- Historia de la ciencia y la tecnología en México
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Este artículo aborda la historia de la ciencia y la tecnología en México. La Real y Pontificia Universidad de México, establecida en 1551, fue una red de desarrollo intelectual y religioso en México durante un siglo. Durante la Ilustración mexicana, México avanzó rápidamente en la ciencia, pero durante la Independencia de México no hubo desarrollo científico en el país. A finales del siglo XIX, comenzó en México el proceso de industrialización, el cual representó grandes avances en ciencia y tecnología en el siglo XX. Durante el siglo XX se fundaron nuevos institutos de investigación y universidades, como la Universidad Nacional Autónoma de México.
Primeros años de la ciencia en México
Después de que se fundó el Virreinato de la Nueva España, España llevó la cultura científica que predominó en España a la Nueva España.[1] El gobierno municipal (cabildo) de la ciudad de México solicitó formalmente a la Corona española, en 1539, la creación de una universidad.[2] La Real y Pontificia Universidad de México abrió sus puertas en 1551. La administraba el clero, y fue la universidad oficial del imperio. Ofreció educación de calidad a la población, y fue una red de desarrollo intelectual y religioso en la región. Se impartían en ella cursos de física y de matemáticas desde una perspectiva aristotélica. El filósofo agustiniano Alonso Gutiérrez escribió una Physica speculatio, el primer texto científico del continente americano, en 1557. Para fines del siglo XVIII, la universidad ya había entrenado a 1,162 doctores, 29,882 ya habían egresado de la licenciatura y muchos abogados ya habían obtenido su diploma.[1]
La ciencia durante la Ilustración mexicana
Durante la Ilustración mexicana, la ciencia puede dividirse en cuatro periodos: el periodo inicial (1735 a 1767), el periodo criollo (de 1768 a 1788), el periodo oficial o español (de 1789 a 1803) y el periodo de síntesis (de 1804 hasta el inicio del movimiento independentista en 1810).[3]
Durante los siglos XVI y XVII, la ciencia moderna se desarrolló en Europa, pero quedó muy rezagada en México. Las nuevas ideas científicas desarrolladas en Europa no eran de relevancia en México.[4] La expulsión en 1767 de los jesuitas, que habían introducido las nuevas ideas en México, ayudó a antagonizar a los criollos, y también promovió sentimientos nacionalistas entre los naturales.[5] [3] Después de la expulsión de los jesuitas, los criollos autodidactas fueron los primeros científicos en México. Tiempo después se unieron a ellos los científicos españoles, y llevaron a cabo investigaciones, actividades de docencia, elaboraron publicaciones y tradujeron textos. Las ideas de Francis Bacon y de René Descartes se discutían libremente en los seminarios, lo que provocó que el escolasticismo perdiese adeptos. Durante la Ilustración, México hizo muchos avances en ciencias. Se realizaron muchos avances en tópicos tales como la astronomía, la ingeniería, etc. En 1792 se fundó el Seminario de Minería. Más adelante se convertiría en el Colegio de Minería, donde se fundó el primer laboratorio de física moderna en México.[3]
Entre los científicos más célebres del periodo de la Ilustración mexicana, puede anotarse a José Antonio de Alzate y Ramírez y a Andrés Manuel del Río.[3] Este último descubrió el vanadio en 1801.[6]
La ciencia después de la Guerra de Independencia
La guerra de Independencia dio fin a los avances científicos en México. La Real y Pontificia Universidad de México cerró sus puertas en 1833. No hubo, por muchos años, ninguna actividad científica en México.[3] Esta institución se clausuró definitivamente en 1865.[7]
A fines del siglo XIX, comenzó en México el proceso de industrialización. Bajo la influencia de los positivistas y de los pensadores científicos, el gobierno mexicano comenzó a ofrecer educación pública. En 1867 Gabino Barreda, que había sido alumno del filósofo francés Auguste Comte, quedó a cargo de la comisión que reformaría la educación. Materias como la física, la química y las matemáticas se incluyeron en el programa de estudios de las escuelas secundarias. Se fundó la Escuela Nacional Preparatoria. La influencia de los positivistas generó un renacimiento de las actividades científicas en el país.[8]
Como un ejemplo de desarrollo tecnológico, puede mencionarse que fue en esta época cuando el general Manuel Mondragón inventó el primer fusil automático, el denominado fusil Mondragón.
Ciencia y tecnología en México durante los siglos XX y XXI
Durante el siglo XX, México tuvo avances significativos en ciencia y tecnología. Se fundaron nuevas universidades e institutos de investigación. La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se fundó oficialmente en 1910,[9] y la universidad se convirtió en una de las instituciones de educación superior más importantes en el país.[7] La UNAM ofrece educación de alto nivel en ciencias, medicina e ingeniería.[10] Muchos institutos científicos y nuevas instituciones de educación superior, como el Instituto Politécnico Nacional (IPN) (fundado en 1936),[11] se fundaron durante la primera mitad del siglo XX. La mayor parte de los nuevos institutos de investigación se crearon dentro de la UNAM. Entre 1929 y 1973 se crearon doce nuevos institutos dentro de la llamada "máxima casa de estudios".[12]
El 8 de abril de 1943 el presidente de la República, general Manuel Ávila Camacho, emitió un decreto, a iniciativa del secretario de Educación Pública de ese entonces, el licenciado Octavio Véjar Vázquez, un decreto a instancia del cual se inauguraría, el 15 de mayo de ese mismo año, El Colegio Nacional, institución que reune desde entonces a muchos de los personajes más distinguidos de la ciencia, la educación, el arte y, en general, la cultura de México.
En 1959 se fundó la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), una entidad no gubernamental y no lucrativa conformada por un extenso grupo de distinguidos científicos. La AMC ha crecido en número de miembros y en influencia, y es una de las voces más representativas del mundo científico en numerosos ámbitos, sobre todo en el de las políticas científicas.[13]
Para 1960, la ciencia ya había sido institucionalizada en México. Era considerada producto legítimo del esfuerzo de los mexicanos.[12]
También en 1960, se fundó el Cinvestav (el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados, perteneciente al Instituto Politécnico Nacional), concebido como un centro de estudios de posgrado en temas tales como la biología, las matemáticas y la física. En 1961, el IPN inauguró sus programas de estudio de posgrado en física y en matemáticas, y también se crearon escuelas de ciencias en los estados de Puebla, San Luis Potosí, Monterrey, Veracruz y Michoacán.
En 1969 se fundó la Academia de la Investigación Científica, y en 1971, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).[12]
En 1985, el ingeniero mexicano Rodolfo Neri Vela se convirtió, gracias a la misión del STS-61-B, en el primer ciudadano mexicano en viajar al espacio exterior.[14]
En 1995, el químico mexicano Mario J. Molina compartió el Premio Nobel de Química con Paul J. Crutzen y F. Sherwood Rowland, que le fue otorgado por su trabajo en química atmosférica, en particular en lo relativo a la formación y descomposición del ozono.[15] Molina, egresado de la UNAM, fue el primer mexicano en recibir el Premio Nobel en una disciplina científica.[16]
El Gran Telescopio Milimétrico se inauguró el 22 de noviembre del 2006. Es el telescopio más grande y del mundo en su rango de frecuencia, y se construyó para observar las ondas de radio en un rango de entre 0.85 y 4 mm. Localizado en la punta de la Sierra Negra, en el estado de Puebla, se trata de una obra científica binacional: 70 por ciento mexicana y 30 por ciento estadounidense.
El 31 de Julio de 2010 entro en vigor la Ley que Crea la Agencia Espacial Mexicana estableciendo su domicilio legal en la Ciudad de México.[17]
Evaluación internacional de la calidad de las actividades científicas en México
Según la información manejada por Scopus, una base de datos bibliográfica de información científica, el portal web español SCImago colocó a México en el lugar número 28 de una lista internacional, considerando un total de 82,792 publicaciones, y también en el lugar número 34, considerando su puntaje de 134 en el índice h. Los cálculos de ambas evaluaciones corresponden al periodo 1996-2007.
Notas
- ↑ a b Fortes & Lomnitz (1990), p. 13.
- ↑ Levy (1986), p. 116.
- ↑ a b c d e Fortes y Lomnitz (1990), p. 15.
- ↑ Fortes y Lomnitz (1990), pp. 13–14.
- ↑ Fortes y Lomnitz (1990), p. 14.
- ↑ Cintas, Pedro (2004). «The Road to Chemical Names and Eponyms: Discovery, Priority, and Credit». Angewandte Chemie International Edition 43 (44): pp. 5890. doi: .
- ↑ a b Summerfield, Devine y Levi (1998), p. 285.
- ↑ Fortes y Lomnitz (1990), p. 16.
- ↑ Coerver, Pasztor y Buffington (2004), p. 161.
- ↑ Summerfield, Devine y Levi (1998), p. 286.
- ↑ Forest y Altbach (2006), p. 882.
- ↑ a b c Fortes y Lomnitz (1990), p. 18.
- ↑ «Mexico: Academia Mexicana de Ciencias». International Council for Science. Consultado el 31 de diciembre de 2008.
- ↑ «Human space flight: A record of achievement, 1961-1998». NASA. Consultado el 28-04-2009.
- ↑ «The Nobel Prize in Chemistry 1995». Nobelprize.org. Nobel Foundation. Consultado el 2 de enero de 2009.
- ↑ Thomson, Elizabeth A. (18 de octubre de 1995). «Molina wins Nobel Prize for ozone work». Massachusetts Institute of Technology. Consultado el 2 de enero de 2009.
- ↑ «Grupo Promotor de la Agencia Espacial Mexicana». Grupo Promotor de la Agencia Espacial Mexicana. Consultado el 08-10-2010.
Referencias
- Fortes, Jacqueline; Adler Lomnitz Larissa (1990). Becoming A Scientist In Mexico. Penn State University Press. ISBN 0271026324.
- Levy, Daniel C. (1986). Higher Education and the State in Latin America: Private Challenges to Public Dominance. University of Chicago Press. ISBN 0226476081.
- Summerfield, Carol J.; Mary Elizabeth Devine, and Anthony Levi (1998). International Dictionary of University Histories. Taylor & Francis. ISBN 1884964230.
- Forest, James J. F.; Philip G. Altbach (2006). International Handbook of Higher Education. Springer. ISBN 1402040113.
- Coerver, Don M.; Suzanne B. Pasztor, and Robert Buffington (2004). Mexico: An Encyclopedia of Contemporary Culture and History. ABC-CLIO. ISBN 1576071324.
- Trabulse, Elías (1983). Historia de la ciencia en México: Estudios y textos. Siglo XIX. Fondo de Cultura Económica. ISBN 968-16-1472-0.
- Trabulse, Elías (1983). Historia de la ciencia en México: Apéndices e índices. Fondo de Cultura Económica.
- Trabulse, Elías (1983). El círculo roto: Estudios históricos sobre la ciencia en México. Fondo de Cultura Económica.
- Trabulse, Elías (1983). Historia de la ciencia en México (versión abreviada). Fondo de Cultura Económica.
- Trabulse, Elías (1983-1989). Historia de la ciencia en México (5 vol.). Fondo de Cultura Económica.
- Trabulse, Elías (1992). José María Velasco: Un pasaje de la ciencia en México. Instituto Mexiquense de Cultura.
- Trabulse, Elías (1993). Ciencia mexicana: Estudios históricos. Textos Dispersos.
- Trabulse, Elías (1994). Los orígenes de la ciencia moderna en México. Fondo de Cultura Económica.
- Trabulse, Elías (1995). Arte y ciencia en la historia de México. Fomento Cultural Banamex.
- SCImago: Scientometrics Research Group.
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