabe de Toledo, integrada hoy por cerca de 2.000 familias de esta calidad, rito y jurisdicción parroquial personal

El título con que se trata a estos caballeros es el de Ilustrísimo.

La comunidad Mozárabe, formada por familias, cuenta en la actualidad con una rama social, la Hermandad de Caballeros y Damas Mozárabes que desfilan en la Procesión del Corpus Christi, entre otros actos, se agrupan en torno a las dos parroquias matrices de las Santas Justa y Rufina y Santa Eulalía y San Marcos en Toledo. La cabeza de la mozarabía es el Cardenal Primado de las Españas y Arzobispo de Toledo, además de existir una rama cultural, a través del instituto de Estudios Visigóticos de Toledo.

El Cardenal Cisneros hizo construir la capilla del Corpus Christi para que en ella, por privilegio papal, se celebre la misa y el oficio coral según el rito Mozárabe, supervivencia de la liturgia hispano-visigoda, conservada por los cristianos que vivieron sometidos al dominio árabe. Protegida por una reja gótica encierra en su interior un mosaico de la Virgen con el Niño, mandado construir en Roma por el Cardenal Lorenzana, y una gran pintura mural de Juan de Borgoña conmemorativa de la toma de Orán por el Cardenal Cisneros, regente del Reino en 1509, bajo una cúpula octogonal obra de Jorge Manuel Theotocópuli, hijo del Greco.

Actualmente los Caballeros Mozárabes participan en la procesión del Corpus Christi de Toledo a mayor Gloria de Dios. Desde el año 2005 la entidad se encuentra hermanada con la Real Cofradía de Caballeros Cubicularios de Zamora.

Para éste tipo de actos visten manto de paño azul con birrete del mismo color y con la cruz de Alfonso VI bordada sobre el brazo izquierdo (birrete y paño con detalles dorados).

Lengua mozárabe

Artículo principal: Lengua mozárabe

Por lo que se refiere a la lengua mozárabe, estuvo constituida por distintos dialectos romances. No había unidad entre ellos y, a diferencia de otras lenguas románicas, se escribían en alfabeto árabe en vez de alfabeto latino. Según Sola-Solé, el mozárabe formó "parte del habla propia de las comunidades cristianos que, sometidas al Islam, continuaban viviendo en los grandes centros urbanos del antiguo reino visigótico." Los conocemos por las jarchas (estrofas finales de las poesías denominadas moaxajas) de los poetas andalusíes, que en ocasiones usaban estribillos romances con algunos arabismos y hebraísmos. Se atribuyen al sustrato mozárabe varias de las diferencias entre el valenciano y el balear respecto al catalán, y el portugués, y características de hablas sureñas del castellano como el panocho o el andaluz.

Los términos árabes contenidos en nuestras jarchas proceden, por lo común, del fondo de la lengua poética y se relaciona con el mundo del amor, tema primordial de nuestras jarchas. (Sola-Solé pg. 35)

Según Sola-Solé, la lengua mozárabe es una mezcla de 40% de términos orientales y 60% de vocablos romances y de estas palabras orientales, la mayoría son sustantivos y los verbos son mucho menos frecuentes.

Unos ejemplos de palabras españolas modernas derivadas del árabe


algodón ------> al qoton

alfombra -----> al khumra

alcoba -------> al qubbah

aldea --------> ad day ah

alcalde ------> al qadi

albóndiga ----> al bunduqa

Fonética y morfología

En algunos aspectos, el mozárabe es más arcaico que las otras lenguas romances. Basado en los documentos escritos identificados como mozárabe, unos ejemplos de estas características arcaicas son la preservación de grupos de consonantes de latín (CL, FL, PL, P, T, C) como las palabras lopa (loba), toto (todo), y formica (hormiga). En estas palabras vemos un cambio de consonantes de silenciado a vocalizado en (p, b), (t, d), y (k, g).

La morfología de unas palabras es más similar a latín que a otros lenguas romances en general. Este variedad romance tenía un impacto substancial en la formación del portugués, español, y en particular el español de Andalucía, lo cual explica porque estos idiomas tienen palabras de origen árabe andalusí.[6]

Problemas de traducción

El debate que rodea la traducción del mozárabe se enfoca en las vocales del árabe. Vemos mucho esta controversia en la traducción de las jarchas porque cada traducción viene a ser una opinión o una adivinación educada. Lo que crea este dificultad es la falta de vocales en la ortografía del árabe y también tiene que ver con la diversidad de infulencias en el mozárabe. Ya que el mozárabe fue una lengua mezclada, cada región que lo hablaba tenía una mezcla diferente. El mozárabe de diferentes regiones tendría tendencias, reglas, y pautas diferentes de los otros. Por eso hay mucho debate y dificultad en la traducción del mozárabe y en particular las jarchas.

"Naturalmente las mayores dificultades para la recta interpretación de las voces mozárabes se refieren a los vocales, no sólo porque éstas con frecuencia no se reproducen graficamente, sino también por el reducido sistema vocálico del árabe clásico, y la inexistencia de vocales agrupadas en hiatos o diptongos decrecientes. Como es sabido, en la lengua clásica árabe sólo existen tres vocales: /a/ /i/ /u/. Las primeras dificultades se plantean, a la hora de tratar de reproducir, empleando los caracteres árabes, una /e/ o una /o/ de la lengua romance." (Galmés de Fuentes pg. 47)

Muestra de mozárabe del siglo XI

Mozárabe: Castellano: Gallego-Portugués: Gallego: Catalán: Asturiano: Portugués: Valenciano: Latina:

Mio sîdî ïbrâhîm
yâ tú uemme dolge
fente mib
de nohte
in non si non keris
irey-me tib
gari-me a ob
legar-te

Mi señor Ibrahim,
¡oh tú, hombre dulce!
vente a mí
por la noche.
Si no, si no quieres,
iré a ti,
dime dónde
encontrarte.

Meu senhor Ibrâhim,
ó tu, homem doce!
vem a mim
de noite.
Se non, se non queres,
ir-me-ei a ti,
diz-me onde
te encontro.

Meu señor Ibrahim,
oh ti, home doce!
ven a min
de noite.
Senón, se non queres,
ireime a ti,
dime onde
te encontro.

Mon senyor Ibrahim,
oh tu, home dolç!
Vine a mi
de nit.
Si no, si no vols,
aniré a tu,
digues-me a on
te trobo.

El mio señor Ibrahim,
á tu, home melgueru!
ven a min
pela nueche.
Si non, si nun quies,
dire a ti,
dime ónde
atopate.

Meu senhor Ibrahim,
ó tu, homem doce!
Vem a mim
de noite.
Senão, se não quiseres,
ir-me-ei a ti,
diz-me onde
te encontro.

Mon senyor Ibrahim,
o tu, home dolç!
vine a mi
de nit.
Si no, si no vols,
aniré a tu,
dis-me a on
te trobe.

O domine mi Ibrahim,
o tu, homo dulcis!
Veni mihi
nocte.
Si non, si non vis,
ibo tibi,
dic mihi ubi
te inveniam.

Véase también

Notas

  1. En lo tocante a los matrimonios mixtos, por ejemplo, se establecía que un cristiano convertido podía escoger entre conservar a su esposa cristiana o repudiarla, mientras que se prohibía el matrimonio de un cristiano con una mujer musulmana. Otro ejemplo de carácter religioso: los bienes cedidos a la iglesia a perpetuidad a raíz de una defunción también podían pasar excepcionalmente a manos musulmanes.
  2. Consta de la participación cristiana en operaciones militares árabes dirigidas a la conquista de Cantabria. Vid. DUFOURCQ, CHARLES-EMMANUEL; "La vida cotidiana de los árabes en la Europa Medieval", Temas de Hoy, 1994.
  3. Tampoco debió ser inusual que los hijos de una cristiana casada con un musulmán fuesen instruidos secretamente en el cristianismo.
  4. Según explica el académico José Ruíz Sánchez en su Morisma y mozarabía: "a los nuevos administradores de los territorios ocupados sólo les interesó el aspecto tributario y militar de la cuestión, lo que cantaran o creyeran los hispanos de entonces les traía sin cuidado, hasta ahí llegó la tolerancia"
  5. DUFOURCQ explica la historia de un cristiano de noble linaje que anunció su intención de convertirse al Islam si el mismo imán de Córdoba le instruía. Dada su relevancia simbólica, su petición fue concedida, pero en cuanto se inició su formación denunció el Islam como herejía, fue martirizado y expuesto a los muros de la ciudad. La admiración popular hizo que cundiese el ejemplo, y con el tiempo los musulmanes procederían a retirar los cadáveres de noche, para reducir la posibilidad de que sus correligionarios dispusiesen un funeral de honor.
  6. http://en.wikipedia.org/wiki/Mozarabic_language#Morphology_and_phonetics


Bibliografía

  • Galmés de Fuentes, Álvaro (1983). Dialectología Mozárabe. Madrid: Editorial Gredos. 
  • Peñarroja Torrejón, Leopoldo (1990). El mozárabe de Valencia : nuevas cuestiones de fonología mozárabe. Madrid : Editorial Gredos. 
  • Sola-Solé, Josep M. (Josep María) (1973). Corpus de poesía mozárabe; las harǧa-s andalusies. [Barcelona] Ediciones Hispam. 
  • ROUSSET, Emilio, Y OTROS (1998). Los mozárabes: Una minoría olvidada. Fundación El Monte. 
  • MASER, Matthias, y HERBERS, Klaus, (2011). Die Mozaraber. Definitionen und Perspektiven der Forschung. Lit. 

Enlaces externos

http://www.misas.org/p/monasterio-de-la-inmaculada-y-san-pascual-clarisas-madrid


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