- Vallenato
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Vallenato Orígenes musicales Música ancestral indígena de la Costa Caribe colombiana, ritmos africanos traídos en la época de la esclavitud, música europea ejecutada con acordeón, cumbia. Orígenes culturales Cantares de vaquería y colitas, entre otros, a fines del siglo XIX en la provincia de Padilla (actuales Cesar, Guajira, Magdalena). Instrumentos comunes Acordeón diatónico, caja vallenata, guacharaca Popularidad Alta en Colombia desde los años 60, Venezuela, Ecuador, Panamá, México, (Monterrey principalmente) a partir de los años 90. Subgéneros Paseo, merengue, son, puya y tambora. Fusiones Charanga-vallenata - Vallerengue - vallenato-pop - vallenato-rock - vallenatón. Corrientes: Vallenato tradicional, vallenato romántico, vallenato de la Nueva Ola, vallenato comercial. Enlaces Festival de la Leyenda Vallenata, Alejandro Durán, Rafael Escalona El vallenato es un género musical autóctono de la Costa Caribe colombiana con epicentro en la antigua provincia de Padilla (actuales sur de La Guajira, norte del Cesar y oriente del Magdalena) y una variante importante en la región sabanera de los departamentos de Bolívar, Sucre, Córdoba. Su popularidad se ha extendido hoy a todas las regiones del país y países vecinos como Panamá, Venezuela, Ecuador y México. Se interpreta tradicionalmente con tres instrumentos: el acordeón diatónico, la guacharaca y la caja (tambor pequeño de cuero de chivo). Los ritmos o aires musicales del vallenato son el paseo, el merengue, la puya, el son y la tambora.[1] El vallenato también se interpreta con guitarra y con los instrumentos de la cumbia en cumbiambas y grupos de millo.
Contenido
Etimología
No se sabe con exactitud de dónde proviene la palabra "vallenato", a pesar de las muchas hipótesis que han sido expuestas. Sin embargo, a principios del siglo XX, tenía una connotación despectiva y a los propios habitantes de Valledupar no les gustaba. Por tal motivo, en 1915 don Miguel Vence, educador de primaria, fundó una Academia de la Lengua de Valledupar, la cual sesionó una sola vez y determinó que el gentilicio de los nacidos en Valledupar fuera "valduparense".[2]
Generalmente se define al vallenato como un género musical de la Costa Caribe colombiana, más precisamente del área de influencia de Valledupar, capital del departamento de Cesar. Se sostiene que el nombre proviene del gentilicio popular de los nacidos en la ciudad donde tiene mayor arraigo este género. Según algunos, se trata de un neologismo que nació con los nativos viajeros en mulas, que cuando se les preguntaba en otras tierras de dónde eran, en su decir campesino respondían "Soy nato del Valle", que es como decir "Soy del Valle nato".[3]
No obstante que el término "vallenato" puede referirse a los nacidos o a las cosas que se originan en Valledupar (Valle de Upar, el valle de Eupari, cacique indígena legendario de la región),[4] existen otras versiones de la denominación: Según Barrameda Morán, el vocablo "ballenato" pasó a designar a todas las personas que padecieran la contaminación sanguínea producida por el jején, fueran oriundos o no de Valledupar y dice: "La tendencia popular a confundir V con B en su pronunciación, terminó por generar el nuevo vocablo: Vallenato".[3]
De manera similar, otra versión sostiene que en las áreas rurales de los bancos del río Cesar, muchos de los habitantes extremadamente pobres sufrieron de una enfermedad producida por un mosquito que les dejó la piel seca y escamosa, con parches descoloridos. La gente asoció la enfermedad con las ballenas recién nacidas (ballenatos), también llamadas "pintaos", que tienen un color manchado de blanco y rosado, parecido a la enfermedad dérmica llamada carate o jovero, por lo cual se identificaba a quienes la padecían como caratejos o ballenatos. De tal forma que "vallenatos" llegó a ser un nombre para menospreciar a la gente pobre el río.[5] [2]
Instrumentos
Las melodías de estos cantos se interpretaron primero con la flauta de caña de millo o carrizo, abierta en sus dos extremos con cuatro orificios en su longitud y una lengüeta que forma la embocadura y pisa un hilo, sostenido por los dientes, para modular el sonido; a ella se sumaron la caja, tambor pequeño hecho artesanalmente del tronco hueco de los árboles secos y sellado quesellamman en uno de sus extremos con un pedazo de cuero templado, y la guacharaca, instrumento ancestral indígena que se fabrica utilizando un pedazo de cañabrava a la que se le hacen pequeñas ranuras sucesivas para producir un sonido raspativo al ser frotadas con un hueso (originalmente).
A finales del siglo XIX, décadas después de su invención, el acordeón llegó a Colombia por el puerto de Riohacha; los vaqueros y campesinos lo incorporaron a sus expresiones musicales, y paulatinamente fue sustituyendo al carrizo hasta convertirse en el instrumento principal del conjunto típico de música vallenata.
Además de estos tres instrumentos, caja, guacharaca y acordeón, que representan la tri-etnia que dio origen a la raza y cultura de la Costa Caribe colombiana, el conjunto típico vallenato presenta un cuarto elemento básico que es el cantante, de más o menos reciente incorporación a raíz de los festivales vallenatos, ya que hasta los años 60 del siglo XX la costumbre era que el acordeonero llevaba la voz cantante e interpretara él mismo la letra de las canciones que tocaba.
- Acordeón diatónico: Instrumento de origen austriaco, inventado en su forma actual por Kiril Demian en Viena en 1829 y que fue introducido de contrabando por inmigrantes alemanes procedentes de Curazao por Riohacha (en las costas de la Guajira) hacia 1885. Los músicos vallenatos lo modifican para que produzca su caraterístico sonido.[6]
- Caja: Instrumento de percusión de origen africano. Se trata de un tambor pequeño cuyo parche se fabricaba de buche de caimán, luego de piel de marimonda negra y actualmente de cuero de chivo, venado o carnero. El vaso se hace de un tronco de árbol hueco de 40 cm de alto y 30 cm de diámetro. El árbol debe ser de tronco fibroso, como mucurutú, cañahuate o matarratón.[7]
- Guacharaca: Instrumento cóncavo de fricción de 40 cm de largo que se elabora del tallo de la uvita de lata. Su nombre proviene de la guacharaca o pava silvestre, ave de monte cuyo canto es similar al sonido que produce el instrumento.[7] También se utiliza en su lugar el guache.
El vallenato también se interpreta con guitarra y con los instrumentos de la cumbia en cumbiambas y grupos de millo.
Características
El vallenato o la música vallenata hace parte de la música folclórica de la Costa Caribe colombiana. Es el ritmo musical colombiano que ha alcanzado más popularidad, tanto a nivel nacional como internacional.
Lo que hace característico al vallenato tradicional es ser interpretado sólo con tres instrumentos que no requieren de amplificación alguna: dos de percusión (la caja y la guacharaca), que marcan el ritmo, y el acordeón diatónico (de origen europeo) con el que se interpreta la melodía. No obstante, en algunas ocasiones las canciones se componen o interpretan con otros instrumentos: la guitarra, la flauta, la gaita y el acordeón cromático. Por otra parte, para el vallenato comercial es común no sólo la incorporación de estos instrumentos, sino también del bajo eléctrico y otros de percusión, como las congas y los timbales.
La importancia que adquirió el vallenato en las últimas décadas del siglo XX llevó a la organización de festivales en los que los acordeoneros compiten por el honor de ser declarado el más hábil ejecutor de cada uno de los aires tradicionales (a excepción, inexplicablemente, de la tambora). El más célebre de estos festivales es el Festival de la Leyenda Vallenata, que se celebra anualmente a fines de abril en Valledupar, y cuya primera versión se disputó en 1968. Desde 1987, el Festival Cuna de Acordeones de Villanueva, Guajira, se ha convertido en el segundo de mayor importancia.
En el vallenato el modo de uso del acordeón diatónico requiere usar simultáneamente ambos lados del acordeón. Lo anterior caracteriza al acordeonero colombiano y diferencia al vallenato de los otros géneros musicales con acordeón, donde generalmente se suprime o subutiliza la parte de los bajos (ejecutados con la mano izquierda): En Colombia, la forma armónica y rítmica con que el acordeonero maneja los bajos es un factor relevante de calificación en los festivales vallenatos.
Origen
El vallenato nace en una vasta región enmarcada por los ríos Magdalena, Cesar y Ranchería, el mar Caribe, la Sierra Nevada de Santa Marta y las estribaciones de la Serranía del Perijá, hace más de 200 años.
Los cantos de vaquería con que los peones de las grandes haciendas acompañaban sus jornadas vespertinas para recoger y encerrar el ganado, fueron la base de lo que más tarde se convertiría en las historias cantadas que derivaron en las canciones vallenatas.
Los primeros acordeoneros de que se tiene memoria fueron a la vez autores de los cantos que interpretaban; cantos que ya tenían una clara diferencia rítmica y una estructura musical propia que les valieron ser clasificados como paseos, merengues, puyas, tamboras y sones. Entonces no había, como hoy, una persona especializada únicamente en componer el canto, otra en ejecutar la melodía en el acordeón y una tercera que los cantara. El acordeonero era un músico integral que con igual destreza hacía sonar el acordeón como interpretaba cantos de su propia inspiración o, en ocasiones, de un tercero. Y hechos los primeros cantos, los acordeoneros se convirtieron en correos cantados, en periodistas musicales, juglares, que iban de pueblo en pueblo y de vereda en vereda llevando la información de los últimos sucesos narrados en los merengues, paseos, puyas, sones y tamboras que cantaban cuando se reunían a descansar y, en ocasiones especiales, a bailar en cumbiambas que se formaban con motivo de las fiestas patronales, entre otras ocasiones.
Aires o ritmos
Como de este género se derivan algunas variaciones, a menudo también se le llama vallenato a los diferentes ritmos folclóricos y modernos similares que usan acordeón. Sin embargo, por tradición oficialmente se consideran 5 ritmos esenciales: el paseo, el merengue, la puya, el son y la tambora.[8] Estos aires, no obstante, han sido influenciados por ritmos caribeños y africanos que ya existían anteriormente.
Paseo
A diferencia de todos los demás aires de este folclor, el paseo vallenato tiene una cuadratura de compás de cuatro tiempos. La marcación de los bajos es de uno por tres y a veces, de acuerdo con la pieza, de dos por uno. Para los intérpretes es el aire más fácil de tocar. Este ritmo recoge literariamente y de forma espontánea las historias y relatos del pueblo.
El paseo es concebido originalmente para perpetuar a través del canto la historia de los pueblos precolombinos de la región, cuando chimilas, wayúus, tupes y demás habitantes del viejo Magdalena componían estos cantos para reemplazar a la escritura inexistente, tal como lo hicieron todas las naciones primitivas e iletradas del mundo. A pesar de su antigüedad - que lo coloca en situación de privilegio frente a los demás aires surgidos del mestizaje -, la palabra paseo es, en el ambiente vallenato, la más nueva entre las cinco que nombran los ritmos tradicionales, hasta el punto de no tener más de 80 años desde su popularización.
Merengue
El origen de la palabra merengue se remonta a la época de la colonia y proviene del vocablo muserengue, nombre de una de las culturas africanas que, traída desde las costas de Guinea, llegó a la Costa Caribe colombiana, haciendo un gran aporte al desarrollo musical y cultural del país. El merengue vallenato tradicional, tiene una cuadratura de compás de seis por ocho, un compás derivado, ya que los originales son los de cuatro tiempos, el de tres y el de dos; siendo, así, el aire más complejo y a la vez más original entre los cuatro aires tradicionales.
El merengue se diferencia de los demás aires en la interpretación y marcación de los bajos de tres por uno y a veces de uno por tres, de acuerdo a la estructura propia de la melodía; aunque puede ser interpretado con mayor rapidez.
Puya
En Valledupar y demás pueblos del antiguo departamento del Magdalena Grande, el ritmo más antiguo era llamado puya. Su nombre deriva del verbo «puyar» (sinónimo de punzar), y tiene un típico compás de seis por ocho. Este ritmo, en su forma indígena, nunca tuvo canto y consistía en la imitación hecha por el carricero –pitero o caña sillero -, en ritmo rápido, del canto de algunos pájaros; se bailaba en hileras, llevando cada persona las dos manos cerradas a la altura del pecho con los dedos apuntando hacia delante y simulando que se puyaba repetidamente a quien danzaba adelante. Posteriormente, a través del tiempo, se fueron fusionando los distintos elementos triétnicos típicos de la cultura costeña y ribereña colombiana, logrando sumarse la puya negroide, género cantado, a la puya indígena, dándose como resultado la puya vallenata con su actual equilibrio entre el canto, la melodía y el ritmo.
La puya y el merengue en su patrón rítmico y armónico son iguales. La diferencia está marcada en su concepción melódica: en el ritmo, en la música y naturalmente en la interpretación que se haga, propia de cada pieza. Así, la puya tiene una marcación en los bajos de dos por dos y, a veces, de dos por uno en ciertos pasajes de la interpretación, aunque no en todas las piezas. La velocidad que se le imprima no supone una diferencia, porque el intérprete la toca a su gusto.
La puya se destaca por ser el aire más rápido, y el que exige más habilidad en el intérprete del acordeón diatónico. Se utiliza más comúnmente en las contiendas y competencias de acordeonistas en los festivales vallenatos de Colombia.
Son
El son vallenato tiene una cuadratura de compás de dos por cuatro. Una característica esencial en la ejecución de este aire es la prominente utilización de los bajos del acordeón en la interpretación de cada pieza, tanto que los bajos pueden ser más notorios que la misma melodía emitida por el teclado, principalmente en los acordeoneros de las nuevas generaciones.
El son tiene una marcación en los bajos de uno por uno muy marcada, sobre todo en intérpretes sabaneros o de influencia bajera – viejo Bolívar -; a diferencia de los acordeoneros de la provincia, quienes interpretan el son más fluido, menos marcado, más sutil y le dan una marcación de bajo de uno por dos y de dos por uno, en ocasiones.
Como el paseo, los sones son una especie de crónica en donde la singular narrativa del cantor deja plasmados los acontecimientos de su existencia, particularmente en esta especie se representan dramas nostálgicos que han constituido parte importante en la vida del autor.
Tambora
La tambora es el ritmo de mayor pureza en forma y contenido que hoy tiende a desaparecer. Tomó denominación femenina debido al predominio de voces de mujeres cuando estos aires eran solo cantados.
Aun cuando sus textos tienen parecido con los merengues dominicanos antiguos, no se puede decir que ese es su origen. Quizás esa similitud se deba a un mismo origen y al patrón étnico común.
Unas son politemáticas, en las que cada verso expresa una circunstancia diferente a la del otro, pero existe uno que es constante. Algunas tienen la particularidad de intercalar el inmodificable verso fijo cada dos versos, y otras mantienen la unidad de escritura de un tema, pero sin tener en cuenta concordancia y armonía en las frases poéticas.
En general, todas tienen condición satírica, lograda en la descoordinación que resalta más el contraste. Todavía existen algunas puramente instrumentales, interpretadas únicamente con tambores. De ahí su designación.[1]
Ejemplos de tamboras: "La candela viva" (de Alejandro Durán), "Mi compadre se cayó", "La perra".
La tambora tradicional es de conformación triétnica (negro, blanco, indio) y que su entorno geográfico está centrado a orillas del río Grande de la Magdalena en la sub-región denominada Depresión Momposina. Los pueblos del departamento del Cesar que han tenido la tambora como identidad cultural son, entre otros: Tamalameque, La Gloria, Gamarra, Chimichagua, Chiriguaná, El Paso.
Los instrumentos de la tambora tradicional son: la tambora, instrumento bimembranófono que se ejecuta con dos "mambacos" o baquetas y el guache, acompañado de palmas. En este ritmo una voz versea (la cantadora o cantador) y un coro de voces responden un estribillo, ya que es un canto responsorial.
La tambora tradicional consta de cuatro aires: la tambora tambora, La guacherna, el chandé y el berroche. Ejemplos. Tambora Tambora: "La candela viva", "La perra". Guacherna: "La zaragozana". Chandé: "Vamos a bailar chandé". Berroche: "El Negro".
En el municipio de Tamalameque se realiza en el mes de diciembre el Festival Nacional de la Tambora y la Guacherna, donde se dan cita los mejores exponentes de este folclor de resistencia.
Romanza vallenata
Antecedido de una gran polémica en el mundo vallenato, un quinto aire para concurso fue institucionalizado en Villanueva durante la versión 29 del Festival Cuna de Acordeones de 2007. El llamado "quinto aire" fue bautizado como "Romanza Vallenata", en este mismo festival en el año 2006, y fue aceptado como tal con el respaldo de autoridades del vallenato como Rafael Escalona, Francisco Zumaqué, Hernán Urbina Joiro, Rosendo Romero y el expresidente Alfonso López Michelsen.
De esta manera se aceptó que el llamado "paseo" que comercialmente se escucha hoy, lo dejó de ser hace algún tiempo. Así como en su momento del "son" surgió el "paseo"[cita requerida], hoy surge un nuevo aire de este. Las romanzas vallenatas, por su carácter lírico o poético, son un canto al amor, al desamor, al perdón y a la mujer, distinto del paseo clásico que se interpreta en los festivales, por eso se decidió darle un espacio en ellos. Además, se tuvo en cuenta que este aire ha sido motor trascendental para la internacionalización del vallenato. Este aire, hijo del paseo,[cita requerida] adquirió independencia gracias a su aceptación mundial y después de voces en contrario que no admiten la evolución del género musical.
La piqueria
La piqueria (de "pique", enfrentamiento) es una competencia usualmente entre dos verseadores improvisadores y repentistas, en la que gana quien produzca mejores versos y se equivoque menos, a juicio de un jurado. Existen las modalidades de versos de cuatro palabras, décima de tema libre y pie forzado. Al momento de elegir al ganador se tienen en cuenta factores como la capacidad para improvisar con agilidad, gracia y exactitud métrica y rítmica versos de cuatro palabras (cuartetas) o de diez (décimas) para desafiar o responder el requerimiento musical de un contrincante en iguales condiciones. A juicio del jurado, el pique puede tener como punto de partida un solo verso de cuatro palabras con un tema determinado, una décima de tema libre o un pie forzado. El jurado puede imponer cualquiera de estas tres modalidades o imponerlas todas si así lo considera.[9]
Escuelas
Tradicionalmente se identifican tres escuelas en el vallenato:[10]
- Vallenato-Vallenato: El tradicional del norte del Cesar, con epicentro en la región comprendida entre Valledupar y El Paso, y la Guajira, con exponentes como Alejandro Durán, Emiliano Zuleta Baquero , Luis Enrique Martínez, Antonio Salas y Lorenzo Morales, entre otros.
- Vallenato-Bajero: El de la región del Magdalena y Bolívar, con Francisco "Pacho" Rada y Abel Antonio Villa entre algunos de sus exponentes más importantes.
- Vallenato-Sabanero: El de Sucre y Córdoba, con exponentes como Andrés Landero, Eugenio "Geño" Gil y Alfredo Gutiérrez, entre otros.
Corrientes
Vallenato tradicional
De carácter eminentemente folclórico, es el vallenato ejecutado en los festivales, como el Festival de la Leyenda Vallenata o el Cuna de Acordeones. Comprende la totalidad de los ritmos tradicionales, la puya, el paseo, la tambora, el son y el merengue. Su temática abarca hechos de la vida cotidiana, la amistad, la parranda, la tierra y la mujer. Es la música que cultivaron los juglares como Alejandro Durán, Abel Antonio Villa, Luis Enrique Martínez, "Toño" Salas, Lorenzo Morales, Leandro Díaz, "Pacho" Rada, "Colacho" Mendoza, Rafael Escalona, entre otros.
Vallenato comercial
Es una de las primeras corrientes vallenatas, conocida como "yuca" hacia los años 80. Se empezó a escuchar en las emisoras comerciales a principios de los años 70. Sus principales representantes son Jorge Oñate, Los Hermanos Zuleta, Diomedes Díaz, el Binomio de Oro, Los Betos y Iván Villazon, entre otros. Predomina el paseo y, en menor proporción, el merengue. Se considera el causante de la decadencia de la puya y el son.
Vallenato romántico
Está influenciado por otros ritmos como la balada, impulsado por Ivan Calderon a finales de los 80 y comienzos de los 90 , se basa principalmente en el paseo y últimamente en la denominada romanza. Su principal característica radica en la letra, donde exclusivamente se le canta al amor. Sus temas incluyen amores, despechos, distanciamientos, reconciliaciones etc. Por lo general se exceptúan los nombres propios para facilitar sus dedicatorias. Es el subgénero que más aceptación tiene en el interior de Colombia, en Monterrey; México, Paraguay, norte de Argentina y las colonias de colombianos en el extranjero, pero a la vez goza de muy poca popularidad en la Costa Caribe. Algunos de sus representantes más importantes son Silvestre Dangond, Jorge Celedón, Binomio de Oro, Los Diablitos, Los Gigantes del Vallenato, Los Inquietos, Los Chiches, Nelson Velásquez, y Jean Carlo Centeno, ex-vocalista del Binomio de Oro a la trágica muerte de Rafael Orozco.
Vallenato de la Nueva Ola
Durante los primeros años de este nuevo milenio ha surgido un movimiento al interior de la música vallenata que propone su modernización, pero retornando a los principios fundamentales que tenía el género antes del vallenato romántico; es aquí donde se ha visto la combinación de las clásicas letras vallenatas (cantándole a la mujer, al amor, a la fiesta) combinadas con música electrónica, reggae y otros ritmos externos. Este genero nació en las cuerdas vocales del fallecido Kaleth Morales, miembro también de una dinastía musical vallenata.
Otros artistas han adoptado esta tendencia como Silvestre Dangond, Peter Manjarrés, Luis Fernando "Luifer" Cuello, Felipe "Pipe" Peláez, Churo Díaz, Alejandro Palacio, Michel Torres, Pillao Rodríguez, José Darío Orozco, entre otros.
Músicos
Los verdaderos juglares vallenatos se han perdido entre la historia y la leyenda. Entre ellos se encuentran desde la figura legendaria de Francisco el Hombre, pasando por Emiliano Zuleta, Guillermo Buitrago, Lorenzo Morales, Leandro Díaz, Luis Enrique Martínez, Tobías Enrique Pumarejo, Juancho Polo Valencia, Abel Antonio Villa, Rafael Escalona y el que ha sido el más grande icono del folclore vallenato, el primer Rey Vallenato Alejandro Durán. Muchos de ellos murieron en la pobreza a pesar de que sus cantos se escuchaban en toda Latinoamérica y de que dieron fisonomía al vallenato mucho antes de que se convirtiera en un fenómeno de ventas.
A pesar de existir compositores e intérpretes de vallenato tradicional de gran popularidad en Colombia, el máximo "embajador" de esta música en la actualidad es el cantante samario Carlos Vives, que la ha dado a conocer a través de una variante que se podría denominar vallenato-pop también conocido como vallenato alternativo. Hoy por hoy se hace una diferenciación entre el vallenato tradicional y el vallenato romántico, comercial y de la "Nueva Ola" en el que se han destacado cantantes como Jorge Celedón e Iván Villazón y agrupaciones como el El Binomio de Oro de América. Otros intérpretes como Diomedes Díaz lograron que el vallenato ganara popularidad entre los colombianos sin distinción social ni cultural.
Festivales importantes
El festival de música vallenata más importante de Colombia es el Festival de la Leyenda Vallenata, que se celebra desde 1968 en la ciudad de Valledupar. En él se premia al mejor ejecutante del acordeón con el título de Rey Vallenato. El ganador del primer festival fue Alejandro Durán, quien derrotó en la tarima "Francisco el Hombre" al legendario Emiliano Zuleta.
También es destacado el Festival Cuna de Acordeones de Villanueva, Guajira, población fuente de intérpretes del acordeón. El Festival Cuna de Acordeones fue nombrado Patrimonio Cultural y Artístico de Colombia por el Congreso Nacional mediante la Ley 1052 de 2006.[11] [12]
Bibliografía
- Araújo Noguera, Consuelo: Vallenatología: orígenes y fundamentos de la música vallenata. Tercer Mundo, Bogotá, 1973.
- Gutiérrez H., Tomás Darío: Cultura vallenata, teoría y pruebas. Plaza y Janés, Bogotá, 1992.
- Llerena, Rito: Memoria cultural del vallenato. Universidad de Antoquia, Medellín, 1985.
- Oñate, Julio: El abc del vallenato. Taurus, Bogotá, 2003.
- QUIROZ, Ciro. Vallenato, Hombre y Canto. Icaro Editores Ltda. 1 ed. 1983.
Referencias
- ↑ a b QUIROZ, Ciro. Vallenato, Hombre y Canto. Icaro Editores Ltda. 1 ed. 1983. p. 229
- ↑ a b QUIROZ, Ciro. Op. cit. p. 15-17.
- ↑ a b Ibidem p. 15-17.
- ↑ ALCALDÍA DE VALLEDUPAR. «Cacique Upar». Consultado el 9 de enero de 2009.
- ↑ SANCHEZ, Elena. Carlos Vives y el vallenato. Valores Humanos: 2004.
- ↑ BRUGÉS CARMONA. Diccionario folclórico colombiano. Harrison, Banco de la República, 1970.
- ↑ a b QUIROZ, Ciro. Op. Cit. 184 y ss.
- ↑ QUIROZ, Ciro. Vallenato, Hombre y Canto. Icaro Editores Ltda. 1 ed. 1983. pp. 210-240
- ↑ Fundación de la Leyenda Vallenata. Concursos. Piqueria.
- ↑ Evolución del Festival Vallenato
- ↑ Congreso de Colombia. «Ley 1052 de 2006». Consultado el 03-01-2009.
- ↑ Fundación Festival Cuna de Acordeones. «Web site oficial». Consultado el 03-01-2009.
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