- Danza Contemporánea en España
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Danza Contemporánea en España
El movimiento de la danza contemporánea en España es muy joven, tiene apenas cuatro décadas (aproximadamente) y es ahora que empieza a tener una identidad propia, definida por lo que podría denominarse segunda generación de creadores y bailarines que después de veinte años se han consolidado a través de las compañías y creadores que han demostrado una continuidad y un desarrollo estable.
La historia de España en el pasado siglo XX determinaron las corrientes artísticas que se pudieron desarrollar dentro de sus fronteras. No podemos olvidar que España sufrió una guerra civil en los años treinta que obligó a los creadores librepensadores a exilarse tras la victoria de las tropas franquistas. Inmediatamente después estalla la segunda guerra mundial en Europa y España se une al bando de Hitler y Mussolini. A pesar de estar en el bando perdedor de la guerra las ideas nacionalsocialistas de Hitler regirán la cultura española durante décadas. España sufrirá censura, la prensa pertenece al estado, desaparecen los sindicatos obreros, la enseñanza pasa a manos de la iglesia, etc.
Contenido
Precedentes
No hay una base histórica que haya influido en los coreógrafos españoles actuales, pero si precedentes de la danza contemporánea española que hay que buscar antes de la guerra civil del 1936.
En Barcelona encontramos a Aúrea Sarrá, Josefina Cirrera y Tórtola Valencia. Tres Bailarinas exóticas con un estilo cercano a la Duncan por un lado y a Mata Hari por otro.
- Aurea Sarriá (188… - 1940 en Barcelona) desarrolló carrera internacional llegando a bailar para los reyes británicos, los de Egipto, en santuarios de Grecia y el Cairo, en Berlín y en diversas capitales Europeas.
- Tórtola Valencia (Sevilla 1.882– 1955 en Barcelona), bailarina autodidacta que en sus inicios se inspiró en Duncan , no tardó en desarrollar un estilo exótico propio, influida en gran parte por los modernistas cuando llegó a Barcelona y seguramente por los diseños de Léon Bakst.
- Josefina Cirrera (Barcelona 19..-1987) apostó por la danza libre de Duncan y llegó a presentarse en recitales con Joan Tena en la Barcelona de los años de posguerra.
Continuamos en Barcelona, ya en los años cincuenta, Joan Tena consiguió la interrelación de las artes en un espectáculo avanzado para la época y el lugar. En 1952 presento un espectáculo donde colaboraban diversos artistas de la vanguardia catalana, como fiel reflejo de la ideología de Diaghilev, entre los que se encontraban Tharrats, Brossa o Tapies, aunque el coreógrafo se alejaba del mundo del ballet clásico ya que introdujo claras influencias del expresionismo alemán, por su trabajo con Mary Wigman.
En Madrid la figura fundacional es Pilar Sierra (Madrid 1927) una estudiosa del análisis del movimiento que se inició con el ballet y se marchó a Paris donde estudió con Alexandre Golovine y entabló intima relación con Raimon Duncan, hermano de Isadora Duncan. Allí comenzará a estudiar la “técnica neutra”, para marchar luego a Alemania a la escuela de Mary Wigman en Dresde. En Londres estudiará la técnica Graham con Madame Cornelia. En ese punto interrumpe su carrera de bailarina y se va a los Pirineos para estudiar el movimiento primitivo. Después viaja a oriente y hace estudios en Tel Aviv de danzas locales. Después de la guerra vuelve a Madrid donde durante el franquismo, la policía política le cerró varias veces su escuela porque la censura imperante consideraba “subversivas” y “demasiado avanzadas” sus teorías y enseñanzas. Es la primera coreógrafa que en los años sesenta en España presenta un espectáculo de danza-teatro, “Pepita”, en el entorno de la universidad. Con su cultura ha asentado las bases en España de una crítica de Danza profunda y de óptica profesional a través de alumnas suyas: Mercedes Rico primera crítica de danza en España (1981), en el diario El País, y actualmente Julia Martín en el diario El Mundo.Desde estás precursoras hasta nuestros días debemos dar un enorme salto en el tiempo y situarnos en los años setenta, donde la danza contemporánea Española tiene sus actuales raíces, separadas de estos pioneros cuyas enseñanzas y legado artístico, no han llegado a nuestros días y son absolutamente desconocidos por las actuales generaciones de coreógrafos y bailarines ajenos a ese pedacito de historia que nunca les “rozó” y nadie les ha contado.
Raíces de la actual danza contemporánea española
No es casual que renazca la danza contemporánea justo en los años setenta. Se respiraba el final de la dictadura y los intelectuales y artistas sensibles a las nuevas aperturas culturales serían los responsables de hacer emerger una danza que se venia desarrollando entre las cuatro paredes de un estudio para mostrarla al público.
En los setenta respecto a la danza es importante entender que la nueva apertura de las fronteras y la falta de escuelas donde aprender danza contemporánea da lugar a dos opciones por parte de los artistas: Los que se quedan en España e inician una labor pedagógica, creativa, de intérprete, investigación y lo que fuera necesario para desarrollar un lenguaje dancístico y los que emigran fundamentalmente buscando donde estudiar y desarrollarse como intérpretes. Los que se quedaron serán el germen de lo que se podría denominar primera generación de coreógrafos, que surgen desde y en España creadores-intérpretes que dan sus tímidos pasos en creación al tiempo que aprenden a danzar y la técnica para hacerlo; la segunda generación de creadores estudian y se desarrollan fuera del País, bien en Europa o Estados Unidos y volverán en los años ochenta para ser los intérpretes de esa primera generación o de sus propios trabajos coreográficos y conformarán esa segunda generación de creación que desarrollará las bases de lo que ahora es la danza contemporánea española.
1ra Generación
Entre los que se quedan es importante destacar dos mujeres.
- En Barcelona Anna Maleras descubre la Danza Jazz y funda el “Grup Estudi Anna Maleras” en 1972, donde destacan Cesc Gelabert (1953) y Francesc Bravo (1958), ambos se sumergen en el mundo de la creación al tiempo que aprenden la técnica dancística. Dar importancia a sus cursos de verano organizados en Sitges donde se podrá acceder a profesorado internacional, especialmente de técnica Jazz (Lyn MacMurray, Alvin McDuffy, etc)
- En Madrid ocurre lo mismo, en este caso es Carmen Senra, quién a través de la película West Side Story descubre el modern Jazz y decide, después de realizar incursiones en varias ediciones del American Dance Festival y en escuelas en Nueva York, abrir su primera escuela en el año 1972.
Es importante saber que Senra importa en los años setenta y primeros ochenta profesorado desde América del Norte y Europa que serán los maestros de un par de generaciones de bailarines y corógrafos madrileños: Carl Paris, técnica Graham y técnica Ailey, ex bailarín de las compañías de Martha Graham, Alvin Ailey y Montes; Christine Tanguay canadiense, técnica Graham adquirida en Londres y Cannes, la catalana Diola Maristany técnica limón, en los ochenta Mónica Runde también técnica Graham adquirida en The Place (London Contemporary School) con entre otros Jane Dudley y Robert Cohan y Pedro Berdäyes técnica Jazz aprendida en Nueva York, Sao Paulo y París.
- En esos mismos años setenta vuelven a España Ramón Solé, bailarin de formación clásica, que fundará el Ballet Contemporani de Barcelona en 1974, con creaciones absolutamente Neoclásicas en sus inicios, más tarde con las influencias de Gerard Collins tomará un camino de Danza Contemporánea.
- También regresan José y Concha Lainez , bailarines del Het Nacional Ballet, creando en San Sebastián el grupo “Anexa” en 1972, primer grupo que se crea en España. Más adelante esta formación dirigida por el matrimonio dará lugar al grupo Yauskari desde los talleres de Danza Contemporánea del Conservatorio Pablo Sarasate de Pamplona. Esta formación de Danza Teatro no sobrevivirá más allá de mediados de los ochenta.
Está claro que los años setenta son el inicio de la danza contemporánea en España. Surgen escuelas en Madrid y Barcelona, agrupaciones colectivas donde aún no está definida la figura del bailarín, del coreógrafo, del intérprete o del creador. No será hasta los años ochenta cuando los bailarines-intérpretes-coreógrafos empiecen a asumir la dirección de su grupo dándole una identidad más propia y personal. En Madrid no existe creación en los setenta, sin embargo en Barcelona hay que recordar las primeras piezas de Cesc Gelabert (1972 “Formes y l’home del braç d’or” y de 1973 “acció-0”), del grupo Acord de Diola Maristany, La gran compañía de Jesús Burquet, L’Espantall de Gerard Collins y la creación en 1979 del colectivo Heura compuesto por nueve mujeres entre otras Avelina Arguelles, Elisa Huertas, Alicia Perez Cabrera y Angels Margerit. Heura que ese mismo año gana los concursos de Bagnolet y segundo premio en Nyons con sus creaciones colectivas.
Otra cosa a destacar de los años setenta es como la decadencia del régimen franquista y la inevitable apertura a otras expresiones artísticas permite que compañías de Danza y Teatro contemporáneos traspasen los Pirineos para el disfrute de aficionados y futuros profesionales de la danza. Pudimos ver por primera vez a Bejart y su Ballet del siglo XX, las compañías de Alvin Ailey, Paul Taylor, Alwin Nikolais, al mimo Marcel Marceau , el Teatro Negro de Praga, y un interminable eccetera, aunque tuvimos que esperar a que Franco muriera para que Martha Graham aceptara pisar España (Martha Graham recaudó fondos en Nueva York para las Brigadas Internacionales del bando republicano español en los años 30's).
Llegan los ochenta y el matrimonio Lainez (José y Concha) tras su éxito en la creación de la sección de Danza Contemporánea en el Conservatorio Pablo Sarasate en Pamplona, es invitado a Barcelona para crear el departamento de Danza Contemporánea dentro del Instituto del Teatro. Aunque ya existiera la materia de Danza contemporánea impartida por Gerald Collins, no será hasta la llegada de los Lainez que se institucionalice los estudios de danza Contemporánea con entidad propia y no como parte la carrera de Arte Dramático. Este dato es sumamente importante, ya que no existe en España hasta 1980 (y solo en Barcelona) la posibilidad de estudiar Danza Contemporánea a nivel público. En Madrid los estudiantes de Danza no han tenido esa posibilidad hasta el año 2000 en el que el Real Conservatorio Profesional de Danza de Madrid creó la especialidad de Danza Contemporánea.
Segunda Generación
A mediados de los ochenta van desapareciendo los grupos pioneros de propuestas colectivas y empiezan a gestarse las compañías que han conformado el panorama dancístico del país durante los últimos años, aunque con la llegada del milenio algunas no han resistido el paso del tiempo.
Cesc Gelabert funda junto con la británica Lidia Azzopardi la Gelabert/Azzopardi compañía de danza en 1985, el mismo año que aparece la compañía Mudances dirigida por Angels Margarit, Danat Dansa de la alemana Sabine Dahrendorf y el leones Alfonso Ordoñez, Vianants de la valenciana Gracel Meneu, y en Madrid Carmen Senra forma compañía con profesores y alumnos de su escuela . Al año siguiente, 1986, surgen Metros de Ramón Oller y Lanonima Imperial de Juan Carlos García en Barcelona, en Madrid Bocanada codirigida por María José Ribot y Blanca Calvo. En 1987 surgen Transit de María Rovira en Barcelona y Provisional Danza dirigido por Carmen Werner en Madrid, y en 1989 aparecen en Valencia Vicente Saez, en Barcelona Mal Pelo codirigido por María Muñoz y Pep Ramis y 10 & 10 danza en Madrid con dirección del brasileño Pedro Berdäyes y la madrileña Mónica Runde.
Podemos pues decir que la segunda mitad de los ochenta es el baby boom de las compañías de Danza en España, pero también hay que hacer referencia a aquellos coreógrafos que de manera independiente sin formar una estructura estable de compañía continúan con su labor coreográfica en esos años: Avelina Arguelles, Francesc Bravo, Margarita Guergué (afincada en NY), Antonia Andreu, Nuria Oliver, Artur Villalba, etc.
Llegan los noventa y la Compañía Carmen Senra desaparece y de su seno aparecerá más adelante la compañía Losdedae codirigida por Chevi Muraday y Angela Rodriguez, por otro lado la compañía Bocanada se desgaja por completo dando cada uno de sus miembros lugar a variadas propuestas, La Ribot, Co. Blanca Calvo/Ion Munduate, Teresa Nieto en Compañía, Olga Mesa, Iñaki Azpillaga(coreógrafo actualmente en La Compañía belga ULTIMA VEZ/Win Wanderkeibus), Charo Calvo,etc. Importante la aparición en los noventa de Nats Nuts de Toni Mira en Barcelona. El resto de compañías que se formaron en la segunda mitad de los años ochenta se mantiene a lo largo de los noventa. Se ha consolidado la que podríamos denominar segunda generación de creadores (creadores- empresarios)
Todo esto es posible porque a finales de los 80 aparecen las ayudas del Ministerio de Cultura de España y los distintos gobiernos autonómicos comienzan a apoyar la creación de danza contemporánea.
También importantísima durante los años noventa la labor del Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas (Madrid) dirigido por Guillermo Heras como plataforma de exhibición y producción de la Danza Contemporánea de España, al igual que el Mercat de les Flors en Barcelona dirigido entonces por Andreu Morte, aunque el Mercat resulta más localista y presenta la danza catalana y extranjera sin cabida a la danza de otras autonomías.
Tampoco se pueden olvidar los certámenes y concursos coreográficos de Madrid y Barcelona que sirven de plataforma de nuevos creadores y muestran el panorama de la creación en España. De ellos surgieron importantes compañías a finales de los noventa como Sol Picó y Mar Gomez
Actualidad
Y así llegamos al fin del milenio y, ¿qué nos encontramos?
La evolución que ha sufrido la danza contemporánea española se ha desarrollado en gran parte por el tesón y voluntarismo que han demostrado tener los profesionales de la danza. La ilusión y una vital necesidad de expresión han propiciado que los profesionales salvaran y salven las mil y una dificultades que conlleva la ausencia de una política cultural para la danza en España. Hasta la fecha los gobiernos han mantenido una postura de “fuegos de artificio” donde el ruido es momentáneo sin pensar en crear una mínima infraestructura que a través de los años consolidara la profesión. En España hay solo un centro coreográfico (en la Comunidad Valenciana). No existe un teatro de la Danza y en Madrid la demolición de la Sala Olimpia relegó a las compañías de danza contemporánea a las salas alternativas. No existe un circuito de exhibición sólido para la danza.
Se inició con el primer gobierno socialista un plan de fomento de la danza que con la llegada de Aznar al gobierno quedó literalmente arrinconado en los cajones del Ministerio de Cultura. La política Cultural en España no esta pensada a largo plazo y esta sometida a los gustos de las distintas opciones políticas de los partidos que acceden al gobierno. Si está la derecha, por tradición histórica de la que ya he hablado, se dará prioridad a las artes plásticas (tangibles y mercancía negociable), la música culta y popular (Zarzuela), el teatro clásico (Lope, Calderon, Marivaux o Molière, etc). Llega la izquierda y replantea la política cultural. Los artístas contemporáneos españoles están a merced de las “olas”.
Las ayudas públicas son prácticamente las mismas que hace diez años y están acaparadas por las compañías “estables”, lo que junto con lo nuevo que es que surjan gran cantidad de intérpretes que han estudiado en España y quieren quedarse (en Europa hay mucho paro) hace que el surgimiento de nuevos coreógrafos dispuestos a dedicarse a la creación sea prácticamente inexistente. A demás estas ayudas públicas están redactadas de manera que para acceder a ellas hay que conformar toda una estructura empresarial inalcanzable para los jóvenes. La distribución en España sigue siendo muy difícil y está a merced del viento político que sople. Europa ha cerrado sus fronteras, hay crisis y mucho paro en el mundo de la danza, y países como Alemania, Francia, Inglaterra u Holanda que antes programaban compañías extranjeras, ahora solo las invitan a Festivales muy puntuales y su programación estable a lo largo del año se ciñe a su propia creación coreográfica, muy variada y extensa y sólidamente respaldada por sus respectivas instituciones culturales.
En los noventa existía un vacío generacional respecto a intérpretes, las compañías se nutrían de bailarines europeos o americanos. Con la implantación de las especialidades de danza contemporánea en el Portal de Danza del Ministerio de Cultura de España
- Archivo de Artes Escénicas de la Universidad de Castilla - La Mancha
- Red Española de Teatros, Auditorios, Circuitos y Festivales Contiene un buscador de compañías
- Asociación de Compañías Profesionales de Danza de Cataluña
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