- Pedro Alonso Galeas
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Pedro Alonso Galeas
Este conquistador extremeño, fue uno de esos soldados que recorrieron el Continente americano buscando su pan y su gloria y defendiendo esas razones de ganar almas para Cristo y tierras para Castiila, que eran los postulados de la Corona.
Contenido
Biografía
El conquistador Pedro Alonso Galeas había nacido en Almendralejo (Badajoz), sobre 1516. En 1538 se alista en la expedición que organiza Hernando de Soto para la exploración y conquista de la Florida. En esta aventura, Galeas recorrerá un largo periplo por los alejados territorios norteamericanos, ya que llegarán hasta la cordillera del Great Smoky, donde hoy se halla Carolina del Norte.
Desde este punto, faltos de provisiones y continuamente atacados por los indígenas, retroceden hacia el SO, atraviesan los ríos Tombigbee, y Misisipi y continuarán su ruta exploradora hasta llegar al nacimiento del río Rojo, donde morirá Hernando de Soto de unas fiebres malignas, en mayo de 1542.
La falta del capitán, el desaliento, el hambre, y los continuos ataque indígenas que sufren, los irán diezmando a los pocos que se han salvado, ya que de mil hombres solamente sobreviven menos de trescientos. Siguen caminando sin rumbo fijo, defendiéndose como pueden y en septiembre de 1543 lograban llegar hasta Pánuco (México), donde los socorren los españoles que se encontraban en aquella comarca.
Nuevas aventuras
Desde Pánuco, y atravesando Centroamérica, Galeas llegará a Panamá. Buscando acomodo castrense, se enrola en las fuerzas de don Pedro de La Gasca que iban a Perú para aplastar la rebelión de Gonzalo Pizarro. Después, también combatirá contra el rebelde Francisco Hernández Girón. En el territorio peruano, Galeas observa de cerca las traiciones, y se percata de como los hombres cambian de bandera y de caudillo.
En la década de los cincuenta, como casi todo el territorio de Perú estaba conquistado, y se habían terminado las guerras de banderías, sobraban soldados desocupados que estorbaban en la mayoría de las ciudades. El entonces virrey, Marqués de Cañete, intentando limpiar el territorio de revoltosos, nombra a Pedro de Ursúa, gobernador para la conquista de El Dorado, y Galeas se alista como capitán en aquella nueva aventura que enrola a más de 400 hombres.
En septiembre de 1560, emprenden la marcha hacia el destino doradista por el cauce del Amazonas, pero desde el inicio se sucederán enfrentamientos entre los expedicionarios; los revoltosos comenzarán a desestabilizar y capitaneados por el más intrigante de todos ellos, Lope de Aguirre, organizan una conjura y asesinan a Ursúa. A Galeas no le queda más remedio que amoldarse a las circunstancias como los que no pertenecían al bando de Aguirre. Oponerse a las decisiones de este bando era acabar con los huesos en las márgenes del río, como aquellos que se les ocurría criticar el proceder de Aguirre.
Final de una pesadilla
Llegan a la isla de Margarita, y mientras los partidarios de Aguirre siguen cometiendo atropellos, astutamente Galeas, consigue escapar y llegar en una pequeña canoa hasta tierra firme. Marcha a El Tocuyo para dar cuenta de las tropelías de Aguirre, que desembarca en las costas de Venezuela y por las ciudades que pasan, irán cometiendo fechorías y rapiñas.
Por la información de Galeas, las fuerzas y las autoridades reales de la Provincia de Venezuela (entre ellos, Hernando Cerrada Marín, Diego García de Paredes y algunos capitanes más); esperaban a Lope de Aguirre; intentos de negociaciones, respuestas agriadas, y como no hay solución viable, las autoridades deciden cortar por lo sano. Aguirre, se ve acosado, desesperado mata a su hija, es abatido por uno de sus secuaces y allí terminaba aquella negra pesadilla.
Nueva vida
Resuelta la amenaza de Aguirre, Galeas viaja a España en compañía de Diego García de Paredes y Gutiérrez de la Peña, a solicitar recompensas por la ayuda que han prestado. Galeas no consigue gran cosa, porque aun le persigue la sombra de haber militado en las filas rebeldes de Aguirre; pero aunque no logra mercedes reales, tiene la suerte de conocer a doña Inés de Mendoza, una joven cortesana de Toledo, que pronto la convertirá en su esposa.
Cansado de esperar por las mercedes, vuelve casado a Venezuela, y se incorpora a la conquista del territorio, e interviene con Diego de Losada en la refundación de Caracas. Edifica su hogar en aquella precaria e insegura ciudad, y como su ocupación es la milicia, interviene en la defensa de la nueva ciudad. Como capitán, y con la colaboración de Garci González de Silva, participará en la pacificación del territorio y en el sometimiento de las tribus vecinas.
Luchando hasta el final
Como era hombre de experiencia, además de su ocupación castrense, el Ayuntamiento de la ciudad lo llamará en diferentes ocasiones para prestar destacados servios. En 1573 es nombrado Regidor; en 1579 Procurador; en 1580, ocupa nuevamente el cargo de Regidor, y el cargo de Fiel ejecutor lo ocupará desde 1594 hasta 1598 cuando muere a la edad de 82 años, en la ciudad que contribuyó a fundar y la que defendió tantas veces.
Con doña María de Mendoza tuvo siete hijos: Diego, Pedro, Catalina, Mariana, Gabriel, Francisco y María. Gabriel fue un destacado sacerdote en Caracas y a principios del siglo XVII ocupó relevantes cargos en la Iglesia venezolana. Pedro, también abrazó el sacerdocio y fue vicario de la nueva ciudad venezolana de San Sebastián de los Reyes, que se había fundado en 1585.
Bibliografía
- “Noticias Historiales de Venezuela”, Tomo II, fray Pedro Simón. Publicaciones de la Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia. Caracas.
- “Historia de la Conquista y población de la Provincia de Venezuela”, José de Oviedo y Baños.
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