- Ermita de San José (Torrebaja)
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Ermita de San José (Torrebaja)
La ermita de San José se halla en Los Villares, partida del término municipal de Torrebaja, en la comarca del Rincón de Ademuz, perteneciente a la provincia de Valencia, Comunidad Valenciana, España.
Contenido
Reseña histórica
- La historia de la ermita de san José, y de la zona donde se ubica, está ligada a un antiguo asentamiento humano -pendiente de estudio arqueológico adecuado-, que tenía por nombre Torre del Villar de Orcheta. Sin embargo, aunque las ermitas de Torrebaja ya se mencionan en las Relaciones ad limina de los obispos de Segorbe desde principios del siglo XVII, la primera mención nominal al lugar se halla en el Testamento de don Diego Ruiz de Castellblanque, señor de Torrebaja (1638), quien, al definir las lindes de su mayorazgo, dice: <..., las carrasquillas que están de frente al barranco viejo siguiendo su vertiente hasta la loma que está encima de la hermita de S. José y de allí abajo por la esquina de mi molino harinero,...>.
- Por lo demás, la contrucción responde al concepto de ermita, del latín "eremita", y del griego "eremites", santuario, generalmente pequeño, situado en un lugar yermo, no habitado, fuera de la población.
Camino de la ermita
- Para acceder a la ermita, desde Torrebaja, hay que seguir el camino que cruza el río Ebrón a la altura del complejo polideportivo y Merendero La Ribera, siguiendo en dirección sur: dicho camino discurre entre frondosos campos de cultivo y corresponde al antiguo camino de Ademuz a Teruel, tramo del viejo Camino Real o Nacional del Reino de Valencia al de Aragón por el Rincón de Ademuz.
- Siguiendo dicho camino, cuando éste deja las huertas, para arrimarse al pie del monte conocido como La Loma, encontraremos un enorme edificio, conocido como <Molino de San José> (1887), industria harinera actualmente en desuso. Tras un corto repecho, que discurre entre el paredón que sujeta los huertos abancalados y la acequia del molino, llegaremos a la ermita que buscamos.
- Frente a la misma hay un singular banco circular, basado en ladrillo cocido y cerámica troceada, tipo trescadís -obra neomodernista de un artista local-, en cuyo hueco interior crece un castaño de indias que promete ser frondoso: nos sentamos en el banco y -rodeados de naturaleza y en silencio, podremos contemplar a placer la antigua ermita...
Descripción de la ermita
- Lo más llamativo de la construcción es su estructura achaparrada, con unos contrafuertes laterales que acrecientan el aspecto amazacotado del conjunto. Su cubierta, de teja árabe, vierte a cuatro aguas y se halla coronada en su parte más alta por una humilde espadaña de ladrillo con campanil. El nombre de la campana responde al nombre de <Jesús, María y José>. Carece de marca de fábrica, pero posee un texto en relieve, epigrafía, que dice: <IHS María Joseph/ 1750ca>. La boca del campanil mide 26 cm y tiene un peso de 10 kg. Su yugo es metálico y dada su antigüedad está declarada Bien Histórico y Cultural, por lo que, caso de rotura, hay que soldar.
- La construcción, de facto, está formada por dos elementos: el porche de entrada, que es la parte más llamativa del conjunto, y el ermitorio propiamente, que se halla detrás y en un plano más elevado.
- El pórtico está cubierto por un tejadillo que vierte a tres aguas: en su portada luce un arco de formalete, con unas gruesas paredes laterales, en las que se abren dos vanos arqueados a modo de ventanas. Al entrar en el atrio -cubierto por rodillos de chopo sin desbastar, sujetando el cañizo del tejado- nos topamos con una escalera, cuyos peldaños restaurados nos conducen al interior de la ermita.
- Se accede por una puerta de doble hoja, cada una con su ventana rejada, entre cuyos hierros siempre suelen haber ramitos de flores silvestres, a modo de oraciones ofrecidas por los caminantes y devotos al santo titular. El interior de la ermita es oscuro, casi sombrío, debido a que sólo lo iluminan dos altos ventanucos rejados y la escasa luz proveniente del atrio. Posee planta de trazo rectangular, con suelo de reciente reposición, así como los zócalos laterales. Las pinturas murales que antaño adornaban el presbiterio y sus paredes han desaparecido casi completamente; apenas quedan los trazos de unos altos sillares y un muro almohadillado, expresión de un rústico neoclásico.
- El presbiterio posee un altar exento de obra y en el retablo luce una hornacina con arco, donde se halla la imagen de san José, que porta al Niño Jesús en un brazo y en la mano del otro una rama florida.
- Sin embargo, lo más curioso de la humilde ermita es el envigado del techo, basado en una traviesa central y diversos cuchillos de madera, con pendolón en el medio y tirante recto. Entre la viguería se hallan las tablas de madera sujetando la techumbre: todo ello en madera pintada de oscuro. Las vigas que conforman el ángulo del techo parten de la hilera central y reposan en los estribos laterales, según el clásico sistema mudéjar aragonés tipo par-hilera, componiendo una estructura triangular sencilla y austera, pero recia.
- A finales de los años cincuenta, el periodista valenciano Luis B Lluch Garín (1957), destribe así su interior: "El techo es bonito y de curiosa construcción. Tiene una viga central y varios cuchillos de madera sin tornapuntas y sólo con el pendolón central y el tirante recto. Entre las vigas perpendiculares se alinean las tabicas lisas pintadas de color marrón. Es un envigado sobrio y severo, y la cabecera y los pies de la techumbre forman un plano inclinado de forma triangular con dos vigas en ángulo que arrancan de la central para morir en las esquinas./ La pintura del altar es de estilo bizantino si se examina con buena voluntad, y bajo el arco carpanel de la hornacina destaca una imagen de San José que lleva al Niño Jesús en un brazo y en la mano del otro su vara florida. El frontal del altar es de ladrillo, pero algunos han caído despegándose del yeso por culpa de la humedad".
A modo de epílogo
- La antigua construcción de la ermita ha sido rehabilitada en diversas partes de su estructura -escaleras de acceso, saneamiento de piso, paredes laterales y techumbre- merced a la colaboración vecinal y a la ayuda de la Diputación Provincial de Valencia.
- Habitualmente no posee culto, excepto el día del santo de su advocación -san José, el 19 de marzo- en que se celebra una sencilla eucaristía, con asistencia de la devota feligresía local, visitantes y curiosos, que acceden al lugar en romería, convocados por el inconfundible sonido de su campanil.
- Por su significado historiográfico, vinculado a los orígenes de Torrebaja, la ermita de san José es uno de los lugares más entrañables para los lugareños, hasta el punto que una copla popular, relaciona las dos ermitas existentes en el municipio, san José y san Roque, con los casilicios o pilones y la parroquial, diciendo: <San Antonio está en el río/ y san José en Los Villares,/ santa Marina en la Torre/ y san Roque en Los Pajares...>. No en vano santa Marina de Jerusalén es la copatrona de Torrebaja, junto con san Roque, además de titular de la iglesia parroquial; y, ambos santos protectores, junto con san José -a quien Jesús de Nazaret llamó padre- y san Antonio de Padua y san Antón polarizan la religiosidad de los torrebajenses.
Bibliografía
- LLUCH GARÍN, L B.: La aventura de las gaseosas, en: Ermitas y paisajes de Valencia, Edita Caja de Ahorros de Valencia, Valencia, 1980, tomo I, pp. 510-512.
- SÁNCHEZ GARZÓN, A.: Análisis del testamento de don Diego Ruiz de Castellblanque, señor de Torrebaja (1638), en: Del paisaje (I), alma del Rincón de Ademuz, Valencia, 2007, pp. 341-353. ISBN: 84-931563-4-5
Referencias
Este artículo incorpora material procedente de la página web de la Federación Valenciana de Municipios y Provincias, que mediante una autorización permitió agregar contenido e imágenes y publicarlos bajo licencia GFDL.Categoría: Ermitas de la provincia de Valencia
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