- Navarra jamás dijo no al estatuto vasco
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Navarra jamás dijo no al estatuto vasco (ISBN 84-8136-021-X) es el título de un libro escrito por el historiador navarro José María Jimeno Jurío en 1977, publicado en Pamplona por el Equipo Informativo Punto y Hora, ligado a la revista pamplonesa Punto y Hora de Euskal Herria y reimpreso en 1997 por la editorial Txalaparta.
Jimeno Jurío postula que en la asamblea de municipios navarros que tuvo lugar el 19 de junio de 1932 en el Teatro Gayarre de Pamplona para decidir si Navarra continuaba en el proyecto de estatuto vasco cuatriprovincial (Vizcaya, Guipúzcoa, Álava y Navarra) presentado por las gestoras de las diputaciones provinciales, no se respetó la voluntad de la mayoría de los ayuntamientos navarros, que antes de la asamblea se habían mostrado partidarios de tal integración.
En este libro se menciona tres antecedentes políticos significativos ocurridos en Navarra los años precedentes:
- La asamblea del Partido Republicano Federal en Tudela del 4 de marzo de 1883 donde se redactó el primer estatuto autonómico del País Vasco tras la Ley de Confirmación de Fueros de 1839: "Constitución futura de Navarra o Bases redactadas según el espíritu de los antiguos Fueros, acomodado a las formas modernas"
- La Gamazada ocurrida en 1893, cuando el ministro de Hacienda Gamazo intenta recortar la autonomía fiscal de Navarra.
- Reivindicaciones autonómicas y de reintegración foral en 1918 promovida por los ayuntamientos, que fue contrarrestada por el sector dirigente, los ”cuarentaiunistas” (partidarios de la Ley Paccionada de 1841) en la asamblea del 30 de diciembre de 1918 en Pamplona.
En el análisis que la búsqueda de un Estatuto conjunto con el País Vasco no se puede reducir a un simple esquema de izquierda/derecha, pues estaba incrustado en todas las formaciones políticas.
Nada más proclamarse la Segunda República, el 14 de abril de 1931, se inician las reclamaciones de un Estatuto para el País Vasco y Navarra iniciándose en Estella el 20 de abril con posterior adhesión de distintos ayuntamientos siendo un movimiento espontáneo y popular reclamado por nacionalistas, republicanos y carlistas. Inicialmente sólo hubo alguna reticencia de los socialistas, como ocurrió en Olite. En Estella el 14 de junio y posteriormente en Pamplona el 10 de agosto de 1931, quedaba aprobado por inmensa mayoría la realización de un “Estatuto Vasco-Navarro”, con 200 municipios de los 220, correspondiente a un 89,83% de la población representada. Aquí se introdujeron unas enmiendas por los partidos de derechas, que daban confesionalidad al Estatuto, y que produjo reticencias de los socialistas. Por esta confesionalidad fue rechazado en las Cortes de España, debido a que la Constitución Española era laica.
El 31 de enero de 1932 se volvió a reafirmar voluntad de un “Estatuto Vasco-Navarro” por 160 de los 229 municipios que correspondían al 64,46% de la población, a pesar de la posición de los más integristas. Los “cuarentaiunistas”, con el “Diario de Navarra” como portavoz, se van posicionando en contra del Estatuto de forma activa.
En este contexto en el Teatro Gayarre de Pamplona el 19 de junio de 1932, el estatuto fue rechazado por 123 ayuntamientos que corresponden a 53,04 % de la población, apoyándolo 109 (39,72%) y absteniéndose 35 (8,24%). El “Diario de Navarra”, como es obvio dio la noticia con grandes titulares. Esta asamblea fue denunciada por “Acción Autonomista” que se constituyó en agosto y que estaba integrada por personas procedentes de todos los partidos políticos, presentando en septiembre un largo estudio, denso de razones jurídicas, denunciando hechos concretos. En el periódico "La Voz de Navarra”, portavoz del nacionalismo vasco, se solicitó la revisión y nulidad del acto a la Diputación. Este periódico daba como datos reales de 122 (frente a 109 oficiales) ayuntamientos a favor, en contra 116 (123 oficiales) y 29 abstenciones (35 oficiales).
Jimeno Jurío analiza los cambios de voto producidos en los distintos representantes en algunos a negativo y en otros a las abstenciones. En alguno de los casos constata que llevó a la dimisión del alcalde. El autor llega a las siguientes conclusiones:
- El valor fue dudoso y moralmente inválido, debido al sistema empleado, a la desorientación sembrada y, sobre todo, a coacciones y cohechos.
- Basados en los datos reales de las votaciones, no puede afirmarse que Navarra dijera no al Estatuto vasco, sino más bien lo contrario.
- Cotejadas las actas municipales, puede afirmase con absoluta seguridad que la mayoría de ayuntamientos navarros eran partidarios del Estatuto único en junio de 1932.
Enlaces externos
- Portada del Diario de Navarra el 21 de junio de 1932 («Navarra, por mayoría de Ayuntamientos, se pronuncia en contral del Estatuto vasco-navarro»)
- Encrucijada navarra, de Santiago de Pablo, catedrático de Historia Contemporánea de la UPV-EHU, 19 de junio de 2007.
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