- Paradoja del ahorro
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Paradoja del ahorro
La paradoja del ahorro o paradoja de la frugalidad o paradoja de la austeridad explica, según la vertiente económica keynesiana, que si en una recesión todos los habitantes tratan de ahorrar más, es decir dedicar al ahorro un porcentaje mayor de sus rentas, la demanda agregada caerá y el ahorro total de la población será más bajo.
Cabe dudar de la misma pues el ahorro resulta ser inversión en tanto se dedica a financiar inversión interior y exterior. También porque, como se demostró a partir de 1985, la teoría keynesiana de que el ahorro de las familias depende únicamente de la renta resulta deficiente, ya que entran en cuenta otros factores como la riqueza, los tipos de interés, los impuestos directos, el desempleo y las transferencias de renta.
Explicación simplificada (o simplista) del suceso
Esto se debe a que el ingreso total de la población es igual a la suma de los ingresos de sus individuos. Dado que el ingreso personal puede ser destinado al consumo o al ahorro, y que el consumo forma una parte esencial de la demanda agregada y del ingreso mundial, si aumenta el porcentaje de ahorro, lógicamente el consumo disminuirá, por lo que disminuirá también con él la demanda agregada y el ingreso mundial, lo cual hará que caiga el ingreso personal. Al caer el ingreso personal cada individuo habrá de dedicar un mayor porcentaje de su renta a ahorrar para poder seguir ahorrando lo mismo en términos absolutos. Ello reducirá aún más su consumo (ya de por sí reducido por la caída de la renta) por lo que la renta será aún más reducida y así sucesivamente.
Partimos de:
- Renta total de todos los entes económicos (Y) = Consumo (C) + Inversión (I) + Gasto público (G) + Exportaciones (X) - Importaciones (IM)
- Renta de las familias = Consumo (C) + Ahorro (S)
- La renta de las familias depende positivamente de la renta total de todos los entes económicos.
Si aumenta S, C ha de ser necesariamente menor. Al ser C menor, Y se reduce. Al reducirse Y la renta de las familias es menor. Al ser menor, para que S sea constante C ha de ser aún más pequeño. y así sucesivamente. Así pues, una actitud - un mayor deseo por ahorrar - tiene consecuencias generalizadas negativas para toda la economía y finalmente, si aceptamos que el ahorro está en función de nuestra renta, hará que ese mayor deseo de ahorro se convierta en un menor consumo... y paradójicamente en un menor ahorro, en términos absolutos.
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