Ernesto Padilla
Nacimiento	5 de enero de 1873  Argentina, Tucumán
Nacionalidad	argentino
Ocupación	abogado, político, intelectual, filántropo
Cónyuge	Elvira Salvatierra
Padres	Josefa Nougués Romero y José Padilla Puente

Ernesto E. Padilla Nougués (1873-1951), abogado, político, intelectual, filántropo y benefactor tucumano que llegó a ser gobernador de su provincia, perteneciente a la "Generación del Centenario".

Nació en Tucumán el 5 de enero de 1873 en la cuna de una familia tradicional, siendo el hijo del industrial azucarero José Padilla Puente y de Josefa Nougués Romero.

Ernesto era una persona de gran nobleza e inteligencia, se graduó de abogado en la Universidad de Buenos Aires con altas distinciones, de regreso a su provincia se dedicó de lleno a la vida pública siendo elegido legislador provincial en 1900 y posteriormente legislador nacional desde 1902 hasta 1906, siendo reeligido en 1911, Gobernador de Tucumán entre 1913 y 1917, volvió al Congreso entre 1918 y 1928, y luego fue Ministro de Educación e Instrucción Pública del Presidente José Félix Uriburu (1930-1932), renunció en 1931.

Su Gobierno

Electo gobernador de Tucumán el 2 de abril de 1913, durante su gobierno realizó obras en materia de vialidad, irrigación, edificación escolar, fundó la Caja Popular de Ahorros, concretó el proyecto de creación de la Universidad Nacional de Tucumán, emprendió lo organización y publicación de archivos, la realización de congresos científicos, la construcción de parques, jardines y monumentos. El 2 de abril de 1917 culminó su gobierno y así también el poder en manos conservadoras, pasando a la Unión Cívica Radical.

Era federalista y siempre criticó el centralismo porteño, desde su posición política siempre apoyó a las provincias del norte y centro

Otras obras

Padilla como legislador provincial y nacional tuvo participación en muchos proyectos, se opuso a la ley de divorcio, intentó obtener fondos para la construcción del ferrocarril a Chile, promovió la creación del monumento al Indio en la Quebrada de Humahuaca desde el Congreso de la Nación, promovió la creación de imprentas y publicaciones provincianas.

Incansable trabajador y apasionado por las tradiciones argentinas de abocó al estudio del folklore como ciencia y manifestación cultural, escribió varias monografías y libros sobre el tema, tales: Cancionero popular I y II; La condición, Huaytiquina; otros libros versan sobre historia y religión: Apuntes sobre geografía histórica de Tucumán; San Francisco Solano en la Argentina; La vida y obra pictórica de Ignacio Baz y la iconografía tucumana. También alentó a su esposa Elvira Salvatierra para que publicara "La Mesa del Hogar. Recetas de Elvira", un completa recopilación de recetas, algunas de ellas centenarias, en un excelente trabajo de recupero cultural.

También apoyó espiritual y materialmente los emprendimientos de Juan Alfonso Carrizo y Orestes Di Lullo cancioneros, y muchos otros.

Puso su capital para resguardar el patrimonio histórico de la provincia: evitó la destrucción de la casa del Obispo José Eusebio Colombres, colaboró con la recuperación de los menhires de Tafí del Valle, incentivó cuanto congreso de folklore se realizaba.

Bibliografía

• Historia de Tucumán, Marta de Ezcurra Aráoz, 1970.
• Folklore del Norte[1]