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Arqueoastronomía
La arqueoastronomía es el estudio de yacimientos arqueológicos relacionados con el estudio de la astronomía por culturas antiguas. También estudia el grado de conocimientos astronómicos poseído por los diferentes pueblos antiguos. Uno de los aspectos de esta disciplina es el estudio del registro histórico de conocimientos astronómicos anterior al desarrollo de la moderna astronomía.
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Estudios realizados
Un ejemplo de este tipo de estudios se encuentran en el extenso registro producido por la antigua astronomía china en busca de referencias a estrellas invitadas, objetos o estrellas observados por los antiguos astrónomos chinos y registrados como objetos pasajeros. Algunos de ellos eran cometas mientras que otros constituyen supernovas cercanas cuya aparición en tiempos históricos permite estudiar en detalle la evolución temporal de estos fenómenos.
Otro tipo de estudios de carácter más cultural estudia los alineamientos de construcciones y monumentos antiguos de acuerdo con las posiciones del Sol y la Luna. Existen numerosas afirmaciones sobre la naturaleza del monumento megalítico de Stonehenge como representante de un antiguo observatorio. Éste y muchos otros monumentos antiguos poseen alineamientos que parecen significativos en los puntos del solsticio y equinoccio.
En los años 1960, Alexander Thom realizó un exhaustivo catálogo de monumentos megalíticos en Gran Bretaña. Como resultado de sus investigaciones sugirió que dichos monumentos constituían una indicación para la elaboración de un antiguo calendario.
Escuelas arqueoastronómicas
Para deducir el conocimiento astronómico que tenían nuestros ancestros, los actuales arqueoastrónomos parten de dos escuelas arqueoastronómicas muy diferentes:
- Una escuela, que se podría llamar "Arqueoastronomía Orientacionista", considera como único objetivo a estudiar por esta disciplina, las orientaciones en días determinados del año: en los solsticios o en los equinoccios, con el sol, o con la luna, o con las constelaciones, o con los planetas de los edificios arcaicos, o de los pasillos, o de las puertas de las construcciones sagradas.
- Mientras que la escuela de la "Arqueoastronomía Global", considera como objetivo de esta ciencia, tanto el estudio de las obras de arte prehistóricas (esculturas, pinturas, grabados, geoglifos, tumbas, edificios y otras manifestaciones artísticas....), como el estudio de los mitos, así como los nombres de constelaciones y los rituales celebrados por diversos pueblos históricos heredados de la más remota antigüedad, en los que nuestros ancestros han dejado la huella de sus conocimientos astronómicos.
Se basa en el hecho de que desde inicios de la cultura humana, los humanos hicieron observaciones meticulosas de fenómenos (clima) a la par que observaciones muy precisas y sistemáticas de los ocasos y ortos, vespertinos y matutinos de las constelaciones (movimiento cíclico de los astros a lo largo del año). Con esos dos grupos de observaciones definieron una relación. Y en esta relación “científica” mostraron la regularidad de los fenómenos cíclicos asociados a precisas situaciones de constelaciones a lo largo del año, que también eran cíclicos.
O sea que nuestros ancestros descubrieron una regularidad de los fenómenos en coincidencia con la regularidad en los movimientos de los astros: estrellas reunidos en constelaciones que aparecían en el cielo mirando al norte, tras el ocaso del sol, o en “los grupos estelares” que aparecían antes del amanecer / antes de la salida del astro sol, sin fijarse apenas en la posición de los grandes astros: el sol, la luna, o los planetas. Y con esos dos grupos de observaciones definieron una relación “científica”, unas reglas de las que podían sacar inferencias inductivas del clima esperado con cierto grado de probabilidad con determinadas constelaciones vespertinas o matutinas en determinados días del año (los 22 días de fiestas).
Gracias a esta observación astronómica conocían el "tiempo atmosférico asociado a constelaciones". De forma que con ello "adivinaban" cuándo, por ejemplo, era el tiempo más adecuado para sembrar para que germinara las semillas, porque en tal momento sabían que iba a llover; o "adivinaban" cuándo era el momento mejor para la recolección de los frutos porque sabían cuándo iba o no a hacer calor que haría o no madurar los frutos; o "adivinaban" si era el momento para viajar, porque sabían que iba o no a haber tormentas o tempestades, etc.
Y este conocimiento lo codificaron en un lenguaje metafórico y con una explicación religiosa. Por eso a la vez celebraban determinados rituales durante los 22 días de fiestas del año, para convencer a la Madre Naturaleza que cumpliera con su responsabilidad y enviase el fenómeno esperado en ese momento del año. O sea que el fundamento de sus mitos, rituales,... era “científico”, pero tenían la finalidad de pedir a la Divinidad que asegurara de manera "mágica" el alimento y la supervivencia, de acuerdo con el período del año (clima) en los que se encontraban (no pedían que los defendiera de la helada en verano, sino cuando el calendario lo indicaba).
Véase también
Referencias
- Abreu, F. B. (1999). Claves Astronómicas del Arte y la Religión Prehistórica. Zaragoza: Editorial Martín-Cano.
- Aveni, Anthony F. (2005). Observadores del cielo en el México antiguo. 2ª edición. México: Fondo de Cultura Económica. ISBN 968-16-2702-4.
- Belmonte, J.A. (1999). Las leyes del cielo. Astronomía y civilizaciones antiguas. ISBN 84-7880-796-9.
- Belmonte, J.A., Hoskin, Michel (2006). Reflejo del Cosmos.. Equipo Sirius. ISBN 978-8495495-32-7.
Enlaces externos
- Centro de estudiosarqueoastronómicos (inglés)
- Arqueoastronomía Ibera
- Arqueoastronomía en Hispanoamérica
Categorías: Astronomía | Arqueología | Historia de la astronomía
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