- Colonización de Sierra Morena
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La colonización de Sierra Morena fue un proyecto llevado a la práctica por Pablo de Olavide, intendente de Carlos III de España para Andalucía, por el que unos seis mil colonos centroeuropeos se asentaron en una zona situada en la ladera sur de Sierra Morena, en España, en las actuales provincias de Jaén, Córdoba y Sevilla. La colonización, financiada por el Estado, pretendía fomentar la agricultura y la industria en una zona despoblada y amenazada por el bandolerismo.
Contenido
Antecedentes
En 1767, Centroeuropa se hallaba en una crisis debida tanto a los conflictos internacionales como a malas cosechas. Por otro lado, el monarca de España, Carlos III, quería colonizar algún territorio bajo su bandera con aquellos labradores alemanes y flamencos que le ofreció Gaspar de Thurriegel, oficial bávaro. Se pensaron tres territorios como posibles para que aquellos aventureros del centro de Europa colonizaran:
- El primero era Puerto Rico: sin embargo, los ministros de Carlos III no querían que los nuevos colonos engrosaran la lista de blancos ociosos de la isla (recordemos que los negros eran los que trabajaban) y se descartó por lo tanto.
- Patagonia: el sur de la actual Argentina era territorio español nominalmente, pero no tenía población que la reclamara en caso de invasión extranjera. El problema que plantearon los consejeros de Carlos III fue que los colonos alemanes estarían aislados en aquellas tierras y no sentirían el ardor del patriotismo español cuando algún extranjero reclamara la zona.
- Finalmente, se evaluó colonizar los despoblados andaluces y de Sierra Morena. Ya los ilustrados españoles habían puesto de manifiesto que la población española era escasa y estaba mal distribuida, y habían sugerido traer a europeos de zonas empobrecidas a las áreas más despobladas de España. Ésta fue la opción escogida: una colonización no en el Nuevo Mundo sino en el Viejo.
Características de la colonización
Se llevaron a Sierra Morena a unos seis mil colonos repartidos por distintas fundaciones: La Carolina, La Carlota, La Luisiana y otras hasta el total de quince pueblos que se fundaron en el proceso. Las casas construidas estaban diseminadas en el campo y cerca del gran camino de Andalucía. Cada cuatro o cinco localidades estaban agrupadas en feligresías, para las que se elegían un alcalde y un síndico representante; también se construyó una iglesia en cada feligresía.
A cada familia de colonos se le dieron unas cincuenta fanegas de tierra para cultivos de secano y regadío, cinco gallinas, cinco cabras, cinco ovejas, dos vacas y una puerca de parir. Además, no pagarían tributo durante diez años tras su llegada a la colonia y estaban protegidos por un Fuero especial.
Resultados
Tras los primeros años, muchos de los colonos fueron sustituidos por españoles ya que habían muerto por enfermedades, por el calor veraniego o por los ataques de los terratenientes de Écija o de otras poblaciones españolas, que no toleraban que se les hubieran quitado las tierras para instalar allí a gentes exentas de pagar tributo.
Pese a los problemas, la colonización se afianzó y a finales del reinado de Carlos III vivían en la zona mil quinientas familias. En 1835 les fue retirado el Fuero de que disfrutaban, y muchas colonias entraron en crisis debido a que pasaron a ser poblaciones normales.
Actualmente, los descendientes de los colonos viven sobre todo en las poblaciones de La Carlota, La Luisiana, Cañada Rosal, La Carolina y otras cercanas, conservando algunos apellidos extranjeros, su fisionomía (cabello claro, ojos azules, etc.) o bien fiestas claramente centroeuropeas como la de los huevos pintados.
Bibliografía
- Burgos Alonso, Manuel, y otros (2003). Historia de España. Algaida Editores. ISBN 84-8433-324-8.
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