- Tarraco
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Tarraco es el nombre antiguo de la actual ciudad de Tarragona (Cataluña, España). Durante el Imperio romano fue una de las principales ciudades de la Península Ibérica y capital de la provincia romana llamada Hispania Citerior o Hispania Tarraconensis. El nombre completo de la ciudad en la época de la República Romana era Colonia Iulia Urbs Triumphalis Tarraco.[1] En el año 2000, el conjunto arqueológico de Tarraco fue declarado patrimonio mundial de la UNESCO.
Contenido
Prehistoria y segundas guerras púnicas
El término municipal era poblado en tiempos prerromanos por Íberos que tuvieron contacto comercial con los griegos y fenicios que se establecieron en la costa. Las colonias ibéricas estaban presentes particularmente en el valle del Ebro. En el término municipal de Tarragona hay hallazgos de colonia desde el siglo 5 a. C.
Las fuentes que se refieren a la presencia de Íberos en Tarraco son ambiguas. Tito Livio menciona una oppidum parvum (colonia pequeña) de nombre Cissis, Polibio nombra una polis llamada Kissa (Κίσσα).[2] Poco después de la llegada de Cneo Cornelio Escipión Calvo a Ampurias (Emporion) en 218 a. C. en las segundas guerras púnicas, Tarraco es mencionada por primera vez. Livio escribe que los romanos conquistaron un campo de abastecimiento púnico para las tropas de Anibal cerca de Cissis y que tomaron la ciudad. Poco tiempo más tarde los romanos fueron atacados "no lejos de Tarraco“ (haud procul Tarracone).[3] Pero permanece impreciso si Cissis y Tarraco eran la misma ciudad. Una moneda encontrada en Ampurias lleva la inscripción ibérica Tarakon-salir (salir significa probablemente plata). Esta moneda, grabada siguiendo modelos de Ampurias en un lugar desconocido, es fechada en general en ~250 a. C., en todo caso antes de la llegada de los romanos. El nombre Kesse aparece en monedas del origen ibérico del siglo 1 y 2 a. C. Fueron marcadas siguiendo normas de peso romanas. Kesse debe ser equiparado con Cissis, el lugar de origen de los Cissetanos mencionados por Plinio.[4]
En el año de 217 a. C. llegaron las fuerzas romanas a cargo de Publio Cornelio Escipión el Africano a Tarraco. Tarraco fue el alojamiento de invierno entre los años 211 y 210, y allí reunía Publio Cornelio a las tribus de Hispania en conventus.[5] La población fue mayormente leal a los romanos durante la guerra. Livio les llamó aliados y amigos del pueblo romano (socii et amici populi Romani) y los pescadores de Tarraco (piscatores Tarraconenses) sirvieron con sus barcas durante el sitio de Cartago Nova.[6]
La historia romana más temprana de Tarragona estuvo ligada a los Escipiones, como ya expresó Plinio : Tarraco Scipionum opus, Tarraco fue obra de los Escipiones como Cartago lo fue de los Punos.[4]
La conquista de la península ibérica por los romanos duró más de 200 años.
Tarraco durante la República Romana
Durante los siglos siguientes Tarraco consituye una base de abastecimiento y campamento de invierno durante las guerras contra los celtíberos, igual que ocurrió durante las segundas guerras púnicas. Por eso se supone una presencia militar en este periodo, posiblemente en el área más alta del actual casco antiguo. En 197 a. C., las regiones conquistadas, todavía estrechas bandas a lo largo de la costa de España, estaban repartidas entre las nuevas provincias de Hispania Citerior e Hispania Ulterior. La capital de Hispania Citerior era principalmente Cartago Nova. Sin embargo Estrabón dice que los gobernadores residían no sólo en Cartago Nova sino también en Tarraco.[7]
No queda del todo claro el estatus legal de Tarraco. Estaba probablemente organizada como conventus civium Romanorum (convento = reunión de ciudadanos romanos de la provincia) durante la república, con dos magistri (directores civiles) en cabeza. Gaio Porciu Cato, cónsul del año 114 a. C., elegió Tarraco como lugar de su destierro en el año de 108. lo cual indica que Tarraco era una ciudad libre o tal vez aliada en aquel momento.
Según Estrabón[8] uno de los últimos combates había tenido lugar no lejos de Tarraco. Cuando César batía a los partidarios de Pompeyo en 49 a. C. en Ilerda (Lleida), Tarraco apoyó su ejército con alimentos.[9] No está del todo claro si Tarraco recibió el estatus de colonia por parte de Caesar o de Augusto , aunque la investigación actual suele asumir que fue el primero quien otorgó ese estatus después de su victoria en Munda.[10]
El periodo de Caesar Augusto
En el año de 27 a. C. el emperador Augusto se dirigió a Hispania para vigilar las campañas en Cantabria. Sin embargo debido a su salud débil prefirió quedarse en Tarraco.[11] Al parecer, Augusto hizo construir un altar en la ciudad, y una anécdota del retórico Quintiliano menciona que los habitantes de Tarraco se quejaron ante Augusto de que una palmera había crecido en el altar, respondíendo él que eso significaría que no era usado muy a menudo.[12]
Poco después convirtió la vieja via Herculea en la Vía Augusta. Un mojón, encontrado en Plaza del Toros, menciona esa carretera entre 12 y 6 a. C., que llevaba a Barcino por el nordeste y a Dertosa, Saguntum y (Valentia) por el sur.
Durante la presencia de Augusto las provincias españolas fueron organizadas de nuevo. La Hispania Ulterior fue repartida en las nuevas provincias Baetica y Lusitania. Tarraco se hacía la capital de Hispania Citerior, también conocida como Hispania Tarraconensis.[13]
La ciudad floreció bajo Augusto. El escritor Pomponiu Mela la describe en el siglo 1 de la siguiente manera: "Tarraco es el puerto más rico en esta costa" (Tarraco urbs est en his oris maritimarum opulentissima).[14] Tarraco acuñó bajo Augusto y Tiberio monedas propias con representaciones del culto imperial y la inscripción CVT, CVTT o CVTTAR.[15]
Después de la muerte de Augusto en el año de 14 d. C., el emperador fue deificado oficialmente y en 15 d. C. se erigió un templo que lo bendecía, probablemente en el barrio oriental o en la cercanía del foro de la colonia, como menciona Tacito en sus annales.[16]
La ciudad durante el alto imperio
En el año 68 d. C. Galba, que residió ocho años en Tarraco, fue proclamado emperador en Clunia. Bajo Vespasiano comenzó una reorganización de las precarias finanzas del estado. Según Plinio[17] esto permitió conceder la ciudadanía latina a los habitantes de Hispania. El territorio español, que desde la antigüedad consistía en zonas urbanas y un territorio dividido según la organización tribal, se transformó en áreas que se organizaron alrededor de los centros urbanos de todo, sea en colonias o en municipios, facilitando la recaudación de impuestos. Un rápido incremento de la construcción pudo ser causa de la reorganización de la provincia. Durante este periodo fueron probablemente construidos el anfiteatro, el área del templo y el foro provincial en la parte superior de la ciudad. Entre 70 y 180 d. C. la mayoría de las estatuas fueron colocadas en esos lugares.
Bajo el emperador Trajano fue nombrado patrón de la ciudad el senador Lucio Licinio Sura. Sura provenía de la Tarraconensis y alcanzó los más altos cargos del Estado. Probablemente, en el invierno 122-123 d. C. Adriano visitó la ciudad y celebró en ella un conventus para Hispania. Además, se reconstruyó el templo de Augusto.
Con el final del siglo II comenzaron en Tarraco claras dificultades económicas. Se construyeron pocas estatuas en honor de la ciudad, probablemente debido a la falta de financiación.[18] Este período vio también la derrota de la lucha contra el emperador Clodio Albino, entre cuyos partidarios estuvo el gobernador de la Tarraconensis Novio Lucio Rufo. Desaparecen de las inscripciones dedicadas a las Provinciae Concilium y aparecen cada vez más inscripciones dedicadas al personal militar. En adelante hubo menos de comerciantes influyentes en el ordo decurionum (administración civil) y más patroni (grandes terratenientes y altos funcionarios públicos). Severo reconstruyó el templo de Augusto (heliogábalo) en el anfiteatro, como demuestra una inscripción del fondo.[19]
En el año 259 fueron ejecutsados en el anfiteatro de Tarraco el obispo Fructuoso y sus dos diáconos Augurio y Eulogio, en el marco de la persecución del cristianismo por el Imperio Romano.
Bajo imperio
Tras las reformas de la administración imperial de Diocleciano, la península será una diócesis divida en seis provincias que eran mucho más pequeñas que anteriormente. Tarraco siguió siendo capital, pero de una provincia mucho más pequeña. Los edificios destruidos durante la invasión de los francos fueron lentamente reconstruidos o sustituidos por otros nuevos. Entre Diocleciano y Maximiano (286 a 293) se construyó un pórtico de Júpiter que podría ser parte de una basílica.[20]
En 476, tras la caída del Imperio Romano, Tarraco fue ocupada por los visigodos y el rey Eurico. No existe evidencia de destrucción y al parecer la captura de la ciudad fue relativamente tranquila. Es probable que los visigodos se hicieran cargo de las estructuras existentes imponiendo una clase superior delgada. La existencia de tumbas cristianas en este periodo parecen confirmarlo. El fin de la historia antigua de la ciudad vino con la llegada de los musulmanes en el 713 ó 714.
Conjunto arqueológico
Conjunto arqueológico de Tarraco
Nombre descrito en la Lista del Patrimonio de la Humanidad.
Anfiteatro de Tarraco.Coordenadas País España Tipo Cultural Criterios ii, iii N.° identificación 875rev Región Europa y
América del NorteAño de inscripción 2000 (XXIV Sesión) El conjunto arqueológico de Tarraco es uno de los más extensos conjuntos arqueológicos pertenecientes a la Hispania Romana que se conservan en España. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 2000 por la Unesco. La ciudad de Tarraco es el más antiguo asentamiento romano en la Península Ibérica, convirtiéndose en capital de la provincia de Hispania Citerior en el siglo I a. C.
Aún quedan muchas importantes ruinas romanas en Tarragona. Parte de los cimientos de las grandes murallas ciclópeas cerca del Cuartel de Pilatos se cree que pueden ser anteriores a la época romana. El edificio que se acaba de mencionar, una prisión en el siglo XIX, se dice que era el palacio de Augusto.
Tarraco, como la mayor parte de las ciudades antiguas, ha seguido siendo habitada, habiendo sido desmontada por sus propios ciudadanos para obtener materiales de construcción. El anfiteatro cerca de la orilla del mar fue usado como una cantera, y sólo quedan de él actualmente unos pocos vestigios. Se construyó encima del circo, de 45,72 metros de largo, aunque algunas secciones del mismo pueden seguir trazándose. Por toda la ciudad aparecen inscripciones en latín e incluso en fenicio, en las piedras de las casas.
Dos monumentos antiguos, algunos a pequeña distancia de la ciudad, sin embargo, han envejecido mucho mejor. El primero de ellos es un magnífico acueducto, que cruza un valle a un kilómetro y medio de las puertas. Tiene 21 metros de largo, y los arcos inferiores, de los que hay dos filas, tienen casi tres metros de alto. El monumento al noroeste de la ciudad, y también a aproximadamente kilómetro y medio, es un sepulcro romano, que normalmente se llama Torre de los Escipiones, pero no hay autoridad que afirme que fueron enterrados aquí.[21]
Criterios
La Unesco consideró que las ruinas que se conservan de la antigua ciudad romana de Tarraco merecían incluirse en la Lista del Patrimonio mundial por cumplirse dos criterios:
Criterio ii. Los restos romanos de Tarraco son de una importancia excepcional en el desarrollo del planeamiento y diseño urbanístico romano y sirvió de modelo para las capitales provinciales en el resto del mundo.
Criterio iii. Tarraco proporciona un testimonio elocuente y sin parangón de una etapa significativa en la historia de las tierras mediterráneas en la Antigüedad.
Lugares protegidos
Código Nombre Lugar Coordenadas 875-001 Murallas romanas Tarragona 875-002 El recinto de culto imperial Tarragona 875-003 Foro provincial Tarragona 875-004 El circo Tarragona 875-005 El Foro colonial Tarragona 875-006 El teatro romano Tarragona 875-007 El anfiteatro, la basílica e iglesia románica Tarragona 875-008 Cementerio paleocristiano Tarragona 875-009 Acueducto 4 km al norte de Tarragona 875-010 Torre de los Escipiones 5 km al este de Tarragona 875-011 Cantera del Médol 9 km al norte de Tarragona 875-012 La villa-mausoleo de Centcelles 4,6 km al nor-noroeste de Tarragona 875-013 La villa dels Munts 10 km al este de Tarragona 875-014 Arco de triunfo de Bará 20 km al este de Tarragona Véase también
- Conjunto arqueológico de Tarraco
- Circo romano de Tarraco
- Foro romano de Tarraco
- Teatro romano de Tarraco
- Anfiteatro de Tarraco
- Muralla de Tarragona
- Puente del Diablo
- Torre de los Escipiones
- Mosaico de los peces de La Pineda
Referencias
- ↑ Claudio Ptolomeo, ii. 6. § 17
- ↑ Livio 21, 60; Polibio 3, 76, 5.
- ↑ Livio 21, 60, 1ff.
- ↑ a b Plinio: Naturalis historia 3, 21.
- ↑ Livio 26, 19 u. 51.
- ↑ Livio 27, 42; Livio 26, 45.
- ↑ Estrabón 3, 4, 7.
- ↑ Estrabón 3, 4, 9 (160).
- ↑ Caesar, De Bello Civili 1, 60.
- ↑ AE 1957, 309, AE 1957, 310 = RIT (G. Alföldy: Die Römischen Inschriften von Tarraco. Madrider Forschungen 10, Berlin 1975) 1 y 2.
- ↑ Suetonio, Augustus 26, 3.
- ↑ Quintilian, Institutio oratoria 6, 3.
- ↑ El nombre oficial permaneció como provincia Hispania citerior. En fuentes literarias es común el nombre de Tarraconensis (p.e., en la naturalis historia de Plinio el Viejo, 3,6, Suetonio, Galba 8.
- ↑ Mela II 90.
- ↑ Burnett, Roman Provincial Coinage I. 218/219.
- ↑ Tacito: Annales 1, 78.
- ↑ Plinio: Naturalis Historia, 3, 4, 30
- ↑ RE, Supl. XV, 598, Tarraco, Géza Alföldy
- ↑ RIT 84.
- ↑ G. Alföldy in RE Suppl XV Sp. 599 zur Inschrift siehe AE, 1929, 00233, RIT 91.
- ↑ Cf. Ford, Handbook, p. 219, seq.; Florez, Esp. Sagr. xxix. p. 68, seq.; Miñano, Diccion. viii. p. 398.
Enlaces externos
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- Sitio web de la UNESCO
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