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Francisco de Villagra
Francisco de Villagra Velázquez (Santervás de Campos, 1511 - Concepción, 22 de julio de 1563), fue un conquistador español y gobernador de Chile en tres oportunidades (1547-49, 1553-57 y 1561-63).
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Antes de Chile
Fue hijo natural de Álvaro de Sarría y de Ana Velázquez de Villagra. Al llegar a América, se dirigió al Perú en donde planeó, junto al capitán Alonso de Mesa, un intento de liberación de Diego de Almagro, prisionero de los Pizarro. Descubierto su intento, fue condenado a muerte, pero Hernando Pizarro le salvó la vida.
Compañero de Valdivia
Llegó a Chile cuando Pedro de Valdivia dispuso la conquista de esa región. Estuvo presente en la fundación de Santiago en 1541, ocupó diversos puestos en el gobierno de la ciudad, y le tocó defenderla del asalto del cacique Michimalonco en septiembre del mismo año.
Cuando Valdivia decidió viajar al Perú en busca de refuerzos (1548), el conquistador le encargó a Villagra el gobierno interino. Al empezar su mandato descubrió una conspiración dirigida por Pedro Sánchez de la Hoz, que ya había intentado apoderarse del gobierno en oportunidades anteriores, pero que Valdivia había perdonado por sus posibles influencias en la corte. Villagra no fue tan benevolente, y lo castigó con la pena máxima, no dándole tiempo siquiera para confesarse.
Esta muerte le causaría problemas a Valdivia, realizándose un juicio contra él por esta y otras irregularidades, de las que se libró, trayendo además en su poder la designación del virrey como gobernador.
En 1551 fue enviado al Perú a reclutar los hombres necesarios para las campañas en el sur contra los mapuches, regresando para intervenir en ellas. El mismo año participó además, al mando de una expedición, en la exploración de la región de Cuyo, considerándosele el primer español en recorrer esta zona, donde pocos años después se fundaría la ciudad de Mendoza.
Gobernador interino
Valdivia murió en la Batalla de Tucapel, el 25 de diciembre de 1553. En su testamento, que sólo se debía abrir a su muerte, nombraba gobernador de Chile en primer lugar a Jerónimo de Alderete, en segundo a Francisco de Aguirre y por último a Villagra. Alderete se encontraba en España negociando el reconocimiento del cargo de Valdivia por el rey, y Aguirre en la conquista de Tucumán. Las ciudades del sur proclamaron entonces a Villagra como gobernador.
No pasó lo mismo en Santiago en donde no se abrió el testamento de Valdivia y se proclamó gobernador a Rodrigo de Quiroga.
Villagra intentó detener la rebelión indígena, que tenía como cabeza a Lautaro, pero al enfrentarse en la Batalla de Marigueñu (26 de febrero) sufrió una terrible derrota, teniendo a la mitad de sus soldados muertos y sufriendo el despoblamiento y la destrucción de Concepción.
Llegado a Santiago para arreglar su situación, se obligó a Quiroga a dejar su mando. Pero el hijo de Aguirre le comunicó a su padre los acontecimientos y su designación del segundo lugar en el testamento, por lo que regresó a Chile y se entabló una pelea entre los dos capitanes, del que salió mejor parado Villagra, producto del poco apoyo que tenía su rival.
La Guerra de Arauco seguía por mientras su rumbo, y Lautaro vuelve a vencer a los españoles en Angol y en la refundada Concepción. Villagra marcha al sur, y logra introducirse con sus hombres por sorpresa en el campamento mapuche, matando a Lautaro y venciendo a los araucanos en la Batalla de Mataquito (1 de abril de 1557).
Exilio en Lima
Cuando triunfaba en Peteroa llegó el nuevo gobernador designado por el virrey Andrés Hurtado de Mendoza, quien era nada menos que su hijo don García. Entre las primeras acciones del nuevo gobernador, se tomó presos a Aguirre y a Villagra, a pesar de que se habían portado muy corteses frente a él.
Al abordar el barco que los llevaría al Perú, la leyenda pone en la boca de Villagra las siguientes palabras: “Mire vuestra merced, señor general, lo que son las cosas del mundo, que ayer no cabíamos los dos en un reino tan grande y que hoy nos hace don García caber en una tabla”.
Enviado a Lima para ser sometido a juicio por su actuación, la sentencia le fue favorable y se ganó la confianza de muchos, que veían en su detención un acto de arbitrariedad del hijo del virrey.
Años después, fue nombrado por el Rey sucesor de Hurtado de Mendoza, cargo que empezó a cumplir desde 1561.
Último gobierno y muerte
Su gobierno se inició con una demostración de su eterna mala estrella, ya que el barco en que venía trajo la viruela a Chile, brotando una desastrosa epidemia en Valparaíso y Santiago, pero que también afectó con aún mayor gravedad a los mapuches y perdieron entre la quinta y cuarta parte de su población.
Al iniciar su mandato, reorganizó la reglamentación del trabajo en las minas y anuló las encomiendas que García Hurtado de Mendoza había entregado a sus amigos y compañeros, lo que le originó nuevas protestas.
Organizó una nueva expedición, pero su cuerpo cansado de tantas batallas cayó irremediablemente enfermo, teniendo que ser trasladado en camilla a los sitios de batalla. Sufrió en esta guerra, además, la muerte de su hijo Pedro de Villagra el mozo, lo cual empeoró su condición mental y física.
Designó para la continuación de la campaña a su primo Pedro de Villagra, dándole posteriormente también el título de gobernador interino, gracias a una facultad entregada por el virrey. Murió dos días después, el 22 de julio de 1563, y acorde a sus deseos, fue enterrado con el hábito franciscano.
Precedido por:
Pedro de Valdivia
1549-1553
Gobernador del Reino de Chile
1553-1557
Sucedido por:
García Hurtado de Mendoza
1557-1561Precedido por:
García Hurtado de Mendoza
1557-1561
Gobernador del Reino de Chile
1561-1563
Sucedido por:
Pedro de Villagra
1563-1565Categorías: Nacidos en 1511 | Fallecidos en 1563 | Generales de España del siglo XVI | Conquistadores españoles de Chile | Gobernadores del Reino de Chile | Militares de Castilla y León | Vallisoletanos
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