- Miguel Mario Campero
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Miguel Mario Campero fue un político y jurista tucumano (Famaillá 1880 - San Miguel de Tucumán, 10 de julio de 1962).
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Biografía
Nació en Tucumán y fue hijo del matrimonio conformado por Miguel Gerónimo Campero Delgado y Waldina Robles Aráoz. El lugar de su nacimiento fué, problamente, la localidad de Famaillá, pero fué bautizado en la Iglesia de la Villa de Leales, lugar de residencia de su familia paterna. Ésta pertenecía a un antiguo linaje que se estableció en Tucumán a fines del siglo XVII, integrante de la familia Fernández Campero, cuyos miembros estaban emparentados con los titulares del Marquesado de Yavi o del Valle de Tojo.
Miguel Mario Campero realizó sus estudios universitarios en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires donde se graduaría con brillantes notas. Allí militó en la Unión Cívica Radical, siendo Presidente del Comité Universitario Radical.
Fue cofirmante con José Tamborini -luego ministro del presidente Alvear- del famoso manifiesto "A la juventud estudiosa" del 1º de agosto de 1906, en el cual se instaba a los estudiantes a tomar posición política revolucionaria democrática y a militar en las filas del radicalismo.
También entablaría amistad con el líder radical Hipólito Yrigoyen, luego Presidente de la Nación Argentina. Luego de graduarse en Buenos Aires accedería al Doctorado en Jurisprudencia con una laureada tesis titulada "El Estado de Sitio en la Constitución Nacional". De regreso en Tucumán comenzaría la carrera judicial, primero como Defensor de Pobres, luego como Juez en lo Civil y Comercial hasta asumir en 1911 como Vocal de Corte. En 1913 fue nombrado Presidente de la Suprema Corte de Justicia de Tucumán, siendo reelegido por sus pares en 1919. Se desempeñaría como vocal del Alto Tribunal local hasta su renuncia a la carrera judicial para ingresar a la actividad política.
Sería Hipólito Yrigoyen quién lo induciría personalmente a aceptar la candidatura a la gobernación tucumana en 1924 como candidato de consenso entre las distintas fracciones que dividían a la Unión Cívica Radical tucumana.
Primera Gobernación (1924-1928)
La llegada al poder de la U.C.R. en 1916, tuvo su capítulo local con el triunfo de Juan Bautista Bascary como gobernador. Sin embargo su gestión no escapó a las tensiones internas del Radicalismo producidas por el estilo de gobierno de Yrigoyen, el que fue impugnado por un sector del partido dando origen al "antipersonalismo" como corriente política definida. La influencia del antipersonalismo en el norte argentino se originó por la denuncia articulada de sectores conservadores y radicales locales a la promoción de los intereses del litoral y la pampa húmeda en perjuicio de la economía del norte argentino. La economía regional se había conformado bajo el eje de la industria azucarera, fuertemente protegida y volcada al mercado interno. Bascary no pudo conseguir gobernar con una legislatura mayoritariamente conservadora y antipersonalista y su gobierno estuvo marcado por dos intervenciones federales: la primera decretada a pedido del propio gobernador en 1918, a fin de superar la obstrucción de la legislatura provincial dominada por los opositores, y luego la definitiva, en 1920 que puso fin a su gobierno.
El siguiente gobernador electo en 1921, fue Octaviano Vera, cuyo discurso de fuerte tono contra los intereses de los industriales azucareros, como su tendencia a la protección de los sectores obreros, no impidió que se sumara a las filas del antipersonalismo, en una débil coalisión de intereses sociales de diversa extracción. Su intento de gravar la actividad azucarera a fin de reforzar los ingresos del estado y habilitar la incorporación de nuevos sectores sociales a la administración pública provocó una violenta reacción de los conservadores y los radicales personalistas. En este periodo se sucedió una seria crisis de la industria azucarera generada por las pésimas cosechas de los años 1916 y 1917, cuyos efectos sociales promovieron numerosas huelgas y disturbios en las localidades más importantes de la provincia.
Tucumán sería nuevamente intervenida en 1923 y ante la dispersión de las fuerzas radicales, el nombre de Miguel Campero como candidato de consenso entre los dos sectores, -el "rojo" o irigoyenista y el "azul" o antipersonalista-, cuajó para hacer frente al vigoroso resurgimiento de los conservadores cuyo triunfo electoral no estaba descartado. Miguel Campero gozaba a su favor de pertenecer a las filas radicales desde su juventud, ser amigo personal de Hipólito Yrigoyen y contar con una límpida trayectoria judicial que le había mantenido alejado de las virulentas disputas partidarias. En las elecciones del 6 de abril de 1924, la fórmula encabezada por él triunfó por 22.645 votos, frente a los 17.620 de los conservadores agrupados en el Partido Liberal, mientras los socialistas alcanzaron los 3.181 votos.
Miguel Campero asumió la gobernación con la ventaja de percibir los impuestos sobre la actividad azucarera votados por el gobierno de Vera. Su estilo de gobierno austero y conciliador le permitió realizar una brillante gestión recurriendo a una estricta planificación en la inversión de los recursos del estado. Durante su primer gobierno se construyó una buena parte de la red vial de la provincia de Tucumán, casi todos los ramales ferroviarios del sur tucumano y grandes obras civiles como el Palacio del Banco de Tucumán y los cinco hospitales públicos.Otras obras realizadas fueron numerosos escuelas y dispensarios médicos en localidades del interior tucumano, la Oficina Química, el Leprosario, la Cárcel de Villa Urquiza, la red de irrigación provincial. Impulsó leyes como la de asistencia médica obligatoria en los ingenios tucumanos, la prohibición del trabajo nocturno en las panaderías y la de asistencia financiera a las bibliotecas públicas.
Por sugerencia del Dr. Emilio Catalán creó el primer nosocomio para enfermos mentales de la provincia y uno de los primeros de Latinoamérica: La Colonia de Alienados. Designó en la conducción al Dr. Manuel Corvalán, un pionero de la psiquiatría de entonces. En solo un año de su gobierno se perforaron más de treinta pozos surgentes en toda la provincia.También se dictaron las primeras normas de saneamiento en la provincia y se realizaron a partir de 1926 las obras de desagüe de toda la ciudad Capital y los suburbios El 17 de junio de 1924, a poco de asumir dispuso la ampliación del servicio de agua potable en San Miguel de Tucumán para 60.000 personas, mediante un acuerdo con Obras Sanitarias de la Nación, y con una inversión de seis millones de pesos.
Miguel Campero impulsó e inauguró obras, como la Escuela Bernardo de Irigoyen y el Natatorio Público ( hoy Club Tucumán de Gimnasia), además de encargar en Europa la compra de la réplicas de estatuas clásicas griegas que actualmente se encuentran en el Parque 9 de Julio de San Miguel de Tucumán, encoméndandole esta misión al Rector de la Universidad Nacional de Tucumán, Juan B. Terán.
En 1924, recibiría la visita a la Provincia del Príncipe Heredero de Italia, el futuro Rey Humberto II de Italia, quien lo condecoraría con la Orden de la Corona de Italia con el grado de gran oficial.
Crisis social y el Laudo Alvear
En este periodo como gobernador, le correspondió a Campero intervenir en la crisis de la industria azucarera provocada por la superproducción de las zafras correspondientes a los años 1925, 1926 y 1927.La producción de azúcar se había disparado luego de la modernización del parque industrial a principios de siglo y la suplantación de los cultivos desde el tipo de "caña criolla" al tipo "caña java", con mayores rendimientos sacarígenos luego de la crisis de los años 1916 y 1917. Esto generó la caída del precio del azúcar, agravada por la vigencia de aranceles reducidos para el ingreso de este producto desde el exterior, los cuáles habían sido decretados por el gobierno de Yrigoyen y mantenidos a pesar de la demanda de las provincias azucareras del norte. La crisis desembocó en una grave perturbación social en la provincia de Tucumán, con enfrentamientos entre productores e industriales, alcanzando su pico el 27 de junio de 1927, cuando una marcha de 30.000 productores llegó a la Plaza Independencia de San Miguel de Tucumán, portando cañas de azúcar a modo de lanzas. Miguel Campero recurrió al gobierno nacional, y el 14 de septiembre de 1928, el Presidente Alvear emitió su opinión en el célebre "Laudo Alvear", que impulsaba medidas proteccionistas para la actividad azucarera y hacía partícipes de las ganancias a los productores,fijaba un piso al precio de pago por la materia prima a los productores, además de ordenar una serie de medidas administrativas, como el control en las básculas de pesaje de la caña para asegurar reglas claras de comercialización del producto. Las reglas de comercialización y la fijación de precios de la caña de azúcar cosechada serían supervisadas por una "Cámara Gremial de Productores", conformada por un representante del gobierno provincial y representantes de los industriales y cañeros. Los industriales acataron el laudo,mientras que Miguel Campero consolidó su apoyo entre los pequeños y medianos productores azucareros, quienes jugarían su rol político de importancia a favor del Radicalismo en las zonas rurales del interior provincial.
El "Laudo Alvear" fue la culminación del surgimiento de una "mentalidad agraria" entre los productores cañeros medianos y pequeños, además de consolidar la noción de que los beneficios del proteccionismo debían abarcar también a los sectores más vulnerables del circuito de la producción azucarera.De esta manera, los industriales perdieron la exclusividad del manejo de la economía provincial y su incidencia en el juego político local quedó menguada, aunque algunos industriales como Manuel García Fernández, militaron activamente en las filas radicales.
Durante la Presidencia de Alvear,la división partidaria de la Unión Cívica Radical quedó oficializada, al constituirse formalmente como un partido separado de alcance nacional, la U.C.R. Antipersonalista. El discurso político del antipersonalismo repudiaba el modo de dirección partidaria de Hipólito Yrigoyen y los supuestos "excesos demagógicos" sucedidos durante su presidencia entre 1916 y 1922. A pesar de que el antipersonalismo contaba con la velada simpatía del Presidente Alvear, Miguel Campero actuó con suma prudencia durante los primeros años de su gobernación permaneciendo equidistante de la disputa partidaria nacional, a fin de evitar la fragmentación de su base de poder electoral local. Sin embargo, al consolidar su influencia, gracias a los réditos políticos y sociales del Laudo Alvear, en 1927 consideró el momento propicio para declarar su lealtad al irigoyenismo, declarándose inspirado por el ideario y la gestión de gobierno de su mentor político, colocando a la U.C.R. tucumana bajo la órbita del personalismo radical.
En las elecciones de 1928, Miguel Campero dejaría la gobernación en manos del candidato radical,el Ingeniero José Graciano Sortheix, cuyo gobierno tuvo que sortear las dificultades políticas provocadas por el triunfo en las elecciones municipales de los conservadores organizados en el novedoso partido provincial, denominado "Defensa Provincial Bandera Blanca" quienes acosaron sin descanso la gestión del sucesor de Campero. La crisis política nacional que culminó con el derrocamiento de Yrigoyen el 06 de septiembre de 1930, tuvo su espejo en la provincia de Tucumán, con la agitación de los opositores, la intervención de la Muncipalidad de San Miguel de Tucumán en manos del líder del partido "Bandera Blanca", Juan Luis Nougués, concluyendo con la intervención provincial decretada por la dictadura de José Félix Uriburu en los días posteriores al golpe de estado.
Segunda Gobernación (1935-1939)
El golpe de estado de 1930 implicó el desplazamiento del poder de Hipólito Yrigoyen y de la Unión Cívica Radical. El Comité Nacional de la Unión Cívica Radical declaró la abstención electoral entre 1931 y 1935 como reacción al hostigamiento de la dictadura de José Félix Uriburu y del gobierno que le sucedió, el de Agustín P. Justo ( 1932-1938). En la provincia de Tucumán el panorama se tornó conflictivo luego del triunfo de las fuerzas liberales y conservadoras locales aglutinadas en el Partido Defensa Provincial Bandera Blanca que llevó a la gobernación a Juan Luis Nougués (1931-principios de 1934) ante la abstención de los radicales. El gobierno de Nougués terminó clamorosamente con una intervención federal, ante la férrea oposición de sus propios aliados, y de los radicales, acrecentada por el malestar de los industriales azucareros ante la decisión de Nougués de proceder a gravar con un impuesto interno, cada bolsa de azúcar comercializada. La provincia fue intervenida cuando Nougués en un acto de temeridad impensada, envió a la policía provincial montada para disolver a latigazos, las sesiones de la legislatura provincial que se había convertido en un bastión dominado por los opositores.
La intervención federal convocó a elecciones para fines de 1934, lo que determinó que el Radicalismo tucumano se presentarse en las elecciones a gobernador, desobedeciendo el mandato partidario nacional de la abstención electoral. Esta decisión fue avalada por los afiliados radicales locales mediante un plebiscito partidario en las cuáles triunfó la moción de la participación electoral, producciéndose la escisión de la U.C.R. tucumana, pero declarando su adhesión a los postulados generales del Partido a nivel nacional. En las elecciones provinciales celebradas en 1934, la fórmula electoral presidida por el Miguel Campero (UCR Concurrencista ) obtuvo 31.470 votos; José Padilla (Concordancia) 30.406 votos y Eudoro Aráoz (UCR Antipersonalista) 22.495 votos. Después de algunos desencuentros iniciales, los grupos radicales negociaron una fórmula unificada y votaron unidos en el Colegio Electoral. En enero de 1935 este cuerpo proclamó gobernador a Campero por 33 votos contra 20 de la Concordancia. De esa manera, el radicalismo volvía a detentar nuevamente el poder provincial. Al enfrentarse con el Comité Nacional, la firme convicción electoralista de la UCR tucumana era funcional a los intereses de Justo puesto que erosionaba la abstención como táctica y alentaba a los radicales de otros distritos a presionar por su levantamiento.No obstante los diputados tucumanos electos, la mayoría de ellos radicales, se incorporaron en el Congreso a la bancada radical opositora que resistía la gestión del gobierno de la Concordancia.
Durante el segundo período como gobernador, Miguel Campero centró su gestión en el aspecto social, colocando a Tucumán a la vanguardia de la atención en los temas de minoridad y discapacidad en el país.Esta orientación buscó distender el clima de violencia que había imperado en la vida política de la provincia durante los tres años previos. Las novedades en este campo se centraron en la inauguración de la primera escuela para Sordo-Mudos, junto con la Colonia de Menores, la Colonia de Vacaciones para Niños Débiles de San Pedro de Colalao, y el Instituto de Ciegos, atendidos por casi trescientas maestras especiales, y con normas específicas implementadas por el italiano José Aragno Manfredi, especialista quien se radicó en Tucumán.Impuso la “copa de leche” en las escuelas, en las que obligó el registro de asistencia, control médico y de la deserción escolar mediante un “Índice Sanitario”, estableció los controles estadísticos de la Defensoría de Menores de la Capital. Creó por Ley la Mutualidad Provincial Antituberculosa el 15 de marzo de 1927, institución que llegó a ser considerada un modelo social y asistencial para el resto del país.
Miguel Campero había sido uno de los firmantes del documento de creación de la Universidad Nacional de Tucumán, acompañando a su fundador el Dr. Juan B. Terán en el año 1914. Uno de sus actos de gobierno durante de este periodo, consistió en ceder a la Universidad los edificios donde actualmente funciona el Rectorado, el de la Escuela Sarmiento, el de la Escuela de Pintura, el local de calle Jujuy al 400, y veinticinco hectáreas en la zona posterior hacia el este del Parque 9 de Julio.De este modo se hizo efectiva la nacionalización de la Universidad aprobada por el Gobierno Nacional en el año 1922.
Otra obra pública de gran importancia simbólica del segundo mandato de Miguel Campero fue la construcción e inauguración del Palacio de Tribunales de San Miguel de Tucumán en el año 1939, ubicado al frente de la Plaza Yrigoyen de la capital tucumana. Éste edificio, diseñado por el Arquitecto Francisco Squirru, representó la visión arquitectónica de la institucionalidad republicana que representaron, Miguel Campero al frente del Poder Ejecutivo y del Dr. Juan Heller como Presidente de la Corte Suprema Tucumana. En la ceremonia de apertura del nuevo Palacio de Tribunales, el Dr. Juan Heller pronunció uno de sus discursos más célebres, enalteciendo la figura de Miguel Campero y su obra.En sus palabras, Heller hizo alusión a la carrera judicial previa de Campero, como también su proceder como gobernante:
"...El arte de manejar a los hombres por la elocuencia, la gloria o la ambición, les resulta extraño, ni su gobierno se identifica con el mando. Ellos gobiernan con la conducta, con el decoro de la vida, sin vivir al hilo del mundo porque están en él, presisamente para contradecir muchas de sus corrientes...La ley escrita es su consejero más seguro, y hasta el día que les sea permitido asimilar el Derecho a la Moral e invocar, siquiera débilmente, el atributo de la misedicordia, saben que los hombres son indulgentes con el error humano.Ningún aplauso les suena más grato que el del inocente y, al final de su carrera, su gloria se parece a la del árbol en el otoño, cuando entrega, ( dijo, volviéndose hacia el doctor Campero) como vos, Excelentísimo Señor, la dorada cosecha de sus hojas."
Durante su primer gobierno se estableció por Ley el control y asistencia médica obligatorio en los ingenios azucareros de la Provincia, y prohibió el trabajo nocturno en las panaderías y trabajos similares. En su segundo gobierno, Campero, dotó de amplias facultades a la Dirección Provincial del Trabajo a fin de cumplimentar la legislación obrera aprobada durante su administración, lo que le valió amplias críticas de los sectores conservadores y de los industriales azucareros. El diario " El Orden" se hizo eco de la opinión de estos sectores expresando en una de sus ediciones del año 1935 que :
"...Hay una predilección del Nepote máximo (alusión a Campero) y su banda, por propiciar la turbamulta,las rebeldías proletarias legítimas o engañadoras, las huelgas de obreros, de cañeros independientes, u obreros del surco, y hasta de los propietarios de transporte colectivo...Lo indiscutible y que todo Tucumán reconoce,es que el camperismo ostenta el título de apañador de movimientos huelguísticos."
Los gobiernos de Miguel Campero y de Miguel Critto articularon una política social a fin de compensar las demandas sociales de los sectores obreros, mediante la eficaz mediación del estado provincial, pero cuyo resultado fue el surgimiento de una fuerte oposición aún de los sectores medios que apoyaban al Radicalismo, mientras la prensa local acusaba a Campero de "exacerbar las bajas pasiones populares.".
No obstante, al terminar su segundo período como gobernador, se habían construido cuarenta y cuatro escuelas y se habían reconstruido otras veintiocho, aumentando el presupuesto de gastos e inversiones en obras y servicios públicos por año a casi sesenta millones de pesos anuales. También se iniciaron las obras, hacia el año 1937, del Dique de Escaba, destinado a la provisión de agua y la colonización y riego de 70 mil ha de nuevos productores agropecuarios. Merece señalarse la construcción de las postas sanitarias en los principales pueblos de la provincia, como también la inauguración de edificios para el albergue de los juzgados de paz y de las comisarías en las ciudades de Famaillá, Santa Rosa de Leales y en los barrios de San Miguel de Tucumán.
En oportunidad de las elecciones nacionales de 1938, en razón de su gestión relevante como gobernador de Tucumán, a Miguel Campero le fue ofrecida la candidatura para la vicepresidencia de la Nación por la Unión Cívica Radical, en la fórmula presidencial encabezada por Marcelo Torcuato de Alvear. Miguel Campero declinó éste ofrecimiento por su deseo de continuar en sus funciones como gobernador, como también, ante la real posibilidad de que un conservador le sucediera al frente de la provincia de conformidad a la ley sucesoria provincial. Alvear había sido elegido para la máxima magistratura argentina por el período 1922-1928, y luego del encarcelamiento de Hipólito Yrigoyen en la Isla Martín García como consecuencia del Golpe de Estado de 1930, había asumido la conducción del Radicalismo, en una frágil unión entre los sectores personalistas y antipersonalistas. Sin embargo, la fórmula presidencial del Radicalismo resultaría derrotada por el ejercicio del "fraude patriótico" promovido por el gobierno de Agustín P. Justo para beneficiar a la fórmula presidencial de la Concordancia, integrada por Roberto M. Ortiz y Ramón S. Castillo.
Las elecciones de 1942
Posteriormente, a Miguel Campero le sucedería en la gobernación de Tucumán, el Doctor Miguel Critto ( 1939-1943).El final del gobierno de Critto estuvo surcado por las divisiones internas de la Unión Cívica Radical tucumana, cuyos grupos llegarían a un frágil acuerdo para consensuar la fórmula para gobernador de las elecciones de 1942, nominando nuevamente como candidato al Dr. Miguel Campero, como única personalidad aglutinante de los sectores radicales enfrentados entre sí. Un sector del Radicalismo- la U.C.R. Comité Nacional- presentó la candidatura del ex-intendente de San Miguel de Tucumán, Roque Aragón. En estas elecciones,Campero obtuvo el mayor número de votos frente al candidato conservador Adolfo Piossek, pero no así la mayoría de electores en el Colegio Electoral.
Ante la posibilidad concreta de que una alianza entre sectores del radicalismo- divididos electoralmente, pero coordinados para unirse en el Colegio Electoral-, el Presidente Ramón S. Castillo decidió impedir un nuevo triunfo de los radicales opositores. En un primer momento, el Presidente Castillo decretó la intervención del propio Colegio Electoral de Tucumán en un medida inédita para el constitucionalismo argentino, designando al senador conservador Arancibia Rodríguez, como "interventor" del éste cuerpo electoral a fin de dirigir la votación de las nuevas autoridades provinciales.Inclusive, para impedir la constitución de la mayoría de electores radicales, se recurrió a la impugnación de dos electores de este signo político bajo el argumento de que eran analfabetos.El proceso continuó confusamente, pues los electores conservadores deliberademente se ausentaron de la asamblea, mientras los radicales demandaron su comparecencia por la fuerza pública.Tras intentos fallidos de reunión del Colegio Electoral y negociaciones frenéticas que llegaron a la posibilidad de la declinación conjunta por parte de Miguel Campero y Adolfo Piossek a sus candidaturas, el período legal de gobierno de Critto concluyó en febrero de 1943. Ante la ausencia de un gobernador electo según la constitución provincial, el gobierno de la Provincia fue definitivamente intervenido siendo designando como interventor titular el mismo Senador Arancibia Rodríguez. Esta crisis política provincial fue uno de los antecedentes que llevaron al golpe de estado, que inició la Revolución del 43 y el fin del ciclo de gobiernos fraudulentos iniciados en 1930.
Actividad posterior a sus mandatos
Luego de estos sucesos,y habiendo sorteado en su actividad pública los procedimientos imperantes en la vida política, propios de la Decada Infame, Miguel Campero se retiró a la vida privada. Sin embargo, su figura ampliamente respetada y su personalidad calma y reservada lo convirtió en en un consultor político obligado de la Unión Cívica Radical tucumana. Formó parte de la Junta Normalizadora del distrito Tucumán en 1945, como paso previo a las elecciones generales de febrero de 1946. Adhirió a la Declaración de Avellaneda, emitida por la Convención Nacional de la U.C.R. en abril de 1945 y se declaró simpatizante del sector interno del Radicalismo denominado Movimiento de Intransigencia y Renovación.
Vivió sus últimos años en su casa de la calle 25 de Mayo 720 para luego trasladarse a los edificios de Avenida Sarmiento y 25 de Mayo de San Miguel de Tucumán. Personalidad de costumbres austeras y de honestidad indiscutible hasta el final de su vida, muchos tucumanos lo recuerdan caminando por las calles de la ciudad, saludando a los transeúntes con su típico gesto de inclinar el sombrero ante su interlocutor.
Contrajo matrimonio con Dolores Zavalía Estévez, falleciendo en San Miguel de Tucumán el 10 de julio de 1962. Durante su sepelio, el ex diputado radical Fernando Prat Gay pronunció una oración fúnebre en su memoria. Sus restos descansan en el Cementerio Parque de La Paz, de la localidad de la Rinconada, Yerba Buena.
Homenajes
.-Las avenidas principales de la Ciudad de Alberdi, Tafí del Valle y Santa Rosa de Leales, se denominan " Dr. Miguel Campero" en su homenaje. Un busto suyo fue emplazado en una plaza del Barrio Los Tarcos II de San Miguel de Tucumán, que lleva su nombre.
.-El Instituto de Enseñanza Superior de Tucumán también se denomina "Dr. Miguel Campero", mediante ley provincial N° 7405 del gobierno de Tucumán.
Bibliografía
1.- Paéz de la Torre Carlos, "Historia de Tucumán", Ed. Plus Ultra, Buenos Aires. ISBN 950-21-0907-4
2.- Campero Paz Javier, " El Vínculo de Tojo", Fundación Campero, Tarija, 2007
3.- Pavón Pereyra Enrique, Diccionario Biográfico Nacional de la Unión Cívica Radical
4.- Paéz de la Torre Carlos, " Existió un Partido Agrario en Tucumán", nota de La Gaceta, 22 de junio de 2008.
5.- Litmajer, Leandro Ary, " El Radicalismo tucumano a principio de los 40: reorganización partidaria y reformulacion programática"
6.- Bonanno Luis, Pucci Marcos: Autoritarismo y Dictadura en la Provincia de Tucumán, Ed. Catálogos, Buenos Aires, 2010.
7.- Ullivarri María, "Movimiento obrero, estado y política en Tucumán durante la seguna mitad de la década del Treinta", ponencia presentada XXI Jornadas de Historia Económica de la Universidad Tres Febrero, Buenos Aires, 2008.
8.- Paéz de la Torre, Carlos, "Magistrados por Vocación", nota del Diario La Gaceta, edición del día 4 de noviembre de 2009.
9.-Bravo, María Celia, " Campesinos,azúcar y política: cañeros, acción corporativa y vida política en Tucumán (1895-1930)", Ediciones Prohistoria, Rosario,2008. ISBN 978-987-1304-27-1
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