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Festival de Bayreuth
Realizado anualmente, el Festival de Bayreuth en Bayreuth, Alemania está dedicado a la representación de óperas de la autoría del compositor alemán del siglo XIX, Richard Wagner. El mismo Wagner concibió y promovió la idea de un festival especial para mostrar sus propias obras, en especial la tetralogía (representada en cuatro días) El anillo del nibelungo y Parsifal.
Las representaciones tienen lugar en un teatro diseñado ex profeso para el festival, el Bayreuther Festspielhaus (Teatro de los Festivales de Bayreuth). Wagner supervisó personalmente el diseño y la construcción del teatro, que albergaba numerosas innovaciones arquitectónicas con el fin de dar cabida a las inmensas orquestas para las que Wagner escribió su visión particular de lo que debería ser el montaje.
El festival se ha convertido en un peregrinaje para los entusiastas wagnerianos, que suelen esperar años para conseguir las entradas.
Contenido
Orígenes del festival
Los orígenes del Festival se remontan al interés que el propio Richard Wagner tenía en contar con independencia financiera. El empeoramiento de su relación con su patrón, Luis II de Baviera, le llevó a dejar Múnich, dónde en un principio tenía planeado celebrar el festival. Después se interesó por Núremberg, lugar que habría reforzado la significación de sus obras, como Los maestros cantores de Núremberg. Finalmente, por consejo del director de orquesta Hans Richter, decidió centrarse en Bayreuth, localización que contaba con tres grandes ventajas: en primer lugar, la ciudad disponía de un espléndido escenario: el teatro de Ópera del Margrave construido para el margrave Federico de Brandemburgo-Bayreuth y su mujer Guillermina de Prusia (hermana del rey prusiano Federico el Grande) en 1747. Con su amplio aforo y su excelente acústica, el teatro era ideal para el propósito de Wagner. En segundo lugar, la ciudad de Bayreuth se encontraba fuera de las regiones en las que Wagner ya no disfrutaba del derecho a interpretar sus propias obras, que había vendido en 1864 para aliviar sus problemas financieros. Por último, la ciudad no tenía una vida cultural que pudiese competir con el talento artístico de Wagner. Una vez inaugurado, el festival sería la principal atracción en el desértico entorno cultural de Bayreuth.
En abril de 1870, Wagner y su mujer, Cosima, visitaron Bayreuth, encontrando inadecuada la Ópera del Margrave, que se había construido en 1744 pensando en las orquestas barrocas del siglo XVIII, y no podía acomodar los complejos montajes y las grandes orquestas que requerían las óperas wagnerianas.
Sin embargo, los [[burgomaestre]s se mostraron dispuestos a la construcción de un teatro totalmente nuevo, y se programó la inauguración del festival para 1873. Después de una reunión estéril para financiar el proyecto en la primavera de 1871 con el Canciller alemán, Otto von Bismarck, Wagner se embarcó en una gira para recaudar fondos por toda Alemania.
En un primer momento el público no se mostró muy pródigo. Así, para hacer frente al esfuerzo económico, que incluía la construcción de un nuevo teatro, Wagner siguió el consejo de su amigo y admirador Emil Heckel y promovió la constitución de numerosas sociedades wagnerianas para sufragar el festival. Entre otros lugares se formaron sociedades en Leipzig, Berlín y Viena.
A pesar del atractivo de las sociedades, basado en el rol de Wagner como compositor del nuevo Imperio Alemán, las sociedades y otras fuentes de financiación no alcanzaron los fondos necesarios para finales de 1872. Wagner decidió entonces tratar de nuevo con Bismarck en agosto de 1873, siéndole de nuevo denegados los fondos.
Desesperado, Wagner se dirigió a su antiguo patrón, Luis II de Baviera, quién finalmente accedió a prestarle apoyo financiero. En enero de 1874 comenzó la construcción del teatro diseñado por Gottfried Semper. El debut planeado para 1875 tuvo que posponerse un año debido a la construcción del teatro y otros retrasos.
Historia temprana del festival
Desde su inauguración en 1876, el festival de Bayreuth se convirtió en todo un acontecimiento sociocultural. Asistieron al festival jefes de estado como el Kaiser Guillermo I, Pedro II de Brasil, Luis II (en secreto, probablemente para evitar al Kaiser) y miembros de la nobleza, además del filósofo Friedrich Nietzsche; y grandes compositores contemporáneos de su director como Anton Bruckner, Edvard Grieg, Piotr Chaikovski, Camille Saint-Saëns y Franz Liszt.
En el plano artístico, el festival fue un éxito rotundo. «Lo que ha acontecido en Bayreuth es algo que nuestros nietos y sus hijos seguirán recordando», escribió Chaikovsky en calidad de corresponsal ruso. Sin embargo el aspecto financiero era desastroso, y el festival no empezó a obtener beneficios hasta bastantes años después de su inauguración. Wagner se vio obligado a celebrar el festival un segundo año consecutivo y viajó a Londres para dirigir una serie de conciertos tratando de paliar el déficit. A pesar de los problemas económicos durante los primeros años, el festival pudo seguir celebrándose gracias a subvenciones estatales y donaciones de influyentes wagnerianos, incluido Luis II.
Desde sus comienzos, el festival atrajo a los más reputados solistas y directores, que en muchas ocasiones prestaron sus servicios gratis. Entre estos estaba Hans Richter, que dirigió el primer ciclo del Anillo en 1876. Otro fue Hermann Levi, personalmente elegido por Wagner para dirigir el debut de Parsifal en 1882. Levi, hijo de un rabino, se convirtió en el principal director del festival las siguientes dos décadas. Felix Mottl, que participó en Bayreuth de 1876 a 1901, dirigió Tristán e Isolda en 1886.
Hasta la década de 1920, las representaciones del festival se ejecutaban estrictamente de acuerdo a la tradición establecida bajo el mecenazgo de Luis II. No se suprimió ni una nota de las largas óperas wagnerianas. Wagner solía insistir en utilizar animales vivos en el escenario en las partes de sus óperas que los mencionaban, tradición que continuó su esposa Cosima Wagner. De esa manera, el público vio desfilar por el escenario los rebaños de ovejas de Fricka, los cuervos de Wotan y el oso y la rana de Sigfrido. Las Hijas del Rin oscilaban en el aire, mientras Wagner dirigía, gracias a unos cables camuflados como «aguas» azulverdosas que caían del techo del montaje.
El festival durante el Tercer Reich
En la década de 1920, Winifred Wagner (que dirigió el festival tras la muerte de su marido Siegfried Wagner en 1930) se convirtió en fanática seguidora y amiga cercana de Adolf Hitler. Gracias a esta amistad, el festival mantuvo su independencia artística durante el Tercer Reich, mientras que otros teatros fueron políticamente instrumentalizados. Irónicamente, Hitler asistió a representaciones que incluían a cantantes judíos y extranjeros, mucho después de que se les prohibiera actuar en todos los teatros germanos. La influencia de Winifred sirvió incluso para que Hitler escribiese (a petición de ella) al director anti-fascista italiano Arturo Toscanini, pidiéndole dirigir el festival, a lo cual Toscanini se negó. De 1933 a 1942 los directores fueron casi siempre Karl Elmendorff y Hermann Abendroth.
Precisamente durante el Tercer Reich el festival rompió con la tradición por primera vez, abandonando las deterioradas composiciones del siglo XIX ideadas por Wagner. Hubo muchas protestas, también de prestigiosos directores como Toscanini y Richard Strauss y de familiares del mismo Richard Wagner. Para muchos, cualquier cambio era una profanación de la herencia dejada por «el Maestro» (Wagner). A pesar de todo, Hitler aprobó los cambios, facilitando el camino a posteriores innovaciones que se darían en las próximas décadas.
Durante la guerra, el control del festival pasó al partido nazi, que continuó programando óperas, destinadas a soldados heridos a su vuelta del frente. Los soldados se veían obligados a escuchar conferencias previas a las representaciones, y muchos encontraban el festival aburrido. Debido a su condición de «huéspedes del Führer», no hubo quejas.
El «Nuevo Bayreuth»
Durante la Segunda Guerra Mundial, los bombardeos aliados destruyeron alrededor de dos tercios de Bayreuth, aunque afortunadamente el teatro quedó intacto. Al terminar la guerra, Winifred Wagner se vio obligada a dejar la dirección del festival acusada de colaboracionismo con el partido y el régimen nazi. Los activos del Festival de Bayreuth y su dirección recayeron en sus dos hijos, Wolfgang y Wieland. Las representaciones se reanudaron en 1951 después de un periodo en el que sirvió de teatro para soldados norteamericanos.
Bajo la dirección de Wieland Wagner, el «Nuevo Bayreuth» se envolvió en una nueva era, revolucionaria en muchos aspectos. Quedaron atrás todos los elaborados decorados naturalistas, que dejaron paso a nuevos montajes de corte minimalista. En comparación, los cambios de entreguerras parecían insípidos y convencionales. Por primera vez en su historia, el público abucheó al finalizar las representaciones. Wieland fue especialmente criticado por la producción de Los maestros cantores de Núremberg de 1956. Muchos críticos conservadores lo vieron como una humillación de lo que era «sacra tradición germánica».
Wieland defendía los cambios como un intento de crear un «escenario invisible» que permitiría a la audiencia experimentar todos los aspectos psicosociales del drama sin las distracciones de los elaborados decorados. También se ha especulado con que desnudando las obras de Wagner de sus elementos históricos y germánicos, Wieland intentaba distanciar el festival de su pasado nacionalista y crear nuevas producciones con un atractivo universal. Con el tiempo, muchos críticos llegaron a apreciar la belleza única de las reinterpretaciones que Wieland hizo de las obras de su abuelo.
Las innovaciones de Wieland dieron lugar a comparaciones con las que en su día introdujo su hermano Wolfgang, que fueron unánimemente tachadas de poco inspiradas por la crítica. Si las de Wieland eran radicales, las de Wolfgang eran «regresivas». Aunque minimalista en principio, los montajes de Wieland resucitaron muchos de los elementos románticos y naturalistas de las producciones pretéritas. Así, la prematura muerte de Wieland en 1966, dejó a muchos con dudas sobre el futuro del festival. Se empezó a cuestionar la hegemonía de Bayreuth sobre el resto de óperas alemanas, y se llegó a sugerir que se trasladaran producciones nuevas y más interesantes a otras ciudades.
El «Nuevo Bayreuth» fue una época que brilló especialmente por un alto nivel canoro y de dirección musical nunca visto, con directores de la talla de Hans Knappertsbusch, Wolfgang Sawallisch, André Cluytens, Clemens Krauss, Joseph Keilberth o Herbert von Karajan y cantantes épicos como Wolfgang Windgassen, Jon Vickers, Astrid Varnay, Birgit Nilsson, Martha Modl, Hans Hotter, Gustav Neidlinger, Hermann Uhde, George London, Josef Greindl, la francesa Régine Crespin y la afroamericana Grace Bumbry.
En 1973, superado por abrumadores críticas y disputas familiares, el festival y sus activos fueron transferidos a una recién creada Fundación Richard Wagner, cuyo consejo de dirección incluía a miembros de la familia Wagner además de otros nombrados por el estado. Wolfgang Wagner conservó la presidencia de la administración; su idoneidad para el cargo nunca ha sido cuestionada.
Werkstatt Bayreuth
Mientras Wolfgang Wagner continuaba administrando el festival, a principios de los setenta, la producción de las obras pasó a manos de una serie de nuevos directores, que Wolfgang bautizó como Werkstatt Bayreuth ('El taller de Bayreuth'). La idea era convertir el festival en un laboratorio de opera, dando la oportunidad a los directores de experimentar con nuevos métodos de representación. El cambio vino impuesto por la necesidad, ya que era imposible para Wolfgang administrar y dirigir el Festival simultáneamente. Además, era una oportunidad para renovarse con cada producción, en lugar de seguir representando las mismas óperas a la manera tradicional año tras año. Ingmar Bergman, que produjo una versión sueca del clásico de Mozart, Die Zauberflöte (La flauta mágica), rechazó una invitación para dirigir el festival.
La producción más exitosa del Werkstatt Bayreuth fue el Ciclo centenario del Anillo, bajo la dirección del francés Patrice Chéreau. Chéreau utilizó un montaje del siglo XIX renovado, siguiendo la interpretación de George Bernard Shaw, que veía el Anillo como una obra de carácter social sobre la explotación de la clase obrera por los ricos capitalistas del siglo XIX. La audiencia se vio dividida entre aquellos que consideraron la obra una ofensa y aquellos que la consideraron como el mejor ciclo de el Anillo jamás producido. La polémica no tenía precedentes en la historia del festival. Las actuaciones por el contrario, fueron aclamadas como una de las mejores jamás vistas en la historia de la ópera.
Otros grandes directores que participaron en el Werkstatt Bayreuth fueron Jean Pierre Ponnelle de la Ópera de París, Sir Peter Hall de la Royal Shakespeare Company y la pareja formada por Götz Friedrich y Harry Kupfer, ambos de la Ópera Estatal de Berlín en la antigua RDA. Finalmente, la decisión de Wolfgang de rejuvenecer Bayreuth con directores experimentales ha restablecido sin duda la reputación del festival como el líder mundial en la ópera wagneriana.
Bayreuth en el nuevo siglo
El festival sigue bajo la dirección de Wolfgang Wagner, que no renunció a ello a pesar del apoyo de los 21 miembros del Consejo de directores a su primogénita Eva Wagner-Pasquier en 2001. Wagner planea traspasar la dirección a su segunda hija, Katharina, y a su segunda mujer, Gudrun.
A pesar de las luchas internas por su control, el festival sigue atrayendo miles de visitantes cada verano. La demanda (unas 500.000 peticiones) supera con creces la oferta (60.000 entradas); el tiempo de espera es de entre 5 y 10 años, con ciertas excepciones para donantes del Festival, patronos famosos del mismo y entusiastas del «Maestro».
La producción de El Anillo se renueva cada 5/7 años, siguiendo un año en el que no se representa. Los años en los que representa El Anillo, se le acompaña de otras tres óperas, en los que no, se representan hasta cinco óperas.
Entre los grandes éxitos de Bayreuth en el siglo XXI cabe destacar:
- Los maestros cantores de Núremberg (2000-2002), con dirección musical de Christian Thielemann, en la producción de Wolfgang Wagner, con Robert Hall (Sachs), Robert-Dean Smith (Walther) y Emily Magee (Eva).
- Lohengrin (2002-2003), dirigido por Andrew Davis, en la producción de Keith Warner, con Peter Seiffert (Lohengrin), Petra-Maria Schnitzer (Elsa), John Wegner (Telramund) y Judit Nemeth (Ortrud).
- Tannhäuser (2002-2005), con dirección musical de Christian Thielemann y producción de Philippe Arlaud, con Stephen Gould (Tännhauser), Ricarda Merbeth (Elisabeth) y Roman Trekel (Wolfram).
- Tristan e Isolda (2006, 2008, 2009), con dirección musical de Peter Schneider, en la producción de Christoph Marthaler, con Robert-Dean Smith (Tristan), Nina Stemme (Isolda) y Kwangchul Youn (Rey Marque).
- El anillo del nibelungo (2006-2010), con dirección musical de Christian Thielemann en la producción de Tankred Dorst, con Albert Dohmen (Wotan), Andrew Shore (Alberich), Gerhard Siegel (Mime), Adrianne Pieczonka (Sieglinde), Stephen Gould y Christian Franz (Siegfried), Linda Watson (Brünnhilde), Kwangchul Youn (Fasolt/Hunding) y Hans-Peter König (Fafner/Hagen).
Referencias
- Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Festival de Bayreuth.
- www.wagnermania.com
- El Festspielhaus de Bayreuth. Los años del III Reich
- Bayreuth Festival (en alemán e inglés)
- Guía de compra de entradas para el Festival de Bayreuth
- Wolfgang Wagner video clip mostrando el teatro del festival
Categorías: Festivales de música clásica | Ópera de Alemania | Teatros de ópera de Alemania | Richard Wagner
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