- Pachacútec
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Pachacútec Inca Yupanqui
9° Sapa IncaPredecesor Huiracocha Inca Sucesor Túpac Yupanqui
1° Emperador del TawantinsuyoPredecesor Primer Emperador Sucesor Túpac Yupanqui Reinado 1438 - 1471 Nacimiento Alrededor de 1400
Palacio de Cusicancha, CuscoFallecimiento Alrededor de 1471
Palacio de Patallacta, CuscoConsorte Mama Anahuarque Dinastía Hanan Cusco Padre Huiracocha Inca Madre Mama Runto Pachacútec (quechua: Pachakutiq; "El que cambia el rumbo de la tierra"[1] ) fue el noveno gobernante del estado Inca y quien lo convirtió de un simple curacazgo a un gran imperio: el Tahuantinsuyo. Aunque no había sido designado como sucesor por su padre Huiracocha Inca, dirigió una defensa militar ante el belicoso ejército Chanca mientras que éste y su hijo Inca Urco habían huido del señorío. La victoria sobre los chancas hizo que Huiracocha Inca lo reconociera como su sucesor alrededor de 1438.
Como parte de su visión de estadista y caudillo guerrero conquistó muchas etnias y estados, destacando su conquista del Collao que acrecentó el prestigio de los incas y particularmente de Pachacútec, quien por la notable expansión de sus dominios fue considerado un excepcional líder, dando vida a historias épicas e himnos gloriosos en tributo a sus hazañas. Numerosos curacas no dudaban en reconocer sus destrezas e identificarlo como "hijo del Sol". Mientras aún vivía, su hijo y sucesor Túpac Yupanqui derrotó al señorío Chimú y continuó con la expansión del Tahuantinsuyo. Además de conquistador, guerrero y emperador, diversas crónicas afirman que fue también un gran administrador, planificador, filósofo, observador de la psicología humana y carismático general.[2]
Pachacútec es el primer inca del cual se encuentran referencias históricas que corroboran su existencia, por cual es reconocido como el "primer inca histórico", sin embargo, la relevancia de su figura y legado, así como el de su denominación, lleva a pensar a varios estudiosos que tiene una importancia mucho mayor que la de solo un personaje, llegando a representar el inicio de toda una época de transición y reestructuración para la sociedad inca, etapa de cambios que continuaría posterior a su muerte en 1471, por su hijo Túpac Yupanqui y su nieto Huayna Cápac.
Contenido
Biografía
Origen
Se dice que Pachacutec . fue recomendado a Huiracocha por los nobles como el más capaz de sus hijos para tomar la mascapaicha cuando éste muriese, pero según las crónicas Huiracocha se había encariñado tanto con Inca Urco que siempre lo prefería ante cualquier otra persona
Conflicto con los Chancas
Cuando los Chancas enviaron sus emisarios a Cusco, Viracocha Inca e Inca Urco aceptaron la rendición e inmediatamente huyeron causando la sorpresa en la etnia inca, siendo el salvador el príncipe Cusi Yupanqui.[3] Ante la anarquía, Cusi Yupanqui (nombre verdadero de Pachacútec) solicitó en vano el regreso de su padre.
Ante la negación de Huiracocha, Pachacútec hizo un llamado general a las etnias vecinas para resistir juntos a la amenaza Chanca, los Canas fueron los únicos que se aliaron a los incas, los Ayamarcas también fueron los únicos que se aliaron a los Chancas y las demás etnias esperaron a ver quien se inclinaría hacia la victoria para unírseles.
La primera batalla fue en Cusco donde los soldados del ejército inca vencieron favorecidos por las etnias espectadoras que se les unieron en cuanto empezaron a ganar. Luego en Ichubamba la victoria Inca se acentuó, dando origen a la leyenda de los soldados de piedra.[4] pedros pros
"...y los tales señores caciques se fueron de allí derechos donde Viracocha Inca estaba y le dijeron cómo Inca Yupanqui los enviaba allí a que viesen en qué era servido, que ellos le sirviesen; y como Virachoca Inca los viese delante de sí y tan gran multitud de señores y de tanto poder, holgose mucho de ello (...). Después de repartirles vasos de chicha y porciones de coca, levantose en pie Viracocha Inca y considerando que pues su hijo le enviaba aquellos señores y ellos tanto le amaban y le querían por señor, que era justo que él asimismo en ello les animase. Les hizo cierta oración, por la cual él de su parte les agradecía lo que por él y por su hijo habían hecho, y que ya sabían (...) que él hasta allí había sido señor del Cusco, y que se había salido de él por causas que para ello le movieron; y que de allí en adelante Inca Yupanqui, su hijo, había de ser Señor en la ciudad del Cusco".
Tomado de "Suma y narración de los Incas", cronista Juan de Betanzos.Una vez derrotados los Chancas, los incas alistaron las celebraciones en Cusco a las cuales Huiracocha fue invitado por Pachacútec, sin embargo Huiracocha se negó a menos que llevaran a Inca Urco a que reciba los créditos por su co-reinado paralelo al ataque Chanca, obviamente nadie quiso recibirlo. Motivado por la envidia, Urco organizó un pequeño ejército y marcharon a Cusco para derrocar a Pachacútec, pero éste, hábilmente preparado lo derrotó. Inca Urco fue descuartizado y sus restos fueron arrojados.
Ceñimiento de la mascaipacha
[[Archivo:Incapachacuti.jpg|thumb|left|180px|El noveno Inca: Pachacútec; dibujo de Felipe Guamán Poma de Ayala (coloreado) en Nueva crónica y buen gobierno (1615). Al morir Inca Urco, Cusi Yupanqui fue el único candidato para asumir el gobierno de la confederación cusqueña. Se iniciaron los preparativos para la ceremonia en la que el príncipe se ceñiría la mascapaicha. A solicitud de Cusi, una comitiva de orejones se dirigió a Calca en busca de Viracocha Inca para solicitar y rogar que fuera al Cusco a entregar la mascapaicha al nuevo líder; de ese modo enmendaría la deshonra de haber abandonado la capital en pleno conflicto contra los Chancas.
Numerosas llamas cargadas de ofrendas comenzaron a llegar a la ciudad del Cusco desde los poblados vecinos e, incluso, desde más lejos. Del Anti se traían innumerables cestas de coca, hierbas y resinas aromáticas; de los Yungas, por su parte, llegaban conchas utilizadas en los sacrificios, así como pimientos y rocotos rojos que serían empleados para sazonar el banquete real.
Conforme se aproximaba el día de la ceremonia, los curacas y nobles confederados invitados hacían su ingreso en la capital con gran fastuosidad rodeados por su séquito. Cada uno de los visitantes traía hermosos regalos en señal de reconocimiento, entre los que podían observarse vistosas andas, queros decorados, suaves mantas, metales preciosos y exóticas plumerías.
Llegado el día esperado, después de que los sacerdotes encabezados por el willac umu hicieran una serie de sacrificios y plegarias, incluyendo la inmolación de niños como parte del ritual conocido como Cápac Cocha, el propio Inca Viracocha procedió a colocar la borla real en la cabeza del joven Cusi Yupanqui, nombrándolo de allí en adelante, como Pachacútec Yupanqui Cápac Intichuri, es decir, "hijo del Sol que transforma el mundo".
Una vez investido como Inca, Pachacútec determinó que fuera su padre Huiracocha el primero en rendirle homenaje. Para ello el viejo Inca debió beber una olla llena de chicha hasta dejarla vacía. Sin ninguna objeción Huiracocha cumplió lo ordenado y, al terminar, se inclinó pidiendo perdón por haber abandonado el Cusco en plena guerra. Pachacútec, respetando siempre el rango del anciano y como hijo, lo ayudó a incorporarse inmediatamente.
Gobierno (1438-1471)
[[Archivo:Pachacutec siglo XVI.jpg|thumb|180px|Retrato de Pachacútec por la "escuela cusqueña", siglo XVI.]] Según la información recogida por varios cronistas, los historiadores aceptan comúnmente que el gobierno de Pachacútec se inició alrededor del año 1438 y terminó con su muerte alrededor del año 1471.[5] Durante su gobierno, consolidó el Curacazgo Inca frente a amenazas de pueblos locales y lo transformó en el Tahuantinsuyo, iniciando una época imperial para los incas. Realizó varias expediciones conquistadoras y encargó otras a su hermano e hijo respectivamente. Por todo esto, su gobierno es reconocido como uno de los más exitosos en la historia de la América precolombina.
Inicio de la expansión imperial
Al igual que sus antecesores, la primera actividad que debió realizar el nuevo Inca fue enfrentar una rebelión, esta vez organizada por los descendientes ayarmacas de Tocay Cápac. Una encarnizada batalla se llevó a cabo en Huanancancha, pero la superioridad del ejército inca dio la victoria a Pachacútec, quien, decidido a aniquilar definitivamente a los insurrectos, asoló los pueblos enemigos diezmando gran parte de su población. Después de esta derrota, el peligroso curacazgo de los ayarmacas no volvería a recuperar su antiguo poderío. El sinchi ayarmaca fue conducido como prisionero al Cusco, donde pasó el resto de sus días encerrado en prisión.
Durante los primeros meses de su gobierno Pachacútec tuvo que someter a varios sinchis vecinos del Cusco: Páucar Ancho y Tocari Topa de Ollantaytambo; Ascaguana y Urcocona de Huacara; y Alcapariguana de Toguaro. A diferencia de las guerras realizadas en los reinados anteriores, estas campañas militares representaban un verdadero esfuerzo por consolidar una unidad territorial, un predominio de los cusqueños sobre sus comarcanos. Las numerosas guerras que sostendría en el futuro le permitirían adquirir una enorme extensión territorial.
Primera expedición conquistadora
Dominados los curacas vecinos, Pachacútec decidió organizar una expedición hacia los antiguos territorios chancas. Al mando de más de 40.000 hombres, transportado en andas, el Inca se dirigió hacia el río Apurímac. Al llegar a Curahuasi, a 26 leguas del Cusco, entregó una palla del Cusco al jefe chanca Túpac Uasco. Con este acto Pachacútec logró la adhesión del sinchi. La expedición continuó hacia Andahuaylas, donde, tras una reunión del consejo de orejones, se resolvió avanzar hacia el territorio de los soras. La resistencia ofrecida por los sinchis Guacralla, de Soras, y Puxayco, de Chalco, fue desbaratada con facilidad. Los soras y rucanas huyeron hacia las proximidades del río Vilcas y se refugiaron en un peñón. Después de permanecer algún tiempo en Soras, el Inca levantó su cuartel general y se desplazó hacia Huamanga, conquistando todos los pueblos visitados en el trayecto. El siguiente objetivo fue Vilcashuamán, un centro importante de la región; cuando llegó a este lugar, Pachacútec mandó construir un Templo del Sol y varias edificaciones. De esta manera el asentamiento se convirtió en un importante centro administrativo.
Una vez dominada toda la región de los chancas y sus confederados, se emprendió el regreso a tierras cusqueñas. Antes de llegar a la capital, el Inca debió someter a los sinchis Ocacique y Otaguasi, señores del pueblo de Acos, localizado a diez leguas del Cusco. Como represalia por haber sido herido en la cabeza durante el enfrentamiento, Pachacútec desterró a los sobrevivientes y los reubicó en los términos de Huamanga, donde está hoy el pueblo de Acos.
Expedición hacia el Collasuyo
Pasaron aproximadamente diez años después de la coronación de Pachacútec, cuando murió en su residencia de Calca el viejo Inca Huiracocha. En honor a su rango, Pachacútec organizó un solemne entierro. El cuerpo del Inca difunto fue paseado en andas por el Cusco portando sus armas e insignias reales. El cortejo fúnebre se desplazaba acompasado por el lento retumbar de los tambores, cuyo sonido marcaba el paso de decenas de guerreros. Al poco tiempo, Pachacútec reinició su campaña militar expansionista, enviando un grupo de soldados al mando de Apo Conde Mayta hacia la frontera con los collas, poderoso grupo que tenía como señor a Chuchi Cápac, también conocido como el Colla Cápac. No tardó Pachacútec en unirse a estas tropas de avanzada, ingresando en tierras enemigas hasta llegar al pie del Vilcanota.
Enterado el Colla Cápac de la incursión inca en sus territorios, se dirigió con sus ejércitos al pueblo de Ayaviri para esperarlos. Al llegar Pachacútec a esta localidad pudo comprobar que no se produciría un sometimiento pacífico, por lo que se entabló una larga batalla. A medida que la lucha se prolongaba temiendo ser derrotados, los collas se replegaron hacia Pucará, hasta donde fueron perseguidos por los incas. En Pucará se libró un segundo enfrentamiento del que no solamente salieron victoriosos los cusqueños, sino que lograron tomar prisionero al poderoso Colla Cápac. Una vez asegurado el triunfo, Pachacútec se dirigió a Hatun Colla, morada del curaca derrotado, donde permaneció hasta que todos los pueblos subordinados se acercaron a rendirle obediencia. Tras pequeñas luchas con los pobladores de Juli y los pacasas, Pachacútec consiguió dominar todo el Collao,[6] dejando allí guarniciones y un gobernador general. Su siguiente destino fue el territorio de Condesuyos: sus conquistas le llevaron por Arequipa y Camaná, y regresó al Cusco por Chumbivilcas.
Expediciones encargadas por Pachacútec
Posterior a la victoria frente a chancas y collas, las obligaciones legislativas de Pachacútec lo retuvieron en el Cusco, por lo que tuvo que encargar (y no dirigir más) las siguientes expediciones conquistadoras del Imperio Inca, mientras él se encargaba de la remodelación del Cusco y la consolidación del gobierno imperial. La primera de estas expediciones fue encargada a su hermano Cápac Yupanqui hacia territorios del reino Chimú, y las demás a su hijo y sucesor Túpac Yupanqui tanto al norte como al sur del imperio, con estas conquistas el Tahuantinsuyo llegaría cerca su máxima expansión y mejor consolidación, todo bajo el gobierno del noveno Sapa Inca: Pachacútec.
Consolidación imperial y renovación del Cusco
Al encargar las expediciones conquistadoras a su hijo y sucesor Túpac Yupanqui, Pachacútec se encargó y continuó con las remodelaciones de la capital del imperio: la ciudad del Cusco. Al haber aumentado la población de la capital las demandas de viviendas, alimentos y necesidades primarias también aumentaron, por lo cual Pachacútec emprendió una serie de obras constructivas y agrícolas: la formación de nuevos barrios, su distribución en solares y el levantamiento de nuevas plazas y "canchas"; el Sapa Inca hizo despoblar varias áreas alrededor del Cusco para que sean utilizadas como sementeras, reubicando a sus ocupantes en zonas con clima similar. Del mismo modo, se intensificó la producción agrícola gracias a la creación de canales en la ciudad del Cusco, a la mejor distribución de aguas, a los nuevos sistemas de almacenamiento y construcción de andenes.
Puede considerarse su primera gran obra arquitectónica la reedificación del "Templo del Sol" o "Inticancha", la edificación humilde de sus antepasados se transformó en un templo repleto de riquezas, se refaccionó la estructura con bloques líticos obtenidos desde las canteras de Salu, a cinco leguas del Cusco; por toda la nueva suntuosidad del palacio pasó a ser conocido como "Coricancha" (Templo de oro).
"Y visto por él (Pachacútec) el sitio donde a él mejor le pareció que la casa debía se edificada, mandó que allí fuese traído un cordel, y siéndole traído, levantáronse del lugar donde estaban él y los suyos, y siendo ya en el sitio donde había de ser la casa edificada, él mismo por sus manos con el cordel midió y trazó la Casa del Sol; y habiéndola trazado, partió de allí con los suyos y fue a un pueblo que dicen Sallu, que es casi cinco leguas de esta ciudad, que es donde se sacan las canteras, y midió las piedras para el edificio de esta casa, y así medidas, de los pueblos comarcanos pusieron las piedras que les fue señaladas y las que fueron bastantes para el edificio de esta casa (...) así como el Inca Yupanqui la había trazado e imaginado".
Tomado de "Suma y narración de los Incas", cronista Juan de Betanzos.Otro de los cambios más importantes realizados por Pachacútec fue la división del creciente imperio en cuatro suyus, teniendo como centro la ciudad del Cusco (ombligo del mundo); al este el Antisuyu, al oeste el Contisuyu, al norte el Chinchaysuyu y al sur el Collasuyu.
Muerte y sucesión
Murió naturalmente en pleno apogeo del imperio, fue reconocido y valorado como el más grande Sapa Inca por sus contribuciones a la expansión y consolidación del naciente Imperio inca. Su momia fue llevada en su tiana o asiento, cargada por los grandes señores hasta la plaza Aucaypata, donde se le rindió homenaje. Las exequias reales se iniciaron con el encuentro entre las momias de Pachacútec y Huiracocha Inca, su padre. El fallecido soberano fue vestido con suntuosas mantas y adornos de oro y plata, además de un tocado de plumas y un escudo de armas. Finalmente su momia fue colocada en el centro de Tococache (actual barrio de San Blas, en Cusco) en un templo dedicado al trueno que él mismo mandó a edificar.
La sucesión en el mando del Imperio inca, fue asumida por su hijo, Túpac Inca Yupanqui, con quien había co-gobernado durante los últimos años y quien había demostrado una gran destreza guerrera y conquistadora en las expediciones que Pachacútec le había encargado tanto hacia el norte como hacia el sur del territorio imperial. De este modo, sin ninguna objeción, Túpac Yupanqui se ceñiría la mascaipacha y asumiría por completo el gobierno del Tahuantinsuyo, tras la muerte y exequias reales de su padre.
Obras
Transformación del Reino a Imperio
Gracias a Pachacútec los dominios del incario dejaron de constituir un simple reino para conformar el Tawantinsuyo, un Estado que logró dominar y controlar política, militar y económicamente a otros estados y cacicazgos ubicados en las proximidades de los Andes. Esta transformación devino de las victorias obtenidas ante varios estados que rodeaban inicialmente el reino inca: principalmente la confederación Chanca y el señorío de los Ayamarca.
Sistema de mitimaes y quechuización
También se debió a Pachacútec la implantación del sistema de mitmakuna o mitimaes -traslados- en todo el Tawantinsuyo. Éstos eran grupos humanos desplazados por el Estado a cualquier punto conquistado por el incario a fin de cumplir tareas específicas que vertebraran y cohesionaran el imperio. Los mitimaes colonizaban, llevaban consigo las técnicas y modos de producción cusqueños, enseñaban las leyes y costumbres y divulgaban la religión de los incas. También realizaban una labor de control de las poblaciones recién incorporadas al Tawantinsuyo. Su función era de producir los elementos básicos que cubriesen las necesidades de los súbditos y la de reproducir los rasgos culturales con el objetivo de quechuizar a los recién incorporados.[7]
Arquitectura y urbanismo
Desde el punto de vista de los logros urbanísticos y arquitectónicos, Pachacútec mandó canalizar los ríos Huatanay y Tullumayo, que frecuentemente anegaba la ciudad del Sol, Cusco.
Asimismo reedificó y ornamentó con grandes riquezas el santuario del Inticancha o recinto del Sol, cuyo nombre hizo cambiar por el de Coricancha, que significa "recinto de oro".[8] El primer emperador inca restauró el palacio de Pomamarca o Ciudad del Puma, y el de Patallacta, donde falleció, en Carmenca. Finalmente, planificó la construcción del templo-fortaleza de Sacsayhuamán, ubicada al norte de la ciudad del Cusco, la misma que empezó a levantar su hijo Túpac Yupanqui y concluyó su nieto Huayna Cápac, padre de Huáscar y Atahualpa. Algunos historiadores le atribuyen también el arregló del acllahuasi en Cusco, y la planificación y construcción de la ciudadela de Machu Picchu.
Legado
La figura de Pachacútec, dada la implicancia y connotación de su título en quechua: el que transforma el mundo, ha sido objeto de innumerables discusiones de acuerdo a la visión mítica e idealista que se tiene sobre él y la consolidación del Imperio inca, para la visión andina.[9]
Otros historiadores recalcan su figura histórica y tienden a considerarlo como una de las principales figuras en el desarrollo de las civilizaciones precolombinas, como por ejemplo diría de él el historiador británico Sir Clement Markham: "Él más grande hombre que la raza aborigen de América haya producido";[10] otros historiadores y cronistas comparan su figura con la de un Carlomagno americano, haciendo referencia a la expansión del Estado Inca y la consolidación del imperio que logró; e incluso a la de Solón, recalcando los dotes de legislador y estadista que se cuenta tuvo Pachacútec.
"Con sus medidas dio unidad geográfica e idiomática, iniciando la uniformidad que permitió más tarde la formación del Perú actual".
Tomado de "Historia del Tahuantinsuyo", historiadora María Rostworowski.Predecesor:
Viracocha Inca9° Sapa Inca
Dinastía Hanan Cusco
1° Emperador del Tawantinsuyo
1438 – 1471Sucesor:
Túpac YupanquiNotas y referencias
- ↑ El vocablo quechua "Pachakutiq" resulta muy complejo en cuanto a su traducción y connotación, puede traducirse al español como: "el que [cambia, transforma, revoluciona] (el rumbo de) la [tierra, mundo, universo]"; sin embargo, cualquier traducción deja de lado la implicación connotativa que pudo tener el término durante el Incario, implicación tan profunda que incluso ha llevado a sospechar a ciertos historiadores que "Pachacútec" no fue necesariamente una persona, sino una transformación profunda en la organización del estado.
- ↑ Como por ejemplo, cuenta Juan Díez de Betanzos en su "Suma y Narración de los Incas" (1551) que Pachacútec fue un joven integro, "muy virtuoso, muy amigo de hacer el bien a los pobres".
- ↑ Ésta, la versión de Juan de Betanzos (1551), es la más aceptada, que coincide con la crónica de Cabello Valboa (1583) y las más depuradas cronologías. Según los Comentarios Reales de los Incas de Garcilaso de la Vega, el inca fugitivo fue el anciano Yahuar Huácac y el príncipe que asumió la defensa del Cusco, su hijo Hatun Topa, llamado después Huiracocha. Estas dos son las hipótesis más relevantes sobre la defensa del Cuzco ante la invasión de los Chancas.
- ↑ Raúl Porras Barrenechea, "La leyenda de los Pururaucas", en El legado quechua. Revisado el 19 de diciembre de 2007
- ↑ Arte de las culturas de los Andes: Pachacútec Inca Yupanqui. Revisado el 4 de febrero de 2008
- ↑ «...expansión que se efectiviza en el reinado de Pachacutec...» Pueblos indígenas de Bolivia, Historia de la etnia Quechua. Revisado el 2 de enero de 2008
- ↑ Louis Baudin (1940), El Imperio Socialista de los Incas, Extracto del capítulo 7. Revisado el 19 de diciembre de 2007
- ↑ Ciudad Inca del Cusco, La refundación y La planificación integral. Revisado el 19 de diciembre de 2007
- ↑ Juan José Vega, El Inca Incierto, artículo en la revista Caretas. Revisado el 19 de diciembre de 2007
- ↑ Ciudad Inca del Cusco, La planificación integral. Revisado el 19 de diciembre de 2007
Bibliografía
- Angles Vargas, Víctor (1998). Historia del Cusco incaico. Tercera edición, Lima: Industrial gráfica S.A., Chavín 45.
- Espinoza Soriano, Waldemar (1997). Los Incas. Tercera edición, Lima: Amaru Editores.
- Porras Barrenechea, Raúl (1999). El legado quechua. Lima: Fondo Editorial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. ISBN 9972-46-069-X.
- Rostworowski, María (1953). Pachacútec Inca Yupanqui. Lima: Editorial Torres Aguirre.
- Rostworowski, María (1995). Historia del Tahuantisuyo. Lima: Instituto de Estudios Peruanos.
- Rostworowski, María. Historia de los Incas. Lima: Prolibro–Asociación Editorial Bruño.
- VV. AA. (2000). Culturas prehispánicas. Muxica Editores. ISBN 9972-617-10-6.
- VV. AA. (2003). Personajes del Perú y del mundo. Editorial Sol 90. ISBN 84-95978-69-5.
- VV. AA. (2003). Historia Universal: América precolombina. Editorial Sol 90. ISBN 9972-891-79-8.
Véase también
- Emperadores Incas
- Historia del Perú
- Imperio inca
- Leyenda de los soldados Pururauca
- Leyendas sobre el origen del Imperio Inca
- Mitología inca
- Tiqsi Huiracocha
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