- Música criolla y afroperuana
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noc valla a llorar con La cultura musical criolla y afroperuana se inicia con la llegada de los españoles y los esclavos africanos que fueron traídos por ellos. La cultura musical criolla en Lima construye de manera constante una identidad propia, transformando los géneros musicales y patrones estéticos importados. Desde la presencia de valses de origen vienés, mazurcas, jotas españolas, continuando con la influencia de la música francesa e italiana, la cultura popular limeña se fue perfilando a través de la transformación y decantación de géneros, de tal manera que, aun asumiendo las modas correspondientes a cada época, se gestaron y desarrollaron algunas formas musicales que llegan hasta fines del siglo XX y que identifican lo limeño. Cada momento histórico, desde la época colonial hasta ahora, fue plasmándose de diferentes maneras la cultura musical a través de los instrumentos musicales utilizados, las formas y contenidos del canto, los bailes.
Entre los géneros más importantes, cultivados en el siglo XX se encuentran el vals peruano, la marinera limeña o canto de jarana, el tondero y el festejo.
Contenido
Conjuntos y dúos
El nacimiento del siglo XX encontró a Lima en medio de un arduo trajín musical. Los cantantes de entonces buscaban voltear la página del viejo waltz vienés, ya en agonía. Francisco Ferreyros, bohemio y popular solista de entonces, cantaba a pulmón limpio en la Alameda de los Descalzos temas decisivos: "Luis Pardo", "Celaje", "China Hereje" o "Ídolo". No era raro que eso ocurriese. Las retretas públicas y los musicales de los teatros habían creado un público fervoroso que oía a sus intérpretes con no poca pasión. Eso hizo posible que un dúo de cantantes del distrito del Rímac, Eduardo Montes y César Manrique, fueran llevados a Nueva York en 1911 por la Casa Holtig y Cía. El fin era grabar discos para la Columbia Phonograph & Company. Aquel dúo produjo un total de noventa y un discos de 78 rpm, con 182 temas, todos de la llamada Guardia Vieja, generalmente autores anónimos que nunca pensaron en ese lujo estrafalario de los derechos de autor. Los discos grabados se vendieron en Lima inmediatamente. Fue el primer dúo en abrazar la fama.
En la segunda mitad de la década de 1930 brillaba Rosita Ascoy, "La Limeñita". Años más tarde congregaría a su hermano Alejandro, su eterna segunda voz y guitarra. Ambos eran menudos, sin arrogancia y muchos decían que sus registros de voz eran más bien modestos y que su guitarreo no salía del tundete. Pero la emoción, el sentimiento con que cantaban, su cuidadosa elección de temas de la Guardia Vieja, los hicieron inmortales. Contemporáneos de Felipe Pinglo, el dúo Costa y Monteverde, conformado por Jorge Costa y Ángel Monteverde, fue uno de los más extraordinarios de su época. Los guapeos criollos de Jorge Costa hicieron historia. Algo después, en la década del 1940 aparecen otros dúos y conjuntos criollos, estimulados por las grabaciones hechas en Chile y Argentina. En Lima se grababa en un modesto estudio al lado de las vías del tranvía, por lo que cada vez que este pasaba, se estropeaba la grabación. En esta década brillaron Los Chalanes del Perú y Los Trovadores del Perú, quienes fueron los primeros conjuntos peruanos en ser aclamados también en el extranjero.
La rivalidad más notoria se produce a fines de la década entre Los Embajadores Criollos y Los Morochucos. A los primeros se les motejaba como "Los ídolos del pueblo" y a los otros como "Los Caballeros de la Canción Criolla". Los Morochucos eran el dúo formado por Augusto Ego Aguirre y Luis Sifuentes, que al fallecer Sifuentes, se convertiría a partir de 1947 en trío con Alejandro Cortez y Óscar Avilés.
Los Embajadores Criollos, formados en 1949, eran el trío integrado por Rómulo Varillas, Carlos Correa y Alejandro Rodríguez. Provistos de una alforja de temas en el límite del llanto "Víbora", "El Tísico", llegaban a sus audiciones en la radio en elegantes autos Studebaker o Mercury, excitando el griterío de sus fanáticos que los esperaban en la calle. Rómulo Varillas, impar primera voz del conjunto, vestía medias blancas y tenía una gruesa cadena de oro en el tobillo, que lucía al poner el pie en una silla para sostener su guitarra. Algo paradójico: en 1998 Romulo Varillas murió en la pobreza extrema, víctima de su bohemia excesiva y Alejandro Cortez en extrema soledad y olvidado por quienes antes lo adularon y aclamaron.
Distantes de estas licencias, tímidas y hogareñas, estaban Las Limeñitas, las hermanas Graciela y Noemí Polo. Ellas frecuentaban también los tabladillos de Radio Nacional y Radio Lima, pero nunca recalaron en la bohemia. Como otros cantantes de la época, ellas habían sido descubiertas por el prolífico pianista Filomeno Ormeño, que con Lucho de la Cuba, pianista también, acompañaban y arreglaban a cuanto cantante con proyecciones se paseaba por las radios. La canción criolla, para entonces, deambulaba entre la jarana estridente y el quejido plañidero, hasta que en 1952 aparecieron Los Troveros Criollos, el dúo formado por "El Carreta" Jorge Pérez y Luis Garland. En un hábil cambio de manos, se dedicaron a interpretar primero un amplio repertorio de canciones alegres, como Cirilo Murruchuca, Un Zapatero celoso" y otros, luego aumentado con valses del compositor Mario Cavagnaro, hechos en replana de barrio. Tremendo suceso. Su alegría sencilla y su compás contagioso los paseó por la popularidad. Un claro ejemplo es el vals: "Yo la quería Patita". Esta puerta abierta condujo a la aparición de otros grupos, como el trío Los Romanceros Criollos, que siguió la senda de la música criolla alegre, pícara pero no destemplada. Julio Álvarez, Guillermo Chipana y Lucas Borja, que debutaron en 1953, pronto compartieron fama y salas de radio con los anteriores grupos. Emblema suyo fue China hereje.
La popularidad de estos grupos era aumentada, al ir mucho a la radio y grabar otros discos quincenalmente. Eso daba para que la policía disolviese a los entusiastas que siempre abordaban a los músicos y para que estos viviesen bien, sin tener que hacer ninguna otra cosa más que cantar. Entonces "Radio La Crónica" o "Radio América" podían poner doce horas de música criolla continuada, sin perder sintonía. La jarana no solo estaba en Lima sino en el país entero. Eso lo probaron Los Dávalos en 1954, dos hermanos arequipeños que debutaron cantando "Melgar", el segundo himno de su tierra. Su tono quejumbroso y regionalista los identificó con la Ciudad Blanca. Con los años viajaron a Nueva York y se quedaron a vivir allá, como dioses vivos de la colonia peruana.
En 1956 surge otro gran trío, Los Troveros Criollos, conjunto de gran versatilidad, que sobresaliera prácticamente en todos los géneros de la música criolla, aunque brillaban interpretando marineras limeñas. Los Troveros Criollos estuvieron integrados en su segunda fase por Lucho Garland, Humberto Pejovés y Pepe Ladd. Inolvidables sus valses Luis Pardo, Romance en la Parada y Rosa Té, tema con el cual ganaran el Festival Cristal de la Canción Criolla en 1960. Su extraordinario repertorio, que incluye la versión original del vals El Rosario de mi Madre, fue re-descubierto sólo el 2010, cuando se digitalizaron y publicaron por primera vez sus temas. Ello ha causado un renacimiento de este gran conjunto. Junto con Fiesta Criolla, fueron los grupos predominantes en la segunda mitad de esa década.
Pocos después, en 1957, apareció el mejor dúo mixto que se recuerde el de Irma Céspedes y Oswaldo Campos. Irma era alta, buenamoza y tenía una voz privilegiada. De Oswaldo se admite que fue una de las mejores segundas voces del criollismo. Ellos eludieron los temas que maltrataban a la mujer con sus letras, algo frecuente entonces, para enraizarse en la tradición. Cantaron juntos muchos años.
Como dúos, trios y agrupaciones destacaron los siguientes:
- Alma Criolla, Agrupación formado por: Carlos Honores Pando, Víctor Flores Sales, Jorge Ibáñez Pizarro y Emilio Newman.
- Montes y Manrique, dúo formado por: Eduardo Montes y César Augusto Manrique.
- Costa y Monteverde, dúo formado por Jorge Costa y Ángel Monteverde.
- La Limeñita y Ascoy, dúo formado por los hermanos Alejandro y Rosa Dolores Ascoy.
- Las Criollitas, dúo formado por las primas Eloísa Angulo y Margarita Cerdeña.
- Los Trigo, dúo formado por los hermanos Carlos Alfonso y Zoila Trigo.
- Las Limeñitas, dúo formado por las hermanas Graciela y Noemí Polo.
- Los Chamas, trío conformado por los hermanos Rolando y Washington Gómez y Óscar Bromley.
- Los Morochucos, trío conformado por: Óscar Avilés, Augusto Ego Aguirre y Alejandro Cortéz.
- Los Chamacos, dúo conformado por: Augusto Ego Aguirre y Luis Sifuentes.
- Los Virreyes de Lima, trío conformado por: Juan Salas, César Lassús y Aurelio Chávez.
- Los Kipus, trío formado por: Genaro Ganoza, Paco Maceda y Carmen Montoro.
- Los Romanceros Criollos, trío conformado por: Julio Álvarez, Lucas Borja y Guillermo Chipana.
- Los Embajadores Criollos, trío conformado por: Rómulo Varillas, Alejandro Rodríguez y Carlos Correa.
- Los Favoritos, dúo conformado por: Noemí Polo y Alejandro Cortéz.
- Los Trovadores del Perú, trío conformado por: Javier Gonzáles, Oswaldo Campos y Miguel Paz.
- Fiesta Criolla, agrupación formada por: Óscar Avilés (luego Roberto Velásquez), Panchito Jiménez, Humberto Cervantes, Pedro Torres, Arístides Ramírez.
- Los Troveros Criollos, dúo formado por Jorge "Carreta" Pérez y Luis Garland.
- Los Troveros Criollos, trío formado por Luis Garland, Humberto Pejovés y José Ladd.
- Los Dávalos, dúo formado por los hermanos Víctor y José Dávalos.
- Irma & Oswaldo, dúo conformado por Irma Céspedes y Oswaldo Campos.
- Los Pallas, trío conformado por: Manuel Zambrano, Hugo Pajuelo y Fidel Córdova.
- Perú Negro, agrupación conformada por los hermanos: Lucila y Ronaldo Campos, Carlos "Caitro" Soto, Línder Góngora, Isidoro Izquierdo, Guillermo Nicasio, Eusebio "Pititi" Sirio, Julio Algendones y Orlando Soto.
- Los Caciques, trío conformado por: Óscar "Pajarito" Bromley, Rafael Amaranto, y Félix Cassaretto "Caraspalta".
- Los Cholos, dúo conformado por: Miguel Cabrejos y Víctor Gadea.
- Leturia - Velásquez, dúo destacado por: Alfredo Leturia y Gustavo "Chavo" Velásquez.
- Los Dos Compadres, dúo conformado por: Rómulo Varillas y Fernando Loli.
- El Trío Cristal, agrupación conformada por: Guillermo Chipana, Rufino Echenique y Samuel Altuna.
- Los Trovadores del Norte.
- Los Govea, dúo conformado por los hermanos: Alejandro y Ricardo Govea.
- Los Ases del Perú, dúo conformado por: Eddy Martínez y Oswaldo Campos.
- Los Ardiles, agrupación conformada por los hermanos: Eddie, Federico, Jaime y Carlos Ardiles.
- Los Bohemios, dúo conformado por: Santiago Caballero y Víctor Mendoza.
- Los Aguirre, agrupación conformada por los hermanos: Mercedes, Maritza, Enrique y Alfredo Aguirre.
- Los Zañartu, agrupación conformada por los hermanos: Julissa, Elena, Luis y Antonio Zañartu.
- Los Soles del Perú, dúo conformado por: Eduardo Álvarez y Javier Gonzáles.
- Cuarteto Perú, agrupación conformada por los hermanos: Luis y Jesús Martínez, Jaime y Ricardo García.
Músicos
El éxito de estos conjuntos radica en la calidad musical, que fue perfeccionando estilos, la técnica guitarrística y arreglos especiales para cada tema que se grababa. De tal manera que las versiones de estas canciones, guardan la memoria no solamente de la letra y su melodía, sino también de las introducciones, intermedios, formas del rasgueo acompañante, bordones en el bajo, trinos y adornos en el "punteo" de la primera guitarra, haciendo del vals criollo peruano un género único por su carácter y abundante repertorio.
Entre los guitarristas más importantes del siglo XX, se encuentran:
- Óscar Avilés, Lucho Garland, Pepe Torres, Rafael Amaranto, Vicente Vásquez, Carlos Hayre, Alejandro Rodríguez, Carlos Montañez, Álvaro Pérez, Máximo Dávila, Adolfo Zelada, Javier Munayco, Pepe Ladd, Rolando Gómez, y muchos más que cultivan la guitarra tradicional criolla.
Entre los guitarristas innovadores, que incorporan elementos armónicos y rítmicos que renuevan el cancionero criollo, se encuentran Álvaro Lagos, Félix Casaverde, Coco Linares, Coco Salazar y Lucho González.
No solamente la música se centraba en guitarristas si no también en pianistas, es el caso de:
- Lucho de la Cuba, Lorenzo Humberto Sotomayor, Fernando Alcázar, Manolo Ávalos, Enrique Lynch, Miguelito Cañas, Otto de Rojas, Jorge Huirse, Alberto Haro, Rodolfo Coltrinari, Carlos Pickling.
Existen también Saxofonistas, que a lo largo de los años han acompañado a las estrellas del canto peruano y que han dejado marcado en los surcos su melodía incomparable son los casos de:
- Jean Pierre Magnet, Polo Bances, Julio Mori, Aníbal Arrascue, Polo Alfaro, Pepe Hernández, Julio Díaz, Tulio Flori.
El cajón instrumento de gran valía dentro de la música peruana, es destacado por:
- Ronaldo Campos, Marco Oliveros, Leonardo Parodi, Eusebio Sirio "Pititi", Pepe Villalobos, Félix Valdelomar, María del Carmen Dongo, Caitro Soto, Juan Medrano "Cotito", Arturo "Zambo" Cavero, Álex Acuña, Luis Casanova, Gerardo Lazón "Pomadita", César Honores Aguirre.
entre muchos otros. Otros músicos en diferentes estilos destacados son:
- Moisés Vivanco, Freddy Roland, César Silva, Joe di Roma, Tito Chicoma, Reynaldo Cruz, Juan de Dios Rojas, Gonzalo Castro, Fernando A. Sannicandro, Julio Santos, Augusto Valderrama, Héctor Ferreyra, Humberto Mancilla.
Géneros de danza y música
La Zamacueca
El investigador peruano Castro Nué se ha ocupado del origen de ciertas danzas, y sostiene que la Marinera tiene su origen en la Zamacueca o Mozamala. Esta danza costumbrista de pareja que se origina probablemente en la Costa Norte del Perú La Libertad. En su origen deriva de danzas africanas bailadas en la costa peruana. La versión norteña es más alegre, movida y tocada en trompetas también, aunque en Lima, la Zamacueca tiene mayor influencia africana y el estilo de tocar la guitarra es más dulce y rítmico, es decir, contrastada con la versión norteña que es más agitanada y mestiza (con influencia andina). Como en el Tondero piurano, la danza representa la persecución del gallo a la gallina, el enamoramiento de aves y la Pelea de Gallos, temas tan populares dentro de la costa centro y norte del Perú. Para su vestuario la mujer usa un camisón llamado anaco que sobresale a manera de blusa sobre la falda ancha pegada a la cintura. También son muy vistosas las famosas "Dormilonas", artísticos pendientes (aretes) trabajados en filigrama, obra de los orfebres del pueblo. El varón utiliza sombrero de paja fina, camisa a rayas o blanca, faja norteña y pantalón blanco o negro.
La Marinera limeña o Canto de jarana
Las coplas, música y baile de la marinera limeña provienen de la Zamacueca, danza intensamente bailada en el siglo XIX. Sin embargo, es Abelardo Gamarra, El Tunante, quien propone, luego de la guerra con Chile, un cambio en el nombre, ya que se le conocía también como "chilena". La zamacueca da lugar a la zamba argentina, a la cueca cuyana y norteña (argentina), la cueca boliviana y chilena, y a la marinera limeña. El canto de jarana, cultivada por grupos populares limeños hasta la mitad del siglo XX decae en su práctica originaria puesto que, en las grabaciones de discos, a causa de las propias limitaciones técnicas (los discos no admitían más de tres minutos de grabación), no se podía registrar el canto de jarana tal como se daba en los ambientes festivos en los que se cultivaba.
Una marinera limeña consta de cinco partes: tres marineras, una resbalosa y una fuga. Por eso se dice respecto de ella: "marinera de jarana: de cinco, tres". En esta forma musical y coregráfica, los cultores pueden competir en un canto de contrapunto de tiempo variable, de acuerdo al entusiasmo y las circunstancias del encuentro.
El Tondero
Danza también conocida como marinera del Alto Piura, o de la yunga piurana (Morropon). Es anterior a la Zamacueca. Deriva de música gitana y española en baile y canto. La característica principal que lo diferencia de la Marinera es su repetitivo tundete de guitarra relacionado con música en banda y trompeta gitana. Tiene inflencia africana o negra en su forma corísta (coro) y a veces el uso del checo, instrumento construido utilizando calabaza seca para otorgarme ritmo negro. Tiene una influnecia Andina posterior, en su forma melódicamente chillona de ejecutar la guitarra también. A diferencia de la Zamacueca y debido a la ubicación de la Provincia de Morropón como una región pre-Andina, este baile lleva el mestizje criollo (hispanogitano-afrodescendiente) y el Andino. Ciudades como Morropón, Chulucanas, San Juan de Bigote, La Matanza, y Salitral fueron pobladas por haciendas arrozeras y jaboneras donde vivieron muchos esclavos negros, , y debido a la cercanía a la cordillera, también migrantes Andinos que trajeron el Yaraví desde Arequipa, fundiéndolo con la Cumanana, fórma de origen hispano-africana; creando también el famoso término norteño Triste con Fuga de Tondero, que es muy popular en la yunga de Lambayeque (Chongoyapana).
El Festejo, Alcatraz y otros géneros afroperuanos
Nicomedes Santa Cruz, poeta decimista e investigador de la cultura afroperuana o negra, contaba que el festejo era un género musical que se cantaba pero que no se bailaba hasta que, a finales de la década de los años 1940, don Porfirio Vásquez, decimista, bailarín y compositor, dando clases en una academia de danzas folclóricas, fusionó pasos del "Son de los diablos" con los de Resbalosa. Creó así un baile que ahora tiene gran importancia en la cultura musical peruana.
El compositor Pepe Villalobos cuenta también que hacia la década de los años 1960, aún las empresas disqueras eran reacias a grabar festejos, género que, sin embargo, luego tuvo gran aceptación popular, como por ejemplo, sus obras: "El Negrito chinchiví", "El galpón", "Mueve tu cucu", "La morena Trinidad", "El pobre Miguel", "La comadre Cocoliche", "Cintura quiebra", "Milagros Grande" (con letra de Catalina Recavarren, dedicado a San Martín de Porres). Entre los festejos más antiguos se encuentra "Congorito", recopilado por Rosa Mercedes Ayarza de Morales y el "Son de los diablos" de Fernando Soria, en el que describe la danza de carnaval del mismo nombre en la que se recordaba a don Francisco Andrade, a quien llamaban "Ño Bisté", el último caporal de la danza que saliera en Lima hasta 1949.
A mediados de la década de los años 1950, se desarrolla un trabajo dirigido por José Durand Flórez, quien impulsó el espectáculo basado en las estampas de Pancho Fierro y que luego continuaron otras agrupaciones. La cultura popular criolla y afroperuana reconoce en núcleos familiares importantes la posibilidad de su continuidad. Entre estos tiene máxima importancia la familia Vásquez: don Porfirio (proveniente de Aucallama, norte de Lima) y sus hijos, Abelardo y Vicente, quienes trabajan diversos aspectos de la cultura musical y coreográfica: la guitarra, el cajón, la composición, el canto, las décimas, el zapateo, la marinera, el festejo, los pregones, etc. La reivindicación de la presencia africana en la cultura peruana, emprendida por Victoria y Nicomedes Santa Cruz, a través de los grupos de teatro y danza, así como a través de la creación literaria, coreográfica y musical, tuvo su mayor desarrollo hacia la década de los años 1970. Con el trabajo del Conjunto Nacional de Folclore, que dirigía Victoria Santa Cruz, quien enfatizó el trabajo de las danzas afroperuanas.
En la misma época tuvo apoyo estatal el grupo Perú Negro, dirigido por Ronaldo Campos (proveniente de San Luis de Cañete) y contando con la presencia del poeta César Calvo. Este conjunto desarrolló un repertorio importante de canciones y danzas que fueron presentadas con singular suceso tanto en el Perú como en el extranjero. Los conjuntos profesionales de bailarines y músicos son las principales fuentes de recreación de las danzas afroperuanas que se cultivan en la actualidad, en especial del festejo, baile que en el escenario se presenta como danza de parejas interdependientes y que, sin embargo, a nivel popular y espontáneo, es cultivada como baile de pareja libre, con gran aceptación del público juvenil. Cantantes como Lucila Campos, Eva Ayllón y Arturo "Zambo" Cavero han fortalecido el cultivo de estos géneros y la ampliación del repertorio. Es singular el aporte de Carlos Soto de la Colina "Caitro Soto", quien tomando antiguas tradiciones de Cañete (su tierra natal), crea y recrea motivos y canciones que la historia reconoce como clásicos del repertorio afroperuano. Tal es el caso de "Toro mata", género musical que según las noticias que se tienen, se diera en el siglo XIX y que cantantes como Cecilia Barraza, hicieran muy popular.
Carlos Soto, en el libro titulado "De cajón", Caitro Soto: "El duende en la música peruana", declara sobre el "Toro mata":
"El Toro mata viene de lo que me contaba mi abuela, mi bisabuela. La canción la armé y la hice yo con cosas que me narraban mis ancestros. Hay también un Toro mata que es anterior al mío, es recopilación de la señora Rosa Mercedes Ayarza de Morales. Allí el toro mata al torero y no es landó con fuga, sino lamento; ella cantaba "ya lo llevan a enterrar, el toro mata". (…). En mi composición, el "toro rumbambero" es el toro brilloso, bailarín. Esos toros que son bien agresivos. Creo que la palabra es africana. "Hacerle el quite" es sacarle la suerte al toro, pero por ser el torero un negro le quitan mérito y decían que "la color no le permite hacerlo". Por eso decían que el toro se había muerto de viejo y no porque lo hubiera matado. Pititi (…) era un muchacho que bailaba en Perú Negro y un día al verlo bailando el Toro mata, lo mencioné en la canción y ya quedó". "Lapondé era un tambo al que se iba después de la corrida. Era como un centro de recreación, una choza donde vendían comida, trago y se divertían. Era en la misma hacienda El Chilcal, donde era la corrida (…)"
pág. 80-81, Empresa Editora "El Comercio", Lima, 1995#GGC11CCaitro Soto es recopilador de conocidas canciones como "A sacá camote con el pie", del género landó, los festejos: "Yo tengo dos papás", "Canto a Cañete", "Curruñao", "Ollita Noma", "Negrito de la Huayrona", "Negrito de San Luis" y el alcatraz "Quema tú". Canciones que se bailan, sin duda con la sensualidad y la alegría de las antiguas "danzas de cintura", como se les decía a las danzas de los descendientes africanos en Cañete, canciones que en sus versos recogen las vivencias cotidianas de los trabajadores del campo y la ciudad.
"Todas mis canciones tienen un por qué. Son vivencias que han pasado, cosas verídicas que ha sucedido en la hacienda, en mi pueblo. Son cosas que yo he vivido o que mis antepasados o gente de mi pueblo me han contado." "Yo la he rearmado y he hecho canciones con parte de mi vida."
Caitro Soto (op. cit.)#GGC11CReconocimiento de la OEA
Mediante gestiones del entonces Presidente del Perú, Dr. Alan García Pérez, la Organización de Estados Americanos OEA declaró a: Augusto Polo Campos, Arturo "Zambo" Cavero , Óscar Avilés, Luis Abanto Morales y Jesús Vásquez "Patrimonios Artísticos de América" (3 de junio de 1987)
Bibliografía
- Manuel Acosta Ojeda: "El Vals Criollo del Perú, en Llacta Yachay", Ed. UNMSM, Lima 1987.
- Alonso Alegría: "OAX, Crónica de la Radio en el Perú (1925-1990), Radio Programas Editores, Lima 1993.
- Luis Miguel Glave: "De Cajón Caitro Soto", Ediciones SED El Comercio, Lima 1995.
- César Santa Cruz: "El Waltz y el Valse Criollo", Ed. Instituto Nacional de Cultura, Lima 1977.
- Manuel Rosas Zanutelli: "Canción Criolla, Memoria de Lo Nuestro y Felipe Pinglo", Ed. El Sol, Lima 1999.
Véase también
- Cajón peruano
- Cultura del Perú
- Danzas afroperuanas
- Danzas peruanas
- Música del Perú
- Perú
- Música andina del Perú
Enlaces externos
- Los Troveros Criollos en vivo
- Conjunto Fiesta Criolla en vivo
- Arturo "Zambo" Cavero y Óscar Avilés cantan "Contigo Perú", en la ceremonia de reconocimiento de la OEA
- Música Criolla del Perú
- Música Criolla Romántica
- Marinera Peruana El Veneno
- La Historia del Vals Rosa Té Artículo Wikipedia
- La Historia del Vals El Rosario de mi Madre
- Luis Abanto Morales canta Cholo Soy (video)
- Óscar Avilés y Cecilia Bracamonte
- La Picardía criolla en Travesuras limeñas
- Latido Negro Musical Afro-Peruano
- "El Carreta" Jorge Pérez cantando Yo La Quería Patita
- Los Zañartu: Cuando LLora Mi Guitarra
- Eva Ayllón y Perú Negrito: Toro Mata
Categorías:- Cultura del Perú
- Música criolla
- Música afroperuana
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