- Transposición (música)
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En música, la palabra transposición designa nociones diferentes:
Contenido
La transposición en la armonía
Se denomina transposición al proceso de escribir o ejecutar un trozo de música a una altura más baja (grave) o más alta (aguda) que el original.
Aunque el término correcto es "transportar" (cf. Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española), la influencia sajona parece estar imponiendo el término "transponer".
A menudo una canción debe ser transcrita a una tonalidad más aguda o más grave, para comodidad del cantante.
Schubert se burlaba a veces de las versiones que se hacían de sus canciones, que él componía para contralto (la voz grave de la mujer) o mezzo soprano (ya que le desagradaba la voz demasiado brillante de las sopranos). En una ocasión, luego de un concierto se dirigió a su arreglador y le preguntó: "¿De quién era esa cancioncilla tan chillona?"
Transcripción de modos
Una pieza escrita en alguno de los modos antiguos puede aparecer, por ejemplo, en el "modo dórico transpuesto", es decir, con los intervalos correspondientes al modo dórico, pero comenzando con un sonido diferente de re (que es la nota de bajo de la escala dórica).
Transposición a primera vista
Desde el barroco hasta mediados del siglo XX, la transposición a primera vista de partituras más o menos sencillas era un ítem prácticamente obligatorio dentro del aprendizaje de un instrumento, especialmente del piano.
El alumno resolvía esta dificultad técnica mediante el adiestramiento en la lectura de las claves en distintas alturas: en vez de conocer sólo la clave de sol en segunda línea y de fa en cuarta línea, el alumno también debía aprender a leer a primera vista en clave de do en cuarta línea (también llamada clave de tenor, que es la que usan a veces el violonchelo, el fagot, el contrafagot y el trombón) y en clave de do en tercera línea (que utiliza la viola).
De esta manera la primera línea (contando desde abajo hacia arriba) que corresponde al re en clave de do en cuarta línea, equivale al mi en clave de sol, al fa en clave de do en tercera línea y al sol en clave de fa.
Eso le daba al músico un gran entrenamiento para visualizar distintas nomenclaturas de notas en el mismo pentagrama, habilidad básica para transponer a primera vista.
Se cuenta que Ferenç Liszt a la edad de trece años podía leer en cualquier tonalidad todas las obras del primer libro de El clave bien temperado de Johann Sebastian Bach.
Transposición en instrumentos antiguos
Hasta mediados del siglo XX existía un recurso mecánico en algunos pianos de cola y órganos de tubos, que permitía al ejecutante transportar: tocaba las teclas normalmente (tal como estaban escritas) pero el traslado lateral del teclado permitía que el mecanismo hiciera sonar cuerdas (o tubos) más graves o más agudos. El mecanismo sólo permitía la transposición a unos pocos semitonos.
Función de transposición en los teclados modernos
Desde fines del siglo XX prácticamente todos los teclados electrónicos (órganos, sintetizadores y pianos electrónicos) poseen una función de transposición (transpose) que permite hacer sonar el teclado en otras tonalidades. Algunos permiten sólo hasta una octava más grave o una octava más aguda (por saltos de semitono), pero otros permiten hasta dos octavas hacia arriba y hacia abajo.
Instrumentos transpositores
Ciertos instrumentos que producen un sonido diferente de la nota escrita se llaman transpositores. Por ejemplo un corno inglés ejecuta a una quinta más grave de lo escrito: de esta manera, si el cornista lee un sol3, oprimirá la combinación de teclas que por ejemplo en un oboe (que no es instrumento transpositor) generaría el sol3, pero en cambio el corno inglés emitirá un do3. Entonces en los manuales de orquestación se dice que el C. I. transpone a una quinta inferior.
Explicado de otra manera: se dice que un instrumento es transpositor cuando es costumbre escribir sus partituras de manera que la nota más baja del instrumento (sea la que sea) se escriba en el do de la partitura. Por ejemplo, la nota más baja que toca un corno inglés es el fa del piano. Si el cornista toca fa-sol-la-fa, fa-sol-la-fa, la-sibemol-do, empezando por su nota más baja y subiendo, en la partitura escribirá do-re-mi-do, do-re-mi-do, mi-fa-sol. Si el que toca el oboe quiere tocar en unísono con el cornista (o a una octava arriba o abajo), puede tocar las mismas notas que oye, pero cuando las escriba en una partitura apuntará en ella fa-sol-la-fa. Cuando los dos leen una misma partitura en la que está escrito do-re-mi, el oboista toca efectivamente do-re-mi, pero lo que toca el cornista suena una quinta más abajo, fa-sol-la.
En la práctica casi todos los instrumentos son transpositores, sólo que algunos de ellos (como el contrabajo) transponen a una octava inferior o superior, lo cual facilita mucho su lectura (como si no se hiciera transposición alguna). Entre los pocos instrumentos que no son transpositores en absoluto se cuentan el piano y el oboe.
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