- Toma de las islas Juan Fernández
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Toma de las islas Juan Fernández Parte de Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana
Vista de la bahía de Cumberland donde fondearon las naves confederadas.Fecha 14 de noviembre de 1837 Lugar Isla Más Atierra, Archipiélago Juan Fernández Resultado Victoria confederada, rendición de la plaza. Beligerantes Confederación Perú-Boliviana República de Chile Comandantes General José Trinidad Morán Teniente Andrés Campos Fuerzas en combate 400 hombres[1]
3 buques51 hombres[2] Juan Fernández · Paucarpata · Captura de la Peruviana - Frente Argentino · Islay · Captura de la Confederación · Captura de la Socabaya · Guías · Callao · Matucana · Captura del Arequipeño · Captura de la Saldivar y el San Antonio · Puente de Llaclla · Buin · Casma · YungayLa Toma de las islas Juan Fernández fue un episodio de la guerra contra la Confederación Perú-Boliviana en el cual una expedición confederada al mando del general José Trinidad Morán ocupó la isla Más Atierra, que era utilizada como presidio por el gobierno chileno, tras obtener la capitulación de la guarnición chilena al mando del teniente Andrés Campos.
Contenido
Antecedentes
A mediados de 1836 partió del Callao la expedición revolucionaria del general chileno Ramón Freire quien buscaba volver al poder en Chile, aunque su aventura resultó en un fracaso el gobierno chileno acusó a la confederación y especificamente a Santa Cruz de estar detrás de esa intentona lo que deterioro aun más las ya delicadas relaciones entre ambos estados.
Por ordenes directas del ministro Diego Portales, Freire fue enviado prisionero a las islas de Juan Fernández que desde tiempos coloniales habían sido utilizadas por las autoridades chilenas como lugar de presidio preferido para reos políticos aunque también para simples delincuentes comunes, tras la batalla de Lircay 27 partidarios del general Ramón Freire habían sido desterrados a la isla Más Atierra parte del mencionado archipiélago, el fracasado motín de Quillota aumentaría la población penitenciaria de la isla con 18 oficiales del regimiento Maipo implicados en el asesinato del ministro Portales.[3]
El 21 de agosto de 1836, sin declaración formal de guerra, una expedición chilena al mando del marino español Victorino Garrido había capturado sorpresivamente en el Callao tres naves de la escuadra confederada lo que aumentó la tensión entre el protector Andrés de Santa Cruz y el gobierno chileno. Tras el fracaso de las negociaciones de paz, Chile declaró la guerra a la Confederación el 28 de diciembre del mismo año logrando que la Confederación Argentina hiciera lo mismo meses después.
En setiembre de 1837 zarpó al Perú la primera expedición restauradora enviada por el gobierno chileno para disolver a la Confederación, con ella iban los peruanos opositores a Santa Cruz que habían sido exiliados tras su derrota. El 12 de octubre el ejército restaurador al mando de Blanco Encalada ocupó la ciudad de Arequipa, en el sur peruano, esto resultó en un gran error estratégico dado que los departamentos del estado sud-peruano apoyaban mayoritariamente el proyecto confederal y la ciudad de Arequipa ya había dado muestras de ese sentimiento el año anterior cuando se nego a sumistrar hombres y provisiones al ejército del general Felipe Santiago Salaverry quien fue derrotado por Santa cruz en la batalla de Socabaya.
Zarpe y operaciones de la expedición confederada
Tres días después de la ocupación de Arequipa zarpaba igualmente del Callao una escuadra confederada al mando del general José Trinidad Morán, quien con 400 hombres a bordo de las corbetas "Socabaya" y "Confederación" y el bergantín "Congreso", tenía como misión incursionar en costas chilenas, hostilizar sus puertos y liberar al general chileno Ramón Freire quien, tras correr peligro de ser condenado a muerte, había sido recluido en el presidio ubicado en las islas de Juan Fernández.
Mientras el ejército restaurador permanecía inactivo en Arequipa y el ejército confederado de Santa Cruz se aproximaba a la ciudad, la expedición de Morán continuaba su viaje arribando a las islas que eran su destino el 14 de noviembre donde tuvieron conocimiento que Freire había sido exiliado a Australia donde permanecería hasta 1842.
La guarnición chilena compuesta por 51 soldados al mando del teniente del batallón Carampagne Andrés Campos, quien también era gobernador de la isla, fue tomada completamente por sorpresa, el general Morán envió al sargento mayor Nicolás Freire (sobrino peruano del general Ramón Freire) a solicitar la rendición y entrega de la plaza, armas y municiones. Los términos de capitulación fueron suscritos a efecto de "evitar la efusión de sangre infructuosa por la escasez de recursos que el expresado gobernador tiene para hacer una honrosa defensa y salvar sus responsabilidades", el artículo 2do establecía "Todos los señores que se hayan confinados en esta isla por el gobierno de Chile quedan en completa libertad" por otra parte el artículo 3ro señalaba que los oficiales chilenos y sus familias quedaban en completa libertad de abandonar la isla o permanecer en ella, segun fuera su parecer, con la sola condición de "no poder en ningun tiempo durante esta guerra tomar las armas contra la Confederación".[4]
Tras destruir las instalaciones del presidio y las defensas militares de la isla, la expedición confederada se reembarcó, no sin antes recibir en sus buques a 24 individuos de la guarnición y 16 de los confinados, quienes no quisieron optar por esa decisión se embarcaron en la corbeta ballenera estadounidense "George Washington" quien los traslado al continente.[5]
El 23 de noviembre la escuadra confederada hostilizó las defensas del puerto de Talcahuano, el 27 las de San Antonio y el 15 de diciembre las de Huasco. Tras apresar dos mercantes chilenos la expedición regresó al Callao, donde los confinados fueron puestos en libertad.
Consecuencias
El 17 de noviembre, tras ser cercada por las, numericamente superiores, tropas de Santa Cruz en las afueras de Arequipa, la expedición de Blanco había aceptado la firma del tratado de Paucarpata el cual ponía fin a las hostilidades, establecía la devolución de los barcos apresados por Garrido y permitía a los chilenos y peruanos opositores retirarse a sus naves.
La expedición de Moran tendría conocimiento de estos sucesos a su regreso al Perú, siendo homenajeada por el Protector Andrés de Santa Cruz el 27 de diciembre en Lima.
Poco después el gobierno chileno desconocería el tratado firmado en Arequipa y la guerra continuaría por más de un año hasta la decisiva victoria restauradora en Yungay.
Trivia
El teniente Andrés Campos, volvería a tomar las armas durante la guerra combatiendo en Casma ante la flota corsaria de Blanchet, como parte de la guarnición de los buques chilenos, ganándose una mención especial por su conducta en el parte del comandante de la escuadra chilena Roberto Simpson.[6]
Referencias
- ↑ Robert L. Scheina "Latin America's Wars: The age of the caudillo, 1791-1899 - The Peru Bolivian Confederation" pág. 136
- ↑ Manuel Nemesio Vargas "Historia del Perú independiente" pág. 207
- ↑ Maura Brescia "Selkirk Robinson: el mito : a tres siglos del desembarco del solitario en Isla Robinson Crusoe" pág. 126
- ↑ Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú "Colección de los tratados, convenciones capitulaciones, armisticios, y otros actos diplomáticos y políticos celebrados desde la independencia hasta el día, precedida de una introducciín que comprende la época colonial" Volumen 4, 1892, pág. 40
- ↑ Basadre Jorge "Historia de la República del Perú" Tomo II págs. 323-324
- ↑ Manuel Bilbao "Historia del jeneral Salaverry" págs. 103-104
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