- Batalla de Aquae Sextae
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Batalla de Aquae Sextae
Batalla de Aquae Sextae
Migraciones y batallas de los cimbrios y teutones.Fecha 102 a. C. Lugar Moderna Aix-en-Provence, Francia Resultado Decisiva victoria romana Beligerantes República romana Teutones
AmbronesComandantes Cayo Mario Rey Teutobod# Fuerzas en combate 40.000 (6 legiones con caballería y auxiliares) 100-130.000, incluyendo no combatientes Bajas Probablemente, menos de 1.000 90.000 muertos
20.000 capturadosNoreia - Arausio - Aquae Sextae - Vercelae La batalla de Aquae Sextae sucedió en el año 102 a. C., entre las legiones romanas del cónsul Cayo Mario y las tribus germanas de los teutones y sus aliados los ambrones.
La batalla tuvo lugar en un valle dominado por empinadas y boscosas colinas, en las proximidades del poblado de Aquae Sextae, que bloqueaba el paso por los Alpes. En ese lugar Cayo Mario con unos cuarenta mil legionarios venció a un número de germanos que se estima superior a ciento diez mil.
Contenido
Preludio
Mientras sucedía el desastre de Arausio, Mario regresaba a Roma con sus veteranas legiones de la guerra de Yugurta. Fue elegido cónsul de nuevo, tras lo cual partió a enfrentarse a las hordas cimbrias. Mario decidió acampar en una magnífica posición cerca de Aquae Sextae, con la intención de esperar a que fueran los cimbrios quienes les atacaran. Esta posición fue escogida porque desde Aquae Sextae se podía controlar el paso de los Alpes, camino que debían coger los germánicos para entrar en territorio romano.
Pasaron casi tres años hasta que los germanos irrumpieron en la zona, años en los cuales Mario utilizó al ejército en tareas de construcción civil como crear nuevas carreteras, arreglar puentes, levantar obras hidráulicas, etc, y por supuesto, entrenar. También mejoró el arma arrojadiza de la legión, el pilum, aportándole una unión débil entre el asta metálica y el mango de madera. Esta unión se rompía tras el impacto, de manera que, una vez lanzada, ningún enemigo podía capturarla y lanzarla contra los propios romanos. Además, tras la batalla, los propios soldados podían recoger un pilum "partido" y repararlo fácilmente.
Por otro lado, Boiorix, tras vagar por la Hispania y la Galia desde la batalla de Arausio, decidió dividir en tres grupos a su séquito, que ya superaban el millón de personas, y por fin, invadir Italia. Los teutones serán los encargados de entrar en Italia por el Oeste, a través de un paso en los Alpes cerca de Aquae Sextae.
Desarrollo de la batalla
Se dice que Cayo Mario contó con varios soldados que conocían la lengua celta. Escogió a unos pocos, entre ellos Quinto Sertorio, y los mandó inflitrarse en territorio teutón para conocer la fecha del ataque y las intenciones que llevaban. Cuando Mario recibió el aviso de peligro inminente de ataque, ordenó a Claudio Marcelo que se ocultara junto a 3000 legionarios en las colinas cercanas para realizar una emboscada. Además, instruyó al resto de sus legionarios para que dejasen a los germanos cargar contra ellos cuesta arriba.
La batalla empezó cuando la avanzadilla germana, los ambrones, atacó la posición romana sin esperar refuerzos. Los germanos cargaron colina arriba quedando rota su formación por la pendiente y el terreno rocoso, quedando además diezmada a causa de la lluvia de pila (pilum en singular). Siguió un combate a golpes y puñaladas, en el que los romanos, con el gladius y mejor entrenados y situados, tuvieron una ventaja decisiva. Los germanos fueron rechazados hacia la planicie, donde intentaron formar un muro de escudos, a la espera del grueso de las tropas germanas.
Cuando la fuerza principal (los teutones) llegó, atacaron inmediatamente a los romanos, pero las cohortes de Marcelo aparecieron desde las colinas y cargaron contra los teutones cayendo por su retaguardia, mientras Mario les atacaba de frente. La retaguardia germana cedió, las primeras filas se dispersaron y todo el ejército quedó deshecho. En lo que parece ser una verdadera masacre murieron unos noventa mil germanos, y otros veinte mil más fueron hechos prisioneros, incluyendo a su rey Teutobod. Éste fue conducido a Roma, para celebrar el triunfo, donde finalmente fue ejecutado.
Consecuencias
El desastroso resultado de esta batalla hizo que el tercer grupo de invasión germano se desanimara y regresara a Jutlandia.
El Senado ofrecio celebrar un triunfo a Mario pero este dandose cuenta del peligro que aún significaban los cimbrios se negó y se unio a Catulo para enfrentarlos.
Un año después los cimbrios serían igualmente derrotados en la batalla de Vercelae, lo cual supondría el fracaso de los planes de invadir Roma por parte de las tribus germánicas.
Referencias
Las únicas referencias que nos han llegado de esta batalla provienen exclusivamente de fuentes romanas, lo que puede llevar a cuestionarse las cifras tanto de combatientes como de bajas.
Categorías: Batallas de Roma | Batallas de los pueblos germánicos | Batallas del siglo II a. C. | 102 a. C.
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