Diego Hurtado de Mendoza (Guadalajara, 1367 - † Guadalajara, junio de 1404). Hijo de Pedro González de Mendoza y de Aldonza López de Ayala. Almirante Mayor de Castilla y décimo Señor de Mendoza.

Siendo apenas un niño, en la primavera de 1379, su padre logró del rey Enrique II de Castilla que, poco antes de morir, casara a don Diego con su hija ilegítima doña María de Castilla y dotase al matrimonio con el señorío sobre las villas alcarreñas de realengo de Cogolludo y Loranca de Tajuña y la mitad del Real de Manzanares.

Muerto su padre en la batalla de Aljubarrota (14 de agosto de 1385) defendiendo la persona del rey Juan I de Castilla, don Diego consiguió rápido ascendiente en su Corte. El rey Juan le hizo merced del título de Almirante de Castilla, cargo que desarrolló plenamente en el reinado siguiente de Enrique III de Castilla, luchando contra la flota portuguesa por la posesión del estrecho de Gibraltar.

En premio a estas y otras muestras de lealtad, el rey Enrique le hizo múltiples donaciones y mercedes, siendo relevante la entrega del señorío sobre la villa de Tendilla en 1395.

Fallecida su primera esposa de la que tuvo una hija, Aldonza de Mendoza, futura condesa de Arjona, casó de nuevo en 1394 con Leonor de la Vega, descendiente de los ricos y poderosos condes de La Vega. En agosto de 1398 nació en Carrión de los Condes su hijo Íñigo López de Mendoza, quien llegaría a convertirse en el primer marqués de Santillana.

El Almirante hizo testamento en El Espinar (Segovia) en abril de 1400, antes de la campaña contra los portugueses y un codicilo o anexo fechado en Guadalajara el 5 de mayo de 1404. Falleció en esta misma ciudad, poco después. Su viuda tuvo que pleitear por los derechos de su hijo ante su hijastra doña Aldonza, y ante Alfonso Enríquez, a quien Enrique III cedió el título de Almirante, cuestión que para doña Leonor siempre fue una usurpación.