Eurocopter Tigre del Ejército de Tierra de España en el París Air Show, junio de 2007.

El programa para adquirir un nuevo helicóptero de ataque fue uno de los más caros emprendedidos por el Ejército de Tierra hasta esa fecha.

El Programa Tigre es el nombre coloquial por el que se conoce al programa del nuevo helicóptero de Ataque para las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra de España. Fue una iniciativa emprendida en 1995 para buscar un sustituto a los ya vetustos Bölkow Bo 105, modelo con que contaba el Ejército de Tierra, para misiones contra carros y ataque al suelo. Finalmente el ganador fue el Eurocopter Tigre, de ahí el nombre.

La modernización del Ejército de Tierra

El Ejército de Tierra español estaba sufriendo un proceso de renovación del material aprovechando la boyante situación económica de España en los años 90 del siglo pasado, quizá la mejor en varios siglos, y la predisposición de otras naciones como Estados Unidos a vender los equipos que se solicitaran sin restricciones de ningún tipo a causa del régimen político.

En esta dinámica se quiso primero comprar el carro de combate Leopard II, pero razones presupuestarias lo impidieron^[1] . Después, durante los ochenta, se consideró la posibilidad de desarrollar una versión reducida llamada Lince; pero finalmente, en los noventa y primeros años del siglo XXI el Ejército de Tierra obtuvo sus ansiados Leopard II.

Otro caso lo constituyó el programa para dotarse de una nuevo helicóptero de transporte donde se barajaron el Black Hawk (el elegido por los militares en base a sus prestaciones), el AB412 (segundo clasificado en la evaluación realizada por el Ejército) y el Eurocopter Cougar (finalmente adquirido a causa de condicionantes políticos).^[2]

Así se llegó a la necesidad de disponer de un helicóptero de ataque moderno, eficaz y con la posibilidad de disparar gran variedad de armas. Para ello se destinaron uno 1.000 millones de euros, cifra astronómica para el Ejército de Tierra.

El Ejército de Tierra frente al Ministerio de Defensa^[3]

Tigre HAP en vuelo.

Para elegir el helicóptero más apropiado se formó, como en el caso del Programa FACA y otros sistemas de armas, una comisión de militares con gran experiencia en el manejo de estos aparatos para que seleccionasen el modelo que más se ajustase a las necesidades del Ejército.

Cuatro fueron los helicópteros analizados:

• El AH-64 Apache.
• El Eurocopter Tigre.
• El AH-1W Supercobra.
• El A129 Mangusta.

Pero realmente la lista se quedó en tres, al eliminar Estados Unidos el Supercobra para evitar que dos empresas estadounidenses compitieran entre sí.

Entre 1996 y 1997 comenzaron los estudios para presentar la opción que las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET).

Los primeros exámenes eliminaron rápidamente al Mangusta, por no poder enviar a tiempo la información requerida ni la documentación con los detalles técnicos necesarios. Lo cual indicaba un estado de gestación del proyecto demasiado embrionario y por tanto demasiado arriesgado.

Finalmente en 1998 el Ejército terminó sus estudios y emitió su opinión. Según esta el Tigre debía ser descartado por no cumplir los requerimientos técnicos. Así el Apache mostraba su superioridad en varios puntos:

Potencia de fuego

EL Ejército prefería el AH 64 Apache por su mayor potencia de fuego, su gestión de información para el combate, su mantenimiento ya conocido....

• Un máximo de 16 misiles contracarro (Hellfire), frente a 8 del Tigre (HOT, Trigat o similares) por sólo poder llevar este tipo de misiles en dos de sus cuatro pilones subalares.
• O bien 76 cohetes de 70 mm aire-tierra (Hydra 70), frente a los 68 de 68 mm de modelo europeo (SNEB).
• 1.200 disparos de 30 mm cuando el de Eurocopter ofrecía 450 de igual calibre.
• 4 misiles aire-aire (Stinger o Sidewinder) en igualdad con los 4 misiles del Tigre (Stinger o Mistral). No obstante, el modelo estadounidense los porta en unos pilones suplementarios de la punta de las alas, dejando libres los pilones subalares para el resto de armamento (al contrario del modelo europeo, para el que llevar misiles aire-aire supone reducir su carga de armamento aire-tierra).

En total el modelo de Boeing podía cargar 3 000 kg más de armas que el europeo. Con la desventaja añadida de que los misiles Trigat aún no existían, estando previsto su lanzamiento para 2005 o más tarde (lanzamiento que, finalmente, no llegó a producirse).

Mando y control

El Apache estaba equipado con modem para la emisión y recepción de información; así puede establecer zonas de tiro para él y otros vehículos o armas que lo pudiesen acompañar; también cuenta con la posibilidad de designar zonas de prohibición de tiro en áreas pobladas o amigas.

Además el Apache tenía mayor potencia motriz, y un pesado blindaje.

Sin embargo, las características de su visor térmico forzaban al Apache a situarse en vuelo estacionario para poder disparar sus armas con eficacia, con el consiguiente riesgo para el aparato en condiciones de combate. Por su parte el Tigre lo aventajaba en maniobrabilidad, aerodinámica, autonomía de vuelo, facilidad de manejo, disponibilidad, reparaciones y tener un precio ligeramente inferior. Pero en este último punto el Ejérctio advirtió en su informe que el modelo norteamericano, aún teniendo en cuenta sus desmesurados costes de mantenimiento, presentaba un ciclo de vida conocido, unas necesidades de mantenimiento previsibles por la experiencia y un consumo de repuestos y tiempos medios entre averías también conocidos, información de la que no disponía el Tigre.

La transferencia tecnológica: la gran baza del Tigre

Sin embargo alemanes y franceses (los creadores del proyecto Tigre) estaban dispuestos a montar una fábrica en España para ensamblar los aparatos, además de permitir la participación de la industria española en la investigación y desarrollo del helicóptero (aportando una cantidad extra de dinero).

Al mismo tiempo la tirantez entre los gobiernos español, comprometido con George W Bush en la Invasión de Irak, y los otros dos gobiernos europeos hacía necesario un gesto de amistad por parte de España.^[4]

Se llegó a especular con la posibilidad de comprar los dos modelos, duplicando los costos de mantenimiento. También la Boeing ofreció montar una fábrica de palas en España en manos de la compañía vasca GAMESA; pero no podía ofrecer los mismos puestos de trabajo y la misma transferencia tecnológica que los europeos.

La decisión política

En julio de 2003 el Ministerio de Defensa tomó la decisión de comprar los helicópteros europeos, por las dos circunstancias antes citadas y no por sus posibilidades técnicas. Esta decisión fue comunicada por el propio Ministerio después del verano alegando “motivos políticos”.^[4]

El número de aparatos era de 24 con opción a otros 6 (el gobierno no se comprometía a comprarlos, pero la empresa mantenía el mismo precio y tiempo de fabricación) mientras que el Ejército deseaba 36, con este volumen de producción ya se sabía que la fábrica no sería rentable.

Así mismo se introducirían cambios en los modelos existentes para adaptarlo en la medida de lo posible a las necesidades del Ejército como era la mayor potencia de los motores del aparato para transportar más armas, soportar temperaturas más altas (hasta 50ºC que pueden alcanzarse en zonas como Andalucía), mejor protección balística, incorporar sistemas de enlace de datos en tiempo real, y equipos españoles como la cámara térmica de la empresa Tecnobit o los misiles Spike empleados tanto por el Ejército de Tierra como por la Infantería de Marina. Todas estas modificaciones crearon una versión nueva, llamada HAD. Esta versión resultó mejor que las ya existentes, de modo que Francia decidió adquirir 40 de sus 80 tigres en aquella versión.

Se acordaron unos retornos industriales cifrados en al menos 1.000 millones de euros.^[5]

La ubicación de la fábrica estaba por determinar, pero se acordó que las entregas empezaran en 2004 con seis helicópteros del modelo francés llamados HAP para, posteriormente, ir incorporando los modelos españoles con motores más potentes, aumentando así la capacidad de carga y la capacidad de volar a 50ºC.

La ejecución del programa^[6]

La integración de los sistemas, como la cámara térmica, originó muchos problemas y retrasos.

La ejecución del proyecto resultó muy difícil y pronto comenzaron los retrasos.

• De los helicópteros que debían llegar en 2004 no se fabricó ninguno por distintos problemas.
• En 2005 sólo se había entregado uno que seguía en Francia.
• Se preveían retrasos y sobrecostes por la integración de la cámara térmica de Tecnobit (que fue finalmente rechazada) y las modificaciones para llevar los misiles del Ejército, lo que retrasarían las entregas hasta el 2013 o 2014.

Finalmente el precio por unidad fue de 12 millones de euros, más de lo presupuestado en un primer momento.

La fábrica para ensamblar los aparatos fue llevada a Albacete por decisión del Ministerio de Defensa, dirigido entonces por el albaceteño José Bono, otra decisión considerada poco económica porque el sitio idóneo sería Getafe donde CASA tenía su factoría principal; pero esa instalación era desde su nacimiento una inversión que no se podría recuperar con el volumen de máquinas adquiridas; pese a la renovación de la flota de helicópteros para la Guardia Civil y la Policía Nacional con EC-135 también de Eurocopter. Sin embargo, con la compra de 45 NH90 la cifra total de aparatos para fabricar, mantener y propocionar repuestos ascendía al centenar, lo que sí la hizo viable.

Como en el caso del Eurofighter o el A400M los retrasos en el Tigre fueron grandes y constantes, lo mismo que los aumentos en el precio para obtener un aparato de tecnología considerada inferior a los norteamericanos ya existentes. Las razones para la compra fueron la transferencia tecnológica y como gesto político; pero siempre queda la duda si los retrasos en tener a sus aparatos en condiciones de operar que han sufrido los compradores del AH-64 (comparables a los sufridos por España con el Tigre) y las restricciones de empleo que Estados Unidos aplica sobre el armamento y piezas sueltas que vende no pesarían también en la toma de decisiones. Esta posibilidad que Washignton siempre se ha reservado ha frustrado ventas, como la de 12 CASA C-295 a Venezuela en 2006, o ha impedido utilizarlo en conflictos como la Guerra del Sahara-Ifni de 1957.

Referencias