- Fosfatidilcolina
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La fosfatidilcolina o polienilfosfatidilcolina (también llamada lecitina) es un fosfolípido que, junto con las sales biliares, ayuda a la solubilización de los ácidos biliares en la bilis. [1] Es el componente más abundante de la fracción fosfatídica que puede extraerse tanto de yema de huevo (en griego λεκιθος, lekithos), como de gramos de soja mediante extracción mecánica, o química usando hexano.
La fosfatidilcolina es uno de los principales constituyentes de las bicapas lipídicas de las membranas celulares. Además es un componente de mayor relevancia en la lecitina, y en algunos contextos, los términos se usan como sinónimos. Sin embargo, el extracto de lecitina esta constituido por una mezcla de fosfatidilcolina y otros compuestos.[1]
Contenido
Estructura química
La fosfatidilcolina contiene mayoritariamente ácido palmítico o ácido esteárico en la posición del C-1 y principalmente los ácidos grasos insaturados de 18 carbonos oleico, linoleico o linolénico en la posición de C-2; también participa en la esterificación del colesterol de las lipoproteínas del alta densidad (HDL, de sus siglas en inglés o LAD, en español), gracias a la acción de la enzima LCAT que convierten al colesterol en éster de colesterol al mismo tiempo en que la fosfatidilcolina es modificada a lisofosfatidilcolina.[1] [2]
La fosfolipasa D cataliza la hidrólisis de fosfatidilcolina a ácido fosfatídico, liberando la colina soluble en el citosol que puede ser usada para generar triacilgliceroles o diferentes lípidos de membrana.[1]
Producción
La fosfatidilcolina o lecitina es producida de forma natural por el hígado y se puede obtener de ciertos productos alimenticios, principalmente del sésamo, la soja y la yema del huevo.
La bilis es una sustancia de color verde sintetizada por el higado y vertida al intestino delgado a través de un conducto denominado colédoco. Tiene una gran importancia en la digestión ya que se encarga de emulsionar los lípidos (grasas) que ingerimos en la dieta. Está formada por colesterol, bilirrubina y lecitina entre otras sustancias. La lecitina es un componente fundamental de la bilis porque tiene un gran poder emulsionante, es decir, actúa como un detergente con las grasas.[1]
Beneficios para la salud
Este nutriente ayuda a proteger los órganos y las arterias de la acumulación de grasa, mejora el funcionamiento del cerebro y facilita la absorción de algunas vitaminas del complejo B y de la vitamina A. Promueve la reducción de los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre.[cita requerida]
A grandes rasgos, las propiedades de la lecitina hacen apropiado su uso en regímenes de adelgazamiento ya que ayuda a movilizar los depósitos de grasas en el organismo, para facilitar la digestión ya que acelera y mejora la absorción intestinal, para proteger el hígado, disminuir el nivel de colesterol y facilitar la circulación sanguínea. Mejora los procesos de aprendizaje, e incrementa la memoria. Ayuda a mejorar la capacidad intelectual, así como la agilidad mental.[cita requerida]
La fosfatidilcolina de la lecitina, importante en la formación y mantenimiento de neurotransmisores cerebrales entre las neuronas. Proporciona fósforo orgánico de forma directamente asimilable, por lo que se aconseja a los que padecen cualquier tipo de estrés, falta de memoria y agotamiento físico y mental.[cita requerida]
En pruebas realizadas a estudiantes, la ingesta de 25 gramos de fosfatidilcolina demostró una mejora en la memoria explícita 90 minutos después de la toma, con un mayor impacto en los estudiantes más rezagados (Clinical Neuropharmacology 1993; 16: 540).[cita requerida]
El hecho de que la leche materna contiene una concentración 100 veces superior de colina (principal componente de la lecitina) a la de la propia sangre de la madre sugiere un papel fundamental de esta molécula en el desarrollo del cerebro del niño.
Se ha demostrado que dietas deficientes en colina producen cáncer en animales de experimentación en ausencia de ningún carcinógeno, y esta deficiencia aumenta la carcinogénesis en presencia de un carcinógeno hepático.[cita requerida]
Al igual que con las sales biliares, un nivel bajo de lecitina en el cuerpo puede ser un factor causal en la formación de cálculos biliares. Las sales biliares y la lecitina reducen la saturación de colesterol en la bilis que lleva a la formación de cálculos. Los estudios han demostrado que la suplementación oral con lecitina, se traduce en mayores concentraciones en la bilis. Desafortunadamente, los estudios no han demostrado que los suplementos solamente de lecitina tenga un efecto significativo sobre la disolución de cálculos biliares. la lecitina puede, sin embargo, ser beneficiosa en la prevención.[2]
Referencias
adca
Enlaces externos
Categorías:- Transducción de señales
- Fosfolípidos
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