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Finlandización
El término de finlandización (en alemán, Finnlandisierung; en inglés: finlandization) fue acuñado por los medios de comunicación occidentales durante la guerra fría para describir la política de neutralidad ejercida por Finlandia. En opinión de dichos medios y los ámbitos de la política internacional que propagaban este término, ese país nórdico, aun estando situada al oeste de la cortina de acero, evitaba la toma de postura en los asuntos que pudieran irritar a la Unión Soviética, lo cual, en la práctica, tuvo como consecuencia la reducción de la soberanía política del país. Según esta interpretación, Finlandia, y en menor medida Austria, pertenecían, en muchos casos, al ámbito de la influencia soviética, a pesar de conservar su sistema de democracia occidental y no estar ocupadas por la fuerzas soviéticas como los países al este del telón de acero.
Los primeros en emplear este término fueron los políticos alemanes que tenían miedo de que el desequilibrio de las fuerzas a favor del Pacto de Varsovia permitiera a la Unión Soviética ejercer una tutela sobre la República Federal de Alemania al estilo finlandés. El concepto fue recuperado por la OTAN, para justificar una mayor presencia estadounidense en Alemania y el despliegue de los misiles Pershing en este país.
En Finlandia, por su parte, el término ha sido muy controvertido y no hay unanimidad sobre el grado de "finlandización" del país durante la guerra fría, es decir, si se trataba solamente de una política realista cuya finalidad era salvaguardar la independencia y el bienestar del país o, en cambio, si se trataba de una actitud demasiado servil por parte de los dirigentes políticos en favorecer los intereses de la Unión Soviética. Según la primera postura, el uso de este término con sentido negativo se ha visto, por parte de muchos finlandeses, como fruto de incomprensión de la historia, la realidad y la situación geopolítica del país y, según la postura opuesta, hay voces de crítica que acusan a la clase dirigente de aquel entonces de haber hecho reverencias, más de lo debido, hacia Moscú, y de haber dado la espalda a occidente en demasiadas ocasiones.
Según la doctrina oficial de la política exterior de Finlandia durante la guerra fría, Finlandia se denominaba un país que ejercía una política de neutralidad respecto a los bloques llamados capitalista y comunista. Cabe señalar, a este respecto, que durante toda la guerra fría los ciudadanos finlandeses no estuvieron sujetos a ninguna restricción de libertades, es decir, podían viajar libremente al extranjero y disfrutaban de todas las libertades democráticas, entre ellas la libertad de opinión. No obstante, hoy en día se considera que en algunos aspectos de la política interna la "finlandización", aunque en el país no se usaba este término, se manifestaba en forma de autocensura sobre todo por parte de los dirigentes políticos en cuanto a lo que decían y lo que callaban sobre la Unión Soviética. Además, había políticos que, en la política interior, usaban la llamada "carta de Moscú" contra sus adversarios políticos, es decir, acusaban a éstos de poner en peligro las buenas relaciones de amistad entre los países vecinos.
En Finlandia, esta política exterior se conocía por el nombre de doctrina de Paasikivi-Kekkonen, bautizada según dos presidentes de la postguerra, cuya piedra angular era, en palabras del presidente Paasikivi, tener en cuenta la situación geopolítica del país. Según esta visión, Finlandia debía abstenerse de irritar a la Unión Soviética, porque era una actitud realista en una situación en que el país, después de haberse enfrentado durante el siglo XX en tres guerras con su poderoso vecino del este, se había salvado por los pelos, había evitado la ocupación soviética y había conservado su independencia.
La "doctrina de Paasikivi-Kekkonen" se plasmó, principalmente, en el Tratado de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua, el cual se firmó en Moscú el 6 de abril de 1948 entre Finlandia y la Unión Soviética, y fue derogado en enero de 1992. La interpretación de las cláusulas de este tratado en algunos ámbitos del mundo occidental hizo que se considerara que Finlandia estuviese ligada al sistema de defensa de la Unión Soviética. No obstante, en la materia de defensa, las obligaciones de Finlandia se limitaban a la defensa de su propio territorio nacional aunque, eso sí, en el caso de que fuera necesario y previa consulta entre las partes contratantes, en colaboración con la Unión Soviética. Cabe observar, además, que las cláusulas contractuales reconocían el carácter independiente de Finlandia, la cual, como un país soberano tenía la obligación de defender su territorio de ataques exteriores. En el caso de que se recurriese a la asistencia mutua, debían cumplirse ciertos requisitos, es decir, una amenaza concreta seguida de negociaciones entre las partes contratantes, o sea que las acciones no hubieran sido automáticas. En el artículo primero se mencionaba, concretamente, un ataque al territorio finlandés, o al territorio soviético a través de Finlandia, por parte de Alemania o sus aliados.
La cláusula de asistencia, sin embargo, nunca fue puesta en la práctica. Una vez, en octubre de 1961, la Unión Soviética, aparentemente preocupada por la tensa situación internacional, propuso desarrollar consultas entre los países, pero las tensiones fueron disipadas en las negociaciones entre el presidente Kekkonen y el mandatario ruso.
Después de la guerra fría, el término finlandización parece haber seguido un desarrollo independiente de su origen etimológico y se aplica para describir una situación en que la soberanía política, según los sectores de crítica que usan el término, se ve reducida a causa de las presiones por parte de un poder exterior, sea otro país, entidad u organización.[cita requerida]
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