Unión Monárquica Nacional

Unión Monárquica Nacional (UMN) fue el nombre de diversas formaciones políticas españolas monárquicas y de carácter derechista.

La primera fue fundada en Barcelona en febrero de 1919, recogía el ala más unitaria y de derechas del monarquismo catalán, dirigida por Alfons Sala i Argemí, después conde d'Ègara, diputado y cacique del distrito de Tarrasa, junto con Manuel Rius i Rius, marqués d'Olèrdola, Darius Rumeu i Freixa, barón de Viver, el conde de Fígols, el conde del Montseny, el conde de Santa Maria de Pomers, y Lluís Pons i Tusquet. El secretario fue Aurelio Joaniquet Extremo. Quería ser la oposición al sector regionalista organizado en la Federació Monàrquica Autonomista, pero no recibió ningún apoyo del poder central y no pudo nunca disputar el poder electoral de la Lliga Regionalista, de manera que no pasó nunca de ser un grupo de notables sin base política. Sin embargo, fue el principal soporte en Cataluña de Miguel Primo de Rivera, que nombró a Alfons Sala presidente de la Mancomunidad de Cataluña en 1924-1925. Desapareció cuando se proclamó la Segunda República Española y sus miembros se integraron primero en la Peña Blanca y en Renovación Española.

Unión Monárquica Nacional - 1930

Este mismo fue el nombre adoptado por los exdirigentes de la Dictadura de Primo de Rivera, una vez desaparecida esta, a la que se unieron los antiguos miembros de Unión Patriótica.

Al acudir todos los ex ministros al entierro del dictador el 3 de abril de 1930, aprovecharon para firmar el manifiesto del nuevo partido. Las figuras más destacadas eran José Calvo Sotelo, Ramiro de Maeztu, José de Yanguas Messía, Eduardo Callejo de la Cuesta, Galo Ponte y Escartín, el marqués de Quintanar, Manuel Delgado Barreto, director de La Nación, el ex presidente del comité ejecutivo de Unión Patriótica, José Gavilán, el hijo del dictador, José Antonio Primo de Rivera y el conde de Guadalhorce que se convertiría en jefe del partido, por deseo del fallecido dictador.

A lo largo del año 1930, meses antes de la proclamación de la República, fueron prácticamente la única formación organizada políticamente que reivindicó el régimen monárquico.

Al proclamarse la República, una gran parte de sus dirigentes fueron procesados y encarcelados. Otros como José Calvo Sotelo o el conde de Guadalhorce tuvieron que exiliarse.

Tras la amnistía concedida en 1934, sus dirigentes fueron rehabilitados, reintegrándose en la vida política. La mayoría en el partido Renovación Española.

Tras el golpe de estado de 1936, una gran parte de sus dirigentes, fueron fusilados por elementos republicanos

Referencias

• José María Pemán, pensamiento y trayectoria de un monárquico. (1897-1941) Gonzalo Alvarez Chillida. Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz. ISBN 8477863059, 9788477863052