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Dieta mediterránea
Se conoce como dieta mediterránea al modo de alimentarse basado en una idealización de algunos patrones dietéticos de los países mediterráneos,[1] especialmente: España (ver Figura 1), sur de Francia, Italia, Grecia (ver Figura 2) y Malta.
Las características principales de esta alimentación son un alto consumo de productos vegetales (frutas, verduras, legumbres, frutos secos, pan y otros cereales) siendo el trigo el alimento base, el aceite de oliva como grasa principal, un mayor consumo de aves y pescado que de carnes rojas, y el consumo regular de vino en cantidades moderadas. En junio de 2007 el Gobierno español propone la candidatura de la dieta mediterránea para su inclusión en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco, siendo esta rechazada por el momento en la conferencia internacional que la UNESCO realizó en Abu-Dhabi.
Contenido
Beneficios
Las propiedades saludables que se le atribuyen se basan en la constatación de que, aunque en los países mediterráneos se consume más grasa que en los EE.UU., la incidencia de enfermedades cardiovasculares es mucho menor.[2] ,[3] Las causas de tales propiedades parecen estar en el mayor consumo de productos ricos en ácidos grasos monoinsaturados,[4] presentes en el aceite de oliva (que reduce el nivel de colesterol en sangre). También se atribuye al consumo de pescado, en especial pescado azul,[5] rico en ácidos grasos ω-3 y, finalmente, al consumo moderado de vino tinto (por sus antocianos). El vino también está asociado a otro efecto cardioprotector denominado la paradoja francesa.[6] La dieta mediterránea parece ser que está asociada con un menor riesgo de deterioro cognitivo leve tanto durante el envejecimiento como durante la etapa de transición entre la demencia o deterioro cognitivo leve a la enfermedad de Alzheimer[7]
Historia
Las primeras referencias científicas a una dieta mediterránea son del año 1948, cuando Leland G. Allbaugh[8] estudió el modo de vida de los habitantes de la isla de Creta y, entre otros aspectos, comparó su alimentación con la de Grecia y EE UU. Por su parte, el fisiólogo norteamericano Ancel Keys, que encabezó un estudio sobre las enfermedades coronarias, el colesterol de la sangre y el estilo de vida de siete países (Italia, Yugoeslavia, Grecia, Holanda, Finlandia, EE UU y Japón) tras la II Guerra Mundial, contribuyó a su difusión. Keys y sus colaboradores apreciaron que la incidencia de las enfermedades coronarias era menor en las zonas rurales del sur de Europa y en Japón. Sospecharon que había un factor protector en el estilo de vida, que etiquetaron como "manera mediterránea" (mediterranean way). Describieron este estilo de vida como "muy activo físicamente (por la escasa mecanización del agro),[9] frugal, y con una ingestión predominante de productos vegetales y reducida en productos de origen animal". La posterior difusión de sus resultados asimiló el concepto de "estilo mediterráneo" con el de "dieta mediterránea".
Crítica
Esta dieta, tal cual se planteó, nunca ha sido consumida tradicionalmente en ningún país mediterráneo. Los estudios epidemiológicos muestran que el consumo de huevos, por ejemplo, se situaría en torno a los 10 huevos por semana, el consumo de carnes o pescados es diario, y el consumo de helados y otros dulces era comparable al de fruta como postre, etc. Cuando Keys analizó la dieta de Creta en los años 1950, la comida estaba bastante racionada, y quizás en ese tiempo la dieta cotidiana de los cretenses se pareciera más a la que él propuso.
Por otro lado, Keys se apoyó en la imagen de salud proyectada por los países mediterráneos entre los estadounidenses para formular una dieta más racional, pues la dieta norteamericana de su época abusaba del consumo de ciertos productos (carne, huevos y mantequilla) e ignoraba otros (vegetales y pescado). Acabó formulando una dieta en la que predominaban los productos vegetales, complementada con cantidades justas de carne y pescado, que no es realmente la dieta tradicional de ningún país mediterráneo.
Referencias
- ↑ León MT y Castillo MD. 2002. La dieta mediterránea está de moda. Medicina General 49: 902-908.
- ↑ Mackenbach JP. 2007. The Mediterranean diet story illustrates that ‘‘why’’ questions are as important as ‘‘how’’ questions in disease explanation. Journal of Clinical Epidemiology 60(2): 105-109.
- ↑ Serra-Majem Ll, Roman B y Estruch R. 2006. Scientific evidence of Interventions using the mediterranean diet: A systematic review. Nutrition Reviews 64 (Supl 1): S27-S47.
- ↑ Keys A, Mienotti A, Karvonen MJ, Aravanic C, Blackburn H, Buzina R, Djordjevic BS, Dontas AS, Fidanza F, Keys MH, Kromhout D, Nedeljkovic S, Punsar S, Seccareccia F y Toshima H. 1986. The diet and 15-year deaht rate in the Seven Countries Study. American Journal of Epidemiology 124 (6): 903-915.
- ↑ Kromhout D, Menotti A, Ketesloot H y Sanz S. 2002. Prevention of Coronary Heart Disease by diet and lifestyle. Circulation 105(7): 893-898.
- ↑ de Lorgeril M, Salen P, Paillard F, Laporte F, Boucher F y de Leiris J. 2002. Mediterranean diet and the French paradox: Two distinct biogeographic concepts for one consolidated scientific theory on the role of nutrition in coronary heart disease. Cardiovascular Research 54(3): 503–515.
- ↑ Scarmeas N, Stern Y, Mayeux R, Manly JJ Schupf N, Luchsinger JA. 2009. Mediterranean Diet and Mild Cognitive Impairment. Archives of Neurology 66 (2):216-225.
- ↑ Allbaugh LG. 1953. Food and nutrition (chapter 6). En: Crete: A case study of an underdeveloped area. Princeton University Press, Princeton, NJ. pp: 97-135.
- ↑ Kromhout D, Bloemberg B, Seidell JC, Nissinen A y Menotti A. 2001. Physical activity and dietary fiber determine population body fat levels: the Seven Countries Study. International Journal of Obesity 25 (3): 301-306.
Enlaces externos
- Fundación Dieta Mediterránea
- Más información sobre las dietas mediterráneas
- Recetas de dieta mediterránea
- La dieta mediterránea: alimentos, cantidades y frecuencias
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