- Cinco llagas de Jesucristo
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El término cinco llagas (o plagas) de Jesucristo hace referencia a las cinco heridas que recibió Jesús en su crucifixión. Estando vivo le fueron infligidas las perforaciones de ambas manos y pies practicadas por los clavos que lo asieron a la cruz; y una vez muerto y como modo de asegurarse de su fallecimiento, recibió una herida en el costado derecho, practicada con una lanza que le atravesó el tórax hasta alcanzar el corazón.[1]
La devoción por las cinco llagas fue iniciada por San Francisco de Asís que según la tradición —estando en éxtasis— recibió directamente del Crucificado estos estigmas en su propio cuerpo. De aquí que la orden de los Frailes Menores haya sido una de las mayores impulsoras de la misma y que incluso use como emblemas propios distintos símbolos que las representan:
- El escudo de las cinco llagas: sobre campo de oro cinco llagas o heridas sangrantes en sotuer;
- El cordón franciscano de cinco nudos (aunque el que ciñe el hábito lleva tres por los votos de pobreza, castidad y obediencia);
- El abrazo franciscano: en torno a una cruz sumada a una nube, dos brazos cruzados con las palmas extendidas mostrando sendas llagas en las mismas; uno de los brazos aparece desnudo (Jesucristo) y el otro vistiendo el sayal franciscano (San Francisco de Asís). Este símbolo representa la leyenda que cuenta cómo el crucifijo ante el que S. Francisco se encontraba en oración descolgó un brazo de la cruz para estrecharse en un abrazo con el santo de Asís.
A partir del s. XVI los Frailes Menores establecieron en sus principales casas de Castilla y Andalucía (Sevilla, Málaga, Jaén, Baeza) hermandades de disciplinantes cuya devoción corporativa era la Vera Cruz y que solían adoptar —junto a la cruz latina verde— el escudo de las cinco llagas como emblema identificativo.[2]
Referencias↑ Era el día de la Preparación de la Pascua. Los judíos pidieron a Pilato que hiciera quebrar las piernas de los crucificados y mandara retirar sus cuerpos, para que no quedaran en la cruz durante el sábado, porque ese sábado era muy solemne. Los soldados fueron y quebraron las piernas a los dos que habían sido crucificados con Jesús. Cuando llegaron a él, al ver que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua. [Jn 19,31-34] ↑ V. SÁNCHEZ HERRERO, José (ed.): CXIX Reglas de Hermandades y Cofradías Andaluzas: Siglos XIV, XV y XVI, Universidad de Huelva, 2002 Referencias
- ↑ Era el día de la Preparación de la Pascua. Los judíos pidieron a Pilato que hiciera quebrar las piernas de los crucificados y mandara retirar sus cuerpos, para que no quedaran en la cruz durante el sábado, porque ese sábado era muy solemne. Los soldados fueron y quebraron las piernas a los dos que habían sido crucificados con Jesús. Cuando llegaron a él, al ver que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua. [Jn 19,31-34]
- ↑ V. SÁNCHEZ HERRERO, José (ed.): CXIX Reglas de Hermandades y Cofradías Andaluzas: Siglos XIV, XV y XVI, Universidad de Huelva, 2002
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