- Año cero
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No existe el año cero ni en el calendario gregoriano ni en el juliano. El año 1 a. C. inmediatamente precede al año 1 d. C. (podemos ilustrarlo así: después del 31 de diciembre del año 1 a. C. comenzó el 1 de enero del año 1 d. C.). Lo mismo acontecería con las décadas, empezando la primera de nuestra Era en el año 1 d.C. y hasta el año 10 d.C., ambos dentro, para conformar así la década (diez años).
Los historiadores adoptaron esta convención a partir de su utilización por San Beda en su Historia ecclesiastica gentis Anglorum (Historia eclesiástica del pueblo inglés, de 731). Beda no utilizó el cero debido a que los años se cuentan a partir de uno y no de cero. Él conocía bien el número cero, dado que cero fue la primera epacta del ciclo de 19 años utilizado para calcular la fecha de la Pascua, tal como explicó en su obra De temporum ratione (Sobre el recuento del tiempo, de 725).
La palabra latina nullae, que significa 'nada', se utilizó para nombrar esta epacta, mientras que el resto de las epactas fueron numeradas con cifras romanas.
En cualquier caso, los años, como los días o los siglos, no se cuentan con números cardinales, sino que se ordenan con números ordinales, entre los que no hay cero (por ejemplo, en una lista ordenada, antes del primero no hay una posición cero). Así pues, no hay año cero del mismo modo que no hay siglo cero, ni día cero de los meses, ni hay ningún día cero de la semana. También el cómputo de las horas se hizo tradicionalmente por números ordinales (hora prima, hora secunda, hora tercia, etc. en la terminología latina; o doce en punto de la noche, doce y un minuto de la madrugada, etc. en la terminología española clásica), hasta que en la segunda mitad del siglo XX, la generalización de la numeración propia de las pantallas digitales y del vocabulario militar estadounidense, así como la práctica de cronometrar para comparar la duración de periodos de tiempo vinculados a actividades populares como los deportes, introdujeron en el uso cotidiano los novedosos conceptos de hora cero, minuto cero, segundo cero y sus submúltiplos.
Año cero en calendario juliano proléptico
Los astrónomos introdujeron el año cero para normalizar la cronología atendiendo a sus propios criterios. El calendario que lo utiliza se llama Calendario juliano proléptico. Esta decisión implica un desfase de los años anteriores: el primer año antes de Cristo corresponde al año cero, 2 a. C. corresponde al año –1, 3 a. C. a –2,... y en general n a. C. a –n + 1.
Existen dos razones para usar el año 0:
- Facilita los cálculos: tomemos una persona nacida en el año 32 a. C. y muerta en el año 15 d. C. ¿Cuál es la duración de su vida?
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- de 32 a. C. a 1 a. C. hay 31 años,
- de 1 a. C. a 1 d. C. hay 1 año,
- de 1 d. C. a 15 d. C. hay 14 años.
- En total 31 + 1 + 14 = 46.
- Si interpretamos 32 a. C. como el año –31, entonces su edad al final de su vida se calcula tomando la diferencia entre las fechas de su muerte y de su nacimiento: 15 – (–31) = 46.
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- Se sabe hoy en día que Jesús de Nazaret no habría nacido en el año que sirve de inicio de nuestro calendario, sino unos 4 años antes (entre el 2 a.C. y el 7 a.C. según las fuentes), aunque lógicamente existe cierta controversia respecto al año exacto (véase «Jesús según la investigación histórica»).[1]
Hay dos razones para no hacerlo:
- Si modificáramos todas las fechas antes de Cristo, se introduciría una confusión adicional sobre todas las fechas históricas publicadas.
- Si usáramos el sistema de numeración con inicio 0, deberíamos tener el año 0, el siglo 0, el milenio 0, etc.
Véase también
Referencias
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El contenido de este artículo incorpora material de una entrada de la Enciclopedia Libre Universal, publicada en español bajo la licencia Creative Commons Compartir-Igual 3.0.
- ↑ Duncan, D. E. Calendar, 1999. ISBN 0-380-79324-5
- Facilita los cálculos: tomemos una persona nacida en el año 32 a. C. y muerta en el año 15 d. C. ¿Cuál es la duración de su vida?
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