- Segunda revolución comunera del Paraguay
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La Segunda revolución comunera del Paraguay fue un movimiento popular que tomó el término comunero a ejemplo de las Comunidades de Castilla, en lo que podría considerarse el camino a la Independencia.
Contenido
Etapas
En 1717 Diego de los Reyes Balmaceda fue nombrado un inutil para el gobernador del Paraguay, y sus arbitrariedades provocaron quejas ante la Real Audiencia de Charcas. El juez García Miranda abrió un proceso y ordenó a Balmaceda liberar a varios ciudadanos apresados ilegalmente.
Acusaciones contra Balmaceda
Las denuncias formuladas por los vecinos de Asunción contra el gobernador Diego de los Reyes Balmaceda eran:
- Carecer de la “Dispensa de Naturaleza” para ejercer la gobernación, ya que la Ley prohibía nombrar a un vecino del lugar a gobernar.
- Llevar una guerra innecesaria a las tolderías de los payaguá, causándoles gran mortandad.
- Tener ocupados a 200 indígenas en el laboreo de la yerba mate más tiempo de lo debido, sin las compensaciones establecidas en la ley.
- Establecer impuestos sin estar autorizado para ello.
- Comerciar con extranjeros pese a la prohibición, y abusar de su influencia para adjudicarse beneficios en el tráfico fluvial.
- Interceptar los caminos que conducían a Charcas y mantener prisioneros a respetables vecinos de la provincia.
Las acusaciones contra Reyes Balmaceda buscaban defender los intereses económicos de los propietarios de tierras y encomiendas, regidores del cabildo, comerciantes e ilustrados criollos de la provincia, contra la agobiante competencia jesuítica.
La guerra desatada contra los payaguá en sus tolderías era un escarmiento por los constantes ataques y pillajes que éstos cometían en el tráfico fluvial, causando víctimas y pérdidas comerciales. A este pueblo se lo denominaba piratas del río Paraguay.
Probablemente lo que más molestó a los colonos fue la entrega de los prisioneros payaguá a los jesuitas, en vez de entregárselos a ellos para aumentar sus encomiendas. Pero como el gobernador no gozaba de la simpatía de los vecinos, aprovechó la ocasión para vengarse de algunos de ellos y así desató una más de las contiendas acaecidas en América en la primera mitad del siglo XVIII.
Primera etapa
En 1721, ante la desobediencia de Balmaceda a las órdenes de García Miranda, la Audiencia de Charcas envió a José de Antequera y Castro como Juez Pesquisidor, para investigar las denuncias. Como resultado de la investigación, Antequera separó a Reyes Balmaceda de su cargo proclamando los derechos del “común” para aceptar o rechazar las autoridades y leyes impuestas, y asumió el cargo de gobernador de acuerdo con las instrucciones que en pliego cerrado le habían sido dadas, pero luego se mantuvo en el cargo aún contra las órdenes del propio Virrey.
En 1724 Antequera organizó un ejército para enfrentar a las tropas enviadas contra él, a las que venció. Pero unos meses después, un ejército más poderoso, organizado en las misiones por el gobernador de Buenos Aires, Bruno Mauricio de Zabala, lo obligó a huir a Córdoba ante la imposibilidad de ofrecer resistencia. Zabala entró en Asunción y nombró gobernador a Martín Barúa.
Segunda etapa
Antequera permaneció un tiempo en Córdoba y luego se presentó ante la Audiencia de Charcas para pedir protección, pero fue hecho prisionero y enviado a Lima donde se inició un proceso por su actuación en el Paraguay.
Estando en la cárcel conoció al abogado Fernando de Mompox y Zayas, a quien convenció de sus ideales. Mompox escapó en 1730 y se dirigió al Paraguay donde se unió a los comuneros, al frente de los cuales luchó por imponer el “poder común”. Fue apresado en 1731 y enviado a Buenos Aires primero y luego a Lima, aunque desde Cuyo logró fugarse al Brasil.
Antequera y Juan de Mena fueron condenados a muerte y ejecutados en 1731. Cuando esta noticia fue conocida en Asunción, los comuneros se alzaron nuevamente y en un encuentro en Guayaibity (Pirayú) fue muerto Manuel Agustín de Ruiloba. Desde Buenos Aires tuvo que venir por segunda vez Bruno Mauricio de Zabala, quien venció a los Comuneros en Tavapy en 1735...
Sanciones
Bruno Mauricio de Zabala dispuso medidas extremas contra la provincia, entre ellas:
- La condena a muerte por horca y descuartizamiento de varios comuneros y el destierro con la confiscación de sus bienes a otros rebeldes.
- La declaración de que la Real Provisión del 12 de Septiembre de 1537 ya no estaba en vigencia y que su uso había sido ilícito, pues no se hallaba inserta en la Recopilación de 1680.
- La cesantía de los corregidores del Cabildo vinculados con los comuneros, ocupando los cargos vacantes con partidarios del Virrey.
- La prohibición absoluta de reunión o junta de personas en cualquier lugar de la provincia, bajo pena de ser declaradas conspiradoras y condenadas a la pena capital y pérdida de bienes.
- La obligación de todas las personas de cualquier sexo, calidad o estado, de acatar, respetar y reverenciar las órdenes reales, con advertencia de severos castigos.
Consecuencias
Los trágicos resultados de la Revolución comunera del siglo XVIII se proyectaron por muchos años. A las drásticas medidas dictadas por Bruno Mauricio de Zabala se sumó en 1739, el mandato de la Audiencia de Charcas de restaurar el Puerto Preciso de Santa Fe, con lo que las embarcaciones paraguayas eran obligadas a desembarcar a mitad de camino y los comerciantes eran agobiados con altos impuestos y obligados a transportar las mercaderías en carretas desde Santa Fe hasta Buenos Aires.
En octubre de 1777 Carlos III ordenó la creación del Virreinato del Río de la Plata, que comprendía los territorios de Buenos Aires, Paraguay, Tucumán, Potosí, Santa Cruz de la Sierra, Charcas y Cuyo, con la finalidad de dividir el Virreinato del Perú y facilitar la gobernabilidad del Imperio.
Véase también
Bibliografía
- Díaz-Pérez, Viriato (1973). La Revolución Comunera del Paraguay. Imp. Mossèn Alcover. ISBN 8485048059.
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