- Genética del comportamiento
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A lo largo de la historia se ha tratado de encontrar una explicación al comportamiento. En esta búsqueda surgió la llamada Genética del comportamiento que trata de explicar en qué medida actúan los genes en la conducta animal (incluido el hombre). Mediante el estudio de ésta se puede valorar que otros aspectos más o menos importantes pueden actuar sobre el comportamiento y ver hasta qué punto los genes afectan directa o indirectamente, en definitiva, ver que indicios hay de que el comportamiento tenga una base biológica.
Contenido
Definición de comportamiento
Para poder explicar algo tan complejo como es la genética aplicada al comportamiento necesitamos saber qué es lo que se entiende por “comportamiento” ya que se trata de un concepto un abstracto y difuso. El comportamiento abarca muchos más campos de los que nos podamos imaginar.
Videntes, profetas, y los astrólogos de la antigüedad han tratado de predecir el comportamiento. Escritores como Shakespeare y Jane Austen han tratado de describirlo. Freud, Jung, psiquiatras y otros han buscado la forma de explicarlo. Sin embargo, gran parte de la conducta sigue siendo un misterio .Por ello muchos científicos eligen estudiar el comportamiento. Todos los organismos vivos, se comportan: animales, insectos y amebas unicelulares. Incluso se comportan las plantas. Por ejemplo cuando una planta convierte sus hojas hacia la fuente de luz, se está comportando. Lo contrario también es cierto: cosas que no están vivas no se comportan. Rocas, océanos y planetas no se comportan.
Los comportamientos son las acciones que una criatura hace, en su conjunto, en respuesta al mundo que hay a su alrededor. Por ejemplo cuando un niño persigue un balón, se trata de un comportamiento.
Comportamientos son también las respuestas globales a estímulos desde el interior del cuerpo. Por ejemplo cuando una persona se siente agitada tras tomar una taza de café.
Sobre todo, pensamos en el comportamiento como algo consciente, como cuando se decide hacer algo. Sin embargo, el comportamiento también puede ser inconsciente, automático, o instintivo. Por ejemplo hablar en un sueño es un comportamiento, la mente responde a los acontecimientos sin nuestro consentimiento, un estornudo es un comportamiento, porque es la respuesta del organismo.
Manifestaciones físicas de la mayoría de las enfermedades son comportamientos también. Por ejemplo cuando un hombre tiene una crisis epiléptica o cuando una mujer con diabetes incontrolada cae inconsciente, muestran el comportamiento a pesar del hecho de que no se encuentran en control consciente de sus acciones.
Algunos comportamientos son uniformes en toda una especie, tales como la forma que tienen de hibernar en invierno. Otros comportamientos son únicos para una persona individual. Muchos de los comportamientos son exclusivos de un determinado ser en una ocasión.
Formas de comportamiento
Las acciones son un subconjunto de comportamientos, emociones y estados de ánimo. Esto no es evidente. Una persona puede estar enojada, sin que sea necesario hacer algo físico como golpes o gritar. Sin embargo, la ira se considera que es una respuesta a los estímulos.
Una enfermedad mental pertenece a la categoría de comportamiento, aunque esto puede no parecer obvio, tampoco. La depresión no parece ser la respuesta de una persona al mundo, sino un estado emocional que desciende. De la misma manera hay una prueba o una serie de pruebas que explica porque una persona desarrolla esquizofrenia. Sin embargo, los científicos creen que las enfermedades mentales surgen en respuesta a una serie de acontecimientos dentro y fuera del cuerpo.
Otro no tan evidente al respecto, la personalidad es comportamiento. Esto tiene sentido si se considera que la personalidad es la suma total de características físicas, mentales, emocionales y sociales que distinguen a esa persona de todo el mundo. Las pautas de comportamiento nos llevan a referirnos a las personas como dóciles y dulces o bruscas y desagradables. Y, sin embargo, normalmente la persona tranquila a veces es muy ruidosa y generalmente al margen individual pueden a veces ser muy sociables, porque el comportamiento siempre depende del contexto.
Desde el estado de ánimo a la personalidad se dividen en categoría de comportamiento. El tipo de pensamiento que implica conocer el comportamiento y la percepción se llama inteligencia o la cognición.
Genética del comportamiento
¿Qué es?
Cuando hablamos de genes-comportamiento estamos hablando de una relación bastante compleja puesto que no solo los genes afectan directamente a las conductas animales y humanas sino muchos más factores externos, por ello es importante encontrar el límite de la intervención de los genes en este aspecto.
La información genética se transmite de generación en generación por tanto se observa una transmisión del comportamiento de padres a hijos, es decir, no todo el comportamiento es aprendido. Los investigadores en el campo de la conducta estudian la variación genética en el comportamiento como es afectado por los genes, que son las unidades de la herencia transmitida de padres a la descendencia.
Pero se sabe que los genes por si mismos no controlan el comportamiento. Los genes permiten que los organismos respondan y usen lo que está a su alrededor en su medio ambiente. Al mismo tiempo, los entornos influyen en las acciones de los genes.
Lamentablemente, el término “medio ambiente” a menudo lleva a confusión ya que tiene un significado diferente en la genética del comportamiento que el que habitualmente viene a la mente. Como un término ecológico, el medio ambiente significa el mundo físico. Como expresión genética, el medio ambiente significa todo lo que influye sobre los factores heredables. He aquí una breve lista de algunos de los factores medioambientales que en mayor o menor grado afectan a otro comportamiento: la familia y amigos, el hogar y el lugar de trabajo, y experiencias específicas de la vida cotidiana. Estos son aspectos externos, del mundo social. Otros factores ambientales pertenecen al interior, al mundo biológico: los nutrientes, hormonas, virus, bacterias, toxinas, y otros productos que afectan al cuerpo durante el desarrollo prenatal y en toda la vida.
Las personas que trabajan en el ámbito de la genética del comportamiento, están de acuerdo en que los genes y el medio ambiente son esenciales, y, factores interdependientes en el comportamiento. El campo de la genética del comportamiento se llama, no porque se piense que los genes son más importantes que los entornos, sino porque los genes se usan como herramientas de investigación para resolver los factores que contribuyen a la variación en el comportamiento.
Los investigadores estudian la genética del comportamiento en todos los tipos de formas de vida: simples y complejos; desde gusanos y moscas de la fruta (Drosophila melanogaster) hasta los chimpancés y los seres humanos. Este estudio se superpone y completa con ayuda de otros campos como son la biología, psicología, fisiología, medicina, genética, la ciencia evolutiva y la neurociencia, por nombrar unos pocos. El particular interés de los genetistas conductuales se encuentra en lo que hace que los miembros de una especie (sobre todo la especie humana) difieran en su comportamiento, prestando especial atención a temas de importancia social considerable como son: los trastornos del estado de ánimo, la impulsividad, y la inteligencia.
La genética del comportamiento humano, es un campo relativamente nuevo, que trata de entender la genética y el medio ambiente, pero esto no es una tarea fácil por las siguientes razones:
- Es difícil definir la conducta en cuestión. La inteligencia es un ejemplo clásico. ¿Es la inteligencia la capacidad para resolver un determinado tipo de problema?¿la capacidad para hacer el camino con éxito en el mundo?¿la capacidad de tener una buena puntación en un test de coeficiente intelectual?.
Se han hecho investigaciones en las que se mejoró la capacidad de los ratones para aprender mediante la inserción de un gen que codifica para una proteína en las células del cerebro que se sabe que están asociadas con la memoria. No hay un acuerdo universal sobre la definición de inteligencia, incluso entre aquellos que la estudian.
- Se debe medir el comportamiento con grados aceptables de validez y fiabilidad. Esto es especialmente difícil para los rasgos de personalidad, tales como la timidez o la asertividad, que son objeto de muchas investigaciones en curso. A veces hay una interesante fusión de definición y medición, como en el caso de pruebas de coeficiente intelectual, cuando la misma calificación en las pruebas ha llegado a definir el rasgo que mide. Un alto promedio puede indicar la capacidad, pero no define la esencia de la característica.
- Los comportamientos, al igual que todos los rasgos complejos, involucran a múltiples genes, una realidad que complica la búsqueda de contribuciones genéticas.
- Los estudios de los genes y el comportamiento requieren un análisis y comparación de las poblaciones que tienen el rasgo en cuestión con los que no. El resultado a menudo es una declaración de heredabilidad, estadística que estima la cantidad de variación en una población que es atribuible a factores genéticos. El poder explicativo de las cifras de heredabilidad es limitado, sin embargo, sólo se aplican a la población estudiada y sólo para el medio ambiente en el lugar y en el momento en que el estudio fue realizado. Si la población o el medio ambiente cambia, la heredabilidad lo más probable es que vaya a cambiar también. Pero las declaraciones de heredabilidad no ofrecen base para las predicciones sobre la expresión del rasgo en cuestión de un determinado individuo.
Historia
A lo largo de la historia muchos investigadores se han interesado por la genética conductual: psicólogos, etólogos, etc. Afrontando este tema desde distintos puntos de vista y divagando supuestas hipótesis.
Con los trabajos de Mendel y los conocimientos actuales que se tienen de genética nos han permitido descubrir cómo no solo existen genes para el color de ojos, el pelo, el grupo sanguíneo, etc. sino también genes que pueden llegar a controlar la forma e actuación de un individuo.
Sir Francis Galton (1822-1911) fue el primer científico para estudiar el comportamiento humano y la herencia sistemáticamente. El término “genética” ni siquiera aparece hasta 1909, solo 2 años antes de la muerte de Galton. Con o sin un nombre formal, el estudio de la herencia ha sido siempre, en su núcleo, el estudio de la variación biológica.
Galton se centró en las correlaciones de comportamiento dentro de las familias y desarrollado algunas técnicas de investigación todavía en uso hoy en día. Éste estaba convencido de la base hereditaria de comportamiento criminal, que no se había establecido hasta entonces. La dificultad persiste, a pesar de una explosión de información sobre los genes humanos y el desarrollo de herramientas moleculares y estadísticas.
Los resultados preliminares de la influencia genética provocaron declaraciones engañosas acerca de "los genes para" un determinado comportamiento, como si la causalidad genética se hubiese establecido. De hecho, los genes no pueden hacer nada por sí mismos. Todas sus acciones y la influencia están mediadas por proteínas, genes y productos implicados en una multitud de medidas que producen un determinado rasgo, es difícil proponer una posible explicación biológica para la expresión del rasgo. De hecho, la singularidad generalizada sugiere que no se ha fijado en esencia el comportamiento humano, sólo la variación, un concepto central en la biología y que Charles Darwin, la utiliza para construir su revolucionaria teoría de la evolución por selección natural.
¿Cómo es estudiada la genética del comportamiento?
Se han hecho diversos estudios, los más tradicionales con descendientes gemelos y adoptados en humanos y por ejemplo en animales también se han hecho varios experimentos aislando a las crías de los cuidados parentales. El estudio del medio ambiente como factor influyente en el comportamiento también se contempla como posible opción y para comparar con el estudio molecular.
Las estrategias tradicionales de investigación en la genética del comportamiento incluyen estudios de gemelos, (contrastando diferencias entre gemelos idénticos) y adoptados, técnicas encaminadas al análisis biológico de las influencias ambientales, ya que si dos gemelos tienen el mismo genotipo y difieren en sus comportamientos, esta diferencia no tendría otra causa que la influencia ambiental.
Más recientemente, los investigadores han añadido la búsqueda de piezas de ADN asociadas a comportamientos particulares, un enfoque que ha sido más productivo hasta la fecha en la identificación de posibles ubicaciones para los genes asociados con las principales enfermedades mentales como la esquizofrenia y el trastorno bipolar. Sin embargo, incluso en este caso no ha habido grandes avances, no identificando claramente los genes que pueden atar a la enfermedad. La búsqueda de genes asociados con características tales como la preferencia sexual y rasgos de personalidad de base ha sido aún más frustrante.
La genética y la biología molecular han aportado importantes conocimientos sobre los comportamientos asociados con trastornos hereditarios. Por ejemplo, se sabe que un cromosoma 21 extra está asociado con el retraso mental que acompaña el Síndrome de Down, si bien los procesos que alteran la función del cerebro no están todavía claros. También se sabe el efecto de genes en una serie de trastornos de un único gen que da lugar a un retardo mental, incluida la fenilcetonuria (PKU).
En general, es más fácil discernir la relación entre la biología y el comportamiento de los cromosomas y un solo gen que los trastornos comunes. Son difíciles de definir los rasgos de personalidad, mientras que otros rasgos, como son la esquizofrenia y trastorno bipolar –enfermedades orgánicas cuyas biológicas e innegables raíces son todavía desconocidas y cuya aparición imprevisible, nos enseñan acerca de la importancia ambiental.
¿De qué modo influyen los genes?
Se sabe que los genes tienen importancia en el comportamiento pero ¿ los genes influyen más o menos directamente sobre las conductas?. Además un solo gen no determina un comportamiento en particular sino que al ser algo complejo, está influido por multitud de genes que son afectados a su vez por otros factores.
El comportamiento sin lugar a dudas tiene una base biológica, ya que hay una serie de indicaciones que lo verifican:
- El comportamiento de especies especificas. Algunos comportamientos de apareamiento son de especies específicas. Por ejemplo los pollos “Prairie” realizan un complejo ritual de apareamiento, una especie de línea de la danza con las alas y sincronizados movimientos de grupo. Algunos comportamientos son tan característicos que los biólogos los utilizan para ayudar a diferenciar entre especies estrechamente relacionadas.
- El comportamiento se reproduce en las sucesivas generaciones de los organismos.
- Cambio de comportamientos en respuesta a las alteraciones en las estructuras o procesos biológicos. Por ejemplo, una lesión cerebral puede convertir una amable, apacible persona en una desagradable y agresiva, y se puede modificar el comportamiento sistemáticamente de las manifestaciones de las enfermedades mentales con fármacos que alteran la química cerebral. Más recientemente, genetistas han creado comportamientos específicos del ratón –crianza de los cachorros- mediante la inserción o desactivación de genes específicos.
- En humanos, algunos comportamientos se presentan en las familias. Por ejemplo, existe una clara relación familiar en cuanto a las enfermedades mentales.
- El comportamiento tiene una historia evolutiva que persiste a través de las especies relacionadas. Los chimpancés son nuestros parientes más cercanos, separados de nosotros por un mero 2% de diferencia en la secuencia del ADN. Ellos y nosotros compartimos las conductas que son altamente sociales de primates, incluyendo el fomento, la cooperación, el altruismo, e incluso algunas expresiones faciales.
Está claro que el comportamiento tiene una base biológica bastante fuerte y que ésta se encuentra en los genes, pero, ¿ de qué forma y hasta qué punto éstos influyen en las conductas? No hay un solo gen que determine un comportamiento. Son comportamientos complejos que participan múltiples genes que se ven afectados por una variedad de otros factores. Por ejemplo, un estudio publicado en 1999 afirmó que la sobreexpresión de un gen en ratones dio lugar a una mayor capacidad de aprendizaje, pero las mejoras observadas en este estudio fue a corto plazo, con una duración de solo unas pocas horas hasta varios días en algunos casos. En realidad el camino desde los genes a las proteínas para el desarrollo de un rasgo particular es todavía un misterio.
En los trastornos de comportamiento, o cualquier rasgo físico, los genes son sólo una parte de la historia, debido a una variedad de factores genéticos y ambientales que están implicados en el desarrollo de cualquier rasgo. La presencia de ciertos factores genéticos pueden aumentar o reprimir otros factores genéticos. Los genes se activan y desactivan, y otros factores pueden hacer que un gen se vuelva activar. Además, la proteína codificada por un gen puede ser modificada de manera que puede afectar a su capacidad para llevar a cabo su función celular normal.
Los factores genéticos también pueden influir en la función de algunos factores ambientales en el desarrollo de un rasgo particular. Por ejemplo, una persona puede tener una variante genética para aumentar su riesgo de desarrollar un enfisema por fumar, (fumar es un factor ambiental). Si esa persona no fuma, entonces no desarrollará un enfisema.
Genética y comportamiento humano: un contexto ético
En este punto se tratan las implicaciones que tiene la investigación de la genética del comportamiento para la sociedad.
Los investigadores en el campo de la genética del comportamiento están examinando cómo los genes y el medio ambiente influyen en los rasgos del comportamiento humano, como la agresión, la ansiedad, la homosexualidad, la inteligencia y el comportamiento antisocial. Aunque gran parte de la investigación se centra en características de comportamiento que todos compartimos en distintos grados, en lugar de los rasgos que se consideran anormales, insalubres o patológicas.
Esta es una complicada y con frecuencia controvertido ámbito de la investigación genética. Así como preocupaciones acerca de la validez de las metodologías científicas implicadas, hay muchos aspectos éticos, legales, sociales y prácticos. Estos incluyen preocupaciones sobre que dicha información podría utilizarse para tratar de predecir, modificar o seleccionar tales rasgos.
Cada creciente científica y popular se centra en los genes y el comportamiento lo que ha contribuido a un resurgimiento del determinismo genético de comportamiento – la creencia de que la genética es el principal factor de la determinación de la conducta. ¿Los comportamientos son innatos, escritos indelebles en nuestros genes como inmutables imperativos biológicos, o el medio ambiente es más importante en la configuración de nuestros pensamientos y acciones? Estas preguntas a través del ciclo de la sociedad han hecho que los biólogos que reconozcan que los comportamientos solo existen en el contexto de una influencia ambiental. No obstante, el debate de nuevo estalla cada pocos años, en respuesta a análisis genéticos de rasgos como la inteligencia, la delincuencia, o la homosexualidad, cargada con las características sociales, políticas y de significado jurídico.
¿Qué consecuencias sociales tienen los diagnósticos genéticos de tales características como la inteligencia, la delincuencia, o la homosexualidad en la sociedad? ¿Qué efecto tendría el descubrimiento de un rasgo de comportamiento asociado con el aumento de la actividad delictiva en nuestro ordenamiento jurídico? ¿Si nos encontramos con un “gen homosexual”, va a significar una mayor o menor tolerancia? ¿Va a dar lugar a propuestas que los afectados por el “desorden” deberían someterse a tratamiento para ser “curada” y que se deben adoptar medidas para prevenir el nacimiento de otras personas que resulten afectados?
Hay varios obstáculos científicos para correlacionar genotipo (una dotación genética del individuo) y el comportamiento. Muchas investigaciones actuales sobre los genes y el comportamiento también generan sentimientos muy fuertes debido a la posibilidad de consecuencias sociales y políticas de la aceptación de estas supuestas verdades. Por lo tanto, más que cualquier otro aspecto de la genética, los descubrimientos en genética del comportamiento no deben verse como irrefutables hasta que ha habido una corroboración científica.
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