- Orfeón Pamplonés
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La historia del Orfeón Pamplonés se remonta a 1865, año en el que once socios suscriptores, presididos por Conrado García, crean en Pamplona una Sociedad Coral titulada Orfeón Pamplonés con objeto de enseñar música gratuitamente a los artesanos que lo soliciten y sean admitidos.
El director de aquel primer Orfeón, en el que llegará a cantar un jovencísimo Julián Gayarre, será Joaquín Maya, y el subdirector Mariano García.
Desde los orígenes del Orfeón Pamplonés, las sucesivas Juntas Directivas están formadas por hombres ilustres, intelectual y socialmente, de la sociedad pamplonesa (Jacinto Campión como presidente, Serafín Mata y Oneca como secretario.).
Durante estos años, son designados Socios Honorarios del Orfeón personajes destacados dentro del mundo musical como Joaquín Gaztambide, Emilio Arrieta, Hilarión Eslava, Juan Guelbenzu o Dámaso Zabalza.
1873 pone final a este primer Orfeón por motivos fundamentalmente económicos. El escaso número de socios no permite seguir sufragando los gastos más precisos, rezan las Actas.
El 6 de noviembre de 1881, un grupo procedente de la élite social e intelectual pamplonesa reorganiza el extinto Orfeón Pamplonés siguiendo la moda de los ateneos, pasándose a llamar Ateneo Orfeón Pamplonés. En los programas, conviven las actuaciones musicales con otras literarias como charlas y conferencias, recitación de poemas, teatro e incluso magia. El director musical del Ateneo Orfeón Pamplonés será Fidel Maya, y el literario Serafín Mata y Oneca.
En 1885, se suspende indefinidamente por falta de asistencia a ensayos esta agrupación, ratificándose y disolviéndose dos años después.
De una comisión reorganizadora, presidida por Fidel Maya, surgirá el definitivo Orfeón Pamplonés el 28 de agosto de 1890.
La primera decisión de esta nueva junta será la de nombrar Presidente Honorífico a Pablo Sarasate, amigo, asesor, y máximo colaborador de la Sociedad.
El Orfeón queda plenamente consolidado una vez que accede a la dirección artística Remigio Múgica, al ganar el Concurso Internacional de Orfeones, Bandas y Charangas de Bilbao en agosto de 1892.
Don Remigio da al Orfeón Pamplonés la categoría de gran coro, a la manera de las grandes formaciones corales de ciudades europeas que durante el siglo XIX se inscribían dentro de las sociedades filarmónicas y que se conocían con el nombre de orfeones, inicialmente integrados sólo por voces masculinas (Coro de Hombres y en ocasiones Coro de Niños).
La mujer estará presente casi desde los orígenes en el Orfeón, participando en ocasiones especiales (coros de zarzuelas, galas líricas.). Esta presencia femenina se consolida cuando en 1903 se constituye el llamado Coro de Señoritas, convirtiendo al Orfeón Pamplonés en pionero en la creación de coros mixtos en España. La incorporación de las voces femeninas supondrá un gran avance, al poderse acometer repertorios sinfónicos de gran envergadura.
En 1906, el Orfeón Pamplonés, ya como coro mixto, actúa en la Boda del Rey Alfonso XIII con doña Victoria Eugenia de Battenberg.
En 1919 el Orfeón Pamplonés participa por última vez en un concurso de Orfeones, el de Bilbao, certamen que gana. A partir de los años 20, emprende una carrera artística insólita para la época, interpretando obras que en España no habían sido estrenadas, como la Misa Solemnis de Beethoven o la Misa en Si de J.S. Bach.
Bajo la batuta del maestro Múgica y con Fernández Arbós al frente de la Orquesta Sinfónica de Madrid se inician importantes colaboraciones musicales. En el año 1927, el Orfeón y la OSM de Arbós participan en el Centenario de la Muerte de Beethoven con una serie de conciertos en el Monumental Cinema de Madrid.
En el año 1928, Maurice Ravel dirige al Orfeón Pamplonés para interpretar sus "Tres obras para coro": "Nicolette", "Trois oiseaux du paradis" y "Ronde" (1915). Durante los años siguientes, y a pesar de los avatares políticos que sufre España (incluida la Guerra Civil), se consigue mantener un coro moderno, introduciéndose repertorios desconocidos como los de música antigua (Tomás Luis de Victoria, Guerrero.).
El legado artístico y de colaboraciones dejado por el maestro Múgica tras su muerte será tal que permite al Orfeón aumentar su trayectoria ascendente y, bajo la dirección de cuatro grandes maestros, (Martín Lipúzcoa, Juan Eraso, Pedro Pírfano y Carmelo Llorente) consolidarse como el coro de referencia en España, alcanzando la internacionalización. El Orfeón participa durante estos años en los grandes festivales nacionales y europeos y el repertorio se amplía, interpretando y estrenando música de vanguardia.
Al período de esplendor y prestigio del fundador sigue el de su sucesor, Martín Lipúzcoa, que dirige al Orfeón en una época (desde 1948 hasta 1956) en la que se convierten en habituales los conciertos en Madrid, Barcelona, Valladolid, País Vasco, ampliándose el radio hacia Palma de Mallorca o Portugal.
Se va conformando un repertorio específico, que se convertirá en repertorio estable y clásico en el Orfeón; los Réquiems de Mozart, Brahms, Verdi y Fauré, las Pasiones de Bach, la Novena de Beethoven.
La creación del Cuarteto Vocal Solista (formado por orfeonistas) aumentará las solicitudes a un coro cuya solista contralto Sagrario Aramburu compartirá escenario con las grandes figuras de la época.
Juan Eraso dirige al Orfeón Pamplonés durante los años 1956-1960, en los que inculca un estilo propio dentro del campo coral, con una impostación más moderna y un perfeccionamiento vocal que llevarán al Orfeón a interpretar multitud de conciertos a capella.
Durante esta etapa se abren para el Orfeón los auditorios franceses; Saint Emillion, Burdeos, Toulouse, Bayona, llegando a París, donde el coro interpreta la Misa Mozárabe y se graba la Misa Ducal de Cristóbal Halffter. Esta grabación propiciará una fructífera colaboración entre el Orfeón y Halffter, que será nombrado Director Honorífico de la institución.
Pedro Pírfano dirige al Orfeón en el período 1960-1967. En siete años como director del Orfeón Pamplonés, Pírfano llevará al Orfeón a los grandes festivales musicales, nacionales e internacionales. Con él, el coro participa en el prestigioso festival Gubelkian en Portugal con obras como la Novena Sinfonía o la Misa Solemnis de Beethoven, en el Mayo Musical de Burdeos, en el Festival de la Rochelle, o el Festival Internacional de Música y Danza de Granada. Durante estos años, el Orfeón viaja a Holanda, con Willem Van Oterloo como director de la Orquesta Residente de la Haya, y a Portugal, con Lorin Maazel al frente de la Orquesta Sinfónica Nacional de Lisboa.
Musicalmente hablando, Pedro Pírfano fue innovador y atrevido. Con él se estrenan obras de autores navarros, y con él también se escuchan por primera vez en España algunas obras de autores como Stravinsky y Hindemich. Pírfano además introducirá repertorios de polifonistas renacentistas españoles.
Pedro Pírfano abre para el Orfeón un repertorio de vanguardia, además de continuar con las grandes obras sinfónico corales, que compaginará con el folkore popular. Durante estos años, el Orfeón recorre Navarra, y participa en innumerables conciertos de corte folklórico con bandas, grupos de danzas y grupos de chistularis.
Bajo la dirección de Carmelo Llorente (1967-1973) se inicia un periodo continuista, manteniéndose el repertorio y colaboraciones de la época precedente, así como la presencia en festivales de prestigio como Gubelkian.
En 1969, un año después de su estreno mundial en Nueva York, se estrena en España con el Orfeón Pamplonés la "Cantata de los Derechos Humanos (Yes, Speak Out, yes)" de Cristóbal Halffter. El Orfeón interpreta en estos años por primera vez obras como la Octava Sinfonía de Mahler y el oratorio Elías de Mendelssohn.
Entre 1973 y 1992 con José Antonio Huarte en la dirección, el Orfeón participa en el gran auge de los festivales de verano internacionales: Estrasburgo, Montpellier, Avignon y Orange, así como en París en la "Salle Pléyel", en el "Mayo Musical" de Burdeos, en Oporto y en Lisboa, entre otros lugares.
En España, el Orfeón actúa en las grandes salas y teatros: "Palau de la Música" de Barcelona, "Auditorio" y "Teatro Real" de Madrid, "Teatro de la Maestranza" de Sevilla, "Arriaga" de Bilbao, "Victoria Eugenia" de San Sebastián, "Palacio de Carlos V" de Granada y en distintos auditorios y festivales de Santander, Vitoria, Cuenca, Santiago de Compostela, Valencia, Palma de Mallorca y, por supuesto, Pamplona.
Con motivo de la celebración de su centenario, tomando como fecha la obtención del primer premio internacional (Concurso Internacional de Orfeones de Bilbao de 1892), el Orfeón recibe una serie de reconocimientos oficiales y galardones. El Ministerio de Cultura le otorga la Medalla de Plata al mérito en las Bellas Artes y recibe el Premio Príncipe de Viana de la Cultura de manos del Príncipe Don Felipe de Borbón.
Se cierra bajo la dirección de José Antonio Huarte un periodo de esplendor al que seguirán unos años marcados por una serie de maestros, cuya presencia en el Orfeón será breve. Con tres directores (Juan Carlos Múgica, 1992-1996, Koldo Pastor, 1996-1997 y Pascual Aldave, 1997-1998) el Orfeón entra en un proceso de redefinición, tanto de la institución como del rumbo artístico de la misma. Estos maestros aportarán novedades técnicas y de repertorio, y estrenarán obras propias, al tratarse de directores provenientes del mundo de la composición. Con ellos, el público navarro podrá escuchar la vanguardia musical de producción propia. Tras décadas en la cima sinfónico-coral, el Orfeón se sume en un proceso de redefinición, traducido en sucesivos cambios de dirección artística, donde cada maestro aportó sus cualidades y matices.
Alfonso Huarte es director entre 1998 y 2005, es el primer maestro que cuenta con un equipo profesional de gerencia. En este periodo se produce una renovación integral de la Institución, tanto en su estructura como en el coro, que ha hecho posible que el Orfeón Pamplonés vuelva a introducirse en los escenarios más destacados: Festivales Internacionales (Peralada, Ruhr, Quincena Musical Donostiarra), Auditorio Nacional, Kursaal, Euskalduna, Príncipe de Asturias, Baluarte...
Con Igor Ijurra como director del Orfeón Pamplonés desde 2005, el coro comienza una trayectoria ascendente en la que se afianza la relación con las orquestas sinfónicas nacionales (Orquesta Sinfónica de Madrid, Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña, Orquesta Sinfónica de Bilbao, Sinfónica de Euskadi, Sinfónica de Valencia, Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, Orquesta Sinfónica de Castilla y León, Real Filarmonía de Galicia, Sinfónica de Navarra..) y en la que el coro comienza a trabajar con orquestas del ámbito internacional (Orquesta del Teatro Mariinsky de San Petersburgo, en noviembre del 2009).
Además de retomar proyectos especiales de ópera (La Bohème, con José Miguel Gómez Martínez y Ainhoa Arteta en febrero del 2009), o el espectáculo que, junto con la Fura dels Baus, ha arrancado en la Quincena Musical Donostiarra 2009 con la obra Carmina Burana, de Carl Orff, que llevará en las próximas temporadas por algunos de los principales auditorios europeos. Recientemente, el Orfeón ha interpretado la Octava Sinfonía de Mahler con la orquesta del teatro Mariinsky, bajo la dirección de Valéry Gergiev, al lado de su Escolanía y el coro Amici Musicae de Zaragoza.
El Orfeón ha actuado en estos últimos años con directores como Rafael Frühbeck de Burgos (Novena Sinfonía en el Auditorio Nacional, 2008), Valéry Gergiev (Octava Sinfonía de Mahler, 2009), Juanjo Mena (Elías de Mendelssohn, 2008), Antoni Ros Marbá (Un Réquiem Alemán, de Brahms, 2007), Maximiano Valdés (Réquiem de Verdi, 2007), Aldo Ceccato (Missa Solemnis, 2005), o Alejandro Posada (Alexander Nevsky, de Prokofiev, en 2006 y el Réquiem de Verdi en 2009).
Con Ijurra, el Orfeón actuó por primera vez fuera de Europa al participar en el Forum Internacional de las Culturas en Monterrey, que les llevó a una gira por México con actuaciones en Guadalajara, Puebla y el Palacio de Bellas Artes en México Distrito Federal.
En 2010 el Orfeón Pamplonés recibe la Medalla de Oro de Navarra.
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