- Gobierno Provisional Ruso
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Временное правительство России
Vremennoye pravitel'stvo Rossii
Российская республика
Rásiskaya republika
República rusaGobierno provisional
1917 Bandera Escudo Himno nacional: La Marsellesa de los Trabajadores Territorio del gobierno provisional ruso Capital Petrogrado Idioma oficial Ruso Gobierno República Jefe de Gobierno • 15 de marzo – 21 de julio Georgy Lvov • 21 de julio – 7 de noviembre Alexander Kerensky Período histórico Primer Guerra Mundial • Revolución de febrero 15 de marzo de 1917 • Proclamación de la República rusa 14 de septiembre de 1917 • Revolución de octubre 7 de noviembre de 1917 El gobierno provisional ruso se formó en Petrogrado después del deterioro del Imperio ruso y la abdicación del zar a comienzos de 1917.
Creación del Gobierno Provisional
Cuando la autoridad del gobierno del zar empezó a fallar en marzo de 1917, dos instituciones rivales, la Duma y el Soviet de Petrogrado, compitieron por el poder. Como compromiso, se formó un gobierno provisional de coalición (compuesto mayoritariamente por miembros del Partido Democrático Constitucional) entre los partidos liberales burgueses y los moderados socialistas que debía dirigir el país hasta las elecciones de la asamblea constituyente. Cuando el Zar Nicolás II abdicó el 15 de marzo y su hermano, el Gran Duque Miguel, rechazó el trono el día siguiente, el gobierno provisional rigió Rusia de manera formal, pero su poder estaba en realidad limitado por la creciente autoridad del Sóviet de Petrogrado.
El nuevo gobierno pareció contar inicialmente con un apoyo abrumador y estuvo formado por muchas de las más brillantes figuras de los liberales rusos, como el nuevo primer ministro Georgi Lvov, progresista y respetado veterano del trabajo en los zemtsvos.[1]
El gobierno provisional y la desilusión del campesinado
En el campo, tras un primer momento de escepticismo sobre la caída del zar, la reacción general entre los campesinos fue de alegría.[2] Esta actitud favoreció inicialmente al gobierno provisional y la continuación de la guerra, pero el apoyo del campesinado al gobierno no era incondicional y dependía de su actuación en favor de los intereses de los labradores tal y como estos los entendían.[3] La actitud del gobierno en las 3 áreas de mayor interés para los campesinos (la administración local, que esperaban que fuese elegida en los pueblos, la propiedad de la tierra, que deseaban pasase a sus manos tras ser expropiada a los terratenientes, y la política de abastecimiento de alimentos a las ciudades), no fue del agrado del campesinado.[4]
Aunque el 5 de marzojul./ 18 de marzo de 1917greg. el gobierno abolió ciertos cargos zaristas como los gobernadores y vicegobernadores provinciales, recomendó a los sustitutos, presidentes de los zemtsvos, mantener la administración anterior, incapaz de sustituirla por completo inmediatamente.[4] Aunque aconsejaba consultar con las organizaciones locales formadas en numerosas ocasiones por los campesinos, indicaba también la conveniencia de incluir en estas a los terratenientes e intelectuales locales.[5] Aunque estas medidas debían ser provisionales antes de entregar la administración a nuevas instituciones más democráticas, para cuando parte de estas medidas comenzaron a aplicarse, a finales del verano de 1917, el gobierno había perdido el favor de los campesinos.[5] Ante la lentitud de las reformas hasta la caída del gobierno a comienzos de noviembre la administración en el campo quedó, en opinión de los campesinos, en manos de los antiguos amos, funcionarios zaristas y terratenientes que impedían su participación.[6] El gobierno parecía decidido a perpetuar el antiguo orden de poder con nuevos nombres.[6]
La toma de tierras y haciendas de los terratenientes tampoco recibió la respuesta gubernamental que el campo esperaba: el gobierno condenó severamente las ocupaciones y las revueltas en el campo, insistiendo en tratar legalmente el traspaso de propiedad y aconsejando paciencia a los campesinos.[6] La utilización, aunque esporádica, de la fuerza para impedir las acciones de los campesinos por parte del gobierno disgustó a estos y reforzó su percepción del mismo como representante de los intereses de los hacendados.[6] En las regiones donde la comuna había sido la forma tradicional de reparto de tierra entre los campesinos de la aldea la idea de que cada familia sólo debía poseer la tierra que pudiese trabajar estaba muy arraigada, y llevaba a considerar a los terratenientes absentistas como parásitos del campo.[6] Consideraban que sus problemas económicos acabarían con el inmediato reparto de las tierras de los hacendados, que debían otorgárseles de forma inmediata y necesidad de compensar a los antiguos propietarios.[7]
La política agraria del gobierno era completamente insatisfactoria para los campesinos.[7] Dirigida a aumentar la producción, ordenaba la recogida de información que permitiese a la futura Asamblea Constituyente Rusa resolver el problema agrario, manteniendo mientras la propiedad y estructuras existentes.[7] Aunque lógica, la actitud del gobierno era políticamente insostenible en el ambiente de 1917 ya que imponía un retraso en la reforma agraria al que se oponían los campesinos.[8] Los comités agrarios nombrados para recabar la información deseada y gestionar las diputas sobre las tierras a menudo quedaron en control de elementos no campesinos, y fueron impopulares en el campo.[9] Mal vistos por los campesinos y sin una estructura clara, tampoco contaban con fuerza alguna para imponer la política gubernamental en el agro.[10]
Sobre el suministro de alimentos, crucial para el mantenimiento del nuevo régimen y para la caída del zar, el gobierno decretó el 25 de marzojul./ 7 de abril de 1917greg. el monopolio de los cereales y el establecimiento de un comité alimentario, al que era obligatorio vender las cosechas a precios fijos.[10] La inflación desbordada, le transporte ineficiente y la escasa producción de artículos de primera necesidad para los campesinos hicieron que un número creciente de estos se negasen a entregar a precio fijo sus cosechas al gobierno, creando escasez en las ciudades y el campo, desabastecidos.[11] Los comités, nuevamente no formados por campesinos, no contaban tampoco con los medios para obligar a los campesinos a ceder sus cosechas por la fuerza.[11]
Primer gabinete
Los miembros más destacados del primer gabinete del Gobierno Provisional fueron políticos de los partidos burgueses, entre ellos el profesor de historia Pavel Miliukov (en la cartera de exteriores y figura dominante del gobierno), Nikolai Nekrasov (transporte), Andrei Shingarev (agricultura) y Alexander Manuilov (educación), todos ellos miembros del Partido Democrático Constitucional.[1] El ministerio de la guerra quedó en manos del magnate conservador Alexander Guchkov.[1] Finanzas pasó a estar dirigido por Mijaíl Tereshchenko, magnate surgido de la nada, mientras que para justicia se nombró al socialrrevolucionario Aleksandr Kérensky.[12] El gobierno, elegido principalmente por la Cuarta Duma que se había formado por un censo muy restringido, no era tan representativo de la población como pareció a muchos contemporáneos.[12] Los consejos ("sóviet"), surgidos en febrero y durante el resto de la primavera por toda Rusia, crearon en mayo y junio unos consejos ejecutivos (uno de campesinos y otro de soldados y trabajadores) que, en conjunto, eran un mejor reflejo de la población y constituían un centro de poder alternativo al Gobierno.[13]
Los consejos hasta el otoño de 1917 no constituyeron una amenaza seria para el gobierno al estar controlados mayoritariamente por los partidos socialistas moderados (mencheviques y socialrrevolucionarios), partidarios de mantener la coalición con los elementos burgueses y del mantenimiento del esfuerzo bélico hasta el logro de una paz negociada.[13] Los elementos más radicales, entre ellos los bolcheviques de Lenin, recién regresado a Rusia en abril, eran minoritarios, tanto en los consejos como en las simpatías de soldados, campesinos y trabajadores, y contaban entre ellos con un ala moderada (Kamenev) reacia a la confrontación con el gobierno y la ruptura con los demás socialistas, más moderados.[13] La situación de debilidad de los radicales hizo que el propio partido bolchevique se comprometiese en abril sólo vagamente a emprender una revolución socialista, sin fijar fecha ni procedimiento para llevarla a cabo ("Tesis de abril").[14]
El deterioro de la situación económica a lo largo de la primavera supuso, sin embargo, una desilusión creciente de una parte importante de la población con el nuevo gobierno.[14] La continuación de la guerra, la agudización de la crisis alimentaria y la escasez de artículos, la inflación creciente y el caos en los suministros a las ciudades y al campo, el fracaso del racionamiento implantado por el gobierno deslucieron las esperanzas originales.[14] A lo largo de la primavera el interés del gobierno por mantener el frente y sus declaraciones patrióticas hicieron que un número creciente de trabajadores y soldados comenzase a ver al Gobierno como representante únicamente de las clases adineradas, alejado del pueblo.[15] Los consejos ganaron prestigio, considerándose las instituciones verdaderamente democráticas, en contraste con el Gobierno.[15]
Segundo gabinete, coalición de partidos liberales y socialistas
Tras las protestas contra la continuación de la guerra en abril, que sólo fueron disueltas gracias a la intercesión del Sóviet de Petrogrado,[16] Miliukov y Guchkov abandonaron el gobierno y algunos destacados socialistas asumieron carteras, como el destacado menchevique Irakli Tsereteli (correos y telégrafos), Mijail Skobelev (también menchevique, trabajo) o los socialrrevolucionarios Viktor Chernov (agricultura), Pavel Pereverzev (justicia) o Kérensky (guerra y marina).[16]
Los cambios en el gobierno no afectaron a su carácter:[17] los liberales tenían como objetivo entorpecer las reformas hasta la convocatoria de la asamblea constituyente, reforzar el poder gubernamental y mantener el esfuerzo bélico; mientras que los socialistas se preocupaban de satisfacer las ansias populares por reformas inmediatas y tratar de lograr una paz sin indemnizaciones de guerra ni anexiones lo más rápidamente posible.[17] Las tensiones en el gobierno se agudizaron.[17] La inclusión de los socialistas moderados en el gobierno, les hizo perder popularidad, quedando su imagen asociada a los fracasos del Gobierno y favoreciendo a los bolcheviques, única fuerza relevante en oposición al mismo.[17]
Los intentos de reforma agraria de Chernov en el verano produjeron una gran tensión interna en el gabinete, y los "kadetes" exigieron su expulsión para continuar en el gobierno.[18]
Tercer gabinete e intento de golpe de Estado de Kornilov
Aleksandr Kérenski logró que los kadetes permaneciesen en el gobierno y que aceptasen a Chernov, al que no tenía simpatía pero consideraba necesario.[19]
Tras el fracasado intento de golpe contra el gobierno a comienzos de julio, apoyado por el ala radical del partido bolchevique, el gobierno trató infructuosamente de reforzar su autoridad y aplastar a los radicales de izquierda, con escaso éxito más allá de las apariencias.[20] El arresto de algunos dirigentes bolcheviques no impidió la fuga de otros (como el propio Lenin) ni la incapacidad del gobierno de someterles a juicio a pesar de las presiones de los conservadores.[21]
El 2 de julio de 1917 dimitió el segundo gabinete y Kérensky no logró formar uno nuevo hasta el 23 del mismo mes.[20] El tercer gabinete se caracterizó por la abundancia de cambios entre los ministros que acentuó el caos administrativo.[20] Tras el aparente aplastamiento del poder de los bolcheviques a comienzos de julio, a finales del mes y en agosto se comenzó a notar una nueva radicalización de la población ante el agravamiento de la crisis.[22] La situación alimenticia a mediados de agosto en la capital se volvió desesperada,[22] el 21 del mes los alemanes ocuparon Riga, la anarquía se extendía junto con las ocupaciones de fincas por los campesinos mientras los movimientos autonomistas no encontraban freno en el Gobierno y los soldados del frente adoptaban posturas cada vez más radicales a favor de las reformas.[22]
Consciente del descontento popular, Kérensky no logró, no obstante, acordar entre sus ministros un programa de reformas que enderezase en parte la situación y no se decidió a aplicar una represión radical,[23] quedando el gobierno paralizado.[23] Ante esta situación, influyentes elementos liberales y conservadores comenzaron a plantearse la posibilidad de apoyar un intento de gobierno militar que restaurase el orden en el frente y frenase el caos creciente.[23] La mayoría del Partido Democrático Constitucional, encabezado por Miliukov, adoptó esta postura, mientras una minoría mantenía su respaldo a la coalición con los socialistas.[23]
Las organizaciones partidarias de un gobierno militar sopesaron varios candidatos para el puesto de dictador, decantándose finalmente por el general Lavr Kornílov, comandante en jefe del ejército, valiente pero poco inteligente y de ideas políticas conservadoras y poco primitivas.[24]
La revolución bolchevique y el fin del gobierno provisional
El gobierno provisional tuvo éxito en la organización de las elecciones, pero fracasó en el intento de finalizar la participación rusa en la Primera Guerra Mundial (organizando la Ofensiva Kérenski), debilitando así su popularidad entre los detractores de la guerra.
El gobierno fue derrocado con extrema facilidad por los bolcheviques, que instauraron su propio «gobierno provisional», el 25 de octubrejul./ 7 de noviembre de 1917greg. en la conocida como Revolución de Octubre.[2] A pesar de que el plan bolchevique para tomar el poder era conocido desde hacía semanas el gobierno, debilitadísimo, fue incapaz de impedirlo.[2] El gobierno contaba para entonces con escasas simpatías en la capital y en campo y con aún más escasos defensores.[2]
Valoración
El gobierno provisional nunca había contado con un poder completo sobre el aparato del Estado, dependiendo de la configuración de las fuerzas políticas y del respaldo popular a través de organizaciones como el sóviet de Petrogrado ante su falta de legitimidad formal.[2]
Para su desgracia, poco después de su formación el gobierno provisional se ganó la antipatía de grandes sectores de la población, quedando en una posición debilitada y vulnerable.[2] Una de las causas principales de la impopularidad creciente del gobierno fue su política agraria, que se ganó la oposición del campesinado, lo que además influyó en la hostilidad de las tropas de la capital, de extracción campesina.[2] El gobierno no logró extender sus control más allá de las ciudades de provincias, incapaz de convencer o forzar a los campesinos a entregar sus cosechas para abastecer las ciudades, lo que llevó al desabastecimiento de las mismas y a la radicalización de los trabajadores.[25]
Los sucesivos gabinete, inexpertos en la gestión del Estado, se mostraron incapaces de formular políticas claras y de aplicarlas con la celeridad requerida por la situación de crisis.[25] Los cuatro gabinetes mostraron además una perpetua división entre las tendencias presentes en su seno: la derecha, que desconfiaba de la institución del sóviet y la izquierda, temerosa de las posibles acciones del Alto Mando militar.[25] Las disensiones internas llevaban continuamente a compromisos de mínimos para lograr el acuerdo interno.[26]
Más tarde, cuando la asamblea constituyente fue disuelta, el gobierno bolchevique fue nombrado de nuevo.Primeros ministros del gobierno provisional
- Príncipe Georgi Yevgénievich Lvov (23 de marzo - 21 de julio)
- Aleksandr Kérenski (21 de julio – 8 de noviembre)
Notas
- ↑ a b c Rabinowitch (1978), p. XXI
- ↑ a b c d e f g Gill (1978), p. 241
- ↑ Gill (1978), p. 242
- ↑ a b Gill (1978), p. 243
- ↑ a b Gill (1978), p. 244
- ↑ a b c d e Gill (1978), p. 245
- ↑ a b c Gill (1978), p. 246
- ↑ Gill (1978), p. 247
- ↑ Gill (1978), p. 248
- ↑ a b Gill (1978), p. 249
- ↑ a b Gill (1978), p. 251
- ↑ a b Rabinowitch (1978), p. XXII
- ↑ a b c Rabinowitch (1978), p. XXIII
- ↑ a b c Rabinowitch (1978), p. XXV
- ↑ a b Rabinowitch (1978), p. XXVI
- ↑ a b Rabinowitch (1978), p. XXVII
- ↑ a b c d Rabinowitch (1978), p. XXVIII
- ↑ Gill (1978), p. 256
- ↑ Gill (1978), p. 257
- ↑ a b c Rabinowitch (1978), p. 55
- ↑ Rabinowitch (1978), p. 57
- ↑ a b c Rabinowitch (1978), p. 94
- ↑ a b c d Rabinowitch (1978), p. 95
- ↑ Rabinowitch (1978), p. 97
- ↑ a b c Gill (1978), p. 253
- ↑ Gill (1978), p. 254
Referencias
- Rabinowitch, Alexander (1978) (en inglés). The bolsheviks come to power. The revolution of 1917 in Petrograd. W. W. Norton & Company. pp. 393. ISBN 9780393008937. http://books.google.es/books?id=HzRiDJnTTG4C&lpg=PP1&ots=Dni-UZnS1S&dq=The%20bolsheviks%20come%20to%20power.%20The%20revolution%20of%201917%20in%20Petrograd&pg=PP1#v=onepage&q&f=false.
- Graeme J. Gill (1978). «The Failure of Rural Policy in Russia, February-October 1917». Slavic Review 37 (2): pp. 241-258. http://www.jstor.org/stable/2497603.
- Rabinowitch, Alexander (2007) (en inglés). The bolsheviks in power. The first year of Soviet rule in Petrograd. Indiana University Press. pp. 520. ISBN 9780253349439. http://books.google.com/books?id=BEoBCGJ4VqYC&printsec=frontcover&dq=The+bolsheviks+in+power.+The+first+year+of+Soviet+rule+in+Petrograd&source=bl&ots=GVKrf9kGVn&sig=m4aOG-_LzGEw_JHuScF-JbdDBvs&hl=en&ei=UpJETIX2HIOaOLra8aYN&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=4&ved=0CCUQ6AEwAw#v=onepage&q&f=false.
Véase también
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