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Batalla de Madrid
Batalla de Madrid Parte de la Guerra Civil Española Fecha 8 de noviembre de 1936 - 28 de marzo de 1939 Lugar Madrid, España Resultado Victoria inicial republicana, posterior toma de los nacionales en marzo de 1939 Beligerantes II República española
B. InternacionalesFuerzas sublevadas Comandantes José Miaja Emilio Mola Fuerzas en combate 42.000 (incluye milicias anarquistas, socialistas y comunistas y de las Brigadas Internacionales) 40.000 Bajas ~ 5.000 muertos o heridos, desde cuales 1200 eran polacos (incluida población civil) ~ 5.000 muertos o heridos Se denomina Batalla de Madrid al conjunto de episodios bélicos sucedidos en Madrid en el transcurso de la Guerra Civil Española.
El golpe de Estado del Ejército contra el gobierno de la II República en julio de 1936 no triunfó en Madrid. Los golpistas se atrincheraron en el Cuartel de la Montaña y fueron reducidos el 20 de julio. La batalla continuó en otras batallas como Guadalajara y Brunete, con ciertas ventajas para el bando republicano, pero finalmente cayó en 1939 para el bando nacional.
Trasfondo
Tras fracasar el golpe de Estado militar, los sublevados planearon una campaña rápida para terminar la guerra con la toma de Madrid. La acción fundamental de la ofensiva sería el avance del ejército del general Mola sobre la capital desde el Norte. Sin embargo, la organización de las milicias populares en Madrid tuvo como primer efecto la contención de la ofensiva en la sierra de Guadarrama y la posterior estabilización del frente en esa zona.
Mientras tanto, el fogueado ejército de Marruecos, que había ido ocupando la zona occidental de Andalucía y Extremadura encontraba escasa resistencia entre los milicianos republicanos que no habían usado un arma en su vida y se dirigió a Madrid a cuyas afueras llegó el 18 de octubre, al mando del general Varela. Ante la amenaza de los sublevados, el día 6 de noviembre, el gobierno de la República, dando por perdida la ciudad, se trasladó a Valencia, dejando la defensa de la capital en manos de la Junta de Defensa de Madrid, que integraba a representantes de las diferentes fuerzas políticas que defendían la República, bajo el mando militar del general Miaja. Miaja y su jefe de Estado Mayor, el teniente coronel Rojo, se aprestaron a diseñar un plan de defensa de Madrid que impidió la rápida caída de la capital.
El autodenominado "Ejército del Tajo", en un impetuoso avance hacia la capital desde Extremadura, comandado primero por el general Yagüe y luego por Varela, pierde un valioso tiempo en la toma del Alcazar de Toledo, donde resistía el coronel golpista Moscardó, fortificado frente al desordenado asedio de las más variopintas tropas republicanas,
Este mínimo retraso, muy politizado por el ascenso del general Franco entre sus competidores, dio una oportunidad a los defensores de Madrid, quienes lograron organizar una precaria defensa dentro de un durísimo ambiente de derrota. Los planes de Varela pasaban por tomar Madrid por el llano Suroeste, mientras que los de Mola preferían impulsar el empuje por Guadarrama y caer sobre la capital desde el Norte.
El río Manzanares sería el foso natural en el que los asaltantes verían estrellarse sus esperanzas de una toma rápida. En una descoordinación republicana, un grupo de legionarios y fuerzas indígenas cruzaron el río en la Ciudad Universitaria. La bolsa formada resistió durante toda la guerra en unas durísimas condiciones, sin más consecuencias para la batalla. En la cuenca baja del río, desde VillaVerde hasta Rivas, dentro del paraje que hoy es conocido como "Parque Lineal del Manzanares", las fuerzas de la 4ª y 18ª División del Ejército Popular de la República ocuparon el valle y se fortificaron en la margen izquierda, conteniendo eficazmente el flanco derecho del ataque nacionalista. Actualmente queda casi intacta esta linea defensiva, probablemente la más importante y mejor conservada de todo el conflicto.
Entonces fue cuando se creó el Ejército Popular para la defensa de la República, empezando su misión en Madrid. Si bien las tropas asaltantes consiguieron cruzar el río Manzanares, las mejores tropas del ejército nacional se estrellaron contra la resistencia republicana con duros combates en torno a la Casa de Campo, la Ciudad Universitaria y el barrio de Argüelles, donde se estabilizó el frente. Ante la imposibilidad de tomar la capital, el ataque se suspende el 11 de noviembre. La resistencia de las milicias populares predominantemente socialistas y comunistas, luego militarizadas para formar el Ejército Popular, unida de forma decisiva a los refuerzos de las Brigadas Internacionales, permitió que Madrid, convertido en un símbolo de resistencia contra los sublevados (¡No pasarán!), siguiera en manos de la República durante el resto de la contienda. Miles de madrileños ayudaron a los milicianos cavando trincheras, instalando puestos médicos, de comida. El 9 de noviembre de 1936 la primera brigada internacional de voluntarios extranjeros desfilo por la Gran Vía, ante la multitud que los vitoreaba equivocadamente: "¡Vivan los rusos!", para enfrentarse directamente al Ejército de África.
Durante el año 1937, hubo varios intentos de cercar Madrid, evitando el ataque frontal a la ciudad: batallas del Jarama (una de las más encarnizadas de la guerra) y Guadalajara (en la que intervienen fuerzas italianas), que no consiguieron sus objetivos. El fracaso ante Madrid hizo que se prolongara el conflicto, el cual duraría hasta 1939.
Bibliografía
- Martínez Reverte, Jorge (2007). La batalla de Madrid. Colección Booket. ISBN 978-84-8432-871-1.
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