Luis Noval y Ferrao
Cabo
Años de servicio	1909
Apodo	Cabo noval
Lealtad	España
Condecoraciones	Cruz Laureada de San Fernando
Participó en	Guerra de Melilla
Nacimiento	15 de noviembre de 1987 Oviedo
Fallecimiento	28 de septiembre de 1909 Melilla
Otros empleos	Ebanista

Luis Noval y Ferrao (Oviedo, 15 de noviembre de 1887- Melilla, 28 de septiembre de 1909) fue un militar español, conocido como el cabo Noval.

Biografía

Nació en la ovetense calle de Santa Susana, siendo bautizado en la iglesia de San Isidoro. Había sido alumno de la Escuela de Artes e Industrias de Oviedo y se dedicaba al oficio de ebanista, cuando el 4 de marzo de 1909 se incorporó como soldado al regimiento de infantería Príncipe número 3. En la revista de septiembre fue promovido a cabo y el día 9 de dicho mes salió de Oviedo con la expedición de su regimiento destinada a combatir en Marruecos. El día 14 desembarcó con su batallón en Melilla, y una semana después (festividad de San Mateo) ya tomó parte en el duro combate de Taxdirt, del cual, con fecha 25, refería pormenores en carta dirigida a su padre, en la que no dejaba de añorar las fiestas locales de Oviedo. El día 22 asistió también a la toma del zoco de el-Had de Benisicar, donde acampó su batallón y donde, seis días después, halló la muerte.

El coronel del regimiento del Príncipe, en carta dirigida al cronista de Oviedo, para conocimiento del pueblo ovetense, daba los siguientes detalles de aquel sacrificio heroico: «se encontraba el cabo Luis Noval, a las 2:30 de la mañana del 28 de septiembre, recorriendo la línea de escuchas, y sin duda debido a la oscuridad de la noche, se alejó más de lo conveniente, en el momento en que fue atacado el campamento por nuestros enemigos; un grupo numeroso de los cuales condujo a dicha clase hasta cerca de la alambrada del reducto ocupado por la tercera compañía gritando: "¡Alto el fuego que somos españoles!", a cuyas voces el primer teniente Evaristo Álvarez, al distinguir al cabo Noval que llegó hasta las alambradas, mandó hacer alto el fuego, lo que oído por el cabo, gritó seguidamente: "¡Tirar, que vengo entre moros! ¡fuego! ¡viva España!" Roto el fuego, se rechazó al enemigo con grandes pérdidas, y hecha la descubierta al amanecer, se encontró el cadáver del heroico Noval, abrazado a su fusil, con la bayoneta calada teñida en sangre, y próximo al mismo un moro muerto, que entre otras heridas de arma de fuego, tenía atravesado el pecho de un bayonetazo. A corta distancia había otro cadáver moro, que el enemigo no pudo retirar en su precipitada huida. Otros hechos distinguidos tuvieron lugar en esta jornada, en el brusco ataque al campamento ocupado por las tres compañías del primer batallón, y no alcanzando la importancia del relatado, merecen sólo los honores de figurar en la historia del Cuerpo, por cuya razón los omito. Al propio tiempo, tengo el gusto de participarle que en el regimiento se ha abierto una suscripción con objeto de perpetuar la memoria de este heroico soldado, y si esa querida provincia estima que debe hacerse algo en favor del mismo, cuenten siempre con el que suscribe y todos los jefes, oficiales e individuos de tropa a sus órdenes».

Esta carta fue íntegramente publicada en «El Correo de Asturias» de 15 de octubre de 1909 e inspiró inmediatamente a Pepín Quevedo un sentido poema en lengua asturiana. A partir de estos llamamientos, se organizaron suscripciones y homenajes diversos en diferentes lugares de España e Hispanoamérica. Ya el 8 de aquel mismo mes había acordado el Ayuntamiento de Oviedo dar el nombre del cabo Luis Noval a una calle de Oviedo, así como colocar una lápida conmemorativa en la casa donde había nacido, y tomados estos acuerdos, una numerosa comisión presidida por el alcalde se había personado en el domicilio de los padres para expresarles su sentimiento y darles cuenta de las resoluciones adoptadas.

El 19 de abril de 1910 se celebraron exequias en la Catedral de Oviedo, pronunciando una oración fúnebre en honor del cabo Noval el canónigo magistral, Ángel Regueras López. Terminadas las exequias, se dirigió una comitiva a descubrir la lápida de mármol en la casa que actualmente lleva el número 12 de la calle de Santa Susana, que dice: «En esta casa nació el 15 de noviembre de 1887 -Luis Noval Ferrao- Cabo del regimiento del Príncipe- Ofreció su vida en aras de la patria y murió gloriosamente en el zoco el-Had de Melilla el 28 de septiembre de 1909. -El Excmo. Ayuntamiento de Oviedo dedica este recuerdo a su heroico hijo». Descubierta la lápida bajó la comitiva por la calle del Rosal y el alcalde dio orden para que dos operarios comenzasen la demolición de las casas que abriría paso a la nueva calle del Cabo Noval.

El Ayuntamiento de Valencia erigió un monumento al cabo Noval y a los soldados valencianos muertos en África; el también valenciano pintor Antonio Muñoz Degraín compuso un magnífico cuadro inspirado en la hazaña del cabo ovetense; Sevilla dio su nombre a una calle; lo mismo hizo Logroño; Madrid le erigió en la plaza de Oriente un monumento, obra de Mariano Benlliure, inaugurado en 1912.

El 24 de octubre de 1916 llegaron a Oviedo los restos mortales del heroico soldado: el pueblo se engalanó para honrar su paso, y por fin fueron depositados bajo el monumento, obra de Víctor Hevia, levantado en el cementerio del Salvador, donde reposan. Por Real Orden de 19 de febrero de 1910 fue concedida al cabo Noval la Cruz Laureada de San Fernando.