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Nacional-anarquismo
El nacional-anarquismo es una corriente política sincrética desarrollada durante los años 1990 por tercerposicionistas para conciliar dos ideologías opuestas por definición, el anarquismo con el nacionalismo. Sus raíces están en los escritos de contenido nazi[1] , xenófobo[2] ocultista y espiritual[3] de Julius Evola, asi como el neo-Spengleriano Francis Parker Yockey, tambien defendido por grupos neonazis. El término fue introducido simultáneamente por Troy Southgate (Inglaterra), Peter Töpfer (Alemania) y Hans Cany (Francia)[cita requerida], y fue utilizado por la hoy desaparecida Facción Nacional Revolucionaria para describir su ideología. Por estas razones, es un movimiento que se suele clasificar como de extrema derecha en el espectro político.
Contenido
Historia
El término fue acuñado por primera vez por Hans Cany, quien lo utilizó a principios de los años 1990, junto con los conceptos relacionados nacional-libertario y anarco-identitario.[cita requerida]
En 1998, Troy Southgate, ex-miembro del British National Front y de la Tercera Posición Internacional, formó la Facción Nacional Revolucionaria (NRF, por sus siglas en inglés), actuando como su secretario nacional.[4] Más tarde Southgate rechazó el concepto del grupo y en 2003, el NRF se disolió.[cita requerida]
Doctrina
Quienes se autodenominan nacional-anarquistas, dicen rechazar la globalización capitalista y el mundo moderno, defender la ecología, y prepararse física y espiritualmente para el fin del orden social (desastre ecológico incluido) en comunidades étnicamente puras o “autonomías perfectas”. En este sentido, rechazan a las jerarquías inherentes al gobierno y al capitalismo por considerarlas opresivas.
En este sentido, comparten con la mayor parte de las corrientes del anarquismo el deseo de reorganizar las relaciones humanas, con énfasis en reemplazar las estructuras jerárquicas del gobierno y el capitalismo con la toma de decisiones local y comunal.
No obstante, pese a su apariencia "progresista" en aspectos como la defensa de la ecología o su rechazo a la deshumanización que conlleva la moderna sociedad capitalista industrial, y a la autodefinición del nacional-anarquismo como "nacionalismo antiautoritario", antiestatal y étnico-cultural, esta corriente que articula toda una subcultura muy diversa e incluso contradictoria es heredera de la denominada tercera posición o revolución nacional. Es decir, una evolución de extrema derecha británica –el Frente Nacional– que intentó despegarse parcialmente del nazismo y el fascismo clásicos, a los que consideró, con bastante sensatez, demasiado burocráticos, estatalistas y autoritarios.
El racismo activo original derivó en la defensa de la "coexistencia pacífica" de las razas... aunque cada una en su lugar, e incluso a elogiar a Nelson Mandela. El llamado "nacional-anarquismo" fue un paso más: comenzaron a profundizar su posición antiestatal, a teorizar sobre el "fin de la civilización", criticar furibundamente a la modernidad y a reivindicar la descentralización radical, para lo cual escarbaron en los textos de los teóricos anarquistas Bakunin y Proudhon, y ecologistas como el estadounidense Murray Bookchin; no obstante mantienen –como recuerda Southgate– sus opiniones sobre "la separación racial" o "mixofobia" (el rechazo a la mezcla de razas –no ciertamente de ideologías en este infame popurrí posmoderno) y la autodeterminación de todos, en palabras del líder del nacional-anarquismo francés Hans Cany, quien rechaza estar promoviendo cualquier tipo de apartheid.
Al mismo tiempo, hay quienes tienden puentes con el Nacional-bolchevismo ruso –con la intención de fortalecer un bloque euroasiático y antinorteamericano entre Europa y Rusia- y luchar contra el liberalismo y el cosmopolitismo.
Entre los referentes del nacional-anarquismo está Ernst Jünger –un filósofo nacionalista radical alemán que coqueteó con el nazismo junto con el grupo Revolución Conservadora, aunque más tarde se diferenció de Hitler–, el neofascista italiano Julius Evola –cultor del ocultismo y esoterismo- o el nazi “de izquierda” Otto Maximilian Strasser, además del eco-fascismo o “fascismo verde”. “No hay que olvidar que el nazismo extrae una buena parte de sus fuerzas y de sus ideas del naturalismo integrista –sostiene Philippe Pelletier en ‘El problema del ecofascismo’–. En Alemania, el ultranacionalismo y su derivación antisemita se han combinado con una mística de la naturaleza. El célebre nacionalista Ernst Moritz Arndt (1769-1860) es además un ferviente defensor de los bosques. Wilhelm Heinrich Riehl, su discípulo, hace un llamamiento por ‘los derechos de la naturaleza salvaje’ (1853). El escritor Ludwig Klages (1872-1956), que denunció la extinción de las especies, la deforestación, la liquidación de pueblos aborígenes, la alienación creciente de los hombres respecto a la naturaleza, el utilitarismo económico y el nefasto papel del cristianismo, y todo ello en 1913, es un ultraconservador y un antisemita venenoso”. Y el mismo autor sostiene que “una buena parte de los dirigentes y teóricos nazis, que frecuentemente son vegetarianos convencidos y amantes de los animales (Hitler, Himmler, Hess) cultiva un naturalismo integrista, que se puede considerar a posteriori como ecofascismo histórico. Preconizan una mística de la naturaleza, la defensa del terruño, de lo salvaje, la denuncia de las Luces, de la razón, del materialismo y del progreso. Constituyen eso que el historiador Peter Staudenmaier llama ‘el ala verde del partido nazi’”.
Ante el colapso más o menos cercano –predicanan los nacional-anarquistas–, es mejor estar preparado, tanto para sobrevivir en una sociedad en decadencia como para construir la nueva utopía reaccionaria, a la que no podía faltarle su hombre nuevo.
Así, la preparación física y los entrenamientos de supervivencia forman parte del manual de estos grupos. “Este país cuenta con miles de centros deportivos, asociaciones de atletismo y gimnasios, y no hay ninguna razón por la que los nacional-anarquistas no puedan utilizar esos lugares para mejorar físicamente –explica Southgate. Mientras que las masas se sientan frente a sus pantallas de televisión, y se llenan la boca y eructan intermitentemente entre bocados de kebab rancio, nosotros debemos encarnar la edad del Guerrero y el Hombre Nuevo. Si no sois aptos, debéis hacer algo al respecto: dejar de fumar, disminuir el consumo excesivo de alcohol, comer alimentos saludables; unirse a otros nacional-anarquistas en los camping o excursiones los fines de semana y, lo más importante, mantenerse activo. Estar saludable en cuerpo, por supuesto, es estar saludables en mente”. De la misma forma, convoca entusiastamente a prepararse para el colapso civilizatorio –y sobrevivir al derrumbe, violencia urbana incluida– mediante la preparación en técnicas de defensa personal y artes marciales (kung-fu, judo o kick-boxing).
Como la vieja subcultura de los Skinheads “White Power” y su movimiento Sangre y Honor, los seguidores de Southgate también se organizan en gran medida a través de la música. Southgate canta (o declama, muchos de sus discos son hablados más que cantados) en una lista extensa de grupos, desde H.E.R.R en Holanda a bandas en Alemania, Suecia o Polonia. Adicionalmente, existe una red de discográficas como Cold Spring (que se descibe como la discográfica premium de la música industrial, ambiental dark, neo folklórica, “noise” y neoclásica) e Invisible Eye que, aunque no tienen vínculos explícitos con el anarquismo nacional o las ideas neoracistas, disfrutan de una indisputada afinidad cultural y sirven como nexo para contactos de los grupos nacional-anarquistas y la difusión de sus ideas, por momentos más cercanas a una subcultura que a una ideología propiamente dicha, lo que ellos mismos niegan ser.
Los nacional-anarquistas son un claro producto de la globalización, se organizan por Internet y constituyen una subcultura global.. paradójicamente, pese a su búsqueda de las auténticas culturas nacional-populares –y de las tradiciones aún no profanadas por el capitalismo global– en cada lugar, usan las mismas ropas y comparten estilos a lo largo y ancho de Europa.
Rechazo desde la izquierda
Los nacional-anarquistas se lanzaron a una suerte de entrismo en organizaciones ecologistas, movimientos de liberación animal, círculos medievalistas, tradicionalistas radicales y movilizaciones anticapitalistas, donde chocan con la activa oposición de los anarquistas “de verdad” y casi toda la izquierda.
Se rechaza a esta filosofía como una parte del 'movimiento anarquista', argumentando que éste ha sido siempre internacionalista y cosmopolita por antonomasia, y que ha estado siempre contra el racismo, el nacionalismo, el etnicismo y el arraigo cultural excluyente, y por la creencia de que la nación es una creación estatal que por ende necesita del mismo para perpetuarse. Por eso, sus críticos argumentan que esta corriente es engañosa y que sus partidarios practican cripto-fascismo mientras 'fingen' ser anarquistas.
Incluso, ciertas variantes del nacional-anarquismo han derivado en movimientos neo-paganos y subculturas musicales juveniles. Southgate abandonó el catolicismo por una suerte de misticismo abarcador de varias religiones tipo teosófico, que incorpora retazos de creencias católicas, gnósticas, sufíes, herméticas (del Antiguo Egipto), yóguicas o cabalísticas, buscando una síntesis entre lo político y lo espiritual.
Con todo, el blog Bay Area National Anarchists de Estados Unidos incluye propaganda contra la amnistía a los inmigrantes ilegales y lamenta la muerte de Rózsa Flores, un “campeón de la libertad”, quien “trataba de formar una milicia contra los abusos del gobierno boliviano contra los ciudadanos de Santa Cruz”.
Los nacional-anarquistas, se escudan en que dado que se oponen fundamentalmente a los Estados, su ideología es 'por encima' de todo anarquista, y que sus argumentos étnicos no están fundamentados en el odio o el supremacismo étnico, sino como forma para preservar su identidad y la de los otros pueblos.
Las perspectivas del nacional-anarquismo difieren radicalmente de aquellas de los movimientos de izquierdas, e incluso de pensadores anarquistas citados como sus influencias. Por ejemplo, Troy Southgate ha dicho:
"El feminismo es peligroso y antinatural...porque ignora la relación complementaria entre los sexos e incita a las mujeres a rebelarse contra sus inherentes instintos femeninos...la homosexualidad es contraria al "Orden Natural" porque la sodomía es de forma casi innegable un acto antinatural.Grupos como Outrage no hacen campaña por el amor entre hombres...pero han creado un gran culto que ha llevado a un aumento en las violaciones entre hombres y ataques sexuales a niños. La naturaleza se trata de la vida y la salud, no de la muerte y el SIDA".Según Keith Preston, los nacional-anarquistas abogan por un modelo de sociedad en el cual las comunidades que practican segregación en torno a la etnicidad, la religión o la orientación sexual, puedan coexistir con comunidades "mezcladas" o integradas sin que se requiera el uso de la fuerza.
Los partidarios del nacional-anarquismo afirman que la segregación racial puede ser alcanzada sin odio racial ni supremacía racial. Southgate sostiene que los nacional-anarquistas son segregacionistas raciales que se oponen al mestizaje pero no buscan imponer su visión a otros. Southgate escribe, "buscamos nuestro propio espacio dodne poder vivir de acuerdo a nuestros principios". Sin embargo, no aclaran de que manera promoverán esta segregación racial pacifica.
Véase también
- Nacional-bolchevismo
- Nacionalsocialismo
- Tercera posición
Referencias
- ↑ Julius Evola. «:Doctrina aria de lucha y victoria».
- ↑ Julius Evola. «:Orientaciones para una educacion racial».
- ↑ Julius Evola. «:La espiritualidad pagana en el seno de la Edad Media Católica».
- ↑ Macklin, Graham D. (2005). «Co-opting the counter culture: Troy Southgate and the National Revolutionary Faction» (en inglés). Patterns of Prejudice. Vol. 39. n.º 3. pp. 301-326. Routledge.
Enlaces externos
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