- Yacimiento arqueológico de Complutum
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Yacimiento arqueológico de Complutum
El yacimiento arqueológico de Complutum es un conjunto de restos arqueológicos correspondientes a Complutum, la antigua ciudad romana sobre la que hoy se asienta Alcalá de Henares, en la Comunidad de Madrid. Se localiza en la actual calle del Juncal, en el extremo oriental de la actual ciudad,[1] a más de un kilómetro del núcleo medieval (Plaza e Iglesia de los Santos Niños); mientras que tanto el oppidum prerromano como la Alcalá la Vieja andalusí ocupaban puntos elevados de más fácil defensa en los cerros al otro lado del Río Henares.
Desde el 6 de agosto de 2008 una parte importante (circuito delimitado en el foro) se ha abierto al público como museo al aire libre integrado en la Red de yacimientos visitables de la Comunidad de Madrid.[2]
Contenido
Contexto histórico
La ciudad romana de Complutum fue construida en el siglo I d. C., aunque fue rehabilitada y reformada en gran medida en el siglo III d. C.. La creación de esta ciudad hay que entenderla como fruto de su excelente posición entre varias vías de comunicación y por su cercanía a fuentes naturales de recursos, como el Río Henares o las vegas cultivables alrededor del mismo.
La presencia romana en la zona abarcaría en torno a seis siglos, desde el siglo I a. C. hasta el final del Imperio Romano. Parece, según las evidencias arqueológicas y epigráficas, que la ciudad tuvo un gran desarrollo en la Baja Época romana, a pesar de la crisis que vive el Imperio Romano desde el siglo III hasta su caída en el V.
La conquista romana de la Carpetania parece que se inició con una campaña dirigida por Marco Porcio Catón en el año 195 a. C.[3] Posteriormente, los carpetanos, en alianza con vetones, vacceos y celtíberos, se constituyeron en una amenaza para Roma que ésta solucionó en el 192 a. C. por medio de Marco Fulvio. Las luchas terminaron, con la caída de Numancia, el año 133 a. C. en el que se inicia la pacificación, asentamiento y romanización de la zona.
No se tiene conocimiento de la fecha exacta en que los romanos ocuparon el oppidum o ciudadela de San Juan del Viso[4] y el castro del "Salto del Cura", pero las monedas del denominado "tesorillo de Zulema", parecen sugerir que antes de la mencionada caída de Numancia.
No obstante, en el año 80 a. C., durante las guerras entre Sertorio y Pompeyo, ya se menciona a Complutum, que en época de Augusto adquiriría gran importancia por su valor militar y como nudo de comunicaciones (entre vías primarias y secundarias se dice, en el Itinerario de Antonino, que eran 23 las calzadas que permitían llegar a la ciudad).
La romanización empezaría en la población preexistente del cerro del Viso, cuyas fortificaciones se reforzarían a la vez que se tendía la red de calzadas. Posteriormente, con la paz de Trajano y de los Antoninos (siglo II), la población comenzará a descender al pie del cerro en busca de una zona con menos declive, más fértil y mejor comunicada.
El área que acabaría ocupando la urbe sería: desde la ladera del cerro del Viso hasta la actual nacional II (en la dirección norte-sur), y desde el Arroyo Torote hasta las puertas de Madrid y Santa Ana (en dirección este-oeste). Ello no excluye la existencia de edificaciones alejadas del casco urbano, como la villa que se descubrió en 1970 a la altura de la ermita de Nuestra Señora del Val. Complutum tenía el trazado típico de la ciudad romana, que arranca del campamento militar con dos calles principales que se cruzan; cardo y decumano.
La denominación de Complutum parece venir del verbo latino compluere que significa "confluir" o del término compluo ("confluencia de aguas").[3] El nombre sería bastante apropiado puesto que la población primitiva se encontraría en la "confluencia" de los ríos Henares, Torote y Camarmilla.
Tenía la ciudad carácter de civitas stipendiaria,[5] es decir, que mediante el pago de un tributo o estipendio anual a la metrópolis conservaba el derecho a su autonomía y sus propios usos mientras no alterasen el orden establecido.
Excavaciones
Se tiene constancias de las ruinas arqueológicas desde comienzos de la Edad Moderna. Esto supone que en el yacimiento se han realizado todo tipo de excavaciones sin ningún tipo de método arqueológico, lo que significa que algunos de los restos que están a la vista han perdido parte de su significado histórico. Además, la ausencia de legislación arqueológica del siglo XIX propició que muchas piezas fueran sacadas para ser vendidas.
En 1985 se promulgó la Ley de Patrimonio Histórico Español, y un año más tarde, en 1986, su reglamento. En este reglamento se habla específicamente de los bienes que pertenecen al patrimonio histórico español (artículo 40), se conceptualizan los términos “excavación” y “prospección arqueológica” (artículo 41) y se termina la ejecución de las mismas (artículo 43). Esto se complementa con el Plan General de Madrid, también de 1985.[6]
La primera serie de campañas de corte puramente científico y reguladas fue realizada entre 1985 y 1990, mostrando la riqueza del yacimiento. Así, en noviembre de 2003 se volvieron a realizar campañas, que hasta la fecha se siguen produciendo.
Descripción
La ciudad de Complutum fue parcialmente destruida en los años 60, cuando una serie de edificios residenciales se construyeron sobre los restos arqueológicos. Sin embargo, en la actualidad han sido excavados y consolidados algunos elementos de importancia.
También hay constancia del trazado urbano, pues se han conservado hasta cinco decumanos y un cardo. Se conocen los límites de la ciudad, pues en los edificios colindantes que destruyeron el yacimiento y en zonas cercanas a los mismos se han hecho prospecciones arqueológicas que han documentado tales datos.
Casa de los Grifos
La parte central del yacimiento es la Casa de los Grifos, un edificio constuido a mediados del siglo I y que estuvo en uso hasta el siglo IV, en que fue destruido por un incendio fortuito. Fue una de las mejores domus de la ciudad, con comodidades inusuales (chimenea en la denominada "estancia F" y sistema de almacenaje y distribución de agua) y un gran pórtico sobre el cardo; aunque, como es habitual en las casas romanas, está muy cerrada al exterior, con escasas y pequeñas ventanas con vidrios. Era de gran tamaño (900 m²), con un amplio patio interior (99 m²) rodeado por un peristilo de doce columnas (dos de ellas dobles) que articulaba una serie de estancias. En ellas se ha encontrado pintura mural de todo tipo, de entre la que destacan unos grifos bien conservados.[7] Las de la pared oeste de la denominada habitación E, archivo y sala de 48,64 m² cuya uso sería recibir a los clientes (tablinium), abierta al peristilo; son del denominado II estilo pompeyano (de moda durante el imperio de Adriano -117 a 138-), y representan una arquitectura figurada (7,60 X 4,90 metros) con dos columnas jónicas sobre un zócalo que imita placas de mármol (opus sectile), entre las que destaca en su centro un plinto amarillo con una flor. Otros restos pictóricos incluyen paneles con fondos blancos y líneas de encuadramiento, bandas de separación con salpicones de color rojo y estancias más decoradas con repertorios ornamentales vegetales o de candelabros, cráteras, fuentes, clípeos, sítulas y cornucopias. En la "estancia D" hay una figura humana flotante; en el corredor sur un jinete en una escena de caza; y en la "estancia J" un dios sol estereotipado, un cisne triunfal (metamorfosis de Júpiter), un pájaro completamente naturalista y los grifos que dan nombre a la casa. En el peristilo se imitan celosías de madera y verjas metálicas.[8]
Otras edificaciones
Se cree que la Casa de los Grifos compartía propiedad con el macellum o mercado anexo al mismo. Éste está totalmente excavado y conservado con geotextil. Al este del mismo se encuentran las termas sur del yacimiento, las cuales están separadas de las termas norte por una curia. A la derecha de la misma se halla la basílica, y a la izquierda un criptopórtico.
Otras edificaciones destacan por su riqueza musivaria (mosaicos), como las denominadas Casa de Baco, y Casa de los Cupidos, y otros ejemplos, como el mosaico de Aquiles y el mosaico de Leda.
Fuera del recinto de la ciudad se hallaban dos edificaciones singulares:
- Hacia el noroeste, a pocos metros (accesible desde la antigua Nacional II), la Casa de Hippolytus, convertido en el primer yacimiento arqueológico visitable de la Comunidad de Madrid. Su función era educativa, para la formación de los jóvenes de la élite social de Complutum. En el Mosaico de Hippolytus (nombre del musivario africano que lo construyó) se reproduce una escena de pesca.
- Hacia el este, a pocos kilómetros, en la zona donde actualmente se encuentra la ermita de la Virgen del Val, la villa del Val, conjunto palacial con dependencias agropecuarias, cuyo uso principal fue la cría de caballos para las carreras de cuádrigas (Mosaico del Auriga).[9]
Notas
- ↑ El yacimiento en google.maps
- ↑ Artículo en El País.
- ↑ a b Portal-Local (2006). «La Alcalá Romana: Complutum I». Consultado el 2007.
- ↑ «Complutum». Consultado el 2007-0-26.
- ↑ «La Alcalá Romana: Complutum II». Consultado el 2007-07-26.
- ↑ MENA MUÑOZ, P. y NOGUERAS MONTEAGUDO, M. E., “Excavaciones urbanas anteriores a 1985 y política arqueológica urbana de la Comunidad de Madrid”, en Madrid del siglo IX al XI, 1990, p. 224.
- ↑ GUIRAL PELEGRÍA, C., "Pintura mural romana de Complutum y su entorno", en RASCÓN MARQUÉS, S., Complutum: Roma en el interior de la Península Ibérica, 1998, pp. 118-128.
- ↑ Exposición de la restauración de la "habitación E" en la Capilla del Oidor, de 10 de diciembre de 2008 al 4 de enero de 2009; Comisarios: Ana Lucía Sánchez Montes y Sebastián Rascón Marqués. Folleto editado por el Servicio de Publicaciones del Ayuntamiento de Alcalá de Henares. Las excavaciones continúan desde su inicio en 2003.
- ↑ Complutum en Turismo Alcalá
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