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Cultura argárica
La cultura argárica es una manifestación y expresión de los poblados del sudeste peninsular en la Edad del Bronce, que formaron una de las sociedades de mayor relevancia en la Europa del II milenio a. C. y de las mejor estudiadas gracias al excelente estado de conservación de los restos arqueológicos.
Durante mucho tiempo se creyó que poco antes de la mitad del II milenio, a la vez que cobraba cuerpo la cultura del vaso campaniforme, tenía lugar en el este de Andalucía un nuevo impacto colonizador de gentes procedentes del ámbito greco-micénico que seguían los pasos de navegantes más antiguos, instalándose en los importantes focos mineros de Almería y sus zonas limítrofes. En la actualidad se ha verificado que la cultura material argárica se corresponde con una evolución de la que había en el sustrato previo, por lo que se descarta esta colonización, siendo patente los fuertes contactos con el Mediterráneo oriental, que se materializan en aspectos que aparecen totalmente nuevos en esta cultura.
La cultura argárica se expandió principalmente desde Almería por Jaén hacia occidente y por la Hoya de Guadix y la Hoya de Baza, quizás, buscando las ricas zonas mineras de Linares y la región de Murcia.
Características culturales
La presencia de esta cultura fue comprobada por primera vez en el poblado almeriense de El Argar, que le da nombre, y se caracteriza por el uso de la práctica de inhumaciones individuales, en cistas primero, y en grandes vasos o pithoi después. Este aspecto es un claro indicio del cambio en las ideas y en la estructura social respecto a épocas anteriores. También se observa un mayor individualismo en la sociedad fruto de una mayor especialización de las actividades económicas. La metalurgia es ya bastante avanzada, se estandariza la producción de cerámica y las nuevas necesidades que surgen en una sociedad más avanzada provocan la aparición de un comercio mejor organizado.
Algunos individuos adquieren un gran nivel de riqueza que se traduce en ajuares funerarios de alto valor en los que no faltan armas suntuarias ni joyas valiosas. Se dan, en suma, características propias de sociedades urbanas. Los poblados de casas circulares de las fases anteriores van siendo sustituidos por otros de traza más regular, con calles bien definidas y viviendas rectangulares, que pueden parecerse a las tradicionales griegas (tipo megaron).
El hábitat argárico supone, por tanto, el abandono de un tipo de urbanismo primitivo que venía caracterizado por la distribución dispersa y aislada de las viviendas. En los "cabezos" argáricos podemos apreciar la existencia de casas compuestas de varios recintos de muros rectos y de forma irregular que se agrupan en núcleos compactos, distribuidos en relación con espacios libres y tortuosos, que podemos interpretar como calles, y que se adaptan a la configuración del terreno mediante la construcción de terrazas escalonadas contenidas por grandes muros longitudinales. El espacio habitable aparece delimitado por paredes medianeras perpendiculares al muro. En la cima se halla el núcleo del poblado que hace las veces de fortificación. Se usa abundantemente la piedra y la madera en la construcción de las casas.
La situación de los poblados no suele estar lejos de una fuente de agua potable, ni de los yacimientos de cobre y plata. Los grandes poblados se suelen situar a la salida de un valle, en una meseta o en una pendiente bien resguardada, mientras que los poblados pequeños estaban a mayor altura en los valles y solían situarse en pequeñas cimas aisladas. A un poblado tipo ciudad solían corresponder otros más pequeños a modo de puestos avanzados que, por regla general, tenían un camino directo y una situación de visibilidad que los ponía en contacto con el poblado original. La construcción de puertas fortificadas en los paños de las murallas y de cisternas, indican no sólo el nivel de civilización alcanzado sino también el problema del suministro de agua.
La situación de los poblados en zonas con escasa superficie aprovechable para la agricultura nos hace pensar que la actividad principal de esta sociedad debió ser la ganadería junto con la minería.
Principales Yacimientos
- El Argar en Antas, (Almería)
- Puntarrón Chico en Beniaján, (Región de Murcia)
- Cerro de Las Viñas en Coy, Lorca (Región de Murcia)
- Cerro del Castillo de Lorca en Lorca (Región de Murcia)
- Parque Arqueológico Los Cipreses en Lorca (Región de Murcia)
- Cabezo Redondo en Villena. (Alicante)
- Cerro de la Encina Monachil, (Granada)
- La bastida de Totana en Totana (Región de Murcia)
- Fuente Bermeja en Níjar, (Almería)
- Cuesta del Negro Purullena, (Granada)
- Terreras del Reloj Dehesas de Guadix, (Granada)
- Cerro del Nacimiento (Sierra de los Filabres, (Almería)
- El Castellón Alto Galera, (Granada)
- El Oficio en Grima, Cuevas del Almanzora, (Almería)
- Fuente Álamo en Cuevas del Almanzora, (Almería)
- El rincón de Almendricos en Almendricos, (Murcia)
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