Combate de Portada de Guías

Combate de Portada de Guías
Parte de Guerra entre la Confederación Perú-Boliviana y el Ejército Unido Restaurador
Antigua portada de Lima.
Fecha	21 de agosto de 1838
Lugar	Portada de Guías, Perú
Resultado	Victoria restauradora
Beligerantes
Confederación Perú-Boliviana Ejército Unido Restaurador
Comandantes
Luis José de Orbegoso Domingo Nieto Juan Francisco de Vidal Manuel Bulnes
Fuerzas en combate
2.500[1] soldados 5.400[2] soldados
Bajas
1.000 muertos, heridos y prisioneros aprox. 40 muertos y 141 heridos[3]

El combate de Portada de Guías, llamado también combate de Guía o de Piñonate, fue un enfrentamiento que se libró el día 21 de agosto de 1838 entre las fuerzas peruano-chilenas que conformaban Ejército Unido Restaurador, y las fuerzas peruanas que nominalmente servían todavía a la Confederación Perú-Boliviana, pero cuyos jefes en realidad habían decidido expulsar tanto a los invasores chilenos como a los bolivianos. Comandaba las fuerzas restauradoras el general chileno Manuel Bulnes y las fuerzas peruanas el mariscal Luis José de Orbegoso, que era a la vez presidente del Estado Nor-Peruano. Se libró en las afueras de Lima, frente a la Portada de Guías, una de las puertas de la antigua ciudad amurallada, situada en el actual cruce de las avenidas Túpac Amaru y Caquetá. Su resultado fue la derrota de las fuerzas peruanas orbegosistas, debido a la superioridad numérica de sus adversarios.

Antecedentes

La Segunda Expedición Restauradora, integrada por fuerzas peruanas y chilenas aliadas con el propósito de acabar con la Confederación Perú-Boliviana, desembarcó en Ancón, al norte de Lima, el 7 y 8 de agosto de 1838. Componíase de 5.400 hombres al mando del general Bulnes. Lo acompañaban Agustín Gamarra, Manuel Ignacio de Vivanco, Felipe Pardo y Aliaga, Manuel de Mendiburu, entre otros desterrados peruanos que se proponían la restauración de la situación política anterior del Perú.

El Supremo Protector de la Confederación Andrés de Santa Cruz se hallaba entonces en el sur, con la mayor parte del Ejército Confederado. Sólo una división, que debía operar en combinación con las tropas del Estado Nor-Peruano, permanecía cerca de Lima. El presidente del dicho Estado, el mariscal Luis de Orbegoso, por instigación del general Domingo Nieto se alzó contra Santa Cruz y declaró disuelta la Confederación, entrando luego en conversaciones con Bulnes, sobre una posible alianza contra Santa Cruz. Pero ambos jefes se desconfiaban mutuamente y deseaban en realidad ganar tiempo: Orbegoso quería mejorar su situación militar, mientras que Bulnes deseaba dar descanso a sus tropas fatigadas por la larga travesía desde Valparaíso. Finalmente, alegando el vandalismo al que se habían entregado los chilenos, el secretario de Orbegoso declaró rotas las negociaciones.^[4]

Los restauradores continuaron entonces su avance hacia Lima. Un grupo de peruanos, encabezados por Vivanco y Pardo, se separaron del ejército restaurador, aduciendo que habían venido a combatir a Santa Cruz y a los bolivianos, mas no a los peruanos.

Orbegoso y su general Domingo Nieto acordaron resistir en Lima. A ellos se les sumó el general Juan Francisco de Vidal que llegó de Huaraz al mando de una columna. Encabezaban todos ellos un sentimiento peruanista puro, pues se proponían expulsar tanto a los chilenos como a los bolivianos.

Movimientos preliminares

El 18 de agosto de 1838 los restauradores ocuparon la chacra de Concha y extendieron sus líneas hasta La Magdalena, por lo que fue necesario guarnecer las portadas limeñas de Juan Simón y Guadalupe, mientras que la portada del Callao se hallaba defendida por Nieto y la de Monserrate por Vidal. Orbegoso se situó en el jardín de Gamboa. Las azoteas próximas a las murallas se atestaron de curiosos, que deseaban ver a los invasores.^[5]

Al mediodía del 21 de agosto, los restauradores avanzaron hasta el fundo Palao, con una mitad de flanqueadores y dos compañías al mando de Ramón Castilla y Alejandro Deustua; a las tres de la tarde hicieron alto, frente a la Portada de Guías. El ejército restaurador apoyaba su derecha en el río Rímac y su izquierda en el cerro Amancaes. A su vez, Orbegoso colocó el 2.º de Ayacucho a su derecha, en el centro a la Legión, con parte de la caballería y a la izquierda el 4.º, apoyando su reserva con los restantes escuadrones. Nieto, con el Ayacucho N.º 1, se situó en Monserrate y el Puente de Piedra quedó defendido por tres piezas de artillería, una compañía y un grupo de vecinos armados.^[6]

El combate

Orbegoso y sus ofíciales habían acordado días antes no librar batalla a campo abierto y limitarse a defender la ciudad, pues era abrumador el número del enemigo. Pero tal acuerdo no se llegó a cumplir y se trabó el combate de manera improvisada, sin planificación alguna. Según una afirmación que hizo Nieto, Orbegoso fue empujado a librar el combate por obra de los santacrucistas que lo rodeaban.^[7]

Lo cierto es que Orbegoso, al enterarse que el ejército restaurador se acercaba a la Portada de Guías, se trasladó hacia allí y ordenó a sus fuerzas que salieran a tomar posiciones. Hay versiones contradictorias sobre quiénes precipitaron el encuentro; lo cierto es que, una vez iniciado este, la infantería peruana empezó a hacer progresos, deteniendo el avance del adversario, pero cuando fue necesario el apoyo de la caballería peruana, esta se desmoralizó y huyó, lo que fue aprovechada por la caballería chilena que cargó inconteniblemente, ante lo cual las tropas peruanas terminaron por desbandarse. Hay que señalar que las fuerzas peruanas participantes se reducían a una avanzada de 1.300 hombres, que tuvo que enfrentar una carga masiva a bayoneta de más de 4.000 soldados enemigos, siendo por ello el resultado previsible.^[8]

Durante el combate, el coronel peruano Javier Panizo y Ramírez defendió el puente tendido sobre el Rímac y sufrió un impacto de bala. El general Nieto pasó a la Fortaleza del Real Felipe en el Callao, donde resistió durante 84 días. Orbegoso se ocultó en Lima por unos días hasta que se dirigió disfrazado al Callao; luego de pasar una serie de peripecias, se refugió también en la fortaleza chalaca.^[9] En cuanto a Vidal, al enterarse de la huida de sus jefes, retornó a Huaraz.

• 

  Mariscal Luis José de Orbegoso

• 

  General Domingo Nieto

• 

  General Francisco de Vidal

• 

  Mariscal Agustín Gamarra

• 

  General Manuel Bulnes

Consecuencias

Al anochecer de ese mismo día, 21 de agosto, el Ejército Restaurador ya se encontraba en la Plaza Mayor de Lima. La ciudad fue sometida al pillaje y al incendio; en el campo de batalla se “repasaron” (ultimaron) a los heridos, lo que explica el gran número de muertos y la poca cantidad de heridos en el bando peruano. Entre las víctimas se contaron hasta mujeres y niños, cuyos cadáveres fueron recogidos al día siguiente.^[10] El “repase”, práctica salvaje con el sello inconfundible de la soldadesca chilena, se volvería a efectuar décadas después, durante la guerra del Pacífico.

La ocupación de Lima permitió que se restableciera la vigencia de la Constitución peruana de 1834 y la elección del Gran Mariscal Agustín Gamarra como presidente provisional del Perú por decisión de una reunión de vecinos, el día 24 de agosto de 1838. Pero en noviembre del mismo año los restauradores se vieron forzados abandonar Lima, siendo reocupada la ciudad por Santa Cruz, aunque efímeramente. En cuanto a Orbegoso, éste quiso reconciliarse con Santa Cruz, pero terminó por ser desterrado hacia Ecuador, finalizando así, patética y definitivamente, su carrera política.

Tras varios combates, en que destacan Matucana, Puente del Buín y Casma, el triunfo del Ejército Restaurador sobre el Ejército Confederado se consolidó en la batalla de Yungay, el 20 de enero de 1839, en la cual las fuerzas de Andrés de Santa Cruz fueron definitivamente derrotadas, consiguiéndose poner fin a la Confederación Perú-Boliviana y la reunificación del Estado Peruano que había sido dividido por Santa Cruz.

Referencias

Bibliografía

Véase también

• Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana