- Ica colonial
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En 1534, Nicolás de Ribera el Viejo, uno de los Trece del Gallo, hombre de confianza de Francisco Pizarro, estuvo buscando un lugar adecuado, en tierras iqueñas, para la ciudad capital de la conquista. Escogió la zona de Pisco, donde fundó allí la villa se Sangallán, luego conocida como Lima la Vieja. Pizarro desestimó la decisión de Ribera y prefirió el valle del Rímac. Dispuso entonces el traslado de los vecinos fundadores de Sangallán a Lima. De esta Lima la Vieja quedan todavía algunos muros.
Fundación de Ica
La fundación oficial de la ciudad de Ica se debe al capitán Jerónimo Luis de Cabrera, natural de Andalucía. Este hidalgo, en 1549, defendió las banderas del rey contra el insurgente Francisco Hernández Girón y fue enviado por los oidores, desde el Cusco, a reclutar combatientes españoles al valle de Ica..
El lugar era conocido como Hurin Ica o Lurin Ica (Ica bajo) y había sido dado en encomienda a Nicolás de Ribera el Viejo. La humilde iglesia edificada por Ribera en su encomienda fue conocida como Luren con el paso de los años y estuvo dedicada desde el inicio al culto del Cristo Crucificado. En los siglos siguientes el modesto templo cedió su lugar a edificaciones religiosas más grandes, hasta construirse, en el siglo XX, el imponente Santuario de Luren.
Al asumir el gobierno el virrey Diego López de Zúñiga y Velasco, Conde de Nieva (1561-1564, durante el reinado de Felipe II de España, 1556-1598 de la Casa de Austria), pariente de Cabrera, se comisionó a éste fundar la villa de Valverde en el valle de Ica. El nombre evocaba el señorío familiar del virrey en Castilla la Vieja. La fundación de la Villa de Valverde del Valle de Ica, se realizó, posiblemente, según José Antonio del Busto (1995), el 15 de agosto de 1563.
Cabrera tuvo hacienda en Ica pero no fue residente permanente. Viajó destacado a Potosí, como justicia mayor, en 1565, y poco después fue gobernador del Tucumán, donde murió en 1574.
Templos y viñedos
El templo y convento de San Francisco fue el primero que se edificó en la nueva villa, a partir de 1565. Hacia 1630, la Villa de Valverde del Valle de Ica contaba con 200 vecinos españoles y unos 9.000 negros esclavos. Las casas tenían techo de tejas, pese a la ausencia de lluvias. Los indios vivían fuera de la ciudad en dos reducciones: Hanan Ica y Lurin Ica.
Entonces ya era tradicional la producción de vino y de un aguardiente lugareño de uva: el pisco. Las primeras cepas de vid fueron traídas al Perú a finales del siglo XVI , desde las islas Canarias, por Francisco de Caravantes. Al iniciarse el siglo XVIII, las vides iqueñas rendían al año 40.000 botijas de vino y 30.000 de aguardiente de uva o pisco.
Ica se constituyó en corregimiento con la peculiar obligación de tener un sistema de vigías en la costa que advirtieran de la presencia de piratas y corsarios y alertaran a los defensores de Lima por medio de jinetes.
En la ciudad de Ica, entre 1739 y 1759, fue construida una iglesia por la orden jesuita, que devino en iglesia matriz en 1767 y posteriormente en catedral, al constituirse la diócesis. En 1784, la región pasó a formar parte de la Intendencia de Lima.
Otras fundaciones
En la localidad indígena de Chincha Baja, el conquistador Diego de Almagro hizo planes para fundar una Villa de Almagro en 1537. Fue Álvaro Ponce de León quien decidió fundar la villa de Chincha en 1571.
En el siglo XVII, la localidad de Chincha adquirió gran pujanza comercial debido a que su puerto Tambo de Mora, era el punto de llegada de los cargamentos de azogue provenientes de Huancavelica, cuyo destino marítimo era Arica, para luego llegar a lomo de bestia por tierra a Potosí, para el proceso de refinamiento del mineral de plata. Hubo también importante actividad agrícola, de la que fue testigo la hacienda San José, fundada por los jesuitas en el siglo XVII. También hubo buena producción vinícola en esta zona.
La villa de Nazca fue fundada en 1591, por disposición del virrey García Hurtado de Mendoza, Segundo Marqués de Cañete (1589-1596, durante el reinado de Felipe II). Pronto se desarrolló como competente localidad vinícola. Hacia el siglo XVIII, se producía allí, además de vinos y licores, un aguardiente de uva de consumo popular llamado nazca. El refrán "estar entres pisco y nazca", referido a estar muy embriagado, nació de afición por empezar la borrachera bebiendo algo de pisco, aguardiente más noble y caro, y concluir bebiendo buenas cantidades de nazca, que era mucho más barato.
La iglesia de San José de Nazca, construida entre 1740 y 1744, fue un bello ejemplo de estilo barroco meztizo, perteneciente a la antigua hacienda jesuita del mismo nombre. Al ser expulsada la Compañía de Jesús y también decaer la economía del lugar, quedó abandonada y deslucida. Poco después su altar original pasó a formar parte de la iglesia de la Virgen del Pilar de Lima.
Hubo importante actividad agrícola dirigida por la orden jesuita en Palpa. La villa de Pisco, nombre quechua que significa "pájaro", fue fundada en 1640, en las inmediaciones del emplazamiento indígena del mismo nombre. Era un antiguo asiento relacionado con la extracción de guano de las islas, muy apreciado como fertilizante en el Perú prehispánico. Pisco sufrió una fuerte terremoto en 1680, junto con el ataque de los piratas Clerck y David. Entonces el virrey conde de la Monclova Melchor Antonio Portocarrero Lazo de la Vega (1689-1705, durante el reinado de Carlos II de España, 1665-1700 de la Casa de Austria) trasladó la ciudad a su actual lugar y la refundó como Nuestra Señora de la Concordia de Pisco.
Categoría:- Historia de Ica
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